2.- El Peligro De Tu Ausencia
Había pasado ya una semana desde el último recuerdo lúcido dentro de mi cabeza. Lloré mientras veía como sacaban el cuerpo de mi abuelo desde su casa en una camilla hasta la ambulancia donde se lo llevaron...
Quería entrar a su casa, quería verlo ahí sentado en el sillón de su estudio riéndose de mi por qué me hubiera creído semejante broma. Quería correr a sus brazos y darle un beso en la frente mientras me decía "mi niña" llegando a mi el olor tan característico del puro y aquel whisky que acostumbraba a tomar por las tardes.
No pude entrar a su casa pues los policías lo impidieron aunque aún no sé por que.
Después de ese día, todo ha sido confuso. He estado en un limbo emocional, todo está envuelto en un manto de niebla, uno que cubre cada situación y sentimiento. No sé si estoy soñando o simplemente todo ha perdido el color. No he podido llorar más, no he podido expresar mi dolor, ni siquiera cuando fue el funeral aunque me estuviera desgarrando por dentro viendo como echaban tierra sobre aquella caja que contenía a uno de los seres más importantes para mi.
Siento que algo de mi murió con él, no puedo sacarlo. Es como si hubieran encerrado mi corazón juntamente con él en aquel cementerio.
No es por que no lo amara. Lo amo y siento que me derrumbo a cada momento, que un puñal atraviesa mi corazón no solo por mi abuelo si no también por mi padre pues las pocas veces que lo he visto en estos días tiene los ojos rojos y la cara hinchada. Se ha encerrado en sí mismo y apenas si habla. Va a trabajar y regresa pero casi no lo vemos; vemos su cuerpo pero su alma... Está muy lejos de aquí, trato de acercarme, de abrazarlo y tratar de confortarlo pero se aísla. Me preocupa, no quiero que enferme.
Mi madre ha sido la más fuerte. Se que el abuelo la quería como a una hija y ella a él también pero no ha derramado una lágrima frente a nosotros, ha cocinado nuestras comidas favoritas y ha sido paciente para con mi papá. La admiro completamente. Estaba peleando una batalla emocional sola por nosotros y ahora estaba ahí, frente a un completo extraño que hablaba de mi abuelo como si lo conociera de toda la vida.
—El señor Morrison dejó muy en claro que debía leer su testamento lo más pronto posible después de su muerte y así pienso cumplirlo.
—Lo lamento pero no creo que sea prudente de su parte imponer una fecha mientras mi familia sufre la pérdida de alguien tan importante.– Mi madre hablaba con diplomacia y su tono no demostraba ninguna emoción salvo la cortesía de una mujer bien educada sin embargo, sus ojos centelleaban más allá de lo que nunca me hubiera imaginado. Jamás había visto esa furia reflejada en ellos. Ni siquiera cuando choqué el auto hace un año.
—Yo también lo lamento señora, pero la ley los obligará. Es mi trabajo y no pienso fallarle al señor Morrison, yo lo conocí y no le gustaba ser contradicho, eso hay que respetarlo aunque él ya no se encuentre entre nosotros o por lo menos yo quisiera hacerlo - Sabía lo que trataba de hacer, intentaba encolerizarla, hacerla reaccionar de alguna manera o hacerla sentir mal para que accediera a su petición.
El notario que estaba en el umbral de la casa se abrió paso entre la puerta y el cuerpo de mi madre quien frustrada pero derrotada por que sabía que efectivamente, la ley nos obligaría a cumplir el testamento y si este incluía la lectura rápida del mismo, debía hacerse.
El hombre de traje dio los primeros pasos con firmeza, y propiamente de quien no tiene una pizca de buenos modales, inspeccionó la sala de estar de arriba a abajo. Algo dentro de mi empezó a hervir cuando dio la vuelta en la sala y logré ver un gesto de asco en su cara de patata.
—Bien, creo que solo falta el señor Benjamin para iniciar con la lectura. –comentó en un aire altivo mientras se sentaba en el sillón individual. – Y no se preocupe, puedo esperar. Puede ofrecerme una taza de café y un bizcocho mientras.
La cara de molestia de mi madre hizo su aparición, la conocía muy bien, era muy común verla cuando llegaba corriendo y no limpiaba mis zapatos, dejando un rastro de tierra al entrar. ¡Eso era! Aquel hombre era una mancha de suciedad que se aferraba a quedarse.
