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capitulo 12: práctica familiar.


Llegó a su casa, abriendo la puerta desplomandose a pocos centímetros de la entrada. Si era sincero consigo mismo, su cuerpo dolía como el carajo, una sensación recurrente en su vida diaria, nada de lo que no estuviera acostumbrado ya.

Levantándose del cómodo y rígido suelo frío fue al baño como era su rutina diaria: curarse, ducharse y lamentarse de su miserable vida... O eso hubiera hecho de no ser por un factor más que escencial en su nueva vida: Kyoka...

Miro su reflejo magullado en el espejo y lejos de sentirse como un desperdicio se sintió... Orgulloso... Orgulloso por haber dado un paso adelante, antes jamás se le hubiera ocurrido confrontar a Bakugo, aquellos miedos y ataduras, aquella influencia de sumisión hacia el rubio cenizo se había roto lo suficiente para que se diera cuenta que el rubio no era tan invencible como él siempre pensó en todos los años de bullying.

Y todo se lo debía a una sola persona... Más bien a una familia completa, pero principalmente a una persona; desde que Kyoka entro a su vida en aquel primer encuentro en el parque, aquel segundo encuentro en el bar familiar, su cita nocturna... El tiempo que lo cuido cuando estuvo en coma y como lo mimo y amo incluso cuando ella era la única que estaba consciente, cuando pudo haberse alejado y simplemente hecho a un lado como todos los demás... Ella le había dado algo que él creyó haber perdido hace mucho tiempo.

Salió de la ducha y fue a su habitación, vistiendose y sentándose en el borde de su cama, miro el armario por largos minutos, específicamente un cajón entre todos los demás. Voces y susurros espectrales comenzaron a susurrarle con promesas de paz si abría aquel cajón.

Antes que sucumbiera a la tentación su celular comenzó a sonar, definitivamente ella tenía un don para llamarlo en el mejor momento posible.

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Respiro hondo tratando de disipar cualquier sentimiento negativo, y también para prepararse para lo que vendría. Tocó el timbre de la casa, no paso ni dos minutos cuando la puerta se abrió revelando a Kyoka que no se veía muy contenta.

Kyoka: -dejame adivinar... ¿Vagabundos?- pregunto con sarcasmo, dejando entrar a Izuku y revisando su magullado rostro.

Izuku: -que te puedo decir, estoy en racha...- respondió tomando las muñecas de Kyoka y apartándo las manos de ella de su rostro.

Antes de que su pequeña discusión siguiera Mika asomo su cabeza para ver a la parejita de tórtolas. No paso ni cinco minutos e Izuku estaba sentado en el sofá con Mika revisando su rostro mientras hacía mil preguntas.

Mika: -muchacho, ¿Que te paso?, parece que te subiste a un ring o algo...- comento soltando su rostro.

-Izuku, ¿Te metiste en un lío?- pregunto directamente, con el tono firme que solo una madre que se preocupaba por sus hijos tendría.

El pecoso bajo la mirada, sus labios prácticamente se sellaron evitando que diga algo, el hábito de esconder lo que le pasaba impedía que contará su delicada situación.

Kyotoku: -olvidalo, ayer cuando recogí a kyoka se peleó con un vagabundo cuando nos alejabamos en el auto- interrumpió bajando de las escaleras.

La matriarca de los Jiro alzo una ceja y miro a Izuku pidiendo explicaciones con solo la mirada, él desvió la mirada avergonzado.

Izuku: -Era eso o perder mil yenes- rio nerviosamente, recibiendo un sape de Mika de repente.

Mika: -debes tener más cuidado, el dinero no tiene el suficiente valor para compensar la vida. No sabías si ese vago tenía una navaja o algo peor- regaño con voz firme y con leve molestia.

El pecoso solo bajo la mirada avergonzado, pero... Se sentía cálido, no eran como los insultos y desprecios de Inko, no... Era genuina preocupación, algo cálido que apretaba su corazón y hacia un nudo en su garganta, en el buen sentido.

Kyoka: -si ya terminaron de regañar a mi novio, voy a llevarlo a mi habitación- comento tomando la muñeca de Izuku, tratando de alejarlo de la escena para que no se sintiera tan incómodo.

Kyotoku: -un momento, antes de que se chupen la lengua hasta la garganta... ¿Tienes lo que prometiste?-  interrogó con seriedad.

El pecoso asíntio y saco de su mochila la edición #1 de Al Might, en perfectas condiciones y cuidadosamente señada en un plástico al vacío. Kyotoku extendió sus manos temblorosas, prácticamente agarro el cómic con más cuidado que cuando sostuvo a su propia hija en brazos cuando nació.

Kyotoku: -por la escopeta de Kobein... No mentias... Ahora sí pueden irse, nada de sexo en la casa- hizo un ademan con la mano.

La pelivioleta no sabía si sentirse ofendida, pero no iba a tentar la suerte y el tiempo a solas que el cómic legendario le había comprado así que con simplemente subió las escaleras en silencio junto a Izuku mientras Mika los despedía con la mano.

Una vez que estuvieron solos ella suspiro y miro a Izuku por unos segundos, luego lo guío a la cama y se acostó junto a él con sus pies colgando en la orilla de la cama.

Kyoka: -¿Ahora sí me vas a decir que fue lo que te paso?- pregunto con seriedad pero con una profunda preocupación.

El pecoso desvió la mirada nuevamente, la pelivioleta estaba comenzando a entender ciertos comportamientos de su novio, tomo su mejilla y lo obligó a verla directamente.

Kyoka: -entiendo que no me lo quieras decir, si es lo que pienso que es... Entonces no te obligare a hablar- suspiro y se alejo un poco para darle cierto espacio.

Izuku sintió un punzada, odiaba tener que cerrarse pero no sabía exactamente como empezar, había mucho que decir y ni siquiera sabía exactamente por dónde empezar, no porque no quisiera en si, simplemente tenía miedo de que se volviera una avalancha de porquería que había Sido su vida.

Izuku: -gracias...- fue lo único que pudo decir.

Amaba con devoción como la chica de apariencia punk y ruda podía ser tan amable y comprensiva con él, sabía qie tarde o temprano tendría que contarle, tal vez mas temprano que tarde si no quería que ella se cansará del juego del misterio.

Kyoka: -no tienes que agradecer, me preocupo por ti, es todo...- se sentó a horcajadas sobre él.

Ella no tenía concepto de espacio personal después de haberlo cuidado durante cuatro meses cuando él estuvo en coma inducido. Inclinandose para acostarse sobre él se quedaron así durante largos minutos, pensando como podía hacer que él saliera de su caparazón, de como podía hacer que el saque los colores de su alma aunque sea de forma indirecta.

Y vio el instrumento al lado suyo, un bajo con el que estaba practicando antes de que Izuku llegara. Bajando se de Izuku tomo el instrumento y se le prendió el foco.

Kyoka: -¿Quieres practicar un poco?- pregunto con una sonrisa.

Izuku: -oh... Claro, ¿porqué no?- pregunto extendiendo su mano para tomar el bajo, pero antes de que pudiera tomar el instrumento ella lo alejo.

Kyoka: -pero no aquí... Le voy a pedir a papá que nos preste el estudio- comento saliendo de la habitación con una gran sonrisa.

El peliverde solo asíntio confundido, sentándose en la orilla de la cama nuevamente mientras miraba la habitación para entretenerse. Después de casi diez minutos kyoka regreso, ahora con una sonrisa algo nerviosa.

Kyoka: -tengo dos noticias, la buena y la mala- comento con algo de nerviosismo.

Izuku: -¿y esas son?- se levantó de la cama para acercarse a ella.

Kyoka: -la buena es que nos prestó el estudió... La mala es que pidieron participar- respondió con un leve fastidió, lo menos que quería es que Izuku se sintiera incómodo.

Él frunció el ceño ante la respuesta, no sabía si echarse para atrás, pero tampoco podía rechazar la convivencia con kyotoku y Mika, le debía mucho a ambos al igual que a kyoka.

