Capítulo 29: Nuevos Planes
Gohan
Abby... de todas las chicas existentes tenía que ser ella, una de las más irritantes y molestas que había conocido. Por un momento había llegado a sospechar que la que le gustaba o atraía era Alie, lo que hubiera sido mucho mejor... o eso suponía yo.
Si Abby me había dejado de agradar un tiempo atrás por diferentes motivos, en ese momento se había intensificado mi desagrado.
No sabía si Ashton era ciego o tonto, o ambas, pero era tan obvio que Abby se moría por estar con él. No sabía que quería, si algo serio o un amigo con derechos, pero de que algo quería, estaba seguro.
Cuando me levanté en la mañana, Ashton y Alie estaban en la cocina como de costumbre, Ashton comía una avena con leche de almendras y Alie yogurt con cereales.
—¿Cuándo salen de vacaciones? —preguntó Alaska.
—Bueno, nuestro último examen es el miércoles —contesté—. ¿Por qué?
Alaska se encogió de hombros.
—Solo quería saber si pretendían hacer algo.
Yo comencé a prepararme un sándwich en el mesón de la cocina.
—No lo sé. A veces vamos a la casa de playa de los padres de Ash por unos días y pasamos allá el año nuevo —comenté—, pero no hacemos planes realmente.
Alaska miró a Ashton extrañada.
—¿Los dejan usar la casa? ¿No los odian a ambos... o al menos detestan?
—Era de mis abuelos —dijo Ashton—. Casi nadie la usa, pues todos tienen trabajos muy exigentes.
—¿Y dónde queda?
—En Malibu —contestó Ashton.
Alaska soltó una pequeña risa mirando su plato de cereales.
—¿De qué te ríes? —preguntó Ash.
—De qué debí suponerlo.
Ashton rodó los ojos con una sonrisa en el momento en que me senté junto a él.
—Soy como una versión de Barbie con pene y cabello negro, lo sé.
Alie asintió con una sonrisa divertida.
—Deberíamos ir este año —sugerí—. Alie podría conocerla y tal vez aprenda a hacer surf con nosotros si vamos en el siguiente verano.
—¿Surfean?
Ambos la miramos con un aire de grandeza.
—Por su puesto. La pregunta correcta sería: ¿Qué no hacen? —corregí.
—Cocinar o ser responsables —dijo Alie.
Ambos la miramos con desagrado unos segundos y volvimos a nuestra comida.
—Podría ver si va a estar vacía —accedió Ashton después de un rato—. ¿Te gustaría? —le preguntó a Alie.
—Claro —respondió animada.
—Puedes llevar a Brian si quieres —le ofreció con lo que pareció un pequeño tono de sufrimiento.
—Bueno, se lo sugeriré. Gracias, Ash.
¿Estaba loco o a Ashton no le agradaba Brian del todo? No era que lo hubiera notado en ese momento, ya lo llevaba suponiendo de hacía unas cuantas horas.
Evaluando el comportamiento de mi amigo y comparándolo con lo que yo sabía de él (o sea casi todo), podía apostar que Brian tenía algo que le molestaba.
Me parecía tierno que fuera capaz de invitar a Brian por Alie, aun sabiendo que tendría que soportarlo. Ashton era tan buen amigo...
—¿Y si invitamos a Abby también? —pregunté.
Alie se atoró con un poco de su comida, por lo que comenzó a toser con fuerza. Cuando se logró calmar, me miró confundida.
—¿A Abby? ¿La pelirroja?
Yo miré a Ashton levantando las cejas.
—¿Ves? No soy el único que corrobora quien es Abby —alegué para luego mirar a Alie—. Sí, a la pelirroja.
—Ah... —se limitó a decir.
—¿Por qué la quieres llevar? —preguntó Ashton con una sonrisa un tanto nerviosa.
Yo solo apoyé mi mano en el muslo de su pierna y la sacudí un poco.
—Tú sabes por qué.
Si Ashton era tan buen amigo, yo también debía serlo. No podía ser un egoísta y evitar que Ashton fuera feliz solo porque su interés amoroso no me hiciera ninguna gracia.
—Ah... —asintió, dándome una sonrisa—. Claro. Gracias.