Solo alcance a ver que un trapo de cocina que mi mamá traía en la mano, voló hacia el fastidio de hombre. Dio un golpe que hasta a mi me espantó sobre la mesita de café justo frente al rostro espantado del personaje estirado.
—Una mosca... ¡Ups! Creo que se escapó, en un momento vuelvo.
Mi madre, con una triunfal sonrisa, se fue a la cocina dejando a un ser humano confundido, pálido del miedo y con una lección en la mente: Nunca te metas con Sarah Morrison. Yo lo aprendí desde niña.
Los minutos se hicieron eternos y por más que trataba de entretenerme en un libro o en mi celular, mi mente estaba demasiado ocupada pensando miles de cuestiones referentes al hombre que teníamos delante.
-Buenas tardes ¿Quién es usted?- Papá había atravesado la puerta solo para encontrarnos en silencio en la sala con un extraño. Mi madre le comentó el motivo de que tan peculiar individuo se encontrase en nuestro hogar con lo cual la ya conocida calma de mi padre se esfumó, explotó en un segundo aunque mi madre hacía intentos inútiles de tranquilizarlo, como no fue posible, lo llevó a la cocina y se mantuvieron allá más tiempo del que se hubiera esperado. Al inicio los gritos de papá se oían por toda la casa con suma indignación, quería sacar al notario a patadas pero poco a poco fueron mitigándose y al paso de los minutos, regresaron a la sala ya tranquilos.
Como mi padre llegó pasadas las cinco treinta de la tarde, ya mi enojo se había convertido en curiosidad y ansiedad para entonces por lo que fue una tortura para mi salud mental el tiempo que transcurrió en lo que mamá lo calmaba. Al fin cuando se sentaron, podía sentir como mi curiosidad iba a ser saciada, la emoción anticipada por escuchar lo que serían las últimas palabras de mi abuelo aunque fueran dichas por un ser tan detestable como aquel sujeto, palpitaba en mi pecho. Toda esa expectativa fue interrumpida de repente.
-Alba, hija...Ve a tu habitación, te llamaremos más tarde - mi madre me miraba apurándome a cumplir la orden. Yo quería saber, quería estar ahí pero su rostro cansado y sus ojos suplicantes detrás de aquella fachada de dureza, me convencieron de no darle más dolores de cabeza, me levanté mientras el notario abría un sobre amarillo bastante grueso
-Disculpen - garraspeó llamando la atención de todos y continuó- La señorita Alba debe quedarse, es parte de los involucrados en el testamento.
Por un momento, pase por alto sus ofensas y ya con el permiso implícito de mi abuelo, me senté de nuevo.
-Debo decir que no es nada común esta situación pero el señor Morrison tampoco era un hombre común. Daré lectura - se ajustó los lentes y continuó- "Yo, Charles Morrison W. en pleno uso y salud de mis facultades, establezco que a mi muerte, sea leído este documento a la brevedad, de ser posible en la misma semana en la que haya fallecido si la ley lo permite dependiendo de las condiciones de mi muerte".
>>"Deben saber que los he amado más que a mi vida y que agradezco haber compartido con ustedes este hermoso andar sobre esta tierra".
>>"A ti mi querida Sarah, he de decir que sé que admirabas en secreto mis vasijas y juegos de té traídos de mis viajes, así que todos son tuyos. Al igual que un pequeño terreno de 500metros cuadrados en el condado de Ruthendorf en Inglaterra".
En ese momento no solo mi madre se quedo sin palabras, todos quedamos atónitos.
-Espere ¿esta diciendo que el abuelo poseía semejante lugar?
-Preguntas al final por favor –comentó molesto aquel hombre y prosiguió con la lectura. –Benjamín, mi único y amado hijo... Sé que me vas a extrañar, sé que será duro para ti mi partida pero quiero que seas fuerte, por mi, por ti y por tu familia, no solo con mi nuera y nieta, si no por aquellos que dependen de ti en el trabajo. Espero siempre haberte demostrado que te amo, no importa la distancia, el tiempo, ni si es en esta vida o en otra, siempre serás mi hijo, mi orgullo y mi motivo para seguir.