Izuku: -oh... Está bien...- se alzó de hombros, estaba calmado por fuera pero por dentro estaba hecho un manojo de nervios.

Siendo guiado por kyoka de la mano, ella le mostró dónde estaba el estudio personal de su padre... Literalmente frente a la habitación de kyoka... Cuando ambos entraron estaban Mika y kyotoku esperándolos.

Kyotoku: -espero que des la talla, mocoso- comento con una sonrisa desafiante.

Mika: -no le hagas caso, solo está emocionado por convivir con su yerno- consoló a Izuku ganando un gruñido de su esposo.

La pelivioleta tomo una guitarra y se la entrego a Izuku, ella tomo un bajo, kyotoku se sento frente a la batería y Mika en el sintetizador.

Mika: -bien ahora... ¡Canta!- ordenó a Izuku mientras comenzaba a tocar unas notas con kyotoku siguiendo con la batería.

El chico con mechones verdes se quedó congelado, había pensado que solo iban a tocar instrumentos, no que lo iban a poner a cantar, miro a kyoka buscando ayuda y miro como ella también estaba ansiosa de verlo cantar, así que se dejó llevar esperando no cagarla.

Izuku: -No tengo hambre tengo ansiedad, ver tanta gente aquí reunida me da ganas de fumar- comenzó a cantar lo primero que le vino a la mente.

-lo que pasa es que en casa muy solo se está, ahí va otro inadaptado intentando encajar-.

Comenzó a tocar la guitarra junto a kyoka y su bajo. Los tres Jiro atentos a lo que cantaba el pecoso.

Izuku: -no se muy en dónde... Encajar... No sé ni para que... Si no hay botón hay botón de pausa, no hay rebobinar~, por eso es que no me pierdo ningún evento social, hace tiempo estoy pensando tengo que parar~, mientras tanto por las dudas sigo a toda velocidad!- poco a poco se iba a animando, sacando su frutacion mientras cantaba.

-¡Tírame un fósforo y me prendo fuego!, ¡tírame un fósforo si no me muerool~!-.

Kyotoku y Mika se vieron entre ellos, sabía que kyoka quería que Izuku sacará como se sentía a través de la música, pero esto era más denso de lo que aparentaba. Kyoka asíntio en señal de que siguieran tocando.

Izuku: -ya no tengo uñas para masticar~, solo este par de ojos que no paran, no paran de mirar a la gente con sus ganas de justificar ¡con urgencia su existencia ante todos los demás!- por alguna idea Bakugo se le vino a la mente y eso lo enojo en parte.

-¡Tírame un fósforo y me prendo fuego!, ooh~... !tírame un fósforo sino me mueerooo~!... ¡Noo! sos tan especial como te dijo mamá- su voz se quebró en esa parte.

Los padres de kyoka sintieron una punzada, sabían entre bruces que esas palabras tenían mucho más peso de lo que aparentaba.

Izuku: -esta en el gris tu mejor matiz, yaaa~ seee~ que no es tan fácil como parecía... Pero hasta un reloj roto !da la hora dos veces al día!. !Tírame un fósforo y me prendo fuego!, ¡Tírame un fósforo sino me muero!-.

La familia Jiro sabía que estaba culminando la canción, pero habían tenido lo que estaban buscando, ver aunque sea un destello de lo que el chico sentia.

Izuku: -¡Cundira el pánico!, ¡Cundira el pánico!, ¡Cundira el pánico!, voy a estar bien... ¡Cundira el pánico!, cundira el pánico!, ¡cundira el pánico!, voy a estar bien... ~estan en gris tu mejor matiz~...- miro al suelo con su respiración agitada, sentía sus emociones a flor de piel.

Dió media vuelta mirando a kyoka y sus padres con una sonrisa nerviosa, antes de que pudiera decir o hacer algo tanto hija como madre lo abrazaron con cariño, mientras kyotoku solo asíntio con la mirada desde su lugar.

Cerro los ojos y se relajo, sabía que estaba en el lugar correcto, con las personas correctas... Quizás la vida le había recompensado tantos años de desgracia...

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Fin del capítulo.

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