Capítulo 60
“Nadie puede hacer por los niños pequeños lo que hacen los abuelos. Los abuelos tienden a rociar polvo de estrellas sobre la vida de los niños pequeños.”
—Alex Haley.
—Bien, yo ya me retiro. Os dejaré a solas para que podáis charlar. —Y con una mueca que intenta hacerse pasar por una sonrisa, Ian se marcha.
¿De verdad se irá así, sin más? Bueno, admito que necesito privacidad para poder conversar con mi abuela.
Miro a la persona que llevaba tanto tiempo deseando ver.
Lleva un camisón blanco que sobrepasa sus rodillas. ¿La desperté? Por otro lado, tiene las manos entrelazadas sobre su vientre, y es entonces cuando noto que tiemblan. Al percatarse de que no aparto la vista de ellas y frunzo el ceño con preocupación, mi abuela opta por ocultarlas detrás de su espalda. Después me mira fijamente y sonríe para intentar tranquilizarme; ese tipo de sonrisas que solo ella sabe dedicar y que, a pesar de que todo vaya mal, logran relajarme; pero esta vez no tiene ese efecto.
Analizo mejor a mi abuelita: tiene el cabello canoso despeinado y su mirada, a pesar de estar cargada de vitalidad, refleja alguna especie de cansancio y desazón.
Solo quiero abrazarla, pero...
—Abuela, ¿te encuentras bien? —le pregunto casi en un susurro, con el corazón acelerado y la inquietud devorando mis huesos.
—Sí, por supuesto, es solo que... Me tomaste desprevenida. ¿Qué haces aquí?
¿Qué hago aquí?
Aún no he entrado a la casa, permanezco en el umbral. Estoy esperando que mi abuela me invite a pasar; pero, al parecer, eso no sucederá. Creo que, más bien, lo que desea es echarme.
Vale, a lo mejor estoy exagerando un poco. Es mi familia y luego de tanto tiempo, ¿por qué no se alegraría de verme? Quizá solo esté perpleja, pues no le avisé que vendría; supongo que cuando tomas a alguien desprevenido es normal esta reacción... O al menos, eso quiero pensar.
—Es una larga historia... —digo mientras la miro de arriba a abajo.
Hay algo distinto en ella, pero no puedo identificar con exactitud qué es. Creo que ha perdido peso y su piel luce un poco más... pálida. Sin embargo, sigue siendo la persona que más amo en el mundo, así que no puedo contenerme más y la envuelvo en un abrazo—. Abuela, te extrañé tanto...
Noto que se queda de piedra, tensa, sin saber qué hacer y sin efectuar movimiento alguno... Pero luego de unos segundos profundiza el gesto y me acaricia el cabello con delicadeza.
—Yo también a ti, mi niña...
Mi cuerpo se relaja.
Extrañaba su voz, tan familiar y reconfortante...
Entonces, recuerdo que lo he perdido todo, pero Thomas tiene razón: aún tengo a mi abuela y ese es un buen motivo para seguir sonriendo.
Así que sonrío, complacida, mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas. Los brazos de mi abuela siempre han sido mi lugar seguro...
«Soy un pollito buscando seguridad en las alas de su gallina».
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☕ N/A:
¡Hola! ¿Qué te pareció este capítulo? ¡Ahora sí se encontró con su abuela! <3 ✨
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Nos vemos en la próxima actualización. <3
Abrazos virtuales,
L. P. L. 🖤✨
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