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" CAPÍTULO 23 "

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- Bien ahora cuéntanos todo lo que sucedió - dijo luego, sentándose a su lado.

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Naruto explicó que había oído el relicto aterrorizado del caballo.

- Entonces descubrí al puma, agazapado, y cuando iba a saltar le dispare... - agregó -, después, al ver que intentaba escapar, comprendí que no podía permitirlo, sobre todo estando herido, y le seguí... Y apenas se detuvo, le dispare otra vez... No sé si hice bien... - concluyó, mirando preocupado a Sasuke.

El carraspeó antes de responder.

- Si que hiciste bien, ¡ Pero no vuelvas a meterte nunca en una situación semejante !.

Su brazo volvió a estrechar momentáneamente el cuerpo del doncel, antes de alzarse para salir al exterior.

Los cuatro hombres no tardaron en regresar.
Los ojos del joven Konohamaru estaban redondos de asombro.

- ¡ Nunca había visto un puma tan grande !, Realmente es de tamaño trofeo. ¡ Tendrías que hacerlo disecar ! - exclamó entusiasmado.

Naruto se estremeció.

- ¡ Dios me libre !, Apenas hay sitio para mí en mi piso, para tener que soportar además de continuó su mirada... Nunca olvidaré lo que vi en sus ojos después del primer disparo.

- Bueno, en tal caso puedes encargar que te preparen la piel. Sería una alfombra preciosa - insistió Konohamaru.

El doncel le dedicó una sonrisa débil.

- Eso me costaría más dinero del que tengo. Si quieres tú la piel, te la regalo.

Kakashi llegó con tazas de café para todo. Los ojos con que miro a Naruto contenían sincera admiración.

- Tu hazaña saldrá en los periódicos, ¿ Sabes ?, ¡ Muchos rancheros se alegrarán de lo que hiciste, chiquillo !.

- Pues la publicidad no me interesa en lo absoluto - protesto el doncel -, si mi hermano se enterará, tendría un susto terrible y me aria regresar de inmediato... ¿ Que vais a hacer con el cuerpo ? - pregunto entonces de cara a Sasuke -, porque este suelo es muy rocoso y os costaría enterrarlo.

- Del puma se ocuparán los buitres - dijo Konohamaru -, ya dan vueltas por encima de él.

Naruto se estremeció.

- No temas. Nos lo llevaremos de aquí - aseguro Itachi -, sin embargo, hay que dejarlo hasta que los demás lo hayan visto, o no lo creerían. Todos ellos se llenaban la boca al hablar de cómo lo cazarían, ¡ Y este chiquillo les gana la partida ! - río -, estoy ansiando ver las caras que pondrán.

Dejo su taza ya vacía y se puso de pie.

- Venid, muchachos. No hay duda de que entre tanto, las últimas vacas que reunimos ya han vuelto a escapar. Debemos atraparlas antes de que se alejen demasiado. Y con eso abríamos terminado. Mañana empezaremos a marcar las reses. Supongo que tú prefieres continuar aquí un rato - añadió de cara al hermano.

Sasuke solo hizo un gesto afirmativo.

- El susto a sido suficiente para Naruto. No quiero dejarlo solo, así que empezaré a preparar la cena.

El chico quiso protestar, pero Sasuke lo hizo callar con su mirada.

No obstante, el doncel le siguió a la cocina y dijo que no había motivo para que no pudiese pelar patatas, al menos.

- Eso se hace sentado - indico -, déjame, Sasuke. Me encuentro mejor con alguna ocupación. Admito que estuve muy excitado por un rato, pero ya pasó y no pienso derrumbarme.

Los azabaches ojos de Sasuke examinaron su rostro. Finalmente, el vaquero se resigno con un gesto de hombros.

- Espero ser más eficaz con el próximo puma que encuentre - dijo Naruto en tono solemne -, para entonces ya seré un veterano.

Sasuke descubrió el resplandor de una sonrisa en los ojos del chico, y los suyos se encendieron en respuesta.

- Ya veo que tenerte cerca significa encanecer pronto. Uno tendría que aprender a defenderse de una forma u otra - observó con ambigüedad -, quizá sea mejor que vuelvas a la casa cuando Suigetsu suba la próxima carretada de provisiones.

Los ojos de Naruto se ensombrecieron. ¿ Tanto deseaba librarse de el ?.

El doncel prefirió concentrarse en la piel de patata que iba cortando.

- Creí que no hacia mal mi trabajo - dijo en voz baja -, los hombres bien sobreviven con las comidas que yo les sirvo.

Sasuke se fijó en su cabeza baja y en la contracción de su boca.

- Hacen bastante más que sobrevivir - respondió -, nunca habían estado tan bien atendidos. Yo solo pienso en ti, Naruto. No tengo derecho a exponerte a más peligros. Luchar todo el santo día en una cocina económica para alimentar a un puñado de hombres hambrientos, no es mi concepto de unas vacaciones... - y su voz adquirió nueva dureza, como si quisiera indicar a Naruto la conveniencia de que dejará aquel lugar -, la temperatura será más baja cada día. Esta mañana yo vi escarcha en la hierba, y el suelo no se pondrá más blando. No creo que haya mucho atractivo en todo eso.

