
capítulo 2: the bitch and punk girl.
Mirando a la nada misma, absorto en sus pensamientos y el shock de no creer lo que estaba viendo, ignoro por completo las excusas de la chica frente suyo.
Se habia tomado las molestias de ir hasta su casa, quería sorprenderla con unos boletos para ir al aventó que ella tanto había insistido en ir, maldita sea, incluso había ahorrado varias semanas e incluso no había podido comprar el nuevo tomo de All Might.
Había hecho tantos sacrificios por ella, tanta mierda... ¿Y así era como le pagaba?... en este punto de su vida, se cuestionaba seriamente el porque las perras abundaban alrededor suyo.
Miro a la castaña quien lloraba a mares, lágrimas de cocodrilo que lejos de hacer que sintiera lastima, solo avivó la llama del enojo y decepción. Luego miro al extraño en la cama, su mirada era de burla casi hizo que saliera de sus casillas...
Y así lo hizo... el chico tímido que se dejaba amedrentar por sus matones y que cada noche oía como se cogían a su madre...
Explotó...
Tomo los boletos y los rompió frente a la chica, entro al cuarto con los nudillos blancos de la ira, su mirada solo se enfocaba en el sujeto que cada vez se veía más serio...
Ese día Izuku Midoriya piso una comisaría por primera vez en su vida... ¿motivo?... Le reventó un florero al sujeto y lo golpeó hasta cansarse...
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???: -¿Midoriya?- pregunto la voz femenina y odiosamente familiar.
Cerro los ojos con fuerza, maldiciendo aún más su puta suerte, contó hasta diez y espero que la persona que lo llamo hubiera desaparecido como si solo fuera un producto de su mente queriendole joder aún más.
Pero se había olvidado que la diosa fortuna era una perra con el.
Izuku: -uraraka- pronunció su apellido con un tono amargo como el mayor de los venenos.
La chica solo saludo como si fueran amigos, incluso invadiendo su espacio personal con un putrido abrazo que casi le hizo vomitar su estómago.
Uraraka: -¿que haces aquí?, tu no eres de frecuentar estos lugares, estás lastimado ¿Te siguen intimidando?- pregunto con un tono alegre y preocupada al mismo tiempo.
El chico solo dedico un tajante.
Izuku: -que que chi...- con el tono más antipático, sobrio y amargo posible.
No la quería cerca... tacha eso, NO la quería ni ver en pintura ni en ningún jodido lugar, si fuera por él hubiera preferido un billón de veces mojarse en la lluvia, pero no queria estropear amada guitarra.
En serio con cada segundo que pasaba, solo quería pegarse un tiro o aguantar la respiración hasta morirse...
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El día había comenzado con un tono gris, para ella era un maldito regalo del cielo, amaba los días grises, el sol no molestaba para nada, no había calor, ni nada de esas cosas tan exasperantes, lo malo era la lluvia, pero tampoco le molestaba.
Hoy era domingo, había planeado junto a su banda tocar en un bar relativamente conocido en la ciudad, incluso le iban a pagar si lo hacían bien y entretenían al público.
Para calmar sus ansias decidió salir de casa, dar un paseo para despejar su mente inquieta.
Cómo había esperado, gracias a la amenaza del clima, las calles estaban relativamente vacías, esa era una de las razones por la que tanto amaba los días así.
Su paseo sin rumbo la había conducido a un parque casi vacío, alguna que otra familia con sus pequeños. Nada de eso llamo su atención, salvó una figura sentada en un banco.
Era como una mancha que no debería estar ahí, una figura que rompía la armonía de un ambiente alegre. Él joven de cabello negro y mechones verdes había llamado poderosamente su atención, más cuando vio que estaba sacando una guitarra acústica.
Apenas el chico tocó los primeros acordes, todo a su alrededor desapareció, a pesar que eran solamente para afinar su instrumento, habían sido ejecutado de tal forma que únicamente había podido describir como perfectas.
Cuando toco las verdaderas notas pudo distinguir bien cuál era la canción, una que no se escucharía por estos rumbos y que pocos nipones sabrían apreciar... pero cuando comenzó a cantar...
La voz del chico era... única... cómo escuchar cantar a un ángel, uno cansado, derrotado y hecho trizas, el sentimiento que transmitía era tal que incluso a ella le había formado un nudo en la garganta.
El chico no tocaba para los transeúntes, no, él tocaba solamente para él y nadie más, solo estaba sacando sus penas al expresarlo con su guitarra y voz... una lastima que cuando ella había despertado de su catatonia, él ya había guardado su instrumento.
Decidiendo apostar se acercó a él y comenzó una charla, una que no duró ni cinco segundos por qué su teléfono sonó, era un miembro de su banda, eso le había dado mala espina.
Despidiéndose se alejo, yendo de nuevo a su casa y contestando el teléfono, y lo que escucho no le gustó para nada, el imbécil de su compañero de banda se había echado para atrás, dejando solo al baterista y a ella, metiendo los en un aprieto pues ya habían pactado la fecha y no había segundas oportunidades.
