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Miró a los jóvenes con afecto maternal y les empujó cariñosamente hacia la casa.

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- Suigetsu puede ocuparse de vaciar el camión - agregó -, vosotros id a poneros presentables.

“ ¿ Ves lo que yo te decía ? ”, leyó Naruto en los ojos de Sasuke, que mantenía la puerta abierta para que ellos entrasen.

Tía Mikoto lo acompañó al piso superior. Era evidente que ansiaba saber cómo lo había pasado en el corral de la montaña.

Naruto le hizo un conciso y prudente relato.

- Me entusiasmo - dijo feliz -, ¡ Agradezco mucho que usted me animará a ir !.

Los ojos de aquella mujer ya entrados en años parecían dos botones brillantes mientras examinaban al doncel.

- Itachi afirma que fuiste un regalo del cielo. Tengo entendido que la comida era excelente y que, además, les ofreciste unas serenatas deliciosas. ¡ Tienes que tocar para mí, uno de estos días !. Pero te hago perder tiempo, pequeño. ¡ Date un buen baño mientras yo vigilo la comida !.

Naruto disfruto lo indecible en aquella bañera llena de espuma olorosa. Había llevado jeans de mezclilla toda la semana, y ahora decidió ponerse unos shorts a la cadera de color verde claro, que le llegaban a medio muslo. Y una camisa blanca, con los dos primeros botones sin acomodar, ceñida a su cintura. Remarcando más sus delicadas curvas.
Unos combers, blancos con las agujetas y las suelas en negro.
Deseaba sentirse ligero.
Sus cabellos, recién lavados, desprendían dorados brillos.
Y en su cuello colgaba  una cadena de plata con el dije del Ying y el Yang.
(Imagen de arriba).

Tan solo esperaba que su atuendo le agradará a Sasuke.

La mirada de admiración que Sasuke le dirigió cuando lo vio entrar en el comedor, expresaba de manera evidente que había estado acertado en su elección.

- Es una pena que el trabajo del rancho parezca obligar a llevar pantalón - comento, poniéndose de pie -, debo confesar que, a mí, mis donceles o mujeres, me gustan más con ese tipo de ropa.... ya sabes... ligeras que... que no parezcan tensas como esos maniquís que se ven en los aparadores.

Sus donceles... O mujeres...

¿ Que significaban aquellas palabras ?.

Sasuke era realmente de una  arrogancia intolerable.

Naruto le miró, pero el continuaba tan tranquilo, como si no se hubiese dado cuenta de lo enojoso de aquella frase. Sasuke se sentó de nuevo y siguió clasificando el montón de cartas que tenía delante.

Naruto converso cortésmente con la tía Mikoto durante varios minutos, hasta que Sasuke alzó la vista y, empujando hacia atrás el correo, exclamó :

- ¡ Ya me dedicare luego a todo esto !. No permitiré que vuelva a interponerse nada en nuestro plan de recorrer juntos el rancho. Convendría que, después del almuerzo, volvieses a ponerte pantalones, Naruto. Hay algo que quiero enseñarte.

Despertó con ello la curiosidad del doncel, pero Sasuke se negó a dar más detalles. En el transcurso de la comida hablaron de cosas totalmente distintas.

- No me extrañaría que mañana hubiese nieve en la cumbre de la montaña - observó el -, regresamos a tiempo.  Sólo espero que no caiga también aquí.

- ¿ Tan pronto ? - preguntó Naruto con sorpresa -, ¡ Si acaba de empezar Octubre !.

- Nosotros hemos visto tempestades de nieve en Septiembre - agregó tía Mikoto -, no olvides que estamos cercas de Canadá. Los vientos árticos pueden ser terriblemente helados. Abrígate bien, cuando salgas esta tarde - recomendó finalmente con una sonrisa.

Naruto hizo caso del consejo de la tía. Cuando descendió de nuevo, tras haberse cambiado de ropa, llevaba tejanos y un grueso jersey, además de la chaqueta acolchada colgada del brazo.
Sasuke le ayudo a ponérsela, y a continuación salieron juntos al frío de aquella zona montañosa.

- ¿ No tienes gorro ni guantes ? - pregunto el -, tendremos que equiparte mejor, para nuestros inviernos.

Naruto se sorprendió al comprobar la condensación del aire cuando Sasuke hablaba. Antes abrir los bolsillos, cerrados con cremallera, se frotó fuertemente las manos, ya que, en efecto, el frío era mordiente.

Una mano grande y fuerte tomo entonces las suyas y las estrecho con cariño mientras las introducía en su propio bolsillo.

- Este frío me cogió de sorpresa - dijo Naruto tembloroso.

El calor de su mano, manteniendo las suyas protegidas, era suficiente para excitar todos sus nervios.

Pasaron junto a un granero en el que había un enorme tractor con una serie de accesorios.
Poco más allá, Naruto descubrió a Jacko en un corral con los demás caballos bajados de la montaña, y enseguida expresó el deseo de acercarse a acariciarle.

- Ahora no, Naruto - contesto Sasuke -, después puedes llevarle una zanahoria, si te ase ilusión.

En un corral de menores dimensiones había una potranca que les miro con ojos dulces e inquisitivos. El sol arrancaba destellos a su espléndida piel dorada, de extraordinario parecido con el color de los cabellos del doncel.

- ¡ Oh, Sasuke ! - exclamó Naruto -, ¡ Qué preciosidad !.

- Tu mencionaste una yegua el otro día - recordó el -, yo acababa de adquirirla, precisamente, y pensé que te interesaría. Si la quieres, es tuya.

