Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Veintisiete

(3/3)



—¿Y bien? ¿Cuándo? —Había insistido JunMyeon, lleno de curiosidad; pero BaekHyun solo se limitó a salir corriendo de la habitación e incluso del hotel, dejándose llevar por el viento a lo largo de las románticas calles de París.

"Me estoy quemando, volviendo loco, muriendo lentamente por ti."

"Quiero abrazarte y tenerte conmigo siempre para que no vayas a escapar de regreso al cielo."

"Tu presencia es la que brilla, todo tú."

"Ni mil palabras serían suficientes para expresar lo que siento en este momento por ti"

"Sé que no será fácil, pero voy a protegerte, incluso de mí mismo."

"Podría morir por ti, pero no... Viviré para ti, Ángel, te protegeré... te lo prometo."

El rubio no había querido aceptarlo en ese entonces, pero era cierto que su corazón se aceleraba ante las palabras de su gigante, y su cuerpo se estremecía cuando estaba a su lado; sobre todo cuando lo llamaba entre sueños con aquella sonrisa dulce y boba...

Sus latidos volvieron a sobresaltarse ante los recuerdos.

ChanYeol no había sido el único ni el primero en intentar conquistarlo; pero, por alguna razón, él sí logró ocupar un espacio en su aislado corazón.

Se había enfrentado a su armadura, descifrado su historia haciéndole más fácil el poder contársela, incluso lo había consentido a lo largo del viaje sin forzarlo a tener gestos o demostraciones cariñosas como pidieron los demás. Lo complació con el mejor sexo de su vida, y se acurrucó a su lado cada noche prometiéndole cuidarlo y jamás dejarlo ir.

Dios, había dado en cada uno de los puntos vulnerables que tenía el rubio sin siquiera saberlo; incluso al pelear, cuando le insinuó estar viviendo a la altura de la reputación que tanto detestaba.

Pero debía aceptar que no había empezado ahí, sino con la expresión maravillada y algo embobada que le dedicó en la secundaria, dándole indirectamente la confianza y seguridad que había necesitado para enfrentarse a su nueva escuela y a los leones que eligió como familia política.

ChanYeol había hecho demasiado por él; pero solo recibió rechazos como recompensa.

Maldición. ¿Qué debía hacer ahora? No podía solo llamarlo y comentarle lo confundido que se sentía: no había hablado con él desde que se reencontró con los Kim y esto era demasiado delicado como para discutirlo por teléfono.

Tendría que regresar a Seúl e ir a buscarlo. Pero entonces, ¿qué pasaría con TaeYeon?

Ella pidió tiempo para volver a comenzar cuando le dijo que aún la amaba, y se habían tomado dicho espacio, pero cómo decirle ahora que quizá se había equivocado; cómo anular el sentimiento que ella podría haber vuelto a desarrollar por él.

No quería lastimarla, no de nuevo.

¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo? No podía simplemente desaparecer.

Su celular sonó sobresaltándolo y decidió que era suficiente de caminar sin rumbo, tenía que regresar a su cuarto de hotel y hablar sobre lo que sentía. Esta vez, no tomaría decisiones en nombre de nadie ni haría sacrificios que nadie le pidió.

—¿Qué opinas de un picnic nocturno? —Le dijo a la pelirrosa cuando contestó su llamada.

TaeYeon rió por la impulsiva idea del menor y aceptó de inmediato, encargándose de ordenar algo de comida y acomodar todo en una canasta junto a algunas mantas y casacas gruesas por si tenían frío.

—¡Estoy lista! —Dijo alzando los brazos con alegría apenas vio a Baek llegar a recogerla al hotel.

El menor sonrió y besó su mejilla antes de tomar su mano y dirigirla hacia un parque tranquilo al centro de la ciudad. Se acomodaron sobre las mantas y, entre bromas y anécdotas, cenaron rodeados de una sensación de armonía que calentó el alma del rubio.

—¿Ahora sí me dirás qué te sucede? —Preguntó ella una vez que toda la comida fue terminada.

Byun asintió acercando su mano a la de su antigua novia, y la tomó con el fin de obtener fuerza y no retractarse de su decisión.

—Todo ha cambiado —declaró con un pesado suspiro—, incluso mi corazón.

Explicó cada parte de su trayectoria de pensamientos sabiendo que ella querría conocer los detalles, y terminó su discurso con las preguntas que estaban inundando su mente, sin esperar que la respuesta de la mayor fuera un suspiro aliviado y una brillante sonrisa.

—Yo tampoco siento lo de antes —declaró levemente sonrojada—; amé reencontrarme contigo, con el verdadero tú, pero ya nada es igual —mordió su labio, nerviosa—. Por eso quería que nos acostáramos hoy, creí que me ayudaría a esclarecer todo.

