Capitulo 26
Jepperd, al escuchar las interesantes declaraciones de Becky, se quedó paralizado con los ojos tan abiertos como los de un plato. Lexa confirmó que era cierto, y yo solo me quedé quieta en mi lugar mientras miraba a Rebecca como si fuera la cosa más interesante de este patético lugar.
En cierta manera, es la cosa más interesante.
Todos estábamos juntos y caminando hasta la entrada de la puerta de la casa, mientras que Jepperd discutía con Singh y las cosas que no debería hacer mientras nos quedábamos en este lugar.
Rebecca desató las manos de Singh, viendo que en su mirada se notaba el leve desagrado que le tenía al indio. Jepperd dejó una mochila que fácilmente podría ser el mismo tamaño que yo, y tocó la puerta.
Pero cuando se abrió, había un hombre con una escopeta en manos. Vaya hermosura de escopeta. — ¡¿Quienes son?!
— La policía, manos arriba, simple mortal. — hablé en broma mientras con mis dedos hacía una pistola de mentira.
El hombre se lo tomó muy enserio, abrió el seguro de la escopeta y disparó a tan solo centímetros de mis pies.
— ¡Oye, oye! — exclamó Jepperd tratando de calmar a ese psicótico anormal. — Solo somos viajeros. Vimos tu avión pasar hace un rato... y necesitamos llegar a la costa, es urgente.
Aun que los leves jadeos que se escuchaban a los interiores de la casa me desconcertaron, me sonroje pensando algo distinto, pero luego sonó un grito tan desgarrador. Era una mujer que maldecía a lo que tal vez sería el hombre que nos apuntaba con el arma.
— Quiero que se larguen. — ordenó aquel barbudo.
— Por favor... — Rebecca intentó hacer que el castaño reaccionara, pero el no cedía.
— ¡Ahora!
Aquel castaño de ojos típicamente marrones bajo la escopeta y entró nuevamente a su hogar, pensado que nadie le iba a dar problemas, cuando el querido Doctor Singh corrió hasta la entrada y bloqueaba la puerta con su pie.
El hombre forcejeaba con dudosa fuerza, pero Singh parecía tener más resistencia.
— ¡Señor... soy un doctor! — terminó por decir Singh, nosotros esperanzados al notar que el hombre dejó de forcejear. — ¿Necesitan asistencia médica?
El varón permanece en silencio. Lo único que nos conmovió a todos fueron los gritos sin cesar de una mujer. Quise reír al saber que era. Entonces coloqué mi barbilla en el hombro de Rebecca y susurré en su oído;
— Apuesto una barra de chocolate que es una mujer preñada. — declaré con burla, y noté como Rebecca se tensaba algo asustada. — ¿A ti qué te pasa? Rara.
— Mi esposa dará a luz. — explicó la misteriosa persona cuando terminó de abrir la puerta. — Volé a Twin falls a buscar un doctor, pero no queda nadie.
— Estás de lotería hoy, querido próximo padre. — solté antes que Jepperd dijera algo. — Nuestro querido, "buen Doctor. Singh" podrá ayudarlos. A cambio de que nos lleve a Nag's Reef cuando su mujer deje de parir.
— ¡Ay por dios! — exclama la mujer, no quiero hijos. — ¡Ben!
— Benny, Benito, tenemos que apurarnos, luego los dice a cuanto están los pasajes, pero no me digas que tengo que mostrar pasaporte, por qué estoy pobre. — dijo Lexa en un balbuceo, debido a los gritos y quejas de la mujer.
El hombre pareció estar en razón y antes de entrar;
— Meñiques.
Fui la primera en levantar mi meñique, sonreí como si fuera el momento más alegre que podría vivir en mi vida, y observé de reojo a todos alzarlos como buenos mortales que son.
— Si nos ayudan los llevo.
— Es un tanto entonces. — habló Jepperd por mi.
— Pero ellos se quedan. — el tal ven señal a los niños. Obviamente no había notado mi boca, y mucho menos la de Lexa.
— Perfecto, no hay trato. — soltó Lexa a la defensiva, pero recibió un codazo por parte de Rebecca cuando se intentó meter entre todos nosotros.
— Es de mi hermana de quién estás hablando. — reclamó Becky a la defensiva mientras señalaba a Wendy.
Benito rio. —¡Ja! Disculpa no noté el parecido.
Era obvio que quería ofenderla, entonces me quise acerca al hombre por ofender a mi novia y cuñada, cuando la mano de Becky se posó en el cuello de mi camiseta y no me dejó.
