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" CAPÍTULO 17 "

Naruto se apresuró a colgar sus ropas en el armario mientras decidía que se iba a poner para la primera cena en el hogar de Sasuke. Su equipo era limitado, pero tenía unos jeans verdes que remarcan sus bien formadas piernas,  y que asía juego con su blusa, cuya prenda se amoldaba perfectamente a las curvas de su cintura,y era de seda blanca.
Sus cabellos recién lavados quedaron relucientes, cuando los cepillo largamente.
Desde el rellano pudo contemplar sin obstáculos la pieza de abajo, y permaneció unos segundos admirando el buen gusto con que habían decorado aquel cuarto de estar que era, a la vez, comedor. La gruesa alfombra negra, le recordó a los brillantes cabellos de su dueño. Dos acogedores sofás flanqueaban el hogar, ahora encendido, que difundía un agradable calor. La caprichosa pero acertada colocación de diversos grupos de muebles no reducían la sensación de suficiente espacio libre. En el otro extremo, cerca de la cocina, se hallaba el comedor propiamente dicho, y Naruto observó que tía Mikoto ya había puesto la mesa para tres personas.
Estaba a media escalera cuando Sasuke salió de su habitación, que daba al cuarto de estar. Resultaba muy atractivo con su conjunto de pantalón gris y chaqueta de color azul marino. Naruto estuvo contento de haberse arreglado para aquella ocasión, sobre todo al observar la mirada de aprobación de Sasuke mientras el acababa de descender la escalera.

Se reunieron frente a la chimenea.

- Tuviste que echar mucho de menos este fuego, cuando tratabas de entrar en calor dentro de tu saco de dormir - dijo a forma de saludo -, de haber sabido que poseías está casa de ensueño, habría quedado convencido de que hacías penitencia.

- ¡ Oh, no ! - río el, a la vez que abría un armario que resultó ser el mueble bar. Y murmuró -, ¿ Sabes que estás precioso esta noche, Naruto ?.

El doncel tomo la copa que Sasuke le ofrecía, y no pudo dejar de señalar.

- Tu también estás muy guapo... Resultaste muy... amo de todo lo que controlas.

Sus ojos lo recorrieron despacio.

- Me gusta como elegiste las palabras, Naruto. Algún día te las recordaré.

El doncel sintió que se le acaloraban las mejillas, y agradeció que tía Mikoto entrase en aquel instante para reclamar su copita de jerez.

Una sirvienta anuncio que la cena estaba a punto, y los tres pasaron a la bonita mesa. Naruto no fue capaz de contener una mirada de asombro a Sasuke. ¡ Copas de vino y velas !.

- Te juro que no las pedí - dijo el mientras apartaba la silla de su tía para que esta tomara asiento -, tía Mikoto no sabe cómo impresionarte.

               
                    ******

- Suigetsu comento que tú habías preparado la comida que el se llevaba al corral de arriba cada dos días - recordó Sasuke cuando, terminada la cena, se retiraron con sus respectivas tazas de café al rincón del hogar -, ¡ Gracias por tu colaboración, tía Mikoto !.

- No es esa la solución - admitió la mujer -, pero era lo único que podíamos hacer, dadas las circunstancias. Aquí, con Sophia hacemos lo posible para que arriba solo necesiten calentarlo. Suigetsu dice que ya se arreglan, pero desde luego no es de lo ideal. Esta tarde ase un montón de pollos, para subirlos mañana. Tengo entendido que tú te los llevarás, Sasuke. ¿ Crees, sin embargo, que tu pierna está en condiciones de cargar con tanto trabajó ?.

- Si no lo está, me veré reducido a cocinero - gruñó el sobrino.

El timbre de un teléfono interrumpió la conversación y Sasuke corrió a través de una puerta que, según le pareció a Naruto, conducía a sus habitaciones particulares.

- Es el teléfono del equipo - explicó tía Mikoto -, desde que Suigetsu se rompió una pierna arriba, en el corral superior, y tuvo que permanecer sin auxilios durante varios días, Sasuke mandó hacer esa instalación, y cada noche a las ocho llama alguien, sea quien sea. Los hombres aprecian está precaución.