—Lo entiendo —aceptó el menor—; lo pensé también, pero me sentía demasiado incómodo, por eso huí.

Ella sonrió y se acercó para abrazarlo, agradeciéndole de corazón por su sinceridad; la cual le ayudaba a comprobar lo mucho que había madurado desde su último tiempo juntos.

—¿Qué harás entonces? ¿Ir a Seúl? —Cuestionó apartándose.

BaekHyun asintió mordiendo su labio.

—Creo que debo hablar con él, ser igual de sincero y proponer que nos demos una verdadera oportunidad —sonrió emocionado.

—¿Crees que vaya a aceptarte? Han pasado meses —le recordó la mayor.

—Sí, creo que sí —sonrió—. Él me adora.

Ella rodó los ojos y golpeó la cabeza rubia de su antiguo novio a modo de reprimenda.

—No seas tan engreído —le llamó la atención.

—No lo soy, Channie de verdad me quiere y estoy seguro de que estará feliz de verme de nuevo —dijo orgulloso, ella suspiró y volvió a negar.

—Ya cállate o voy a golpearte con la canasta —dijo comenzando a guardar todo.

A la mañana siguiente, tras despedirse de la que alguna vez fue el amor de su vida, y asegurarle que la contactaría más seguido para conversar, BaekHyun se dirigió al aeropuerto y tomó un vuelo hacia Seúl, dispuesto a buscar a su gigante y centrarse en toda la felicidad que pudiera ofrecerle.

Sin embargo, cuando fue a tocar su puerta después de recuperarse del cambio de horario, se encontró con que el Compositor había cedido su departamento a uno de los grupos pertenecientes a la productora en la que trabajaba, y se había mudado sin decir a dónde.

El rubio bajó con paso furioso hasta el hogar de JongIn, el mejor amigo del gigante, seguro de que Chan estaría escondiéndose ahí; pero apenas la puerta fue abierta se encontró con el chico alto con quien había coqueteado aquella vez en la discoteca, quien no tardó en reconocerlo y sonreírle con picardía.

¿Acaso el moreno también se había mudado? ¿A dónde? ¿Qué rayos había pasado?

Sacó su teléfono ignorando a los menores que lo observaban con curiosidad y marcó el número de su gigante, obteniendo una nueva sorpresa cuando la operadora le avisó que aquel número se encontraba desactivado.

—Maldición —espetó acercándose al elevador, esta vez marcando el número de KyungSoo.

—Diga. —El rubio frunció el ceño ante la seca y corta respuesta.

El fotógrafo solía contestar con alguna amenaza o anécdota sarcástica, nunca así.

—¿Kyung? ¿Está todo bien? —Preguntó comenzando a ponerse nervioso.

—Sí, he oído sobre esa promoción —respondió el nombrado alertando al mayor.

—¿Con quién estás? ¿Por qué no puedes hablar libremente? —Exigió saber con uno de sus puños apretados.

—Somos dos en la casa; pero el internet no nos ha dado ningún problema hasta ahora.

BaekHyun descansó su cabeza contra la pared y lloriqueó suavemente.

—Estás con JongIn, ¿cierto? Imagino que él no quiere saber nada de mí —mencionó.

—Sí, correcto, wifi y cable.

—¿Estás en alguna clase de peligro? Porque te juro que llevaré a la policía conmigo y lo haré trocitos —amenazó furioso; el moreno realmente se estaba ganando una buena golpiza.

—No, estoy satisfecho con el servicio que tengo ahora; quizá en otra oportunidad —respondió con un tono divertido que calmó al rubio.

—De acuerdo, llámame apenas puedas —pidió—; quizá podamos ir a un bar a tomar algo y hablar.

—Claro; gracias por llamar.

El fotógrafo colgó y BaekHyun se sintió completamente furioso y miserable. ¿Acaso había demorado demasiado en contactar a su gigante? ¿Dónde estaba? ¿Cómo localizarlo ahora si había cambiado de número y JongIn andaba de carcelero con KyungSoo?

Dejando a lado su frustración, intentó centrar su mente y pensar en alguna otra salida, decidiendo ir a la productora en la que el más alto trabajaba. ChanYeol era bastante apasionado con respecto a sus proyectos, por lo que no había duda de que estaría ahí.

Incluso podía imaginárselo sentado frente a su computadora, con un par de vasos vacíos de ramen a un lado y unos cuantos dulces que lo ayudaran a permanecer despierto.

Sí, lo encontraría ahí, hablarían, y todo estaría bien.




















Llegamos al final de la maratón ^^, espero que te haya gustado.

Gracias infinitas por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro