Cap 6. El gran plan
"Negritas citadas" : Cárteles
Cursiva (derecha) : recuerdos
:::::::::: Cambios de escena
Subrayado y (#) : Conversaciones en inglés (trad.abajo)
- No, no, tienes que saltar más -Bobby se levantó y volvió a hacer el ejemplo -Así, recuérdalo, siempre que te digan que hiciste algo bien.
Ramón asintió con rostro serio y volvió a intentarlo desde el interior de su casita en el bosque. Desde el día que habían decidido su gran plan maestro habían cambiado las horas de juego por planeación y estudio del uno al otro.
El plan era muy sencillo:
Practicarían el comportamiento y conocimiento del otro y cuando se sintieran seguros de haberlo dominado, cambiarían de lugares en casa de Bobby, antes de que Fit pasara a recoger a Ramón.
Pero claro, una cosa era decirlo y otra muy diferente hacerlo...
Era todo un reto para el siempre hiperactivo Bobby mantenerse "tranquilo" como Ramón. Y la extrovertida forma de ser de Bobby que Ramón intentaba imitar seguía viéndose muy forzada, Ramón comenzaba a tener dudas, ¿de verdad funcionaría algo tan loco?
- Bobby... ¿crees que sea una buena idea? -Preguntó Ramón después de un rato, flexionando sus patitas cansadas de tanto brincar- ¿y si nos descubren?
- ¡Va a salir bien! -le contestó Bobby sonriendo - ¡Solo tenemos que seguir practicando, vas a ver que ni se darán cuenta!
Ramón suspiró, él era el primero que quería que esto funcionara. La sola idea de pasar más que solo una tarde de juegos en una casa llena de amor y diversión hacía que su cascarón cosquilleara.
Primero estaba Jaiden, ella era la única diferente en la isla, "mujer" había escuchado que se le llamaba, quizás era por eso que era tan genial, era graciosa e inteligente, sin mencionar maternal.
Y luego estaba el señor Roier...
El señor Roier era simplemente el mejor.
-Oye Ramón... -Bobby lo sacó de sus pensamientos -Quería preguntarte, ¿qué es lo que ves tú en mi apa?
- ¿Qué veo?
-Si, si, ¿qué te gusta de él? ¿Por qué dijiste que era bueno y así?
Ramón se pensó un momento su respuesta, finalmente, y recordando las veces que habían estado juntos, sonrió - Me gusta que siempre esté sonriendo, a veces, aunque yo esté triste o asustado me contagia su energía y me hace sonreír también, siempre tiene palabras amables para todos, es gracioso, comprensivo y amoroso. Para mí, el señor Roier es el padre ideal.
Bobby no era tonto, sabía que todo lo que Ramón había dicho era cierto, pero, a decir verdad, a veces se sentía atrapado...
O bueno, tal vez decir "atrapado" no era justo para Ramón, quien literalmente estaba atrapado en esa cabaña... Bobby tenía bastante libertad, mamá Jaiden y papá Roier siempre tenían ideas nuevas para divertirse, y le gustaba mucho pasar el tiempo con ellos
Pero entonces si todo era tan perfecto, ¿por qué sentía que le faltaba algo más?
- ¿Qué me dices tu? -la voz de Ramón lo trajo de vuelta a la realidad - ¿qué tanto ves en Spreen?
"Es broma, ¿verdad?" quiso contestarle Bobby, pero sabía que su mejor amigo merecía una mejor explicación
-Es como... -comenzó, tratando de ordenar sus ideas para poder expresarse bien- Tu, yo, Tilin, Dapper... todos somos pequeños para nuestros padres, es por eso que nos cuidan ¿no? -continuó al ver a Ramón asentir- Bueno, Spreen también es pequeño para otros, como esos Ender... pero él no necesita que lo cuiden, él es fuerte y valiente –Bobby terminó tomando una rama y fingiendo que era una espada- ¡Yo creo que eso es genial! Quisiera ser como el ¡Poder ir de aventura sin temor a nada!
Ramón no culpaba a Bobby. El mismo sabía que Spreen era alguien impresionante, no por nada fue el quién le construyó su hogar en tiempo récord, y papá Fit parecía tenerle mucho respeto a pesar de que era menor que él, todo sería maravilloso si tan solo tuviera una pizca del cariño que le sobraba al señor Roier.
Fuera lo que fuera, era claro que ambos adoraban algo sobre el padre del otro. Era casi como si sus vidas estuvieran intercambiadas, ¿era acaso algo así posible?
-Quizás... -comenzó Ramón pensativo- ¿hubo un error en el centro de adopción?
Bobby dejó que las palabras de Ramón asentaran en su mente. Nunca olvidaría el día que despertaron todos en aquel extraño lugar...
Abrió sus ojitos para encontrar que estaba atrapado en un pequeño cuartito dentro de una gran sala, una barrera de cristal bloqueando la única escapatoria.
Lo primero que sintió fue miedo. Miró alrededor del lugar para encontrar a más pequeños como él hechos ovillo o bien acurrucados contra las paredes, a pesar de tener algunas diferencias, como objetos en su cabeza o cuerpecito, eran todos muy similares.
