Capitulo 24
Evan aún descasaba cómodamente en su asiento, viendo como Becky enrollaba el tobillo de Lexa con un par de trapos que había encontrado en la cabaña.
Al terminar, los ojos de todos fueron instantánea mente hacia Gus, el niño caminaba a los pasillos donde la luz alumbraba tenue. Sus orejas se movían de arriba hacia abajo, buscando algún tipo de presencia humana.
— ¿Qué pasa caramelo? — preguntó Jepperd, entonces Becky frunció su ceño y Wendy quiso acercarse a Gus.
Evan recogió las fuerzas que ya no le quedaban y se acercó a Lexa, aún también mirando a Gus con confusión. Evan tomó el brazo de Lexa y la ayudo a levantarse para que así, la menor pudiera apoyarse sobre la pálida.
— ¿Y tu brazo? — murmuró Lexa cuando notó la fuerza que hacía Evan con su brazo lastimado.
— Estaré bien, no te preocupes por eso. — le respondió en un susurro. Lexa caminaba con la ayuda de Evan, ambas acercándose a Gus junto a los otros tres.
Aún que se quedó plantado en el suelo cuando vio a un hombre entrar. Notablemente de baja estatura, una barba algo desagradable, y llevaba un pequeño trapo que usaba para poder protegerse ante cualquier peligro.
— Gus... tenemos que hablar sobre Alaska. — dijo el hombre, mientras jadeaba algo exasperado. Evan creyó que fue por haber escapado de algo.
Jepperd se acercó algo molesto al hombre y lo agarró de su chaqueta para casi tirarlo contra una pared.
— ¡Dale con el florero! — exclamó Lexa y Evan asintió, ambas recibieron malas miradas por Gus, Wendy y Becky.
— ¿Quién eres? — preguntó Jepperd luego de haber ignorado épicamente a las dos chicas. — ¿Con quién estás?
— Yo... soy el Doctor. Aditya Singh. — contestó luego de haberse tomando un respiro y mirar al hombre más grande. — Y estoy solo.
Gus tenía sus orejas bajadas, se le veía confundido pero desanimado. — ¡El Doctor. Singh! — exclamó Wendy señalándolo con odio. — ¡El mató a Roy!
— A bueno, entonces lo matamos y ya.
Jepperd al escuchar las palabras de Wendy y Evan, tomó a Aditya con fuerza y lo lanzó a una mesa de billar que reposaba de manera moderna.
Jepperd trató de tomar al hombre nuevamente, pero su rodilla fracasó en su misión y el hombre cayó agachado de dolor.
— Estás herido. — dijo el hombre y Evan no evitó rodar los ojos con frustración. El doctor quiso acercarse a Jepperd. — Puedo revisarte.
— ¡Cierra la boca!
— No hay mucho que pueda hacer Doc. — dijo Lexa y le sacó la lengua cuando el hombre la miró. — Hola, si, se que me recuerdas. ¿Le vas a tomar rayos-x a nuestro querido grandote?
Todos se quedaron en sus lugares algo tensos, el Singh quiso meter sus manos a sus bolsillos. — ¡Hey! — exclamó Becky y le golpeó la rodilla para luego tomar la mano del hombre con fuerza.
Pero realmente, solo había sacado el asta que le hacía falta a Gus. El la subió lentamente hasta la altura de Gus para entregársela.
Por otro lado, Evan y Lexa estaban sentadas en un par de muebles de cuero, admirando la escena.
— Por Dios... si Becky termina contigo, yo arriesgo todo. — murmuró Lexa mirando de reojo a la de rulos amenazar al hombre con tan solo la mirada.
Evan apretó su mandíbula, más de lo deseado y miró a Lexa. — Espero haber escuchado mal...
— Si... límpiate esos oídos. Sorda.
— Yo ya sé que esto no compensa lo que has pasado. — dijo el musulmán tratando de aliviar la tensión del momento.
Gus levantó la vista y miró a Becky, la cual señalaba su cabeza significativo a él hasta faltante de Gus, y luego asintió.
Cuando Becky estuvo apunto de golpear al hombre, Evan le silbido y luego negó, después señaló a Gus con su propia cabeza.
— La verdadera pregunta es... — Evan se levantó y se acercó a Singh. — ¿Cómo diablos nos encontraste?
— ¿Me creerías si te digo que con fe?
— No. — respondió Evan mientras sonreía y luego rascó su nuca. — Mira, yo no entiendo nada de tu cosa... ¿musulmana?... pero estoy casi tan segura, que nos estuviste siguiendo desde algún punto. La fe es algo no que existe.
— Entonces llámalo destino.
— Mejor di casualidad.
— "Destino" — dijo Jepperd de manera burlona. Era cierto. ¿Por qué tragarse ese cuento de la Fe y el Destino?
— Estuve a punto de morir una docena de veces, al menos eso creo. — murmuró el hombre ganándose la atención de los demás. — Hasta intenté acabar con mi propia vida, pero continué con mi propósito de salvar al mundo.
Evan resopló irritada.
— Si te querrías morir, avísalo desde antes, yo te hago el favor. — susurró la chica, acercándose al rostro de aquel hombre y mostrando sus colmillos manchas en el ácido negro.
Becky tomó de las caderas de Evan y la apartó por más que quisiera que aquel hombre muriera.
— Por eso estoy aquí. Para guiar a Gus a Alaska. — mencionó ese lugar. — A la cueva.
Evan frunció el ceño aún mas confundida, luego que por el rabillo del ojo miró a su novia de la misma manera si no era peor. Becky tenía su cabeza ladeada y miraba al hombre con enojo, pero el sus hermosas perlas azules se reflejaba la curiosidad que sentía.
Evan miró a Gus y negó algo confundida, pero el pobre solo agachó su cabeza y miró el suelo con desconfianza.
— No te salvarás con mentirillas. — dijo Becky ala apartarse de Evan y tomar al hombre de un brazo para casi llevarlo arrastras hasta la salida.
— ¡Espera! — exclamó Gus, al subir su cabeza y reflejar más confianza. El chico se acercó al doctor. — ¿Como sabes de la cueva?
— Por qué la he visto. — contestó de manera simple.
— Genial, un gordo. Una mujer que parece de mentira. Una lisiada, dos esquizofrénicos, una cerda y luego estoy yo... — murmuró Evan.
...
Perdonen que sea tan corto, pero quiera actualizar, mañana lo más probable es que actualice.
Amo los comentarios de todos, gracias por el apoyo. <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro