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Capítulo Cinco

El día se sentía bastante cálido para encontrarse aún en invierno, y ChanYeol agradecía que su mejor amigo lo hubiera sacado de su departamento para ir a dar una vuelta por la orilla del río Han.

Necesitaba ejercitarse más a menudo, lo sabía; su empolvado minigimnasio se lo recordaba cada mañana, pero su propio trabajo a veces le impedía salir del estudio por días, si no semanas.

Por ello se alegraba de haber aprovechado su día libre para salir con JongIn, quien iba contándole estuciasmado lo feliz que era tras haber vuelto con su novio, el fotógrafo bajito a quien casi pierde tras uno de sus tontos berrinches a pesar de los consejos y advertencias del más alto.

—¿Y cómo está YoonGi? ¿Sigue molesto? —Preguntó el moreno con un deje burlón que incomodó al peligrís.

Habían pasado un par de semanas desde la reunión de Año nuevo organizada por su empresa y el pálido seguía enojado por la broma que el más alto le había hecho, negándose incluso a reconocer su presencia e ignorándolo cada vez que intentaba acercarse a él.

—Habló con el jefe y le pidió que lo cambie de oficina acusándome por acoso sexual —lloriqueó Park provocando fuertes carcajadas en el moreno, quien casi se dejó caer al piso por la risa.

El de orejas grandes pataleó e hizo el ademán de golpear a su castaño amigo, pero solo logró divertirlo aún más.

—¡Yah! ¡No es gracioso! —Exclamó ChanYeol frunciendo el ceño, y se volteó dándole la espalda al moreno para mostrar su molestia.

Pero la imagen que ocupó su campo de visión le hizo olvidar no solo su vergüenza o su enojo, sino también la presencia de JongIn:

Su ángel estaba de pie al centro del parque, vestido con ropa de deporte oscura, las manos en los bolsillos y una sonrisa de suficiencia en el rostro, mientras le sostenía la mirada a un sujeto de la misma estatura que él, de cabello color castaño y porte elegante que parecía estar reclamándole algo.

¿Acaso era algún pretendiente herido?

El peligrís comenzó a caminar en dirección al rubio, ignorando el llamado de su amigo a su espalda y los insultos de los transeúntes que topaba al avanzar; solo centrándose en el Manager de Cromo, temiendo que el desconocido pudiera hacerle daño.

Park apuró su paso empezando incluso a correr, pero cuando estaba a unos pocos metros de ellos, se dio cuenta de que reconocía el rostro de aquel castaño. ¿Dónde lo había visto? Su ángel dio unos pasos hacia el hombre frente a él y se encogió de hombros diciendo algo que pareció lastimarlo.

Entonces lo recordó. Él era el tipo del pañuelo caro de la facultad de Negocios. Claro.

El gigante detuvo sus pasos dándose cuenta de que solo era una conversación entre amigos, no tenía por qué meterse en ello. Pero justo cuando estaba a punto de darse la vuelta para regresar por donde vino, el castaño tomó impulso y le dio un fuerte puñetazo en el ojo a su ángel, quien se tambaleó intentando recuperar el equilibrio.

—¡BaekHyun! —Gritó ChanYeol anonadado por lo que acababa de presenciar y corrió hacia el rubio, esperando que el golpe no haya causado mucho daño.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó su ángel observándolo con desconfianza, intentando apartarse de las amplias manos del gigante que intentaban acunar su rostro.

—¿Duele mucho? —Cuestionó el peligrís ignorando los intentos del más bajo de alejarse.

—No, estoy bien —declaró el Manager de Cromo dándose por vencido y dejando que el de orejas grandes revisara su ojo.

—Voy a matar a ese idiota —espetó Park entre dientes antes de darse la vuelta y comenzar a andar en la dirección que aquel castaño había tomado.

—No lo harás —ordenó Baek deteniéndolo con firmeza—; si te acercas a él o intentas hacerle daño de alguna manera, juro que acabaré contigo, ¿entendido?

ChanYeol lo miró sorprendido. Esta amenaza no era divertida como las que había escrito en su celular, el rubio no bromeaba; al contrario, parecía por completo dispuesto a arrancarle la cabeza solo con la mirada.

—Está bien —aceptó el gigante aún desconcertado y volvió a acercar la mano al rostro de su ángel, pasando el dedo por el leve tono moreteado que comenzaba a tintar su pómulo.

—¡Aishhhh! ¡Duele! —Se quejó BaekHyun con un sollozo infantil que volvió a confundir al más alto, haciéndolo sonreír y observar al rubio mientras pataleaba y lloriqueaba llamando la atención de todo el mundo.

Se veía adorable.

—¿Terminaste? —Preguntó el gigante con una ceja alzada; su ángel abultó los finos labios y luego le sacó la lengua como la persona madura que era.

