LA VENGANZA SIGUE EN PIE

HUGO

Mi madre hace exactamente dos semanas me había llamado desesperada —yo me encontraba en los entrenamientos— con la noticia que mi hermana no se encontraba ni en la escuela ni en la casa, la niñera de paso se encontraba sin vida en medio paso de la sala. No quería pensar en lo peor, quizás se había quedado con unas de sus amiguitos, tampoco fue así. La habían secuestrado y no solo a ella, también a Luisiana.

Había ido a su mansión, pero esta se encontraba en cenizas, todo estaba quemado.

Me estaba volviendo loco, no sabía qué hacer, las dos personas que amo no están conmigo. Dos semanas ya habían transcurrido y los policías no encontraba al menos una pista de donde se la habían llevado.

Me comunique varias veces con Emma y ninguna de las llamadas eran atendidas, me había llevado la grata sorpresa que estaba hospitalizada, en coma. Todo esto solo llevaba a una sola persona, Caroline.

Llegue a casa después de un largo día en la estación de policía. Mi madre en llanto se sentó en el sofá, ya no sabía qué hacer para que no se sentiría así. La conclusión es que ella era madre, no podía hacer nada para calmar su dolor.

Me dirigí a la cocina y llené un vaso de agua para mi madre, sus noches al igual que las mías eran pesadillas. Se la ofrecí y ella la rechazo.

—Mamá, mírame— pedí.

—Dime cariño.

—La vamos a encontrar, siempre hemos salido hacia delante. Ella ya nos arrebató a muchas personas, esta no será la excepción, porque hare lo que este a mi alcance para encontrarla, pero viva.

—Ven aquí, pedazo de mi vida. No que sería mi vida sin ustedes, los quiero tanto que daría mi vida por ustedes— me arrodille frente a ella y nos abrazamos.

—D­uerme unas horas, no lo has hecho en días. Tienes que estar con salud para Bianca. ¿De acuerdo?

Ella solo asintió. La recosté con cuidado en el mueble y subí a su habitación para llevarle una sábana y arroparla.

De pronto se escuchó el timbre varias veces, sin pensarlo corrí abajo para ver de quien se trataba. Al llegar a la puerta mi madre me daba la espalda, pero su cabeza estaba gacha y se escuchaban sollozos. Con miedo me acerque con cuidado, con pasos lentos. Las dos puertas estaban abiertas, salí para cerrarla con seguro al igual con la otra.

—Mamá, ¿qué pasa? — pregunte preocupado.

Ella se giró temblando, con una caja grande color negra y pesada en sus manos. Me incliné para ver, era la cabeza de alguien, no pude distinguir de quien, ya que estaba llena de sangre. Debía mantener la calma, no quería alterar a mi madre. La cogí del cabello corto lleno de sangre que no pude distinguir su color, pero para su tamaño no era Bianca y por un momento se me vino a la mente Lu, pero esta idea se esfumo cuando mi madre murmuro un nombre.

—¿Quién es mamá? — pregunte curioso, con la cabeza levantada y la cara directa donde mi madre. Agarre la caja y la coloque en el suelo.

—Es mi hijita, ES MI HIJA— grito con fuerza cayendo al suelo golpeándolo. Me agache quedando frente a ella.

Me quede estático, no sabía que mi madre tuviera otra hija.

—¿Cómo que es tu hija?

No recibí respuesta, solo sollozos fuertes. La levanté y la ayudé acostarse en el sofá. Se abrazó con fuerza.

—Madre, ¿cómo que es tu hija? — volví a preguntar y nada, solo sollozos fuertes.

Me levante dirigiéndome a la cocina y llame al oficial Jasón que estaba encargado de nuestro caso.

—¿Qué paso?

—Mi madre recibió una caja. Dentro de ella una cabeza cortada, le pertenecía a su hija.

—¿Bianca? ¿No se dieron cuenta quien la dejo?

—No, no es de Bianca. Supongo que la dejaron al pie de la puerta, y me pregunto cómo pudieron entrar por la primera puerta, de paso no hay cámara. No sé cómo se llama, no me lo quiso contar. De igual mañana que se encuentre mejor le volveré a preguntar con más tranquilidad, dejare que descanse.

