"CAPÍTULO 4"
Los nuevos vecinos no eran tan agradables como los anteriores. Eso resultaba evidente. Naruto no tardó en comprobar que a los tres niños no les gustaba aquel plan de vacaciones.
Eran demasiado pequeños para apreciar la grandiosidad de los paisajes, y los padres, agotados, no hacían más que discutir.
Dado que los vehículos estaban muy cerca unos que otros, cualquier voz levantada en altercado era oida por todos. Naruto cerro las ventanas y puso la radio a un volumen moderado, en un inútil intento de impedir que los lloriqueos y los gritos llegarán hasta el. Pero el nerviosismo creciente no lo dejaba escribir las cartas, de modo que se concentró en las postales, de texto más breve y sencillo.
Cuando, entonces, un desconocido llamo con los nudillos a la puerta del coche, Naruto no estaba en condiciones de mostrarse cortes. Se levantó con un suspiro de irritación, preguntándose qué querría aquel hombre.
No disimulo su fastidio al decirle :
- ¿ Que desea usted ?
Lo cierto es que el hombre estaba muy presentable. Sus pantalones de mezclilla negro, combinaba con la camisa blanca a cuadros negros y acentuaban el brillos de sus ojos.
¡¡ Sus ojos !!.
Naruto se quedó boquiabierto.
- ¡ Sasuke !-, exclamó por fin -, no lo reconocía... ¡ Se ha afeitado !.
- Tan frío recibimiento me hizo creer que había cometido una equivocación... -, dijo el, con un gesto torcido, a la vez que le tendía una bolsa de papel -, te traigo una pequeña muestra de agradecimiento. Dos filetes de mi nevera. No sabía si los preferías hechos en tu parrilla o en mi hornillo de petróleo.
- Pero no me deja elegir, ¿ Eh ? -, contesto Naruto con una sonrisa.
En aquel instante llegó de la caravana inmediata el seco sonido de un bofetón, seguido de un berrido acompañado de sollozos. Los gritos de la madre se hicieron todavía más fuertes.
Naruto hizo una mueca.
- Mis nuevos vecinos. Así están desde que volví. Espero que, al menos, esos críos se callen durante la noche. Pero entre, Sasuke, por favor. Con la puerta serrada estaremos más tranquilos.
Observo que su amigo cojeaba menos.
- Veo que camina mejor -, dijo -, temí que le costará venir.
- Me concedí una buena siesta. Luego tome una ducha y me afeite -, explicó, al mismo tiempo que se frotaba la mandíbula ya no rasposa.
Naruto ladeó la cabeza, mirándole con espíritu crítico.
- Aprobado. La verdad es que está mucho mejor así, aunque una barba bien recortada también puede resultar atractiva.
- Mi hermano es igual que yo, de modo que, cuando lo veas, puedes decidirte -, dijo.
- ¿ También trabaja en el rancho ?.
- Si -, contesto Sasuke, despacio.
Había momentos en que su forma de arrastrar las palabras, tan típica de la gente del Oeste, era muy marcada.
El doncel, saco la carne de la bolsa y, en aquel momento, no se dio cuenta de su vacilación.
- ¡ Pero si son filetes de verdad, Sasuke ! -, exclamó -, ¿ Como se permite esos lujos ?.
El hombre volvió a vacilar, como si buscará las palabras, y Naruto lo miro con ojos interrogantes.
- La cocinera del rancho lleno de hielo seco una de mis neveras, y todo se me conserva perfectamente.
- Tenemos suerte de que esa cocinera le tenga tanto afecto como para ser tan generosa con usted -, dijo, impresionado -, deben de tener un exceso de carne de vaca en el rancho, ¿ No ?, De todos modos, confío en que pueda organizar mi visita sin meterse por ello en problemas... No soy capaz de pensar en otra cosa.
Movió el asiento del copiloto de modo que quedase de cara a la vivienda.
- La persona capas de traerme unos filetes tan extraordinarios merece el mejor sitio de la casa -, agregó -, además, el lugar es demasiado estrecho para que nos movamos dos a la vez.
El material de escritura desapareció de la mesa y fue reemplazado por un mantel de alegres dibujos. Una fuente de patatas guisadas y un recipiente de verduras caprichosamente arregladas fueron extraídos del frigorífico e introducidos en el horno. Los filetes, colocados en una sartén, pronto acabarían de descongelarse.
- Quisiera tener vino que ofrecerle -, dijo Naruto con voz alegre -, ¡ Y velas !, Me siento con deseos de dar solemnidad a la velada..
Pero la risa se ahogó en su garganta cuando se enfrentó con los penetrantes ojos azabaches de Sasuke. Un escalofrío recorrió su cuerpo, y tuvo que hacer un esfuerzo para vencer el dominio que aquella mirada ejercía sobre el.
- “¡Cuidado, muchacho, cuidado ! -, le advirtió Kurama, quien era como la vos de su conciencia, o algo así -, este hombre tiene mundo, y no será tan fácil de manejar como otros”.
- Lamento no poder solucionar lo del vino y las velas, pero quizá nos sirva esto como aperitivo - propuso Sasuke y saco un frasco plano de su bolsillo posterior -, espero que te guste el bourbon*.
- Nunca lo he probado -, confesó Naruto, preparando unos cubitos de hielo -, ¡ Caramba, y un frasco de plata ¡, Creí que habían acabado con la prohibición.
Sasuke sonrió.
- ¿ Procede eso de las historias leídas ?, Esta botella era de mi padre. La llevo cuando trabajo fuera y el tiempo es frío. A veces no hay otra manera de entrar en calor.
La cena transcurrió en un ambiente de alegría. La única molestia eran los lloros que intermitentemente, llegaban de la caravana vecina.
- ¿ Esa amiga tuya, Karin, es también secretaria ? -, pregunto Sasuke.
- Si. La conocí cuando vine al Oeste. Congeniamos desde el primer momento. Es un poco variable, pero resulta divertida. Esta furgoneta pertenece a sus padres.
- Me sorprende que tu hermano te dejará partir por tu cuenta -, dijo Sasuke, y la desaprobación que había en su voz hizo que Naruto alzara su vista -, tú eres un doncel bastante atractivo para viajar solo.
El doncel movió la cabeza, exasperado.
- ¡ Párese usted Menma !, Tampoco a él le gustó el súbito cambio de plan. Desde que mamá murió, cree que debe de actuar como mi guardián. Mi hermano mayor apenas me lleva un año, y le aseguro que de vez en cuando hay que llamarle la atención.
Pero sus palabras iban acompañadas de una sonrisa indulgente.
Continuará...
* Bourbon :
“ Aguardiente de maíz o de centeno ”.
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