"CAPÍTULO 7"
Los rayos del sol jugueteaban con su cara y lo despertaron. Naruto se estiró e inicio un bostezo antes de interrumpirlo de repente, cuando el colchón de arriba se movió y el recordó que tenía un huésped.
A su memoria acudió la tortura pasada al principio de la noche, al contener los movimientos que instintivamente hubiese hecho, pero que la presencia del hombre en la litera superior le impedía realizar. Naruto ya se veía ante una noche insomne, pero la bebida caliente no tardó en surtir efecto, y sus ojos se cerraron.
Salió de la cama con cuidado y puso en marcha el calefactor, por que la mañana era fría. Sus ropas de habían secado bien, por fortuna.
- ¿ Siempre andas por hay tan tentador en pijama, cuando tienes un huésped masculino ?
Naruto se volvió de súbito para encontrarse con una desgreñada cabeza asomada al borde de la litera. Prefirió ignorar le comentario de Sasuke.
- Primero entraré yo en el baño, si te parece. Tú puedes ocuparlo luego, mientras yo preparo el desayuno -, dijo.
No estaba preparado para tanta intimidad, y confiaba en salir adelante con suficiente aplomo.
- Me malcrías demasiado.
- Lo cierto es que te mimo para que, luego, tú te esfuerces en conseguir una invitación para mí en el rancho -, contesto el doncel.
Una vez arreglado el doncel, le insto :
- ¡ Y ahora, date prisa !, Tienes que tomar el desayuno antes de que te eche de aquí. Creo que te espera bastante trabajo en tu camión, ¡ Y de mi no esperes más ayuda !.
Sin embargo, una ves ordenada la furgoneta, tuvo compasión de el. Sasuke había retirado la lona y colgado el húmedo colchón en cima de la cabina. Un saco de dormir todavía empapado pendía de la puerta abatible.
- Tendrás que pasar esto por la secadora -, dijo, escurriendo los extremos, de los que chorreo el agua.
Sasuke hizo una breve pausa después de bajar un pequeño ropero metálico.
- Tu debes estar bromeando. ¿ Te imaginas cómo se verá la gente que acampa en tiendas ?. Más de una fue arrancada por el vendaval, y ahora, sus dueños hacen cola ante la lavandería, peleando por el turno
Naruto miro a su alrededor y comprobó que, en efecto, por doquier había improvisados tendederos entre los árboles, repletos de ropa mojadisima.
- Esto párese un campo de refugiados -, comento, moviendo la cabeza -, menos mal que hoy hace sol, de modo que todo estará seco antes de la noche. ¿ Crees poder usar tu cama ?
Sasuke descendió del camión y se encogió de hombros.
- Ya dormí en sitios húmedos otras veces.
- Yo... Yo puedo dejarte la ropa que usaste anoche, si quieres -, ofreció Naruto, al mismo tiempo que bajaba los ojos ante su mirada inquisitiva.
- Por fortuna, no vuelves a incluir la litera -, contesto el intencionadamente -, por qué mi tensión arterial no resistiría más. No estoy acostumbrado, a tener tan sercas a un bello doncel durmiente. La próxima vez soñaré que soy un príncipe y lo despertaré a besos.
Naruto lo miro alarmado.
- Solo me convierto en asilo cuando hay un diluvio. De no ser así, ya te apañaras solo. No obstante, mantengo el ofrecimiento de la ropa de cama. Karin no llegara hasta mañana. Si es que viene.
Sasuke se fijó en su duda.
- ¿ No estás seguro ? -, pregunto sorprendido.
El doncel movió la cabeza con un suspiro.
- Si su novio se queda más días en la ciudad, puede que Karin retrase la marcha hasta que el se vaya, o... Hasta que tengan otra pelea.
- Me párese que sus relaciones son muy tempestuosas -, dijo Sasuke con sequedad.
- Si. Los dos están locamente enamorados, pero permiten que el orgullo obstaculice su felicidad.
- ¿ Lo arias tu ? -, pregunto el.
Naruto levantó las cejas. No acababa de entender sus palabras.
- ¿ Permitirías que el orgullo se interpusiera en tu amor ? -, añadió.