— Esta bien. — dijo Gus cuando notó el ambiente tenso. — Lo que sea para sacarnos de aquí.
Singh no lo dudo y entró a la casa, Jepperd me observó a mi y posó su dedo en su boca indicándome que no hablara. Becky me tomó del brazo y me jaló hasta los interiores del hogar, y Lexa entró de últimas.
Benito esperar a que todos entráramos para cerrar la puerta en la cara de los niños, quise escupirle ácido a ese mal nacido.
Cuando todos estaban reunidos en una sola habitación, tragué en seco al ver a una mujer en una piscina, desnuda de la cintura para abajo y con una enorme barriga.
Sentí náuseas.
— ¿Usted cree que este niño sea normal? — pregunta la mujer entre jadeos mientras tenía su ceño fruncido.
El silencio incómodo que se formó en aquella habitación jamás lo podré describir. Singh aclaró su garganta como si hubiere estado pensando en su respuesta por un milenio. Luego les dio una pequeña sonrisa.
— El feto desarrolla características híbridas en el tercer trimestre. — explica Singh algo preocupado por el bebé. — No me he... huh, encontrado alguna excepción.
— Muy buena su clase, doctor Singh. — dijo Lexa desde la entrada.
Mientras Singh se quitaba su abrigo, Ben le intentaba calmar a aquella mujer, pero ella solo le gritó enfurecida como respuesta. Sing le indicó al hombre que tomar asiento no sería una mala idea, entonces el salió y fue a la cocina a rebuscar.
— No fue así la primera vez. — nos informa en el hombre.
— Entonces, ¿este no es su primer hijo? — pregunta Jepperd. ¿Es tonto o se hace?
Ben asintió. — Tenemos un niño, tiene doce años... de antes de todo esto. Queríamos darle un hermano.
— Es difícil traer a un niño a este mundo lleno de desgracia y cepa de juicio.
— ¿Alguna vez no fue difícil? — ya se por dónde va todo esto. — Queríamos una vida normal, una familia normal.
— Perdona que te lo tenga que replantear como semilla de calabaza. — digo yo interrumpiendo su desahogo fallido. — En este mundo, nada es normal. Toda esta cosa de niños animales, es totalmente normal en estos años.
— Te equivocas. — me dice el hombre, jamás sentí tantas ganas de patearle las bolas a un maldito hombre. — Detesto a los que son diferentes.
— Que pena que la madre tierra tomó la decisión de matar a los humanos. — bramo Lexa mientras apretaba su puño izquierdo con discreción fingida.
Aún que el hombre asintió de acuerdo a las palabras de Lexa. Su mente quedó en blanco, estoy casi tan segura de eso. — Y ustedes... ¿de qué estaban escapando?
— Tu mismo lo dijiste, hay muchas personas allá afuera que no protege y cazan a los híbridos. — informó Becky de la manera más obvia.
— Si el peligro los está buscando, haré todo lo posible con tal de proteger a mi familia.
— ¡Ugh! ¡Ben!
— Una disculpa...
Ben salió disparado para poder calmar a su esposa, salió por otro pasillo y le colocó llave a una puerta que todavía desconocemos sus adentros. Después apareció como si nada a lo que guardaba una llave en su bolsillo. A mi lado estaba mi novia, la cual miró al hombre con el ceño fruncido, y luego miró al pasillo.
Sonreí de lado al ver que estaba confundida, o tal vez se las ingenió de Sherlock Holmes.
— ¿Algo que compartir, Rebecca? — le llamé por su nombre y pareció molesta, pero ignoró el hecho de que la llame por su nombre.
— El está escondiendo algo. — contestó Rebecca mientras me tomaba del brazo y me arrastraba hacia Jepperd, le hizo una seña a Lexa y también llegó a nuestro lado. — Este lugar me da escalofríos, y no me gusta tener que depender de ese lunático.
— Yo diría algo más como...
— Esquizofrénico. — le complete a Lexa mientras asentía de acuerdo a las palabras de Becky.
— Hey, tampoco me gusta. — contestó Jepperd, evidentemente ignorándonos a mí y a Lexa. — Pero, hasta subirnos en ese avión, Singh nos tiene en sus manos.
...
Les debo una disculpa por no actualizar, me fui a un campamento, luego volví y entré en bloqueo, se me ocurrió otra idea para un fic de Hermione Granger, y ahora tengo más bloqueos.
Pero aún así, aquí les dejo este capítulo, espero lo disfruten.
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