HORA DEL FESTÍN.

Cada vez más se hacía más corto el camino, sin duda en partes me daba nervios. Tenía miedo de que el plan fallara, que todo se vaya al caño.

—Mierda— hablo Kate a mi lado.

—¿Que paso? — volteo mi cara para verla.

—Hoy es el festín. Por eso no te querían muerta, todavía.

—¿Que festín, Kate? — pregunto preocupada.

—Mi madre invita a sus amigos trastornados y aquí traen a sus presas más preciada, lo hacen cinco veces por año. El ultimo que mate a la persona que trajo se quedó con todo de los demás haya apostado. Algo así es, la verdad no estoy muy enterada de esto.

—Entonces que vamos hacer, eso complicara las cosas. Necesito un celular, quiero hacer una llamada, ¿se podrá?

—Sí, todavía es temprano. Puedo llevarte a mi habitación y podrás hacer la llamada ahí.

—Cierto sigo con la duda, en donde nos encontramos.

—No has salido del país si eso te preocupa. La mansión está ubicada en medio del bosque, es algo difícil encontrarla ya que es inmenso y la señal no coge allá afuera.

Asentí.

—¿Ya merito? — pregunte cansada.

—No, falta poco. No seas exagerada. Ya saldrás de las sombras y veras tu luz.

—Espero que ese momento me alegre.

Llegamos frente a una puerta grande color café. Kate la abrió con una llave, saco su cabeza vigilando que nadie pasara.

—Ven, camina y no te quedes por muy lindo que te parezca la mansión.

Salimos por un camino lleno de flores a su alrededor, muy lindo. Ella miraba a su alrededor, su paso se hizo más rápido y tuve que seguirle con rapidez.

Luego subimos por las escaleras donde en la pared había retratos colgados de personas, supongo que familiares. Después de caminar como media hora al fin me adentro en una habitación muy bonita, elegante, luminoso, amplio.

—Ahora presta atención, cambiare tu apariencia para cuando nos toque bajar mi madre no te reconozca. Déjame sacarte esa piola o te romperás las muñecas de tanto moverte— cerro la puerta y se acercó a mí para quitarme la piola.

—Como digas.

—Bueno primero empezare con tu cabello, le cambiaré el color y lo cortare.

Mi cabello llevándolo de este color por años ahora se va, y una parte de mi siente que volveré a ser yo, volveré a ser como era antes de mis quince años. Por una vez en toda mi vida siento que estoy bien, no siento que la vaya a olvidar y creo que ella aceptaría esta decisión. Soltarla de mi cuerpo mas no de mi corazón.

—Kate— llamo la atención de ella que está rebuscando en su armario— por si acaso Caroline a traído a una pequeña niña aquí, es de cabello rojizo en su cara tiene pecas...

—Sí, ella esta con mi hija, Anastasia. No le han hecho nada. Le rogué a mi madre que no le haga daño, es una indefensa niña que no merece estar en su plan.

Sentí como pude volver a respirar, tenía miedo de que le paso algo malo.

—¿Tu hija está aquí mismo? — me acerco a su lado.

—No, ella no se encuentra aquí. No la he visto hace dos años, la he con la diferencia que es por fotos. No te preocupes ella está muy bien cuidada. — me toca el hombro y yo asiento— Entonces a lo que venimos, que la hora se va rápido.

Primero me di una ducha, ya no aguantaba la suciedad en mi cuerpo. Me vestí con short holgado al igual que la blusa, sin ropa interior. Después Kate me sentó frente su espejo, se colocó guantes para no mancharse los dedos con el tinte. Luego no sé qué paso porque me quede dormida.

—Isi, levántate para que te quites el tinte. Ya están viniendo los invitados, hay que apurarnos.

Me levante como loca viendo por todas partes.

—Ay me hiciste asustar babosa— nos reímos.

Fuimos al baño y agache mi cabeza hacia frente, frente a la tina. Kate estiro la manguerita y me comenzó a enjuagar. Al salir con una toalla en la cabeza me volví a sentar frente al espejo y comenzó a secar y por ultimo me hizo el corte que quedo hasta un dedo debajo de mis hombros.

—Has quedado hermosa, no has cambiado mucho, pero si se nota algo la diferencia. Ahora vamos por el maquillaje.

No sé si me iba a sentir rara con el maquillaje, ya que no era fanática a ello.
Al terminar me mire en el espejo, en mis parpados tenía un brillo de color piel y en la punta en lo que termina el ojo negro, creo que era. Una raya pequeña al principio y al final del ojo. Me coloco pestaña, labial. Bueno, me maquillo.

—Ahora lo mejor de todo, elegí el vestido que quieras ponerte— abrió las puertas del armario inmenso y una variedad de vestidos había dentro.

Me acerque y pasaba con mis manos los que no me gustaban. A la final elegí un negro donde la manga solo del brazo derecho era suelta y la tela transparente. Es apretado en el torso y de cintura hacia abajo suelto, tenía una abertura en la pierna izquierda. Me puse unos tacos negro no tan altos. Deje suelto mi cabello y por ultimo me puse unos pendientes largos y delgados dorado.

Antes de que Kate entrara al baño le pedí prestado su celular. Ahora me encontraba llamando a Sean.

—¿Hola? — se escuchó la voz de él.

—Hola Sean, soy Luisiana. ¿Cómo va todo?

—Bien, estoy comunicándome con Marcos para que tenga todo listo, como lo hemos planeado. Solo necesito la ubicación y estará todo bajo control.

—Dale ahora te la envió— aleje el celular de mi oreja y con rapidez agregue el numero en WhatsApp y le envié la dirección— ¿Te llego? — pregunte— Y no te olvides de llamar a Hugo, cuéntale todo. Ah cierto, dile que su hermana está bien, que no se preocupe.

—Déjame ver, si, si me llego. Bueno nos vemos allá. Lu cuídate, sabes que todo saldrá bien, aceptar irme del país con la ayuda de esa señora supuestamente de la beca fue parte del plan. Sabes que siempre estaré contigo. Le contare todo.

—Lo sé, hacerle creer que todo fue cierto sobre tu y yo fue épica su cara, la hubieses visto. Pero ahora sí, adiós después nos vamos de largo para ponernos al día, hay días de sobra.

—Si— se escuchó una risa baja— deséame suerte y suerte para ti. Adiós.

Y colgó la llamada, lo ibaa matar sabía perfectamente que odiaba que la persona colgara, tenía que ser yoprimera.