El resto del desayuno fue algo silencioso y había podido notar que los otros dos ya no parecían tan animados, pero ¿qué había pasado?
[...]
—¡Aprobé! ¡Lo hice! —Ashton entró a mi habitación acelerado y esperó a que yo dijera algo.
Yo aún estaba buscando en mi ordenador mi calificación y cuando la encontré, sentí un peso quitarse de mis hombros.
—¡Sí!
Exclamé, saltando de la cama y yendo a darle un abrazo.
Habíamos aprobado todos nuestros ramos ese semestre y oficialmente podíamos comenzar nuestras vacaciones de invierno.
Lo bueno de vivir en esa parte del país era que el supuesto invierno no era la gran cosa, apenas había un poco de lluvia y las temperaturas no solían bajar de los cinco grados Celsius, por eso ir a una casa en la playa para pasarlo no era tan tonto como podía sonar en alguna otra parte.
Ashton ya había hablado con sus padres y nadie usaría la casa en año nuevo, por lo que nos iríamos después de navidad.
Tan solo faltaban unos días para que fuera navidad, pero como de costumbre, Ashton y yo no habíamos armado ningún árbol, solo habíamos puesto algunos adornos por la casa y en la parte exterior de la puerta principal.
La navidad no era mi festividad favorita, no cuando la mayoría habían sido una porquería, y Ashton tampoco le tenía gran apego.
La única diferencia entre las navidades de Ashton y las mías era que, a él, el vacío del cariño familiar se lo llenaban con regalos caros, a mí, mi madre apenas me había podido regalar algo unas veces.
Alie, por otro lado, había armado un pequeño arbolito en su departamento. Había dicho que en su casa solían armar todos juntos el árbol todos los años, aún cuando ya no había ningún niño en casa.
Ese día, después de la hora de almuerzo, Alie llegó al departamento con donas de diseños navideños de regalo.
—¿Y eso por qué? —le pregunté yo.
—Porque son mis amigos y los quiero...
Aun cuando Alie parecía feliz por la navidad, había veces que parecía decaída, como en ese momento. Parecía estar apuntó de soltar una lagrima, pues sus ojos estaban más brillantes de lo habitual.
—¿Pasa algo? —preguntó Ashton, tomando la caja y poniéndola sobre sus piernas para abrirla.
Alie se sentó en el sofá, al lado de mi amigo, dejándolo en medio de los dos.
—Es solo que... esta es mi primera navidad sin mi familia —informó—. Se siente raro.
Hubo unos segundos de silencio.
—Pero al menos, si te sirve de consuelo, estaremos nosotros —le dijo Ashton con una sonrisa amable.
Alie le devolvió la sonrisa.
—Por eso les traigo donas.
Yo saqué una de la caja y la mordí.
—Me gustará pasar navidad contigo —comenté.
Ambos rieron y nos concentramos en la televisión frente a nosotros.
—Ah, había olvidado decirlo —habló Alie, de pronto—. Brian aceptó ir con nosotros. Iremos en su auto.
—Magnífico —dijo Ashton, con lo que yo pude notar era un tono de emoción muy forzada—. Abby también va —informó.
Alaska no dijo nada, solo volvió a ver la televisión.
En ese momento recordé que Alaska también parecía no simpatizar mucho con Abby. Acababa de percatarme de lo que estaba pasando: iría de viaje con un grupo de personas en el que no todos parecían agradarse... donde a mí no me agradaba alguien.
Bueno, estaba claro que ese no sería el mejor viaje de la vida, pero ¿qué tan malo podía ser?
«Al menos yo no llevo a nadie molesto».
Eso sí que hubiera terminado siendo un terrible desastre.
¡Holis!
Vengo a contarles que la próxima actualización será una doble actualización como regalo de navidad.
Quiero decirles que realmente estoy muy feliz por todo el apoyo que le han dado a esta historia, pues nunca había tenido un libro que se hiciera tan popular estando en proceso. En especial, me encanta ver que los personajes les gustan tanto como a mí (particularmente mis dos chicos hermosos sjsjsjs).
Bueno, esperero que este capítulo les haya gustado. ¡Besitos!
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