Ambos ya tenían un rato conversando sobre ellos mismo, Lapis intentaba conocer un poco mejor a su nuevo amigo.

—¿Y con quién vives? —Preguntó Lapis.

—Con mi papá y mi mamá... ¿Y tu? —Respondió con una sonrisa.

—Con... Peridot, supongo, y con mi perra.

—¡Ah! ¡¿Tienes una perra?! ¡Me encantan los perros! Son tan peludos y ladran muy tierno, amo cuando mueven su colita y lamen mi nariz —Exclamó Steven muy emocionado, con las manos en sus mejillas y con ojos de estrella.

A Lapis la pareció el gesto más tierno del mundo. La hizo girar la cabeza a un lado y sonreír.

—Dime, ¿Cómo se llama? —Preguntó.

—Se llama Pumpkin, tiene 2 años y mide como... —Levantó su mano hasta dar el aproximando de la altura de su perra — así, es hermosa tiene el pelaje naranja y es una bola de pelos con patas —Describió recordando su tiempo cuidando a su perrita.

—¡Debe ser una belleza como tu! ¡¿Algún día podrías traerla?! —El chico se emocionó aun más. Y a Lapis la pareció más y tierno.

—No veo porque no, verá si mañana puedo traerla, estoy segura que la amarás.

—¡No lo dudes!.

Y ambos comenzaron a reír, Steven no lo sabía, pero él era casi la única cosa que hacia reír a Lapis por una cosa tan simple. No lo sabía pero, él la ayudaba demasiado solo con estar allí y ser unos casi-conocidos pasando el rato y conociéndose poco a poco.

—Eso me recuerda que a Amatista la mordió el perro más feroz del pueblo, a Perla le molestó mucho —Comentó Steven.

—¿Y ella quienes son? —Preguntó intrigada.

—Amatista es una chica genial, siempre se mete en problemas y en muy divertida, Perla es una esgrimista, su papá es un caballero y ella también quiere serlo, una vez me dijo que le quitó una oreja a un chico, y por alguna razón no le gustó ver la sangre de Amatista cuando de quitó la roncha... ¡Oh! Y luego está Garnet, ella en como la hermana mayor de las dos, bueno, ella le gusta ayudar al carnicero a cortar la carne con enorme cuchillo, ¡Una vez vi como partió la pierna de un cerdo!.

—¿Completa?.

—Completita, siempre juego con ellas... bueno, ahora no mucho —Se avergonzó un poco por dejar a sus amigas plantadas —. Tu turno.

—¿Qué?.

—Hablame de tu amigos —Dijo con una sonrisa. Lapis se sorprendió por eso, ¿A quién puede llamar amigo?.

No era una persona sociable y los que había llamado de ese modo la habían lastimado, solo tenia a la rubia y a su perra... y a Steven, que en tres días la había reír muchos más que cualquier persona en un año.

—Mmm... Peridot es como... ¿Una granjera que le teme a los mapaches? —Dijo un poco nerviosa —y que usa ropa interior rara... y Pumpkin, claro.

Steven notó que Lapis era una persona bastante solitaria, no entendía por qué, ella era genial. Pero a veces las personas que unos cree que tienes más amigos por ser agradables y buenos con uno, resultan ser las más solitarias; y eso hace apreciar aun más sus amistad. Cosa que Steven valoró.

—Suenan como personas geniales, ¿Tienes algún pasatiempo? —Preguntó Steven, cambiando de tema a la vez.

—Ayudo a Peridot con sus esculturas raras, es un poco divertido, puede que pronto te traiga una pequeña para que la puedas ver, ¿Y tu?.

—Mmm... Práctico de vez en cuando con mi amiga Connie, mi mamá me presta su espada para eso, aunque mi papá diga que es peligroso, me encantaría mostrarte pero ella no me deja sacarla para algo que no sea entrenamiento —Dijo un poco decepcionado.

—No te preocupes por eso, tal vez algún día ella te de permiso —Animó Lapis.

—¡Pero no importa! Cuando pases para esta orilla, puedes verla en mi casa —Dijo en chico con mucha seguridad.

A la Lapis se le hizo muy noble que él aun insistiera con eso, en verdad quería liberarle  aunque no sabía que ya lo hacía, esas ultimas tardes era como un escape para la chica.

—Steven... —Lapis tomó unos de los dos pañuelos del chico, que no se los había devuelto, y metió en ellos unas piezas de pan dulce, como para recompensar los pequeños regalos que él le había entregado, pero más aun por ser un buen levantador de amino —Esto es para ti —Y como empezaba a hacerse costumbre, ella los lanzó y él los recibió.

—Vaya, gracias... No debiste —Dijo apenado.

