Tiago

—¡Venga, ven! ¡Siéntate! —me anima Natalia ni bien se hubo sentado, haciéndome espacio y volteando hacia mí, que sigo con la misma expresión de abasia.

—Voy —contesto y voy corriendo a sentarme a su lado, mientras sacudo mi cabeza en un intento de apartar esos pensamientos.

Ya estando sentado la miro, y me mira también. Me gusta este roce peculiar de miradas que hay entre nosotros, este especial efluvio que se produce en nuestro pequeño entorno; pero, se está formando un silencio incómodo.

Flashback

«—Y, ahora ¿de qué te gustaría hablar?

—De lo hermosa que…»

Fin flashback

—Tiago, Tiago —recién me percato que Natalia está pasando una mano frente a mi rostro—. Te están llamando al planeta tierra.

—Lo… lo siento, me distraje —me rasco la nuca y creo que tengo un ligero sonrojo.

—Pareces ser muy distraído.

—Oh, mira quién lo dice —sonrío.

—Tienes razón. No, no hablamos bien de esto ayer —pone nuevamente un mechón de cabello tras su oreja y me observa fijamente—, pero apenas y me puedo creer que estoy acompañada.

—¿Cómo? —frunzo el entrecejo.

—Me espías hace tres semanas y media, ¿no? Siempre me viste sola.

—Aunque no me gusta la palabra espiar, pues en sí solamente te contemplaba irresolutamente, tienes razón —me vuelvo a sonrojar—. A lo que me refiero es a que, digo, cómo es que tú, una chica linda como tú, porque lo eres, eh; sea solitaria y eso —me trabo y enredo en cada palabra, y debió ser tan gracioso que Natalia está riendo.

—Simple —pone sus manos sobre sus rodillas y posa su mirada fijo en mí—. Me encanta la soledad.

263 palabras