El doncel miro al hombre apoyado en el fregadero y con los brazos cruzados sobre el ancho pecho.

- Sasuke, pero... ¿ Que puede reemplazar el canto de los pajaritos que me despiertan cada mañana ?, Ahora que ya tengo establecida una rutina, la cosa no es tan pesada. ¡ Y me queda tanto que explorar !, Creo que no me cansaría nunca de ver cómo las terneritas mueven sus patas y dan coces, jugando, o como una vaca madre baja la cabeza para lamer a su cría...  - dijo Naruto con ojos soñadores -, este mundo es maravilloso, Sasuke, y dispongo de muy poco tiempo para saborearlo.

Sasuke movió los hombros con impaciencia.

- Ya estás de nuevo con tus novelas del Oeste, empeñándote en verlo todo a través de cristales de color de rosa. Aquí tenemos a veces tremendas sequías, o huracanes que causan muchas víctimas. Y una persona acostumbrada a la ciudad puede sentir aquí una terrible soledad.

Una sonrisa cubrió los labios de Naruto.

- Pues tú no pareces sufrir mucho.

- Yo estoy acostumbrado a todo esto. Mi caso es distinto.

Los ojos del hombre parecían trocitos de hielo, en aquel momento.

- Ya sabes que no es fácil desanimarme - insistió el joven, erguido en su silla -, quisiera permanecer aquí el resto de la semana, si tú no te opines con demasiada energía.

Sasuke abrió sus manos, resignado.

- ¿ Por qué había de proponerme ?, Como ya dije, solo pienso en tu bien.

- Hum - contesto el doncel con terquedad -, en ese caso no vuelvas a hablar de mi marcha.

Y cogiendo el toro por los cuernos ( el mismo se reía de la metáfora ), miro fijamente a Sasuke y agregó desafiante.

- Sabes que no tengo que volver a mi trabajo durante todo el mes. Por consiguiente, os ofrezco mis servicios como cocinera hasta que hayáis terminado vuestra tarea en la montaña.

El no se movió mientras Naruto hablaba.

- Tu ofrecimiento es muy generoso - dijo sin inmutarse -, y dadas las circunstancias, creí que lo mejor es aceptarlo.

Hubo muchos gritos y comentarios cuando los hombres regresaron de sus tareas y vieron el cuerpo del animal. Hicieron algunas bromas acerca de sus dotes de amazona, pero a través de todas ellas se adivinaba un gran respeto por la hazaña del doncel.

Naruto contempló nervioso el lugar donde había abatido al puma, cuando poco después se unió a los hombres, y emitió un suspiro de alivio al comprobar que ya se lo habían llevado. Eso sí, confiaba en no tropezar con el durante sus paseos a caballo.

Finalmente tomo unas zanahorias y se encaminó al corral. Su alegría fue grande al ver que Jacko parecía haber olvidado el espantoso susto de la tarde. El caballo acercó a él el hocico, zalamero, y acepto satisfecho lo que el chico le ofrecía.

- Lo mimas demasiado. Luego no obedecerá a los muchachos.

Naruto quedó inmóvil al percibir su voz detrás de él. Cada uno de sus nervios hormigueaba cuando el se situó a su lado y se apoyó en la cerca.

- Vine a cerciorarme de que lo de hoy no había tenido consecuencias para Jacko - dijo -, no quisiera ser la causa de que se volviera nervioso.

- No, se trata de una raza muy resistente. Estos caballos están acostumbrados a enfrentarse con cualquier cosa.

Jacko frotó el hocico contra el hombro del doncel, esperando otra zanahoria.

- ¡ Basta ya, pedigüeño ! - río Naruto.

Cuando Jacko se dio cuenta de que, que en efecto, no había nada más para el, propinó un empujoncito a su amigo y se alejó trotando.

Esta última demostración de afecto del caballo cogió desprevenido a Naruto, que se tambaleó hacia atrás. Los brazos de Sasuke lo sujetaron, estrechando lo fuertemente contra sí.

“ Esto es lo que yo estaba esperando ”, pensó excitado, hasta que luego ceso en el toda coherencia. Se hundía en aquel mundo que aislaban los brazos de acero y el cuerpo vigoroso del hombre. Sus manos penetraron entre sus azabaches cabellos, echando el sombrero hacia atrás. Por la mente del doncel paso como un relámpago la imagen del puma herido, con las sacudidas de sus músculos... Eso era el, también. Pero en lugar del puma, era su Pantera Negra.
Y Naruto sintió un dulce estremecimiento cuando apretó sus suaves curvas contra el tronco de Sasuke, duro como la roca.

La mano del hombre acarició su cuello y descendió hasta desabrochar su blusa.

Las tetillas del doncel se endurecieron bajo el delicado masaje de sus dedos, y la boca de Sasuke siguió con el trabajo.
Lamiendo y chupando cada uno de estos.