—Es por ser tan lindo —Dijo la otra sonriendo —, ya deberías irte, ahora está anochesiendo más rapido.

—Pero...

—Sin peros, dentro de poco el frío sera mayor —Dijo con un tono regañón y divertido, luego ambos empezaron a reír.

—Bien tu ganas, nos vemos mañana Lapis —Steven se levantó y empezó a caminar con camino a casa.

—Nos vemos mañana Steven —Murmuró la Lapis.

En la ruta, el chico se preguntaba si ella de verdad se iba a su casa o se quedaba en la orilla toda la noche, él apenas la había visto levantarse. Probó los panes que Lapis le regaló y estaba deliciosos, hechos en el mismo día. Al poco rato salió del bosque con un sonrojo y ensimismado en sus pensamientos.

—¡Hey, Steven! —Gritó una voz familiar, era Garnet; El chico levantó la mirada y vio a sus amigas, incluyendo a Connie.

—Hola chicas —Saludó sonriendo.

—¿Qué hacías en el bosque? —Preguntó Amatista acercándose. Steven dudó en darles una respuesta, no quería que sus tardes con Lapis dejaran de ser secretas, pero tampoco quería mentir.

—Eh... ¿Yo? —Y Amatistas asintió con obviedad y el restó lo miró con una respuesta —Pues... ya saben, miraba caracoles y pasaba el rato —Sonrió nervioso.

—Caracoles, ¿eh? —Dijo Garnet, alzando una ceja. Steven se puso más rojo.

—Si, caracoles de tierra... vi uno con un caparazón —Connie y Perla se miraron y alzaron una ceja, después negaron con la cabeza.

—Bien... —Dijo Perla con desconfianza, luego recordó algo importante —Rose nos mando a decirte que quiere hablar contigo cuando llegaras.

—Oh, ¿De algo en especifico? —Preguntó nervioso.

—No sé, es tu mamá, dímelo tu —Dijo recordando que cuando salió de la casa de Steven, Rose besó a Greg justo después de darle a ella un beso en la mejilla.

—Bien, nos vemos chicas... tengo que ir a ver que quiere Rose, chao —Y siguió su camino hasta la su casa. Pero Connie recordó darle la respuesta de su papá, por eso fue tras él.

—¡Hey! —Dijo al llegar a él —Mi papá dice que las cuerdas las puedes pasar buscando pasado mañana, siempre que nos las rompas o algo así —Explicó y Steven recordó todo, luego sonrió ampliamente.

—¡Genial! Dile que muchas gracias y que no se preocupe por eso, están en buena manos —Dijo mostrando sus manos, y con ellos el regalo de Lapis.

—¿Eso es pan? —Preguntó extrañada.

—¡Nos vemos Connie! —Y se fue corriendo.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

—Veo que llegaste Lapis —Dijo Peridot lavando los platos al escuchar como Pumkpin ladraba en la puerta.

—Ya llegó tu Lapis favorita, pequeña Pumkpin —Dijo con cariño levantando a su perrita y este lamió su nariz.

Lapis caminó hasta la cocina y vio que Peridot estaba lavando trastes, se cercó y le quitó la esponja.

—Yo lo hago —Dijo con una sonrisa.

—No, ya casi termino —Pero Lapis se negó a la negación de Peridot. Al final Lapis terminó la tarea, aunque Peridot refunfuñaba en la mesa del comedor.

—¡Wof! ¡Wof! —Ladró Pumkpin.

—Si, también creo que Lapis está loca —Dijo, respondiendo a su perra.

—¡Wof! ¡Wof! —Volvió a labrar.

—¿Vas a dejar de morder mis zapatos? —Dijo con esperanza. Pumkpin gruñó —Bueno valió la pena el intento.

Desde la cocina se escuchó una risa.

—¿Y con eso yo soy la loca? —Dijo Lapis.

—Eso es diferente —Dijo gruñendo

____________________________________

Como cuando quieres actualizar el 31 de diciembre pero tu vecina con el wi-fi se va de viaje y te deja sin internet para actualizar ;-;

¿Como pasaron año nuevo?

¿Con quien, familia, amigos, pareja, solos?

¿Alguna tradición rara de su país que me quieran decir?

¿Quién no se baña desde el año pasado? Yo no XD.

Yo la pasé bastante rara, resulta que mis papas y mi hermano les dio por acostarse temprano, si ¡En año nuevo!, y yo me quedé en la sala en pijamas mirando por la ventana y con la radio encendida. Cuando el reloj dio las 12:00 y vi como mis vecinos estaban todos emocionados yo me puse a aplaudir como una boba ;-; resulta que mis vecinos (Los cuales creo que es primera vez que les hablo) me dieron mejor feliz años de mis papás...

Pero en fin, disfruten la primera actualización de este año 2018.