FUERZAS

Sinceramente no sabía qué hacer, miraba el pañuelo en mi mano y la desesperación de la chica. Una parte de mi gritaba a toda voz que la ayudara.

Me debatí por varios minutos, mi mente despertó y mis pies se encaminaron con desesperación cuando vi al tipo acercarse para inyectarla. Me llené de valor y corrí con todas mis fuerzas, él se encontraba de espalda. Me lance sobre él, rodeando el pañuelo por su cuello. El tipo se movía con rapidez, intentando quitarme de encima, pero no me separaba de él y apretaba con todas mis fuerzas.

Sus manos se posaron en el trapo para jalarlo hacia adelante, y de un movimiento a otro fui lanzada al suelo con fuerza.

El tipo comenzó a toser.

Aproveche ese pequeño momento, me pare acercándome a la chica y desatar sus muñecas. Ya iba por la otra muñeca cuando...

-Cuidado- grito la chica aterrada.

Gire y el tipo saco una navaja de su bolsillo.

-Te crees valiente, perra. -espeto con furia el tipo.

Mire a mi alrededor con que defenderme, en el suelo se encontraba la jeringa, no lejos de mí.

-Lo lamento, por favor no nos haga nada. Haremos lo que tú digas- me arrodille y me arrastre para acercarme al tipo. Al pasar cerca de la jeringa hice como si me caía, la agarre y seguí caminando de rodillas. Al quedar frente a él de rodillas, alce mi mirada hacia el- hare lo que tú quieras- forcé mi voz, para que saliera sexy. Me levante lentamente, escondiendo detrás de mi espalda la jeringa y no quitaba mi mirada de él.

Me acerque a su cuello, aunque me daba asquerosidad y rabia intente contenerme.

-Lo que a mí me gusta- me susurra cerca del oído, su mano izquierda se posa en mi cintura e iba subiendo. - Un trio, perfecto.

Mientras lo hacía perder tiempo esperaba ansiosa la señal de la chica, esperando a que se pare detrás de el con la cuerda.

-Puedo hacer que te sientas en la nube, nena- escuchar eso me dan ganas de vomitar. Su mano sigue subiendo junto con mi abrigo y sus dedos rozan mi abdomen, respiro hondo y suplico a que cuando abra los ojos se encuentre la chica detrás de él, lista.

Cuento mentalmente hasta tres y abro los ojos con lentitud.

Preparo mi mano derecha con la jeringa, la apretó con fuerza. Acerco mis labios a su cuello para que hago espacio para que me la haga fácil, ya que su cabello es algo largo. Al obtener la señal de la chica con su dedo pulgar hacia arriba, no dudo y clavo la jeringa en su cuello. La chica sin pensarlo también envuelve la cuerda dos veces y apretar con fuerza.

AL retroceder el tipo me corta con la navaja en la cara. El cae al suelo y la chica sigue haciendo su trabajo. Me acerco con una almohada en la mano, la ejerzo con fuerza en su rostro. El patalea con fuerza y ya cuando deja de moverse me levanto con las manos temblorosa, dejando la almohada en su cara.

Miro a la chica. Ella me mira a mí. Nuestras miradas dicen todo, que hacemos ahora.

Ella frente a mí me doy cuenta que se encuentra con ropa interior, sin nada más. Es baja, cabello negro al igual que sus ojos, su piel es oscura. Agacha su cabeza y empieza a sollozar.

Yo me quede quieta en el mismo lugar sin saber qué hacer.

-Es la quinta vez... que... que intento escapar, pero siempre... termino en el mismo... lugar. No hay una salida en esto. He recorrido.... en mis intentos, pero siempre llego al mismo lugar. - Respira hondo cerrando los ojos con fuerzas, supongo que, recordando sus intentos de escapar, y luego los abre. - Y a la final también me encuentra alguien y soy atada de las muñecas y pies. Soy inyectada con drogas, me golpean por no dejarme los que ellos quieren. TODO ESTO ES UNA MIERDA, SOLO QUIERO IR A CASA O MORIR- grita.