Mi padre temblaba, sus ojos estaban rojos y las lágrimas amenazaban por caer a raudales, sostuve su mano y me miró, como un cachorro indefenso, como un pequeño sin hogar... Mi madre y yo lo abrazamos mientras tratábamos internamente de quitar un poco de dolor de su pecho, un dolor que compartíamos pero que verlo en él, nos rompía más el alma.
—"Hijo mío, tu madre y yo hubiéramos querido darte hermanos, una familia más grande que estuviera a tu lado en estos momentos pero con la que tienes se que estarás bien. Sin embargo, siempre soñé con una gran familia así que hice una fundación para niños huérfanos, la cual se apoya de la ayuda de los eventos de caridad de una pequeña empresa que dejo a tu nombre. El notario te explicará todo y para las fiestas, no olvides llevar dulces. Les encanta recibir golosinas en Navidad".
Caía en cuenta que el abuelo tenía una vida secreta, que hacía eventos de caridad, tenía propiedades y ayudaba a los necesitados, no sólo era mi abuelo, mejor amigo y maestro, era una gran persona para muchos.
Ahora que lo pienso, en el funeral había mucha gente, algunas caras conocidas pero en su gran mayoría eran personas que jamás había visto, de diferentes edades, algunos elegantes y otros vestidos de manera muy sencilla. Algunos dela edad del abuelo y otros más jóvenes que yo. No había reparado en ello pues estuve absorta en mi dolor, en procesar lo que pasaba pero ahora... Creo que muchas cosas tienen sentido.
-"A ti Alba... Estuve pensando detenidamente que podría dejarte, que podría hacer que fuera lo bastante bueno para ti pero no lo hallé. Eres y siempre serás mi consentida, la estrella del norte en mi vida y la pequeña que me dio alegría hasta el último de mis días. Te amo mi niña..." - Al escuchar esas palabras, sentí como si fuera el abuelo mismo quien las estuviera diciendo frente a mi y así, justo en ese momento me di cuenta que estaba llorando. Las lágrimas estaban cayendo por mis mejillas dejando un rastro frío a su paso, recordándome a su vez, el día de su partida.
Al parecer el notario siguió hablando pues en medio de mis ojos llorosos apareció algo extraño que tendió con su mano hacia mi. Una cadenilla dorada con una llave pequeña. Tenía intrincados grabados de símbolos a pesar de su limitado tamaño. En la cabeza contenía algunos círculos que se entrelazaban rodeando una pequeña piedra brillante en forma triangular al centro y todo esto estaba encerrado en un circulo que de talla en forma de canalillo. No tenía muchas piedras brillantes como la mayoría de las chicas de mi escuela solía usar pero para mi era simplemente exquisito.
- El otro objeto lo puede ir a retirar cuando guste en el West bank a partir del lunes. Es todo, me retiro. No se moleste, conozco la salida. Gracias por su... Tiempo - finalizó con fingida cortesía y en un segundo se fue.
Por un rato nos quedamos los tres solo mirándonos sin decir palabra. Estábamos más que asombrados por la cantidad de información desconocida sobre el abuelo que habíamos descubierto por manos de un extraño. ¿Qué tanto más podría haber oculto?
Esa noche nos fuimos a dormir con muchas preguntas sin resolver. Quizá fuera la impresión, la incertidumbre de lo que podríamos enterarnos el lunes que fuera al banco pero fue suficiente para escuchar cuando por la madrugada algunas pisadas rápidas se deslizaron por la casa.
Tomé rápidamente mi celular y llame al 911 en cuanto escuché el primer vidrio romperse. Escuché un grito, era de mi madre, sin pensar corrí dejando caer el teléfono y al abrir la puerta una figura oscura parada frente a mi, de un golpe, me dejó en oscuridad total.
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Chicos,chicos,chicos!!!!!!Mis peques consentidos.... Como han estado?
Nuevo capitulo fresquito para su deleite jeje. Muchas gracias por pasarse a leerlo.
Me ha costado un poco de trabajo seguir escribiendo pero no lo he dejado, es una de mis grandes pasiones así que no me rendiré sin luchar jajaja
La imagen del inicio solo es una especie de referencia a la llave del colgante de Alba ya que no encontré algo igual...
No se olviden de dejarme sus comentarios, voto y de recomendarla si les está gustando. Les dejo un mega empalagoso abrazo... Los quiero ...maw! :3
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