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Y aquí estaba ella, discutiendo con el baterista que carajos iban a hacer, le faltaba aunque sea un miembro más al final él tipo también abandono y ella se había quedado sola...
Con amargura y sintiéndose traicionada fue al bar para decirle al dueño que los dos imbeciles que tenía como compañeros se les había encogido las bolas, abandonando la banda.
Para joderla aún más, la lluvia cayó como una forma del día de decirle "aún puedo ser peor", lo bueno que su padre pudo llevarla en su auto...
Y...
Era curioso como las casualidades podían suceder... apenas llegó se encontró con una escena de lo más... peculiar...
El mismo chico que había conocido hace unas horas antes, estaba "sosteniendo" una conversación con una castaña tan alegre que incluso ella tuvo ganas de vomitar... y el tipo parecía querer huir a cualquier lugar lejos de la castaña aparentemente insufrible...
Pero también se había fijado del ojo matado, los labios rotos, una nariz enrojecida y que se veía que había sangrado, la hinchazón de su mejilla derecha, era más que evidente que le habían dado una paliza.
Se despidió de su papá y este le dió ánimos, esto era demaciado común en el mundo de la música, en sus palabras "no todos tienen las pelotas de actuar en un escenario, tu tienes más testículos que esos dos maricas"...
Jiro: -¡Midoriya!- lo llamo un tono levemente alegre, con solo ver al chico su estado de ánimo había mejorado.
El chico la volteó a ver con un movimiento casi mecánico, sus miradas conectaron en un click mutuo, incluso una pequeña sonrisa se formó en su amarga mueca.
Izuku: -jiro...- respondió con un tono suave que prácticamente suplicaba ayuda.
La pelimorada llegó frente al duo... y una idea muy estúpida paso por su cabeza, si tenía éxito entonces habría capturado a un diamante en bruto... y sino, pues seguiría intentando hasta que el chico aceptará.
Miro a la castaña que se veía confundida, intercalando la mirada entre Izuku y Jiro, luego tomo del hombro al tipo y pudo sentir como enseguida su cuerpo se puso rígido, incluso como comenzaba a temblar levemente.
Jiro: -¿te importa si me lo robó?- pregunto con un tono sarcástico, era evidente que le importaba una mierda...
Antes que la castaña respondiera, Jiro se marchó aun más profundo del bar, arrastrando al chico con mechones verdes quien ni siquiera hallaba palabras para discrepar, era más como una resignación sombría.
Jiro: -viejo, te vez del asco... ¿que paso?... sabes que, no tienes que decirme sino quieres...- miro a la dirección donde la castaña quien se encontraba hablando con un tipo que a simple vista era desagradable.
-este... voy a hablar con el dueño del lugar... solo espérame aquí, ¿Entendido?- pregunto con un seño fruncido, lo que más la amargo fue que el chico solo asíntio con la mirada baja.
La chica punk suspiro y fue al despacho del dueño del lugar, dando la cara para informar que su banda se había disuelto apenas unas horas. Sorprendentemente el jefe del lugar se lo tomo muy bien, incluso había contratado una banda suplente.
El tipo le dió animos y fue sincero al reconocer que los dos idiotas se iban a hechar atrás, no tenían esa llama que un músico o cualquier artista debía tener para encarar un público que solo exigiría algo no menos a bueno... incluso le había dicho que si tenía una verdadera banda, podría volver a intentar en su local.
Con el asunto zanjado, regreso con el chico de mechones verdes. El tipo veía a todos lados, el más mínimo ruido lo alertaba y aparentemente no paraba de buscar la mejor salida en caso de alguna situación peligrosa.
Jiro: -amigo, relájate...- comento llamando su atención.
A pesar de él hubiera asentido, era más que claro que no había hecho el más mínimo caso, solo suspiro y lo tomo de la mano, guíandolo a una mesa lo suficientemente apartada de los demás y en especial de la castaña.
Izuku: -gra...cias... por ayudarme a alejarme de-de Uraraka...- inclino la cabeza, en parte por agradecimiento y en otra por la vergüenza de que su tartamudeo saliera a flote.
Jiro: -oye, no fue nada, incluso desde aquí puedo ver... que es una perra- comento mirando en la dirección de la castaña.
-supongo que no están en buenos términos, tenias rostro de que preferirías una patada en las bolas- ese comentario hizo que una pequeña risa saliera de la boca del chico.
Había logrado que se relaje lo suficiente para iniciar una charla, genuinamente quería conocerlo, en parte por una sensación insana de saber el porque de su estado.
Pero cada vez que trataba de tocar el tema el chico lo desviaba a otro que inevitablemente sería interesante para ella, o hablaba sobre cómics de superhéroes o de música, dos temas que ha ella le fascinaban por obvias razones.
Tampoco pudo disipar ese aparentemente perpetuo estado de alerta, era como ver a un conejito asustado que al mínimo ruido saldría corriendo.