- ¿ Es un problema muy serio la falta de cocinero ? - pregunto Naruto.

- Pues si - dijo la tía -, arriba trabajan mucho durante el día, y los hombres están hambrientos. Espero que Itachi se ocupe de que alguien regrese a la cabaña antes que los demás, para que tenga la comida en punto.

- Eso significa que hay que preparar tres comidas calientes al día...

- No. Sólo el desayuno y la cena. Para el almuerzo se lleva cada cual una pila de bocadillos en su mochila.

Sasuke regreso con el seño fruncido.

- Era Itachi, pidieron ayuda. Hidan recibió el encargo de aser el desayuno y quemó todos los huevos. ¿ Tienes tú una docena de sobra, para que yo me los lleve ?.

- Encargaré a Sophia que empaquete más  - dijo tía Mikoto con un suspiro -, trate de convencerla para que se fuera de cocinera al corral, pero se negó en redondo a dormir en un saco y al aire libre.

- Podría montarle un catre en la cocina - indico Sasuke con esperanza, pero la expresión de su tía le hizo desechar la idea.

Naruto se acercó a la chimenea y se colocó frente a él.

- Sasuke... Si tenéis un saco de dormir que os sobre, creo que puedo ofreceros la solución - dijo contento -, me veo capaz de cocinar para todos vosotros, con tal de que os arméis de paciencia durante un día o dos, hasta que yo me haya habituado.

- ¡ Ni pensarlo ! - contestó firmemente -, a veces, aquello puede resultar muy duro. No es lugar para un doncel de ciudad como tú.

Tía Mikoto emitió un ligero resoplido.

- Tu postura es tonta, Sasuke. Recuerdo que tu madre acostumbraba a acompañar a tu padre, antes de que nacierais vosotros. Y tu padre se consideraba la mar de feliz de tenerla consigo, y ella siempre decía que la experiencia le encantaba.

- Antes comentaste que sentías no poder enseñarme nada - señaló Naruto -, ¡ Ten en cuenta que verte reunir el ganado y marcar las reses sería para mí el punto culminante de mi vista al rancho !.

- El ofrecimiento de Naruto es una solución venida del cielo - insistió la tía -, ya oíste las quejas de Itachi, y tendría un hombre de menos si uno ha de quedarse a cocinar. ¡ Al menos, vale la pena probarlo !.

El gesto adoptado por Sasuke demostraba que la obstinación de los dos, no le hacía ningún gracia.

- ¡ No ! - repitió -, no invite a Naruto para que trabajará como un negro. Se lo que cuesta manejar una hornilla de leña. Es totalmente distinto a guisar en una cocina moderna.

Naruto no dijo nada mas. Sasuke había hablado con suficiente claridad. ¡ Lastima que no pudiese convencerle de que el hecho de ver a los vaqueros en pleno trabajo lo compensaría con creces de cualquier inconveniente !.

Era aún bastante temprano cuando tía Mikoto se levantó muy decidida.

- Voy a cerciorarme de que Sophia lo tenga todo preparado. ¿ A qué hora te levantaras ?

- Pienso estar en camino a las cinco - respondió Sasuke -, necesito que los huevos estén a punto y, una vez arriba, procuraré hacer yo el desayuno, para que los chicos puedan dormir un poco más.

- ¿ No está todavía oscuro, a esa hora ? - pregunto Naruto -, ¿ Cuánta distancia hay hasta el corral ?.

- No importa tanto la distancia como el estado del camino - dijo el -, de no llevar tantas provisiones, casi llegaría antes a caballo. ¿ Tienen a Sombra con ellos ? - agregó, dirigiéndose a su tía.

- Supongo. Oí que Itachi hablaba de ello, y que al fin decidían que podía hacer falta como sustituto.

- Mejor. Así no tendré que atarle al camión.

Pasaron una hora muy agradable junto al fuego. Sasuke complació a Naruto con el relato de parte de la historia del rancho, al ver que el doncel formulaba pregunta tras pregunta.