Entre las cejas del doncel se formo una pequeña arruga.
- No lo sé. Nunca estuve enamorado. Creo, sin embargo, que de encontrar alguna ves al hombre de mi vida, le seguiría donde me condujera.
Sasuke no pareció dar demasiada importancia a la respuesta del doncel, ya que se limitó a gruñir mientras bajaba las dos neveras y el mueblecillo.
El suelo mojado del camión quedo a la vista.
- Te permitiré usar mi trapeador -, dijo el doncel riendo -, veamos lo eficiente que resultas en la limpieza domestica.
Luego fue en busca del trapeador y volvió, además, con una gran esponja.
- Mira, tu recoges el agua del suelo, y yo secare entre tanto lo demás.
Y se puso a trabajar, canturreando alegremente. El sol calentaba la espalda del doncel, y el se sentía en paz con el mundo. De nuevo estrujó los extremos del saco de dormir de Sasuke, antes de tenerlo para que recibiera de lleno los rayos del sol, y después abrió la mochila, colgando la de un borde del camión para que le diese bien la brisa.
Hasta entonces no alzó la vista para comprobar cómo progresaba el en su tarea. Sasuke estaba apoyado en el palo del trapeador, con una expresión zumbona en la cara.
- ¿ Siempre cantas mientras trabajas ? -, pregunto.
- Si el día es tan bonito como hoy, si -, respondió Naruto, confiando en que su rostro no delatara confución.
- ¡ Hola, Sasuke !, Veo que tú también saliste mal parado de la tormenta...
Naruto levantó los ojos, sorprendido, y se encontró con una jovencita que se acercaba poco a poco. Sus tejanos estaban reducidos al mínimo y permitían admirar sus largas y bronceadas piernas. Los extremos de su blusa de algodón, desabrochada, formaban un nudo y dejaban al aire el ombligo y el pliegue entre ambos senos.
Naruto no pudo evitar echar una mirada al hombre alto que estaba junto a él, para observar su reacción ante tanta desnudes.
Sus ojos fueron los de todo barón, mientras recorrían con expresión apreciativa la figura de la mucha.
- ¡ Hola, Sakura ! -, contesto -, ¿ Que tal se las arregló tu grupo ?.
Ella se encogió de hombros.
- Una de las tiendas salió volando. Aún están todos ocupados en la busca de cosas, pero yo tuve la idea de venir a verte, por si necesitabas ayuda.
Sasuke entorno los ojos.
- Estoy muy bien atendido. Gracias de todos modos -, y se volvió hacia Naruto -, te presento a Sakura Haruno, del grupo de estudiantes del que te hablé.
Naruto recordó enseguida el comentario de Sasuke sobre la inmadurez de aquellos jóvenes. Pero esa Sakura ya había nacido vieja.
Una extraña tensión agarrotó su pecho. La chica actuaba con demasiada desenvoltura frente a Sasuke, para tratarse solo de un conocimiento pasajero, ¿ Era ella una de las que se ofrecían para compartir las incomodidades de su camión ?.
Naruto luchó contra la desagradable sensación y sintió alivio cuando, por fin, la tal Sakura se alejó al ver que Sasuke se dedicaba nuevamente a su trabajo.
Antes de cambiar la posición del colchón, el se quitó la camisa, y Naruto fascinado ante el suave movimiento de sus músculos bajo la nivea piel, que le trajo a la memoria la fuerza de sus brazos cuando, la noche anterior, el viento amenazaba con derribarlo.
- “Cuidado” -, volvió a susurrarle, Kurama.
- ¿ Que tal te sentaría una taza de café, después de tanto trajín ? -, pregunto Naruto cuando Sasuke estuvo listo -, debo decirte, sin embargo, que es un resto del desayuno.
El aceptó agradecido.
- Está mañana era bueno, y desde luego no será peor que el que hago yo.
Sasuke abrió la puerta y tendió su mano a Naruto para ayudarlo a subir a la furgoneta, cuyo primer peldaño era alto
- ¡ Caramba, Sasuke ¡, Veo que vas a repetir. ¡ Eres un tipo con suerte !.
Continuará...
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