El deseo surgió como una llamarada en el doncel y lo hizo gemir ansioso.

Sasuke dejo en libertad sus tetillas y busco sus labios, a la vez que con una de sus mano, lo agarraba por la cadera para acercárselo todavía más.

Pero cuando estaba por meter su otra mano, por dentro del pantalón del doncel.

Sasuke fue el primero en oír las voces. Alzó la cabeza, tenso su cuerpo mientras maldecía entre dientes.
Sus brazos cayeron flácidos. Naruto se apresuró a cerrarse la blusa, pero sus dedos, torpes, apenas lo obedecían.

En aquel momento bendijo a la luna, que se escondían detrás de una nube como si quisiera disimular su excitación. Los fríos travesaños de la valla de madera ofrecieron agradable apoyo a su acalorado cuerpo.
Sasuke puso un pie en el listón siguiente, cuando también el se recostó en la cerca. El sombrero cubra de nuevo su rostro. ¿ Cómo podía parecer tan tranquilo e imperturbable ?. El doncel se preguntó si su fuego solo había existido en su propia imaginación.

Itachi y Kakashi aparecieron entre los árboles.
Ambos se detuvieron en seco al ver a la pareja.

- Veníamos a comprobar cómo estaban los caballos, antes de acostarnos - dijo Itachi -, no sabíamos que estuvieseis aquí.

- Naruto sentía preocupación por Jacko - explicó Sasuke con la cabeza inclinada, tratando de parecer concentrado en la preparación de un cigarrillo.

Los hombres comenzaron a hablar del marcado de las reses, que tendría efecto al día siguiente, y Naruto quiso apartarse de ellos. Pero una mano de Sasuke en su brazo lo hizo permanecer donde estaba.

- ¿ Vendrás a ver cómo marcamos a los animales ? - pregunto Itachi -, te advierto que no es tan romántico como en las pinturas. Se levanta mucho polvo, hay mucho ruido y, además el olor a carne quemada no es agradable. Mi esposo se marea solo con pensar en ello, y por eso suele visitar a su familia en esta época.

- No se cómo reaccionaré yo - admitió Naruto sinceramente -, de cualquier forma, acudiré en cuanto haya puesto en orden la cocina.

Los dos hombres se alejaron, y ellos continuaron inmóviles hasta que Sasuke termino si cigarrillo.

¿ Que pensaba en realidad aquel vaquero alto ?, ¿ Lamentaba haber dado expresión libre a sus emocióes ?, O, todavía peor, ¿ Era capas de suponer que el se abandonaba de igual forma a todos los hombres ?.

Nadie había tomado nunca posesión de su cuerpo hasta tal extremo, ni el había experimentado jamás tan violento deseo.

- Será mejor que regresemos, Naruto - dijo el, apartándose de la cerca -, tendremos que tomar el desayuno antes de que amanezca. Si todo va bien, mañana marcaremos casi todo el ganado y solo quedará poco que hacer para el día siguiente. Luego dividiremos las reses en dos manadas. Se tarda dos días en tenerlas instaladas en los pastos de invierno.

El doncel caminaba a su lado en silencio. Sus ojos, perdidos en la lontananza, no veían nada cuando llegaron al pequeño grupo de árboles.
Tropezó el con una raíz, y unos dedos de acero lo sujetaron.

- ¡ Que torpe soy ! - murmuró, preguntándose porque tenía la garganta tan seca y las lágrimas comenzaban insistentemente en asomar entre sus párpados.

- Hay poca luz - dijo el, a la vez que se detenía.

Su mano hizo que Naruto se parase también y que el se volviese, tembloroso bajo el contacto.

Sasuke lo sujeto por los hombros y luego tomo el rostro del joven entre sus manos. La luna lo bañaba en plata, y aquellos ojos centelleantes eran ahora dos simas negras que se clavaron ansiosas en el.

- Tus besos me vuelven loco - susurro -, y no me disculpo por lo de antes. Lo único que lamento es que nos interrumpiesen.

Su rostro se acercó nuevamente al del doncel.

Y Naruto pensó que no debía permitir una repetición de la escena anterior, pero los labios de Sasuke ya se habían adueñado de los suyos. El beso parecía ligero, en el primer momento, pero sus bocas estaban hambrientas, y Naruto se vio estrujado otra vez por aquellos brazos de acero.

- Esto se va a convertir en una costumbre - dijo el, casi sin apartar los labios -, pero ahora debemos ponerle fin. ¡ Ten en cuenta que solo soy un hombre !.

Le dio un último beso, tan duro que le dejo los labios adoloridos, y lo apartó de si sin soltarlo.

- ¿ Sabes lo que significa para mí tenerte durmiendo tan serca ? - jadeo -, y ahora sigue adelante necesito fumar un pitillo más.

Lo empujó con suavidad hacia la fogata del campamento, el se alejó flotando sobre unos pies que no parecían tocar el suelo.

¡ Así pues, no era inmune, después de todo !.

¡ Sentía el mismo atractivo mágico que el !.

                            Continuará...

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