Las horas pasaron y la banda suplemente habia comenzado a tocar, en un estilo estruendoso y macarro que fácilmente podia lastimar los oídos de un casual. Volteó a ver al chico que aparentemente tenía la misma sensación de disgusto por la horrible armonía de la banda.
Puso el dinero de los refrescos en la mesa y se paró de la mesa, sus oídos comenzarían a sangrar en cualquier momento. Él quiso poner lo de su consumo, pero ella lo detuvo, después de todo era la que lo había arrastrado a una conversación.
Jiro: -¿Te vas a quedar ahí sentado?- pregunto asiendo un ademan señalando la salida.
Él negó y tomando su guitarra para comenzar a seguirla hasta la salida... dónde la castaña se estaba casi comiendo a besos con el tipo que estaba antes.
Jiro: -maldita sea, vayanse a un jodido hotel a coger- se quejo en voz alta para que la pareja la escuchará, cosa que funcionó.
Uraraka: -Izu-kun, ¿ya te vas?- pregunto alejandose del tipo, dejando de lado a su pretendiente como si no existiera.
El chico trato de alejarse, pero está tipa no sabía lo que era el espacio personal, ni ver qué evidentemente el chico la quería lejos, cada vez que volteaba, ella se plantaba frente su mirada.
Kyoka miro al tipo que veía con profundo odio al chico, era obvio pues le estaba quitando el culo que se iba a coger esa noche.
Jiro: -oooookey, lo siento por interrumpir tu parloteo, pero MI amigo y yo aún tenemos que pasear aprovechando que la lluvia se fue a la mierda- separó a la castaña y abrazo del cuello a Midoriya.
Un fugaz vestigio de desagrado se formó en el rostro de Uraraka, uno que se fue en un parpadeo, regresando a su rimbombante carácter insufrible.
Uraraka: -una lastima... nos vemos luego Izu-kun- se despidió con la mano y regreso con el tipo quien descaradamente la manoseo frente al par del par de jóvenes.
Kyoka solo le pinto dedo al tipo, moviendo los labios de una forma un tanto exagerada, y sea lo que sea que había dicho, el tipo se había emputado. Pero antes que ese cerdo pudiera hacer algo, ambos jóvenes ya se habían alejado lo suficiente para no vale la pena.
Jiro: -joderrr hermano, ¿que le pasa a esa perra?, es como si estuviera en un viaje de brownie todo el tiempo- se quejo con obvio desagrado por la castaña.
Izuku: -ella... siempre a estado en su propio mundo...- respondió con una mueca amarga e incómoda.
Jiro: -No me lo tienes que decir, a todo esto, ¿de que se conocen?, parecía desesperada por captar tu atención, parecía una mosca revoloteando alrededor de una mierda... sin ofender- lo último hizo que el chico riera con un tono amargo.
Izuku: -ella era... es... mi ex...- confeso con aún más incomodidad y amargura.
Jiro: -por la santa mierda, amigo... por favor dime qué fue al menos hace dos años porque sino-.
Izuku: -rompimos hace apenas cuatro meses atrás... la encontré en la cama con un extraño...- volvió a confesar.
La pelimorada casi se tropieza por la sorpresa, miro con los ojos como platos al chico, buscando indicios de que fuera una broma, pero la mueca sería y dolorosa solo mostró que no mentia.
Jiro: -por el culo de satanás, viejo... ¿que le viste a esa zorra?, ¿acaso daba buenas rusas?- pregunto con un tono sarcástico pero preocupado, ese última pregunta hizo que el chico riera amargamente.
Izuku: -No tengo idea... no llegamos a esa fase, pero puedes preguntarle a el idiota de atrás mañana por la mañana, je...- respondió con un tono sombrío a pesar de su risa claramente fingida.
El corazón de kyoka se apretó cuando vio como el chico cubría sus ojos, tratando de reprimir las lágrimas amargas de la decepción y el sentimiento de traición amorosa, a pesar de la mierda él no quería mostrarse en la mierda aunque era obvio que lo estaba.
Jiro: -amigo... lo siento mucho por haber traído el tema... pero si de algo sirve, que se joda esa perraraka- aparto la mano del chico para que la vea de frente.
-si ella quiere ir probando pollas como una catadora profesional, es su puto problema... a ella le dará sida, a ti no, y si vemos el lado bueno, al menos no te contagiaste de una ETS, ¿no?- pregunto con un tono divertido.
Izuku: -...je, ¿supongo que soy afortunado?- pregunto con la voz un poco quebrada, pero intentando seguir el juego.
Jiro: -claro que si, me encantraste a mí... ahora movamos el culo, la noche aún es joven- volvió a abrazarlo del cuello, dedicándole una sonrisa radiante.
Él solo asíntio, devolviéndole una sonrisa y dejandose guiar por la chica punk...
Tal vez este día no había sido una mierda como los anteriores...
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Fin del capítulo.
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