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Capítulo 7: Audición

—Estoy nerviosa...

—Solo es una audición.

—Lo dices como si fuera algo poco importante.

—Bueno... yo no le encuentro lo terrible.

—Porque a las personas como tú o Gohan les da igual hacer el ridículo.

—Oye... sí, es cierto —admitió Ashton—, pero así la vida es más emocionante.

Estábamos en el pasillo que llevaba a la sala de audiciones, esperando junto a muchos más actores. A veces sentía pena por los directores de casting, ya que, debía ser terrible tener que ver a tantos actores haciendo lo mismo. Yo me hubiera quedado dormida.

—¿Qué pasa si olvido el diálogo?

Ashton me miró con fastidio.

—Me has hecho esa pregunta al menos veinte veces desde que te conseguimos la audición y mi respuesta no va a cambiar: no sé, no soy actor, ni trabajo en la industria del entretenimiento.

—No es la respuesta que daría alguien normal.

—Creí que tenías claro que yo no soy alguien normal... quizás soy más normal que Gohan, pero no que la gente común y ordinaria.

Había oído lo que había dicho, pero la verdad era que estaba tan nerviosa que no pude formular una respuesta para seguir la conversación.

—Hola, ¿de qué me perdí?

Gohan llegó con un hot dog en la mano y una lata de bebida en la otra. Además, estaba usando una gorra que decía "Yo amo a Alaska (no al estado)", la cual había fabricado el mismo con una gorra vieja y letras de papel reciclado.

—Hazme el favor de quitarte eso de la cabeza.

—Claro que no. Cuando seas famosa, podré decir que te conocí cuando eras una pobre niña alaskaniense que no conseguía más que un papel en un comercial de salsa Tomata.

—No se dice alaskaniense, es alaskeña —lo corregí—. Y no me recuerdes lo de la salsa de tomate.

En ese momento, una mujer salió de la sala de audiciones con una libreta en la mano.

—Alaska White —llamó.

—Ay, no...

—Suerte —me dijeron los dos al unísono.

Yo tragué en seco y luego caminé temblorosa e insegura hacia la mujer.

—Vamos —me dijo ella.

Entré a la sala y ella cerró la puerta detrás de mí.

Adentro, había una mesa larga, en donde había sentadas tres personas: una mujer y dos hombres.

—Buen día, Alaska —saludó el hombre que estaba en medio—. ¿Trajiste las cosas que pedimos?

Yo asentí, me acerqué a la mesa y le pasé la carpeta con las fotos que me habían pedido.

—Bien, esta audición será grabada —me indicó—. No te pongas nerviosa por eso.

Que tranquilizador (nótese el sarcasmo).

—Un momento —dijo la mujer, mirándome con los ojos entrecerrados—. Yo te conozco... ¿has actuado en algo antes?

¿Debía humillarme y decirlo o simplemente mentir?

—Eh... —comencé a vacilar.

—¡Oh! Eres la chica vestida de salsa en el comercial de salsa Tomata.

Todos hicieron expresiones de asombro y comenzaron a hacer comentarios. Por suerte, no oí ninguno que fuera insultante o denigrante, lo que me dejó un poco más tranquila y también sorprendida. La industria de la actuación solía ser cruel, pero las personas frente a mí no lo parecían.

—Bien, Alska. Puedes empezar...

Tomé aire y comencé.

[...]

—Deja de mirar tu celular así —me pidió Ashton—. Me pones nervioso a mí.

—No puedes pedirme eso cuando estoy por saber si algo bueno pasará en mi vida, por fin...

—¿Y nosotros que somos? ¿Estamos de adorno en tu vida, acaso?

Rodé los ojos y luego lo miré.

—Tu amistad no me da dinero.

—Pagué tu cena por dos meses enteros, ¿Cómo osas decir tal cosa?

—¡Ay, Ashton! ¡Sabes a que me refiero!

—Sí, pero...

—No digas nada —le dije poniendo mi índice sobre sus labios—. Calladito te ves aún más atractivo.

—¿En serio?

—¡Shh!

Ashton apretó los labios y volvió su vista al sándwich que tenía sobre su mesa de desayuno. Yo solía desayunar con ellos, por lo que estaba sentada frente a él, con un plato de yogurt con cereales sin tocar. Debido a mis nervios, mi apetito era inexistente.

Gohan salió de su cuarto sin camisa, pero con pantalones esta vez. Después de tres meses de convivir con ellos ya me había acostumbrado a esa clase de cosas e incluso era yo la que a veces no traía pantalones.

—Buenos días, dormilón —lo saludó Ashton—. Te compré un pastel.

Gohan se acercó a Ashton y lo abrazó.

—Te amo, amigo.

—Ayer dijiste que me odiabas.

—No es justo que tuvieras mejor nota que yo en tu trabajo... el mío era genial.

—Lo empezaste como tres días antes de la entrega, agradece que no estas reprobando.

