Mientras Becky buscaba en el enorme vagón, Evan estaba pendiente a la chica, o más bien admiraba las manos de la chica.

Las manos de la chica de rulos era algo flaca, los huesos de sus dedos se marcaban y sus dedos eran largos y delgados.

La chica castaña podría llegar admitir que la mano de esa chica era algo...¿Ardiente?

- ¿Podrías dejar de mirarme y ayudarme? - Musitó Becky al notar la intensa mirada de Evan sobre sus manos. - ¿Por qué miras mis manos?

- Es que... - Evan trago saliva intentando buscar las palabras correctas. - Me... ¡Me gustan tus anillos!

Becky frunció el ceño mientras alzaba su mano y se la mostraba a la chica. De un momento a otro, el rostro de Evan se convirtió en un rosado fuerte.

Evan bajo su cabeza mirando esta ves como sus pies se movían, era como si ella no lo controlará.

Una mano se poso sobre uno de sus muslos, al ver rápido aquellos típicos anillos entendió que se trataba de la chica de rulos, pero otra mano tomo su mentón obligándola a mirarla.

- ¿Por qué tú rostro está rosado? - Murmuró Becky mirando a la chica directamente a sus ojos.

- ¿Por qué estás tan cerca de mi? - preguntó Evan con burla, la tensión de las chicas se podría cortar con una hacha de verdugo.

- ¿Que? - murmuro Becky con una sonrisa. - ¿Te pone nerviosa una simple persona, pequeña serpiente?

- Soy mayor que tu, osita. - afirmo Evan mientras cads vez más se acercaba al rostro de la chica.

Becky algo cansada de la tensión, tomo la nuca de Evan empujándola para que sus labios pudieran conectarse en un beso.

Desde el punto de Evan, ella estaba más sorprendida que nunca, los labios de Becky se movía con tanta perfección sobre los de ella. La mano que Becky tenía sobre la nuca de la chica, bajo cada vez más hasta poder tenerla en su cuello, mientras que lo apretaba con suavidad.

Al separarse ambas aún sorprendidas por lo que la de rulos hizo, se miraron entre las dos. Evan tomo el impulso y volvió a conectar sus labios con los de la chica.

Pasaron minutos desde que las chicas estaban en aquella situación, pero un ruido en la entrada del vagón hizo que se separaran de golpe.

- Oigan chicas les recomiendo que nos movamos, hay últimos hombres aquí. - hablo Lexa entrando a el vagón. Luego les miro con sus cejas alzadas y sonrió. - Vaya... Veo que se disculparon de una forma sabrosa.

- Cierra la boca. - dijeron ambas a la vez provocando una risilla por parte de la pelirroja.

- Aw... Hasta hablan en cincronia. - dijo Lexa mirando a ambas chicas. - Quiero que me inviten a su boda.

Evan rodó los ojos con molestia y se bajó de aquella mesa, se acercó a la puerta del vagón observando cómo los otros dos hombres llegaban corriendo con Gus.

- ¿Gus? - Becky lo miro con confusión. - ¿Dónde estabas?

- Nos tenías preocupado, niño. - dijo Evan mientras acariciaba una de las orejas del chico.

- No encontre a perro, Evan.. - Murmuró el pequeño híbrido con la cabeza cabizbaja.

Evan agarro a Gus y lo subió a sus brazos. - Tranquilo Gus, lo vamos a encontrar.

- ¡Oigan, dense prisa! - Exclamó Osa en un susurro, tomo la mano libre de Evan y corrió por todos los vagones hasta llegar a uno donde había una evidente salida.

- No vamos a hacer lo que estoy pensando... - murmuró Lexa, la chica tomo su estómago formando una arcada falsa y miro a los demás. - ¡Ya no puedo con mi cuerpo, siento que explotare en algún momento!

- ¡Cállate! - Exclamó Jepperd y cerró la puerta del vagón, Evan estaba en la puerta donde había un lugar por dónde podrían saltar. Jepperd por su lado, se le veía algo raro, abrió aquella puerta y salió colocándose un chaleco y una gorra.

- Loco, que descanses en paz. - Murmuró Lexa, se acercó a Evan al ver que la chica miraba las vías del tren con horror. - ¿Que pasá, aún pensando en la cogida que te dará Osa cuando esto se acabe?

- ¡Alexa Bulatov! - Exclamó la chica mirandola con enojo y su rostro sonrojado.

- ¿Cómo sabes mi apellido?

- Tengo mis contactos.

Segundos después, el grandote entro al vagón con prisa, tenía a perro en una de sus manos y se le veía agitado.

- ¡Abran la puerta! - Exclamó un hombre con voz grave.

- Últimos hombres. - menciono Becky con enojo, los únicos hombres que estaban en el vagón, se colocaron en la puerta intentando bloquearla.

- ¡Que hacemos!

- ¡No lo sé!

- ¡Hoy morimos!

Las tres chicas que gritaron se miraron entre sí y miraron la salida.

- Creo que es la única opción. - dijo Evan mirando la salida, se acercó un poco a la orilla y miro a aquellos dos hombres ayudándoles.

- ¿Tenemos que saltar? - pregunto Gus con miedo.

Unas manos en los hombros de Gus lo asustó por unos segundos, pero al notar aquellas peculiares manos morenas se tranquilizó.

- ¡Salten!

Lexa estaba casi orando a quien sabe Dios, Osa fue la primera salto y rodó por el pasto, Gus fue el siguiente, el chico salto junto a Lexa y Evan. Y el último termino siendo el grandote.

Luego de un rato de que Evan estuviera en el suelo con un dolor de espaldas que al parecer y según ella ningun quiropráctico le ayudaría.

Lexa se le acerco gateando y se acercó a su rostro, soplo sus ojos provocando que la chica los cerrará al instante.

- No seas animal... - Murmuró Evan dándole un golpe a la chica.

- ¿Que estan haciendo? - pregunto una voz, la persona que había preguntado estaba parada

- Tranquila Osa. - dijo Lexa sonriéndole. - Evan es toda tuya, además... Ella no es mi tipo.

Becky rodó sus ojos y ayudo a Evan a levantarse, cuando estuvo de pie pudo admirar de cerca los ojos azules de la chica de rulos.

- Gracias osita. - agradeció Evan mientras le dedicaba una sonrisa ladeada.

- Claro. - Murmuró Becky aún pudo notar como su mano estaba entrelazada con la de Evan y su rostro se convirtió en un completo chicle rosado.

- ¿Por qué tú rostro está rosado? - pregunto Evan mirando la voz de Becky al notar el rostro de la chica.

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Pensé que no se podía pero se pudo

DOBLE ACTUALIZACIÓN

tengo pensado terminar está historia en menos de una semana así que pendientes mis vidassss