El rostro del doncel se sonrojo de felicidad. Momentos después, Naruto volaba a sus brazos y estampaba un beso en su barbilla.

- Puedes hacerlo aún mejor - dijo Sasuke y lo estrecho contra sí para besarlo en la boca.

Las mejillas de Naruto parecían dos rosas encendidas, cuando el lo soltó. A poca distancia sonó la risa simpática de Suigetsu.

- ¡ Esto es lo que yo llamo saber apreciar lo bueno ! - comento el hombre.

El doncel era demasiado feliz para sentir turbación, y se encaramó rápidamente en cerca.

- ¡ Beauty, encanto ! - llamó a la potranca - ¡ Ven a saludarme !.

El ánima levantó la cabeza y, con un suave relincho, acudió junto a él.

- ¿ Quieres probar de montarla ? - ofreció Sasuke.

- ¿ Crees que me dejara ?.

Suigetsu trajo una silla bonitamente trabajada y la sujeto mientras Sasuke equipaba a su magnífico Sombra. Lo ayudo a subir antes de montar el, y Naruto volvió a sentir admiración al observar cómo se veían amo y cabalgadura.

-“ Un hombre orgulloso, un caballo orgulloso ” - escucho oír de Kurama.

Suigetsu abrió la puerta del corral, y Sasuke lo condujo a un camino que serpenteaba por la falda de la montaña. Cuando el terreno fue más llano, incitó a Sombra a dar un galope, y la potranca siguió con buen ánimo. No podía haber competición, sin embargo, ya que el caballo era bastante más alto.

Sasuke desmonto junto a un arroyo y lo espero con expresión crítica.

- ¿ Que tal se porta ? - quiso saber mientras ayudaba a desmontar a Naruto.

- ¡ Divinamente ! - exclamó el doncel, jadeando dichoso -, con que me tendiste una trampa, ¿ Eh, Sasuke ?. Ahora tendré que buscar trabajo por aquí, para poder estar con Beauty.
Pero dime : ¿ Cuánto te debo ?, ¿ Podrás esperar una semana a cobrar ?. Te are una transferencia cuando vuelva a Denver.

- Es que la potranca no está en venta - señaló Sasuke.

- ¿ Cómo ? - Naruto lo miro consternado -, ¡ No te entiendo, Sasuke !. Esto no es jugar limpio. Te consta que yo quería comprarla.

- No obstante, he decidido conservarla - repuso Sasuke, tranquilo.

- ¡ Pues eres cruel ! - estalló el doncel, con las mejillas rojas de indignación -, hansié tener a Beauty desde que la vi... Además, ¿ Quien va a montarla ?, ¡ Es demasiado delicada para recorrer los pastos !.

Sasuke se limitó a encogerse de hombros.

- Sabes que tenemos invitadas femeninas....

Naruto clavo en el unos ojos horrorizados.
Beauty no era una yegua para someterla al tratamiento incierto de cualquier persona.
Expresaba su rostro un gran desengaño cuando, de pronto, una luz apareció en el.

Había descubierto la risa que asomaba en los ojos de Sasuke.

- Eres... ¡ Eres un bruto ! - protesto, pero lo cierto es que lo invadió un alivio inmenso -, ¡ Me tomaste el pelo !.

Sasuke lo estrecho contra sí, de modo que el percibió el crujido de la risa en su pecho.

- ¡ Vaya genio que gasta el señorito !.

Seguidamente se hecho el sombrero hacia atrás y bajo la cabeza. Naruto se sintió perdido de nuevo, incapaz de controlar su respuesta.

- ¡ Ay, si... ! - murmuró l cuando, por fin, alzó la cabeza.
Con gran ternura apartó de su cara un travieso mechón de pelo antes de besarlo una y otra vez en las comisuras de los labios -, ¿ Que voy hacer contigo, pequeño ? - le musitó contra la carnosa boca -, ¿ Darte entrada en mi corazón ?.

¿ Que podía contestar el ?.

Anhelaba sujetarle fuertemente y permitir que su boca y todo el hablaran en silencio. Se hallaba refugiado en la curva de su brazo como un pajarillo tembloroso y procuraba mantener bajas las pestañas, para que el no viera el deseo que sus ojos escondían.

Pero Sasuke le levantó la cara con un dedo, y la mirada del doncel tuvo que enfrentarse con la pregunta que formulaba la mirada de Sasuke.

Naruto se humedeció los labios con la punta de la lengua antes de esbozar una tímida sonrisa.

- Tendremos que esperar y ver que nos depara el futuro, ¿ No ? - susurro.

Sasuke se sumergió en los ojos del doncel y, antes de besarlo, tomo su rostro entre las manos.

“ ¡ se lo que quiero ! - grito el corazón de Naruto -, ¿ Acaso tú tienes aún alguna duda, Sasuke ?. Yo ya soy tuyo irrevocablemente. ¿ Es que no te das cuenta ?. Esperaré, pero no tardes demasiado... ”

Sasuke agarró las riendas del caballo al mismo tiempo que observaba el cielo encapotado.

- Habría jurado que iba a salir el sol. Lo confieso. Pero ahora conviene regresar antes de que la tempestad nos caiga encima.

- ¿ Tenéis temporales como el que pasamos en Yellowstone ? - quiso saber Naruto mientras el lo ayudaba a montar.

- ¡ Desde luego !, Y resulta difícil predecir lo violentos que van a ser, por qué se forma detrás de la montañas y no podemos ver lo que se nos viene encima.

Volvieron atrás a paso largo, y Naruto insistió en acariciar a Beauty a la vez que Sasuke cuidaba de su caballo.

Seguidamente entraron en la casa.

                         Continuará....