—Tengo que ir al baño —dije, interrumpiéndolos—. Si mi celular suena, llévenmelo al baño, dejaré abierto.

—Claro.

Corrí al baño y dejé la puerta sin seguro para luego sentarme y orinar.

Tenía acumulado algo como dos litros de pipí, todo gracias a mis nervios.

Hice todo lo más rápido que pude y luego salí para volver a mirar mi celular con atención, pero algo me lo impidió: Gohan estaba con mi celular en la oreja.

Corrí hacia él y lo empujé, quitándole mi celular.

—¿Hola? —pregunté cuando me puse el celular en la oreja.

Hola, Alaska. ¿Qué paso con Gohan?

—Oh... ¿eres su amigo?

Sí, soy yo —dijo con una pequeña risa—. Aunque quería hablar contigo para informarte que quedaste seleccionada para el papel de Courtney.

En ese momento sentí como una electricidad recorrió mi cuerpo debido a la emoción.

—¿E-en serio?

Claro —dijo con una risa.

Antes de que pudiera responder, Gohan me quitó el celular y comenzó a hablar. Yo estaba en un trance, por lo que, no me moleste en reclamarle.

—Deberías venir —oí decir a Gohan—. Donde siempre... Sí, claro.

Ashton me quedó mirando con algo de preocupación reflejada en su rostro.

—¿Estas bien?

—Voy a actuar en una película...

—Pues claro, para eso estudiaste, ¿no?

—¡No puedo creerlo!

Sin pensarlo mucho fui hasta Ashton y lo abracé. Era la primera vez que le daba un abrazo, ya que, normalmente prefería mantener la distancia con ellos. Nunca sabía en qué habían estado.

Ashton me abrazó también y cuando Gohan soltó el celular, nos miró molesto.

—¿Me están excluyendo?

—Ven aquí —lo tiré del brazo y lo pegué a nosotros para darnos un abrazo grupal—. Son los mejores, los amo.

—Esto merece una celebración —dijo Ashton—. ¿Qué piensas? —me preguntó.

En ese momento recordé a mi mejor amiga y familia. Ellos me habían dicho que cuando hiciera algo grande, debía informarlo.

—Debo decirle a mi familia.

—¿Por qué no los invitas? —preguntó Gohan—. Yo creo que estarán felices de venir. Alaska debe ser uno de los lugares más aburridos del mundo, ¿quién no querría conocer Los Ángeles?

Me quedé pensado. Mi familia no era muy numerosa, podíamos acomodarnos fácilmente en mi departamento y Gohan tenía razón, mi familia estaría feliz de conocer Los Ángeles.

—Creo que puedo hacerlo.

—¿Serán tan pálidos como ella y su gato? —Gohan miró a Ashton.

—Lo descubriremos en el siguiente capítulo.

—Chicos, esto no es una serie de televisión.

—Pero podría serlo, algún día —Gohan miró hacia atrás y giño el ojo.

—¿A quién demonios le guiñas el ojo?

—Para ese lado estaría la cámara si esto fuera una serie.

Ashton y yo reímos y volvimos a sentarnos en la mesa de desayuno para seguir comiendo.

[...]

Estaba llamando a mi madre para preguntarle si quería venir a Los Ángeles de visita con los demás.

Después de dos tonos, ella contestó el teléfono.

¡Alaska!

—Hola, mamá. ¿Cómo estás?

Bien, mi amor. ¿Cómo estás tú, princesita?

—Más que bien —dije aguantando la emoción—. Conseguí un papel importante y pensé que sería bueno que vinieran hasta acá... para celebrar.

Oí que mamá se alejó un poco del celular.

¡Cariño, nuestra bebé consiguió un papel!

¿En qué? ¿En una obra callejera?

Mi padre jamás había tenido fe en mí o en mi carrera, por lo que no me sorprendió su comentario. Solía hacerlos todo el tiempo.

—No seas malo con ella —volvió a acercarse—. Estaríamos encantados de ir. Compraré los paisajes lo antes posible.

Está bien... ¿Puedes comprar el de Ana también? Ella dijo que te lo pagaría cuando fuera a Barrow en unos días.

Claro, yo me encargaré.

Gracias, madre. Te amo. Adiós.

Adiós, bebé. Cuídate.

—Tú también.

Corté la llamada y me acomodé en la cama para dormir con una sonrisa en mi rostro, pero esta se borró luego de unos segundos de pensar en toda la situación.

Lo único que me preocupaba de que mi familia fuera a visitarme, era que conocieran a Gohan y Ashton. Tenía claro que sería difícil que dieran una buena impresión, en especial, ante mi papá.

Si ellos no daban una increíble impresión ante una persona como yo, ante mi padre no la darían jamás. El era estricto, amargado y poco tolerante... había un noventa por ciento de probabilidad de que la visita terminara en un caos.

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