¿Quiénes eran todos ellos?
¿Qué era ese lugar?
¿Por qué estaban ahí?
...
¿Quién era él?
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando de pronto unas criaturas mucho más grandes y muy diferentes a ellos entraron corriendo al lugar, gritando y empujándose. Su temor aumentó.
El pequeño miró al suelo, estuvo a punto de llorar cuando de pronto sintió una mirada fija en él, alzó su carita y su mirada se conectó con la de una de esas extrañas criaturas, su boca curveó hacia arriba en un gesto amable, haciendo que el pequeño sintiera un punto de calidez dentro de su cuerpecito por primera vez, desplazando el temor que sentía.
El extraño ser se alejó después de eso, y el pequeño no pudo evitar acercarse al filo de la pequeña cárcel donde estaba para seguirlo la mirada, los rostros de los extraños habían dejado de causarle miedo, si miraba bien, incluso parecían amigables.
Después de una rápida vuelta al lugar, ese ser regresó hasta colocarse frente suyo de nuevo, y por primera vez le habló directamente:
- Yo te amo a ti
El pequeño no sabía a ciencia cierta como había logrado entender esas palabras y su significado, pero lo había hecho, sintió la calidez de antes esparcirse en todo su cuerpo y sin saber cómo logró imitar esa bonita mueca que hacía con la boca, días después aprendería que se le llamaba "sonrisa".
Era bastante gracioso, su cuerpo era mucho más grande, no era redondo como él y no era blanco, el pequeño aun no sabía mucho de la vida, pero si le pidieran describirlo, diría que era como el Sol.
Cálido. Amable. Brillante.
De pronto, otro de esos curiosos seres apareció en su pequeño mundo, trepó sin problema hacia donde se encontraba, por pura inercia el pequeño fue retrocediendo hasta quedar en una esquina, se hizo bolita sin despegar la vista del intruso
Ojos violeta. Cabello oscuro. Y un par de orejas de oso asomandose.
- Capo, dame jabón--
Y Bobby salió de sus recuerdos, levantandose con un salto, casi como si alguien le hubiera arrojado un balde de agua fría encima
¡Claro! ¡¿Cómo es que lo había olvidado!?
Sonrió de oreja a oreja, aunque finalmente no fue él quien fuera casa con Spreen, era obvio que algo había visto en él, ¿no? Si no, ¿por qué se tomó la libertad de acercarse?
¡Oh! ¡Bobby no permitiría que esta oportunidad se le fuera de las patas!
- ¡Ramón! -el pequeño Ramón brincó sorprendido al ver a Bobby pegarse completamente a la ventana, con una gigantesca sonrisa en su rostro –Basta de charlas, ¡sigamos practicando!
El resto de la tarde se les pasó volando. Ramón, solo con imaginar los días divertidos por venir comenzó a desenvolverse mejor en su papel como Bobby; mientras que Bobby, con el reciente recuerdo de su primer encuentro con Spreen comenzó a enfocarse más en actuar correctamente.
Después de todo eran listos. Si, no habría ningún problema.
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El día de llevar a cabo el plan finalmente llegó... y comenzaron los problemas.
- ¡¿Cómo que no te queda?! -Exclamó Bobby, en la voz más alta que podía permitirse sin llamar la atención de los adultos dos pisos abajo.
- ¡Pues no me queda! -le contestó Ramón al borde de un colapso nervioso, los tirantes del overol aun resbalándose de su huevístico cuerpo- Esto está enorme, ¿qué tanto comes Bobby?
Bobby hizo uso de su derecho a guardar silencio, haciendo nota mental de pedirle a mamá Jaiden comida más saludable, comer pizza del Costco a diario no podía ser bueno...
Los pequeños huevitos encontraron su primer gran obstáculo en cambiar de vestimenta (o bueno, más bien en Bobby pasándole su característica vestimenta a Ramón, ya que pues Ramón no tenía... bueno, ustedes entienden)
Oh, pero si Bobby se enorgullecía de algo era de ser chingón.
Un poco de hilo y aguja, y un par de piquetes en sus patitas al no saber usarlos con destreza, logró el cometido, ¡y pronto Ramón era una viva copia de Bobby!
...¡Con bigote!
Pero Bobby sabía lo que tenía que hacer. Tomó la rasuradora eléctrica que mamá Jaiden le había regalado a papá Roier, en un intento desesperado y fallido por hacerlo afeitarse su barba de "venganza y traición" (como el mismo la había bautizado) y se acercó peligrosamente a su amigo.
- ¡Espera! -Ramón logró detenerlo casi al último segundo, tomando el bigote y despegandolo de su rostro sin esfuerzo - Esto se quita fácil, ¿cómo vas a pensar que tengo bigote real? ¡Soy solo un niño, Bobby!
-Rayos... era más divertido en mi mente -Bobby guardó nuevamente la rasuradora y tomó el bigotito mirándolo curioso -¿Cómo haces que no se te caiga?