-Yo vengo de un cuarto oscuro, la puerta estaba abierta. Los demás cuartos había cuerpos muertos, descompuesto, solo quedaban sus huesos. ¿Qué es este lugar? - pregunto mirando a mi alrededor.

-Esto es el infierno, para todos. No tiene otro nombre. Esta mierda está divida por sección, este es un lugar demasiado grande. Dos años en este lugar, ni se cómo esta fuera, digo la ciudad. - agacha su cabeza, nostálgica.

Me asombre al escuchar que ha estado por dos.

Siento rodar algo por mi cara. Alzo mi mano y veo que es la sangre de la cortada, me paso el brazo limpiándome con el abrigo, aguantando el dolor.

De pronto unas alarmas se escucharon por todo el lugar, la miro y ella tiene la cara aterrada.

-¿Que es esa alarma? - pregunto curiosa.

-Es la alarma de cuando alguien se escapa, ellos no se desesperan, solo lo hacen para la persona que se haya escapado se desespere y se ponga nervioso o nerviosa. Ellos saben perfectamente que no encontraran la salida fácilmente, por eso ellos no se desesperan.

Asiento lentamente. Supongo que será yo la que se escapó, pero otra parte me dice que no, como dice que es un lugar grande, mis posibilidades están a un noventa por ciento.

-¿Como saben si se escapan?, se supone que este lugar es grande. ¿Cámaras?

-Hay cámaras sí, pero hay un sensor en el marco de la puerta que les avisan.

Creo que me equivoque.

Esto será más difícil de lo que esperaba, tenía que buscar a Bianca. Estas personas son capaces de cometer cualquier cosa con tal de satisfacerse.

Salgo de la habitación, pero antes miro por los dos lados que no haya nadie.

-Vienes- me giro a ella.

-No estoy segura. Mi esperanza se ha desaparecido, he memorizado por donde he ido y todas me llevan a lo mismo.

-Entonces ayúdame, nos ayudaremos. Conoces el lugar, no del todo, supongo. Eso nos serviría de algo. Mi esperanza sigue en pie.

Ella asiente dudosa, pero lo hace. Se acerca a mi lado y toma mi mano. Yo incomoda respiro hondo, me giro donde ella que esta con una sonrisa.

-Lo primero que debes de saber es que al salir por esa puerta-la señala- nuestras vidas estarán en peligro, ellos tienen la orden de disparar a quienes se escapan de sus cuartos. Y cuando esto ocurre, las puertas se cierran cuando ya fueron revisadas. Te dije que están divididas por sección, solo he ido por el lado de las apuestas, .... claro hay esta la respuesta- se gira hacia a mí con una sonrisa- porque no lo pensé antes.

Yo la miro para que siga hablando.

-Primeramente, las apuestas son cuando venden a las chicas que son lindas y.... virgen, investigan todo sobre ellas y dan esa información a los anfitriones. Ahora sí, hay unas escaleras, lo había olvidado. Hace como seis meses, fue mi último intento de escapar. Esa escalera no la había visto es mis cuatro anteriores intentos de escapada. Recuerdo que antes de acercarme, hay una puerta casi cerca, seguro que, si no me hubiese acercado, no estuviera aquí. La cosa es que abrí la puerta con delicadeza. Había personas con traje y antifaces, en medio una chica alta y con buen cuerpo, una luz en forma de circulo la enfocaba. Ella en los efectos de la droga de movía, dando vuelta lentamente. Ellos apretaban un botón rojo donde subían la cantidad de dinero, compraban a las chicas.

Caminábamos con cuidado mirando por todos lados, que nadie se diera cuenta.

-Supongo que unos diez minutos más, me agarraron del brazo y me llevaron a donde tenía que estar.

-¿Pero porque en este momento no estas drogada?

-Buena pregunta, en esta semana se acabaron las jeringas con el líquido y como repuesto tienen unas pastillas. Ya sabía yo que eran pastillas para drogarme, porque eran las mismas pastillas que mi madre se tomaba. Según yo me las tomaba y me hacía pasar como si lo estuviera. Lo peor fue que bajo ningún efecto de la droga, te sientes totalmente estúpida. Ver cómo te violan y no poder hacer nada.

-Te entiendo- susurre.