—Mejor, estaré allá en quince minutos. Necesito lo que está dentro de esa caja a ver sí que hay algunas huellas.

—Está bien, te espero. — colgué la llamada.

Volví a la sala y me senté por los pies de mi mama, ya se había quedado dormida. Sus ojeras se hacían cada vez más presente. Encendí la televisión para que la casa no se sintiera muy callada, puse cualquier programa para entretenerme.

Me puse de pies para revisar el celular de mi madre, me acerque al perchero de la puerta y revise hasta que lo encontré. Fue fácil, ya que no tenía contraseña. Revise en la app de mensaje y había un mensaje enviado hace cuatro días, ingrese a la app de teléfono y había varias llamadas perdidas de Nathaly. Revise los últimos mensajes enviados de esta chica. Me senté en el suelo cerca por los pies de mi mama.

Mamá responde a mis llamadas, hay algo que quiero contarte.

Enviado a las 3.03

MAMÁ, TE NECESITO. Ella volvió a mi casa y me amenazo, no sé qué quiere. Sabes que tengo cámaras en la casa, si me llega a pasar algo ya sabes que hacer.

Enviado 6.13

El último mensaje fue enviado hace un día.

Mami quiero dejarte este último mensaje para que sepas que te amo un montón, que nunca te odie ni te guarde rencor. Alexander apareció en la puerta de la casa muerto, no tenía lengua. Mi hija, no sé qué vayan hacer con ella. Estos días la he dejado con mi amiga que se fue de viaje a Italia, llámala y diles la verdad. Ellos ya vienen por mí, pero luchare hasta el último segundo de mi muerte. Ya vendrá alguien quien le haga pagar muy caro por todo lo que esta y sigue haciendo.

Enviado 16.23

Me sobresalte por el sonido del timbre, deje el celular en el suelo y me dirigí a la puerta. La calle se encontraba sólida, gracias a las linternas de la calle.

—Hola, buenas noches. ¿Cómo va todo, conseguiste algo o no? — pregunte.

—Hola. Primera déjame pasar que estoy que muero de frio.

Me hice a un lado y lo dejé pasar.

—Oh, espera ya te abro la otra puerta— cerré con seguro la puerta que da a la calle y abrí la otra que ya daba a la sala— He revisado el celular, se llama Nathaly. Tiene una hija que esta con su amiga en Italia. Ya no sé qué hacer. — Me restriego la cara. —¿Quieres algo de beber?

—No, no muchas gracias. Vine por la caja. — Se acercó a ella, en el suelo quedo un papel blanco, se agacho a recogerlo y alzo sus cejas.

—¿Qué es?

—Una nota, dice... que recuerdito ¿no?, al igual de como murió mi hijo, Caroline. Sé cómo funciona esto, alguien los está vigilando. Tienes que tener cuidado, esta yendo por cada uno, desde sus familiares fuera de casa y luego por ustedes, lo está haciendo lento para que sufran. Te cuento que hace un rato recibí una llamada de una tal Kate, dijo que se encentraba secuestrada. Le pregunte— comenzó hablar y se colocó unos guantes dejando la caja de nuevo al suelo— el lugar y me dijo que no sabía, que estaba con otra chica. La llamada se cortó, pero se escucharon risas de fondo, no le tome mucha importancia, a estas horas los jóvenes se ponen hacer locuras.

—¿Dices que estaba con otra chica, no te dijo el nombre?

—No— alzo la cabeza cortada del cabello y el olor era horrible. —Tiene cortes en la cara, no son profundo, tienen que a ver sido con navaja. Sus ojos están hundidos, jalones de cabello. Antes de matarla, la violaron de una manera muy brusca. Esto tiene que ir a forense, de seguro encuentren algo allí que nos brinde más información de quienes lo hicieron. Aparte de quien ya sabemos, ella es la principal sospechosa.

—Claro, este... es el celular de mamá, quizás te sirva de algo los mensajes que envió. Una investigación en su casa no estaría mal, en unos de los mensajes menciona que tiene cámaras. Ojalá y nos sirva de algo.