Capítulo 69
Al llegar al piso de arriba, me encuentro con mi abuela. Está saliendo del baño.
Vaya, pensé que ya se había ido a dormir. Son casi la una de la mañana.
—Abuela, ¿en qué habitación me puedo quedar? —le pregunto con mi maleta a cuestas.
Ella me indica el camino.
La habitación es bastante bonita y espaciosa.
Le deseo las buenas noches y le pregunto por su salud. Me afirma que se encuentra muy bien y después me despide con un prolongado abrazo.
Suspiro con cansancio mientras desempaco. El armario es bastante amplio; cabe toda mi ropa y, aun así, sobra espacio.
Cuando finalizo la labor, me dejo caer en la cama, sosteniendo mi teléfono móvil. Recuerdo que aún no he llamado a Thomas para confirmarle que llegué bien.
Son exactamente las 12:43 a.m. Creo que es un poco tarde para marcarle. Además, puede estar reunido con su familia y no quiero molestar.
Opto por enviarle un mensaje:
Thomas, lamento mucho no haberte escrito antes. Ya estoy en casa de mi abuela.
¡Feliz Año Nuevo! ;)
Luego de unos segundos, él me llama.
—Dime.
—¡Hola! ¡Feliz Año Nuevo, mariposilla!
Lasañas, ¡cuánto entusiasmo!
Sonrío con añoranza.
«Le echaba de menos».
—Hola, Thomas.
—¿Cómo estás? ¿Llegaste bien? ¿Y tu abuela? —Dispara una pregunta tras otra.
—Estoy bien, y mi abuela... —sospeso la opción de contarle a Thomas sobre su ataque de asma, pues es algo que aún me inquieta; pero decido no hacerlo. No quiero amargarle la noche— también.
—¡Qué bueno! Me alegro mucho.
—¿Y tú?
—¡De maravilla! Jugué a las cartas con mis primos y gané tres rondas seguidas. —Me comenta con orgullo.
Se me escapa una risita.
—Eres muy bueno en eso.
—Sí, ¿verdad? —Se ríe—. Oye, Aylin, ¡a que no adivinas lo que sucedió en Red&Black!
El corazón me da un vuelco.
—¿Qué pasó? No me digas que el jefe comenzó a despedir empleados...
—No, tranquila. —Silencio—. Escucha, estaba completando las compras para la cena cuando mi vecina, Marena, me contó el chisme. Sabes cómo es ella, se entera de todo...
Marena es muy... curiosa.
—¡Cuéntame, Thomas!
«Pero yo le gano».
—Resulta que en la cafetería había una aglomeración de personas. Alguien parecía estar dando un concierto. Así que, impulsado por la curiosidad, decidí acercarme y averiguar. —Silencio—. Y adivina quién era la superestrella.
Abro los ojos de par en par, ilusionada.
«Oh, no puede ser...».
—No me digas que...
—¡Exacto! Tu amiguito malhumorado —responde—. Jayden estaba cantando a todo pulmón, atrayendo la atención de muchas personas.
—¿Y el jefe? ¿Qué hizo?
—Juraría que casi echa chispas por las orejas, pero cuando vio que el espectáculo estaba favoreciendo a su cafetería, pareció resignarse.
Sonrío, orgullosa.
«Sueño lo hizo de nuevo».
—Thomas, ¿crees que la cafetería pueda salvarse? —le pregunto, esperanzada.
—No lo sé, pero Jayden tiene talento, aunque me cueste admitirlo —confiesa—. Si el jefe le permite montar ese tipo de espectáculos más a menudo, la clientela aumentará considerablemente... —Pausa, luego añade—: Oye, Aylin, tengo que colgar. Mis primos requieren de mi presencia para cortar un pastel y, si no voy, se negarán a darme un trozo.
Auch. ¡He sido reemplazada por la comida!
«Okay, no duele».
—Está bien.
—Oki. ¡Te quiero!
—Igualmente, Thomas. Cuídate mucho. —Cuelgo.
Les envío un mensaje de felicitaciones a algunos amigos y titubeo cuando recuerdo a Jayden.
¿Debería...?
«No, mejor no. No quiero más emociones fuertes por el momento».
Con pesar, me levanto de la cama para ponerme el pijama.
«Esta habitación es tan grande y se siente tan vacía...».
Es entonces cuando se me ocurre algo.
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☕ N/A:
¡Hola! ¿Qué te pareció este capítulo? ¡Jay Jay siguió el consejo de Sueño! :D ✨
📢 Pregunta: ¿Qué crees que se le ocurrió a Aylin? ¡Te leo! 👀
¡Gracias por leer! No olvides votar y comentar si te gustó. Me ayudarías muchísimo.
Nos vemos en la próxima actualización. <3
Abrazos virtuales,
L. P. L. 🖤✨
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