- La finca siempre se llamo “ Doble U ” - explicó -, mi padre y un tío juntaron su dinero y la adquirieron en común. La “ U ”, desde luego se refiere a nuestro apellido, Uchiha. Cuando mi padre se casó cinco años más tarde, tío Madara dejo el rancho y se trasladó a California, donde tuvo suerte con unos almacenes que luego se convirtieron en una cadena. Con el tiempo, mi padre adquirió su parte en el rancho.

- ¡ Pues si que es un cambio, de ranchero a dueño de unos grandes almacenes ! - dijo Naruto, sorprendido.

No sé imaginaba a Sasuke en plan de comerciante. El rancho significaba demasiado para el. Durante una hora, por lo menos, Sasuke describió a su absorto oyente los detalles de la vida en “ Doble U ”. Finalmente se levantó y, a la vez que estiraba sus miembros, se excusó :

- Aunque lo siento muchísimo, despedirme. No es frecuente que alguien me escuché con tanto interés, pero en mi escritorio descubrí algunas cartas que todavía he de leer. Además tengo que preparar varias cosas para mañana. Si te apetece subir un día, puedes venir con Suigetsu cuando traiga provisiones. Pero espera a que todos los animales estén reunidos y vayamos a empezar la marca. He encargado a Suigetsu que ensille a Estrella Blanca por si quieres montarla. Recuerda, sin embargo, que siempre debes decirle a alguien adonde vas.  Aquí hay extensiones muy grandes y es fácil perderse. Así pues, no te alejes de los caminos. No quiero que me hagas pasar angustias.

Hizo una pausa, y el doncel dijo con empeño :

- No temas, Sasuke. Tendré cuidado. ¡ Y gracias, gracias otra vez por esta oportunidad !.

De nuevo se acercó el para pasarle una mano por la cara.

- Solo permaneceré arriba hasta ver cómo van las cosas. Aquello no es trabajo para mi hermano Itachi. La responsabilidad es mía, y no puedo dejarle allí solo. Pero después bajaré para enseñarte mis lugares favoritos por dos días.

Lo acompañó a la escalera, y el sintió que sus ojos lo observaban mientras subía al piso.
Tía Mikoto, salió de su cuarto  y saludo al joven doncel con una sonrisa.

- Oí tus pasos y pensé que, a lo mejor, te gustaría leer algo. Es una lastima que Sasuke deba acudir en auxilio de Itachi, pero creo que el prefiere cerciorarse de cómo anda todo por allá arriba. Itachi no vive tan dedicado a las reses como su hermano, y algunos detalles se le escapan. Eso no quiere decir que no valga mucho para otras cosas - agregó con nobleza.

- ¡ En tal caso, tampoco es lógico que Sasuke pase el tiempo cocinando ! - repuso Naruto con energía -, quisiera que no fuera tan inflexible con respecto a mi ofrecimiento de ayudarle. Trate de hacerle comprender que me gustaría realizar ese trabajo.

- Así es Sasuke - dijo la tía con un suspiro -, tu ayuda sería una bendición, hijito, pero él es un tozudo, y cuando toma una decisión no sabe dar su brazo a torcer. Sin embargo, comprendió que no quiere hacer trabajar a su invitado.

Su fino rostro se vio iluminado por una sonrisa nostálgica.

- El padre de Sasuke era igual.

- ¿ Quiere decir que acaba por ceder, cuando se enfrenta con lo inevitable ? - inquirió Naruto.

- Por regla general - la tía soltó una risa -, siempre nos sorprendió comprobar que luego podía ser dócil, pese a sus protestas iniciales.

- Usted... ¿ Usted no dispone de un saco de dormir ? - pregunto Naruto con cautela.

- Hay varios en el almacén. ¡
¿ Meto uno en el camión ? - sugirió la mujer con una sonrisa pícara.

Naruto hizo un gesto afirmativo.

- Si usted cree que puedo llevar adelante mi plan, pese a todo...

- Eso es cosa tuya, pequeño - contesto tía Mikoto, dedicándose de nuevo a sus tareas.

Naruto dio cuerda a su despertador.

Debía sonar a las cuatro y media.

                            Continuará...

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