Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 70: No me abandones

Natalia

—Te dije una y mil veces que tienes prohibido salir exceptuando las mañanas, pues en cualquier momento puedo necesitar de ti. ¡¿Por qué, maldita sea, me desobedeces?! —exige saber el malnacido.

Quisiera decirle que no tengo porqué hacerlo, porque no es nada mío, sin embargo me abstengo para evitar empeorar las cosas. Pues cuando está drogado es más violento aún.

—L-lo siento —emito en voz muy baja, mientras el temor por lo que pueda hacerme crece.

—Un lo siento no basta, necesitas ser castigada. Tú me estás engañando, ¡¿no es así?! —conjetura, ejerciendo mucha fuerza contra mí.

—P-por favor, Johnny, te suplico me dejes en paz solo una vez. N-no me siento muy bien. —Le pido con la voz débil, empero, en respuesta, él me empuja hacia un lado.

Mis rodillas esta vez son las afectadas. Y lo único que puedo ya hacer es respirar entrecortadamente. Tengo los ojos abiertos, mas en cualquier momento quedaré inconsciente.

—Me vale un comino —espeta él, volviendo a levantarme de un tirón en mi brazo izquierdo; mi cuerpo está junto al suyo y nuestros rostros próximos. Ahora las arcadas me vienen por añadidura—. Tuve un muy mal día y en lo único que podía pensar para tranquilizarme era en cogerte. Me preguntaba si el paraíso tiene el sabor de tus labios... —Desvaría, mientras sujeta la parte trasera de mi cuello con una mano, limpia con la manga de su chaqueta la sangre en mis labios y se arroja a besarme.

Entonces me espabilo.

Chillo a la par que las arcadas aumentan, y con un empujón —sacando un poco de fuerzas de no sé dónde— lo aparto de mí. No consigo tirarlo contra el piso, no obstante no desaprovecho ni un nanosegundo, ipso facto echo a correr, ignorando los molestos mareos.

Pero, para mi desgracia siento que me eleva sujetándome por la cintura y entonces pataleo y grito lo más escandalosamente que puedo.

—¡Suéltame! —gruño, mas él me voltea y me empuja contra la pared, procediendo a mordisquear mi cuello y provocando con ello que mis lágrimas caigan a borbotones—. ¡Por favor, no me hagas daño, basta! —imploro con toda la desesperación que me corroe como veneno.

—¡Cállate! —vocifera a la par que me da otro golpe.

Entonces, no siento más.

Sin embargo, posteriormente siento una superficie dura bajo mi espalda y al abrir mis párpados lo veo mucho más cerca de mí de lo tolerable, haciendo de mi cuerpo su merced, esbozando esa morbosa sonrisa de placer.

Es cuando sé que no tengo más fuerzas para clamar por auxilio y escucho silenciosamente mi corazón hacerse pedazos.

Dios, si es verdad que existes, no me abandones. Por favor.

CAPÍTULOS FINALES

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro