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" CAPÍTULO 29 "

Estaba Naruto en la ducha cuando recordó que Sasuke no había fijado un precio para Beauty.

“ Debes preguntárselo ” - le recordó Kurama.

Mientras el se secaba con una toalla en el baño.

Llamaron entoces con los nudillos, y el doncel se envolvió con la toalla para dejar pasar a tía Mikoto ya que estaba convencido de que era ella.

Pero no se trataba de tía Mikoto. La figura de Sasuke lleno el marco de la puerta. Naruto noto que el quedaba sin aliento.

- Lo siento, pero tú dijiste que podía entrar - se excusó, apoyándose en la pared -, pareces un cervatillo asustado. ¡ Tranquilo, que no te comere !, Sólo fue la sorpresa... Venía a anunciarte que cenaremos fuera de casa, para que puedas vestirte apropiadamente.

Naruto vaciló, ciñéndose más la toalla, siempre a punto de resbalar al suelo.

- Verás mi equipo es limitado. Ya conoces toda mi ropa - repuso -, ¿ Vamos a un sitio muy elegante ?.

- Tu quedas perfectamente con cualquier cosa - afirmó el, y ya se disponía a cerrar la puerta cuando volvió a meter la cabeza en el cuarto de baño -, los tobillos son una maravilla... Pero los muslos son divinos... - añadió con maliciosa sonrisa antes de alejarse difinitivamente.

Naruto se asustó al mirar hacia abajo.
La toalla se había abierto, y la suave curva de una de sus piernas quedaba al desnudo desde la cadera.
Necesito unos minutos para comprender que un doncel o mujer en bikini aún enseñaba más.

Los densos nubarrones seguían amenazando lluvia cuando el lo acompañó a su coche.

- ¡ Un Jaguar, Sasuke ! - exclamó fascinado.

El automóvil, tenuame plateado, relucía a la luz procedente de una ventana. El doncel se acomodó en el asiento de suave cuero. Realmente disfrutaba con la voluptuosa sensación que le transmitía aquel coche tan lujoso.

- Me dan ganas de ronronear como un pequeño gatito - dijo riendo -, no me costaría nada acostumbrarme a semejante vida.

- Serías fácil de malcriar - opino el, con expresión de picardía -, crees que dormir en un saco sobre la roca dura es un regalo, y que dar de comer a un montón de vaqueros hambrientos constituye un privilegio. Ya es hora de que te demuestre que la vida en un rancho también tiene su parte buena.

Habían alcanzado la autopista cuando Sasuke tomo la mano del doncel y la posó sobre su propio muslo, cubriéndola con sus dedos calientes. Los músculos de su pierna se movían cada vez que su pie accionaba el pedal, lanzando continuos impulsos a través de todo el cuerpo del joven.

Naruto casi sufría cuando, por fin, Sasuke condujo el caro coche en el lugar de aparcamiento de un restaurante.

Sentados a una mesa pequeña y bastante apartada, el doncel se arrepentirá de haber vuelto a toma vino pese a los trastornos que le producía. Expresó su satisfacción al camarero por la exquisita cena, aunque la verdad es que no sabía lo que tomaba. Le paresia que él y Sasuke estaban encerrados en una inmensa burbuja privada, que nada podría hacer estallar nunca. Era feliz escuchando su voz sonora y profunda y fundiéndose en el calor de sus negros ojos.

- ¡ Hola, Sasuke, cariño !. ¡ Qué alegría saberte fuera del hospital !. ¿ Por qué no me telefoneaste ?.

La mujer aparecida a su lado era muy llamativa, desde el impecable peinado a la última moda hasta las blancas manos de uñas rojas como el fuego. Su largo vestido de color negro, generosamente escotado, resaltaba unas formas más bien opulentas.

Sasuke dejo la mano de Naruto, y a él se le antojo que lo hacía con mal disimulada impaciencia. Se levantó cortes....

- ¡ Ino !. ¡ Te creía todavía en Europa !.

- Sabías que mi viaje será el mes próximo - le reprochó con un mohín -, espero que me perdones por no visitarte en el hospital, cariño... Pero te consta que yo no soporto esos centros. ¡ Me ponen enferma !.

Sasuke los presento.

- Ino... es Naruto Uzumaki, mi invitado en el rancho.

Unos ojos de hielo lo perforaron antes de revolotear hacia el hombre.

- ¡ No hay derecho, cariño ! - protesto coqueteando con descaro -, ¡ Ni siquiera me invitaste a conocer esa maravilla cosa tuya, pese a haberlo prometido.... !. Mañana subiré a verla, ahora que veo que ya no te la reservas para ti solo... - añadió zalamera.

- No estaré allí - la corto Sasuke -, aguarda unas semanas. Pienso celebrar una fiesta entonces.

- ¡ Pues ya puedes contar conmigo ! - dijo Ino -, va siendo hora de que enseñes tu rincón. ¡ Una casa tan fabulosa para un soltero !. ¿ Sabes una cosa ?. Tendrías que dejarme atender a los demás invitados, contigo... Oye, conozco a un matrimonio especializado en preparar fiestas....

- Lo tendré en cuenta - respondió el, no sin cierta sequedad.

Naruto logro una sonrisa forzada cuando Sasuke e Ino se hubieron despedido. Permaneció con las manos crispadas sobre sus jeans mientras seguía con la vista a Ino, que se alejó entre provocativos contoneos para reunirse con un grupo de amigos en otra mesa.

- “ El dolor que siento no pueden ser provocados por los celos - pensó -, y no debo pensar en el amor, por qué el amor es mutua confianza. Pero en nuestro caso ni siquiera hubo declaración... ”

Incapaz de ordenar sus confusas emociones, Naruto se sirvió con mano temblorosa otra copa de vino. Su frío sabor alivio el escozor de su garganta.

- ¡ Cuidado, Chiquillo, que no es tu copa de agua ! - le advirtió Sasuke.

Naruto miro sorprendido el cáliz vacío, y balbuceo:

- ¡ Ay, tienes razón... !.

- creo que debo pedirte un café - dijo el, estrechando los ojos.

Cuando el camarero sirvió el moka. La figura de Sasuke empezaba a disolverse en una niebla dorada, y el tubo miedo de levantar la taza.

- ¿ Cuánto vino bebí ? - pregunto de repente, con dificultad de enfocar la vista.

¡ Oh, y cuánto le costaba pronunciar bien las palabras !. Hablaba mejor si lo hacía muy despacio...

La boca de Sasuke era una línea recta, cuando el podio la nota. Luego, Sasuke se inclinó hacia adelante y sus anchos hombros formaron una pantalla al echar un poco de leche en la taza y llevar a los labios del doncel.

- Bebé un sorbo. Ya no está demasiado caliente. Te hará bien. Voy a sacarte al aire libre para disipar esas nubes de tu cabecita tonta.

Naruto obedeció.
No había sido capaz de caminar hasta la puerta sin el apoyo de Sasuke. Sus pies parecían flotar sobre la nada. Sólo vagamente se dio cuenta de la mirada que le dirigió Ino al pasar serca de su mesa.

Sasuke bajo las ventanas del coche y envolvió al doncel en una manta antes de partir con gran rapidez hacia la oscuridad.
El frío viento llego como un choque, y Naruto se estremeció bajo de la manta. Varios kilómetros más allá, Sasuke paro el Jaguar en un área de descanso y volvió a subir las ventanas.

- ¡ No puedo permitir que atrapes una pulmonía ! - dijo -, ¿ Te sientes mejor ?.

- Estoy... estoy des.... desorientado - farfulló, y de repente se echó a reír -, ¡ Nunca... nunca me ha... me había mareado antes !.

- ¡ Ay, que inocente eres !. Un poco de vino, ¡ Y ya vuelas !.

Él no podía ver su cara en la oscuridad, pero en el tono de la voz había algo de burla.
De pronto se volvió, inclinándose hacia adelante para saber cuál era su expresión en realidad.

- Se lo que pasa ahora ... - afirmó al mismo tiempo que movía la cabeza de arriba abajo, una y otra vez, con un gesto de sabiduría -, según el gui...  el guión, empieza la gr... la gran escena de la seducción.

Los ojos de Sasuke examinaron su rostro.

- ¡ No ! - declaró el firmemente -, cuando vengas a mi, quiero que puedas recordar luego cada minuto.

Naruto siguió moviendo la cabeza en sentido afirmativo, ahora convencido de la gran profundidad de sus palabras. Era una pena que no lo viera todo mas claro. Debía de ser la niebla...

Aserco una mano a la mejilla de Sasuke, para acariciársela.

- A mi me... gustaría - murmuró.

Apoyó la cabeza en su hombro, suspiro contento, y se durmió.

                            Continuará...

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