Cuando regreso a mi apartamento, me recibe el sonido del teléfono.

Descuelgo. Ya sé de quién se trata.

—Hola, Aylin.

—Hola, Ian.

—¿Y? ¿Tomaste una decisión?

—Sí. Me iré a vivir con mi abuela.

—Me alegra escuchar eso. Te deseo muchísima suerte, de verdad.

Sonrío. Sé que lo dice de corazón.

—Gracias. Supongo que tendré que enfrentar mi pasado... —Suspiro.

—¿A qué te refieres?

—Nada. Cosas mías.

«No puedo contarle».

Pero ¿qué me lo impide? ¿Por qué me he estado limitando tanto? Si Ian hubiese tenido la intención de hacerme daño, creo que ya lo habría hecho.

Llegó el momento de hablar con la verdad.

—Mis padres también murieron —le cuento—. La casa en la que vive mi abuela... cuenta una historia.

Intento contener las lágrimas, pero terminan desbordándose.

«¿Cómo es posible que duela como la primera vez?».

      “El tiempo lo cura todo.”

Es mentira.

—No podemos huir del pasado, Aylin. Solo conozco una manera de sanarlo —responde Ian con convicción.

—¿Cuál es?

—Enfrentándolo.

Estoy segura de que lo dice por experiencia.

—Sí. —Sonrío con amargura—. Tienes razón...

—¿Hablaremos de nuevo algún día? —me pregunta, esperanzado.

Me encojo de hombros, fingiendo desinterés.

—Quién sabe.

—¿Quién sabe?

—El futuro es impredecible, Ian —repito porque realmente lo creo—. Y feliz año nuevo adelantado.

—Feliz año nuevo para ti también.

Y cuando sé que está a punto de colgar, una bombilla se enciende en mi cabeza.

—¡Espera, Ian! ¿Te puedo pedir un favor?

—Por supuesto. Dime.

Me alivia que no haya colgado.

—Quiero comprobar que tu número es el mismo que el de mi abuela, ¿puedes decírmelo? —le pido.

Silencio.

Luego de un rato, Ian dice:

—¿Para qué? Ya te lo había dicho antes. Además, no tiene mucho sentido. De igual forma, pronto te encontrarás con tu abuela...

Tiene razón, pero necesito comprobarlo de nuevo para estar completamente segura.

—Lo sé, pero aun así, ¿crees que puedas...?

Ian no me permite concluir la frase.

—Espera, Aylin. Celeste me necesita. Te llamaré dentro de un rato, ¿vale?

No puedo darme el lujo de esperar. ¡Perderé el viaje!

—Lo necesito ahora, Ian. Por favor. Será rápido. Necesito comprobar que mi abuela, Ana...

Pero Ian cuelga.

Decido esperar cinco minutos...

Nada.

Preparo mi maleta. Diez.

Ordeno el apartamento. Quince.

Introduzo la contraseña para abrir la puerta. Diecisiete.

Abandono el apartamento. Veinte.

Ian no me llamó.

«¿Me habrá ocultado algo...?».

Da igual, ya ni siquiera tiene sentido. Lo más probable es que no vuelva a saber de él...

Y fingiré que no me entristece.

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☕ N/A:

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📢 Preguntas:

1- ¿Crees que Ian le haya ocultado algo a Aylin?

2- ¿Crees que el tiempo lo cura todo?

📖 Cadena por los que extrañaremos las llamadas de Ian. Empiezo yo: ×1

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Nos vemos en la próxima actualización. <3

Abrazos virtuales,

L. P. L. 🖤✨