Park rió y, tomando la mano del más bajo, inició el camino hacia su edificio.

—¡Yah! ¡Acosador! ¡¿Acaso planeas convertirte también en un secuestrador?! ¡¿A dónde me llevas?! —Exclamaba el Manager de Cromo mientras intentaba apartarse del agarre del gigante; ChanYeol se limitó a reír y continuar caminando.

—Tenemos que tratar el golpe o va a quedar horrible —le advirtió; Baek frunció el ceño y pasó los dedos por su ojo lastimado.

—De acuerdo, pero ¿a dónde vamos? ¿No creo haber visto un hospital por aquí —mencionó mirando al rededor.

—Vamos a mi departamento, tengo un botiquín ahí —declaró afirmando el agarre sobre la muñeca del rubio, quien inmediatamente volvió a intentar huir.

—Suéltame, pervertido —renegó nuevamente—. ¡Ayúdenme! ¡Es un pervertido acosador y secuestrador! —Exclamó a todos los que caminaban por la calle, llamando la atención por lo indefenso que se veía en manos del gigante.

—¡Basta! —Gritó ChanYeol perdiendo la paciencia.— Solo intentó cuidar de ti, pero si no quieres, está bien; vete.

Lo soltó y se dio la vuelta para alejarse, pero un suave agarre en su polo lo hizo detenerse.

—Oye, poste andante, no te enojes —dijo su ángel viéndose entre divertido y pesaroso—; solo era una broma.

—No me digas así —renegó el más alto con el ceño fruncido.

—¿Cómo? ¿Poste andante? ¿Prefieres Yoda evolucionado? ¿Dumbo crecido? ¿Duende agigantado?

—¡Yah! —Gritó el peligrís con el cuerpo entero temblando por la furia. BaekHyun rió a carcajadas mostrándose en absoluto asustado por la pose peligrosa de Park y palmeó un par de veces su brazo para seguir caminando a su lado.

—Aún no me dices tu nombre, acosador; ¿cómo se supone que deba llamarte? —Declaró encogiéndose de hombros con falsa inocencia. El más alto bufó y negó recuperando la calma.

—Park ChanYeol, mucho gusto —dijo ofreciendo su mano, el rubio sonrió y la tomó con firmeza.

—Byun BaekHyun, un placer —le guiñó—. Y cuénteme, joven Park, ¿de qué vive?

El nombrado sonrió y le abrió la puerta del edificio con caballerosidad que no pasó desapercibida por su ángel, quien hizo una venia de princesa a modo de chiste y rió cuando vio que el más alto le siguió el juego haciendo otra como todo un príncipe.

—Soy Productor Musical y Compositor en Mirotic Entertainment —dijo con orgullo, pero el rubio no pareció impresionado, solo asintió y siguió caminando en dirección al ascensor.

—¿Qué piso? —Preguntó mostrándose indiferente.

—Dieciséis —respondió Park sin quitar la mirada del rubio, quien presionó el botón indicado y luego se acercó al espejo para revisar la hinchazón de su ojo y de paso arreglar su cabello.

ChanYeol frunció el ceño sin saber si debería tomar la indiferencia del más bajo hacia su trabajo como alguna pieza clave o no, quizá intentaba ocultar algo o tal vez genuinamente no le interesaba. ¿Debería siquiera darle importancia?

—Mmm, hubiera preferido un labio roto a un ojo moreteado —dijo su ángel con un suspiro—: se ve más sexi —le guiñó al alto a través del espejo con su ojo bueno y se giró a tiempo de que las puertas se abrieran en el piso del peligrís.

—¿Por qué...

El teléfono de ChanYeol sonó interrumpiendo su pregunta y no tuvo más remedio que contestar al ver que se trataba de su mejor amigo, a quien había dejado abandonado a medio camino.

—¡¿A dónde demonios te fuiste?! —Exclamó JongIn con furia.

—Tuve un asunto, lo siento —respondió el más alto temiendo a la sonrisa burlona de BaekHyun que podía percibir por el rabillo del ojo.

—¿Está todo bien? ¿Quieres que vaya a verte?

—No, yo solo...

—Channie, mi amor, regresa a la cama; te necesito —gimió el rubio sorprendiendo al gigante.

—Oh, ya veo —dijo el moreno riendo.

—No, no es lo que piensas —intentó defenderse el peligrís, pero su amigo ya había colgado.

Apenas alejó el teléfono de su oído, oyó al más bajo reír con fuertes carcajadas que llenaron todo el pasadizo. Furioso con su travesura, ChanYeol cargó a su ángel sobre su hombro y le dio una palmada en el culo antes de entrar a su departamento.














Hola ^^,

Espero que te esté gustando la historia; gracias infinitas por leer.

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