-Solo se queda ahí y ya -contestó como si fuera lo más obvio del mundo
Ante esto Bobby se acercó a la tina para usar el reflejo y acomodar el pequeño bigote, cuando estuvo satisfecho con el resultado se giró a su amigo -¿Y bien?
Ramón asintió acercandose, pronto ambos huevitos estaban frente a frente admirandose mutuamente. Había algo raro en verse a si mismos sabiendo que no eran ellos mismos.
-Bobby... ¿en verdad crees que--
-¿Quieres pasar tiempo con papá Roier o no? -Bobby lo interrumpió, odiaba tener que ser duro con Ramón, pero sabía bien que su pequeño amigo solía guardarse sus verdaderos sentimientos, sabía que aunque la idea le atemorizaba le haría muy feliz poder estar en su lugar.
Y el mismo Bobby tampoco se quedaba atrás. Claro, su familia era espectacular, pero esa extraña "rivalidad" entre papá Roier y Spreen hacía practicamente imposible convivir con el. Ramón le decía que aun así el casi nunca se pasaba por casa, pero sus oportunidades eran mucho mayores estando en su lugar que aun "protegido" en su propia casa.
Fuera del ventanal, el sol comenzaba a ponerse y con ello se acercaba la hora.
-¡Y ahora empieza el juego! ¡Como lo ensayamos, Ramon! -Bobby sonrió, acomodandose en el sofá y colocandose la manta encima, sus patitas temblando un poco por la adrenalina
-¿Bobby? -Bobby levantó su cabecita bajo la manta para hacerle saber a Ramon que estaba escuchando a pesar de no verlo -Cuida a papá Fit por mí...
En la privacidad debajo de la manta, Bobby se permitió dejar de sonreir por un momento.
-...y tú a mamá Jaiden y papá Roier...
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Dos pisos abajo, Jaiden y Fit compartían unas tostadas de aguacate mientras platicaban sobre los sucesos más recientes.
-Es una pena que Roier no estuviera en casa hoy -dijo Jaiden después de un rato -sabes lo mucho que le agrada a Ramon, le hare saber que pasaron por aqui
-Gracias, seguro creo que a Ramón le encantaría. Se está haciendo tarde, deberíamos irnos -Fit giró sobre su asiento y gritó en dirección a las escalera -Ramon! You ready buddy? (1)
Pasaron unos segundos sin respuesta
-Ramon?
Silencio.
Fit y Jaiden se miraron mutuamente extrañados, se levantaron y lentamente subieron las escaleras hasta el cuarto de Bobby encontrandose con una tierna escena y un Bobby brincando junto a un pequeño cartel.
- "Mom, uncle Fit, Ramon got so tired of playing that he fell asleep" (2) Awwww, mira al pequeño Ramón, está completamente agotado - exclamó Jaiden con voz dulce al ver al pequeño acurrucado en una esquina del sofá.
-Diría que fue un largo día lleno de diversión para ambos -Fit pasó a un lado de Bobby, acariciando su cabecita para luego acercarse a tomar a Ramon en brazos, el pequeño se aferraba a una pequeña manta que cubría casi todo su cuerpo -Let it go Ramon, that's from Bobby (3)
-In Spanish Fit (4) -le contestó Jaiden riendo -Y no te preocupes por eso, puedes devolverlo la próxima vez
Con una mirada de agradecimiento ambos adultos seguidos de cerca por Bobby bajaron las escaleras hasta el primer piso, Jaiden abrió la puerta y le deseó buenas noches y un viaje seguro de vuelta a casa
-Gracias por hoy Jaiden -Fit bajó la mirada -Y a tí tambien Bobby, pasen una linda noche
Fit acomodó mejor al huevito entre sus brazos mientras cruzaba la puerta...
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Al verlo cruzar el umbral, Ramón salió corriendo escaleras arriba, casi tropezandose en el camino, subió hasta el tercer piso, mirando por el gran ventanal como poco a poco papá Fit se alejaba con su amigo Bobby en sus brazos.
Casi como si lo hubiera intuido, Bobby levantó la manta que estaba sobre su cuerpo y agitó levemente su patita en dirección a su hogar.
- ...suerte Bobby - susurró Ramón, colocando su patita contra el vidrio.
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«Traducciones»
(1) ¡Ramon! ¿Ya estás listo?
(2) Mamá, tío Fit, Ramón se cansó tanto de jugar que se quedó dormido
(3) Sueltala Ramón, es de Bobby
(4) En Español Fit
Banda, admito que
Admito que no iba a actualizar todavía, jajajajaja pero ando feliz viendo que el barco vuelve a flote T_T vamos a portarnos bien siempre respetando a los cc ♥ recordemos que fanfics, hcs, fanarts y toooodo lo relacionado al ship es DE fans y PARA fans
Cambio un poco el concepto de cómo vive Bobby: en esta historia vamos a imaginar que Roier es más "sobreprotector", no se lleva a Bobby de aventuras mas que cerca del muro o minar debajo de la casa, como que lo cuida mucho, ¿ok? Tendrá sentido más adelante, lo juro, pero es que tengo que ponerle algo "malo" a Roier, es que es tan buen padre que me lo hace dificil! Jajajajajaja
Y gracias por leer! :D
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