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"CAPÍTULO 6"

Los truenos retumbaba en cima de su cabeza, produciendo un horroroso eco ente las montañas al tiempo que sacudían la furgoneta. El viento y la lluvia golpeaban despiadadamente las paredes de aluminio mientras los rayos rasgaban el cielo.
Naruto estaba sentado en la cama. Aquello era para estremecer a cualquiera. Sasuke tenía razón...

¡¡ Sasuke !!.

La lluvia debía entrarle por la parte abierta del camión. No había lona ni tela alquitranada capas de protegerle.
Rápidamente salto de la cama y extrajo del armario un poncho impermeable.
El viento arrojó lluvia al interior del coche cuando Naruto abrió la puerta. Tuvo que empujar con toda su fuerza para volver a cerrarla. Un rayo iluminó entonces una figura encapuchada semejante a la de él, luchando por sujetar la parte abatible del camión. Naruto quiso ayudarle a introducir la cadena por el lado contrario, cuando el vendaval lo arrojó contra el vehículo.
Unos brazos poderosos lo rodearon enérgicamente, y el cuerpo de Sasuke se situó delante de el para protegerlo de lo peor de la tormenta.

- ¿ Que diantre hacías, chiquillo loco ? -, grito furioso, ahogando el estrépito de un árbol que caía derribado.

- Temí que te ahogaras -, contesto Naruto, tratando de que su voz se oyera pese al viento -, ¡ Ven a mi coche, para que puedas secarte !.

Sasuke vaciló unos segundos, antes de llevar al joven a la furgoneta. Naruto nunca se había visto expuesto a tan violento despliegue de los elementos, y agradeció aquellos brazos protectores. De no haber sido por ellos, la última ráfaga lo abría tumbado.

- Será mejor colgar nuestros ponchos aquí, junto a la puerta, para que el agua que suelten caiga al cubo -, dijo jadeante, cuando por fin se vieron a salvo en la casa rodante.

A pesar de haberse cubierto con una prenda impermeable, el doncel tenía el pijama mojado.
Entrego una toalla a Sasuke, y cada cual se seco lo mejor que pudo.

- ¡ Que barbaridad ¡, ¿ Todas vuestras tormentas son cómo estás ? -, grito cuando otro árbol fue abatido.

- ¡ Pues esta es una de las más resistibles ! -, confesó Sasuke a la vez que se enjuagaba el pelo -, pero llegó antes de lo que yo esperaba. La lluvia penetró a chorros en mi saco de dormir, y temo que, a estas horas, el colchón este flotando.

Sus ojos se estrecharon mientras observaba al doncel.
La agitación ya experimentada antes volvió a apoderarse de Naruto.

- No hacia falta que salieras a rescatarme, con semejante temporal.

- ¿ Por que no ?, Si lo haría por un gato desamparado, ¿ No lo iba a hacer por ti ? -, dijo en un intento de fingir indiferencia.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Sería consecuencia del frío, y nada tenía que ver, probablemente, con la proximidad del hombre más atractivo que hubiese conocido jamás.

- ¡ Quítate ese pijama empapado, chiquillo, antes de que pesques una pulmonía ¡ -, ordeno el hombre, en tono duro.

Un músculo se movió a lo largo de su apretada mandíbula, y en su expresión había algo que hizo bajar la mirada a Naruto.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que la fina tela de algodón, al estar mojada, moldeaba todas las suaves curvas de su cuerpo. Sintió que sus mejillas se encendían mientras se apartaba rápidamente. Busco algo de ropa seca en un cajón, muy nervioso, y corrió al cuarto de baño.

- Lamento no tener pantalones de tu medida -, grito por encima del hombro.

Llevaba el un jersey y tejanos, todo igualmente calado.

- En el armario encontrarás un suéter grandote, que quizás te quepa -, indico, alarmado al comprobar la anchura de los hombros de Sasuke -, y, por cierto, te dejaste aquí el frasco de bourbon. Creo que un trago no nos sentaría nada mal.

Naruto no tardó en aparecer, envuelto en un grueso jersey peludo, y sus nervios se pusieron tensos cuando vio como se adaptaba su prenda al cuerpo de Sasuke.

Sasuke calentaba agua en el fogón y repartía el contenido del frasco entre dos vasos.

Aquella bebida caliente le produjo una agradable sensación. Estaban los dos sentados a oscuras, bebían el whisky de maíz a sorbos y comprobaban que la tempestad cedía poco a poco. Los truenos, no obstante, seguían retumbando en sus oídos.

- No me párese que la lluvia baya a cesar, de todos modos -, murmuró el doncel -, ¿ Crees que caerá durante toda la noche ?.

- Probablemente -, contesto el hombre, dejando sobre la mesa su vaso ya vacío -, será mejor que vuelva ahora a mi camión. Subiré a la cabina.

- ¡ No !

La palabra explotó antes de que Naruto tuviera tiempo de pensar. Respiró luego profundamente para controlar la voz, y continuó :

- Quiero decir que a tu pierna le sentaría muy mal estar tan apretada en la cabina. Eres demasiado alto para dormir allí... Mira, no veo motivo para que no puedas ocupar la litera de arriba, en esta furgoneta... Es más de media noche y necesitas unas horas de sueño.

De pronto vacilo, al observar que la ceja de Sasuke se alzaba.

- Quiero decir que... ¿ No te párese una solución lógica ?

Por fortuna, Sasuke no podía oír los latidos de su corazón. ¿ De dónde había sacado el valor para hacerle semejante proposición ?.

Finalmente, añadió con un hilo de voz :

- Pensaba en tu pierna herida ...

Poco a poco, al ver sus titubeos, la sonrisa de Sasuke se hizo más amplia.

- Piensas muchas cosas, ¿ No ?, Naruto, eres un tesoro. Una cama seca donde poder acostarme es una tentación irresistible.

El joven miro a la litera en cuestión.

- ¿ Puedes subir ? -, pregunto el doncel con tono de duda -, si te resulta más fácil ocupa la mía.

Aquella sonrisa se transformó entoces en una mueca burlona.

- He compartido alguna cama, pero nunca eché a un doncel de su lecho calentito. Si te sientes pudoroso, date media vuelta mientras yo me desnudo.

Naruto obedeció más que deprisa, colorado hasta las orejas. Pronto oyó el suspiro de alivio emitido por Sasuke al acostarse.

- Esto es mucho más cómodo que el delgado colchón de mi camión -, dijo el.

El doncel colgó su pantalón y el jersey junto al calefactor. Funcionaba este a baja temperatura, pero a la mañana siguiente tendría las prendas secas.
Con un estremecimiento de frío se acurrucó entre las mantas. Tenía plena conciencia de que en la litera de encima descansaba el largo cuerpo de Sasuke.

- ¿ Naruto ?

La profunda voz descendió flotando hasta el.

- ¿ Que ? -, respondió el doncel con voz suave, pese al martilleo de su corazón.

- Gracias por rescatarme, ¡ Y que tengas dulces sueños ¡.

Naruto suspiro débilmente.

- ¡¡ Tú también, Sasuke !!.

Continuará...

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