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- ¡ Esta no puede ser tu casa ! - exclamó atónito, cuando el lo tomo del brazo para ascender los amplios escalones y abrió la puerta.

No era aquella una casa corriente. Sólo podía pertenecer al dueño del rancho.

- ¡ Sasuke ! - le increpó, con dura acusación en sus ojos - ¡ Me estuviste engañando !, ¿ Que intentabas comprobar ?, ¡ Di de una vez que eres el propietario de toda esta hacienda !.

El soporto la creciente indignación del doncel con un rostro carente de emoción.

- Mi hermano y yo lo somos - dijo al final, sin alterarse.

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El desconcierto encendió aún más su enfado.

- ¿ Te resultó divertido ver lo bobo que era yo ? - grito -, creíste que podías tomarme el pelo, ¿ No ?, ¿ Y porque llevaste la broma tan lejos ?, ¡ Sería mejor haberme dejado en Yellowstone y pasártelo bien con aquella estudiante !, Si está es la idea que tienes de mí... - balbuceo cuando las lágrimas de contratiempo ya estaban a punto de brotar, incontenibles.

Las manos de Sasuke se apoyaron con firmeza en los hombros del doncel, al que sacudió

- ¡ Naruto, basta ya de tonterías y escúchame !, Sabes de sobra lo inocentemente que todo empezó. Era tanta tu ilusión de conocer a un vaquero, que no te la quise estropear en aquel momento. Lo más probable era que no volviésemos a vernos. Tú te encontrabas a gusto conmigo, creyéndome un simple cowboy. Y luego... ¿ Habrías venido conmigo, de conocer entonces la verdad ?, Lo dudo mucho. Al ver el camión en donde me cobijaba, me habrías tomado por un embustero.

Naruto trago saliva. Empezaba a comprender la sensatez de sus palabras.

- Y una cosa Naruto - prosiguió con más ternura -, ¡ Nunca imagines que yo me río de ti !, Nos reiremos juntos todo lo que quieras, por qué tú eres una persona con la que uno vive alegre, ¡ Pero jamás te aprovecharía para divertirme !.

Lo que quedaba de su disgusto se derritió al mirarle a los ojos.

- Fue una sorpresa tan grande - musito -, pero ahora veo que reaccione con demasiada violencia.

Las manos de Sasuke acariciaron el cuello del doncel, con lo que el pulso de este se disparo de nuevo.

- Si eso fue una muestra, desde luego no quiero verte realmente enfadado conmigo - murmuró, a la vez que sus rostros se acercaban.

- ¡ Yujuuu... !, ¿ Ha entrado alguien ? - pregunto una voz femenina desde el otro lado de la casa.

Sasuke soltó un breve juramento, dejando caer las manos.

- ¡ Si, tía Mikoto, soy yo ! - dijo.

- ¡ Pues sí que has vuelto pronto !, ¿ Por qué no me lo anunciaste, para que pudiera preparar tu postre favorito ?.

Salió por una puerta y, al descubrir la presencia del doncel, se detuvo en seco. No hizo nada por disimular su sorpresa al levantar la mejilla para recibir el beso de Sasuke.

El rodeo los hombros de la mujer con un brazo.

- Tía Mikoto, te presento a Naruto Uzumaki, que me asistió cuando mi pierna planteo problemas. Luego al descubrir que su máxima ilusión consistía en conocer un rancho de verdad, lo invite. Naruto, mi tía Mikoto.

Sasuke se había referido a ella como si de la cocinera se tratase, pero Naruto comprendió ahora que eran parientes. Tía y sobrino, más exactamente. Ambos tenían los mismos ojos y cabellos azabaches.

La mujer extendió los brazos y estrecho enseguida a Naruto contra sí.

- ¡ Caramba, Sasuke !, No sabía que tuvieses tan buen gusto. ¡ Bienvenido mil veces al rancho “ Doble U ” Naruto - dijo con gran cordialidad -, algo me decía que iba a venir alguien, por lo visto, por qué tengo a punto de meter en el horno un pollo al estilo de Kiev.

- ¿ Quieres acompañar a Naruto al cuarto que hay junto al tuyo, tía Mikoto ? - pregunto Sasuke -, el viaje a sido largo. Y las carreteras estaban llenas de polvo. A Naruto le gustaría ducharse. Yo me ocuparé de subí sus cosas

En su primer aturdimiento el doncel no se había fijado en el interior de la casa. Ahora le echó una rápida ojeada, y lo que vio lo dejo maravillado.

La sala de estar, comedor a la vez, ocupaba toda la extensión del edificio. El techo era abovedado, y la fachada delantera se componía mayormente de grandes ventanales que abarcaban los dos pisos. En un extremo descubrió un enorme hogar de piedra natural. Cuatro puertas daban al rellano del piso superior, y tía Mikoto lo condujo a una de ellas.

La alcoba estaba decorada en cálidos tonos amarillos, con detalles de vivo color anaranjado. La ventana enmarcaba la imponente montaña y la cascada que ya viera desde lejos. Junto al lugar donde el agua se precipitaba en forma de abanico, había un gigantesco peñasco peligrosamente inclinado.

- ¡ Oh, que vista tan fascinante ! - exclamó, acercándose más a la ventana.

- En efecto. Creo que Sasuke estuvo acertado al construir esta casa, cuando Itachi y Deidara se casaron hace tres años. Vio que su cuñado era muy aficionado a los objetos antiguos, y renunció a su mitad de la casa solariega para que el pudiera exponer su colección. Todos creímos que edificaba con idea de casarse el también, pero no fue así - dijo la tía con un suspiro mental y agregó : hay un baño que comunica con la habitación de a lado. Tomate todo el tiempo que necesites. La cena será dentro de dos horas, pero generalmente tomamos antes un aperitivo, como descanso.

Naruto aún contemplaba entusiasmado la visita, cuando llegó Sasuke con su equipaje.

- Te adueñaste de un trozo de cielo - suspiro, mirándole con el rostro reluciente -, ¿ Que nombre le pusiste a esa cascada, que párese sacada de un cuento de andas ?.

- Tu acabas de decirlo - indico el, colocándose con el doncel junto a la ventana -, se la conoce como la cascada del Sharingan. Pero yo, de niño, le daba el nombre de Cascada de las Hadas. Espera unos minutos y sabrás por qué.

Permanecieron en silencio, uno al lado del otro, hasta que el sol crepuscular transformó la cascada en un encaje de hilos de oro, salpicado de lucecillas rojas, a la vez que la roca del fondo adquiría un tono azul de media noche. Luego, cuando una sombra cubrió el lugar, los colores se desvanecieron en la oscuridad del ocaso.

Naruto seguía deslumbrado por el increíble juego de matices, y Sasuke sonrio.

- A la luz de la luna también es preciosa. Entonces parece una cabellera de plata.

- ¡ Y esta semana habrá luna llena ! - añadió el doncel.

Sasuke frunció el seño.

- Quisiera estar contigo cuando lo veas por primera vez, pero debo ayudar a mi hermano a marcar las reses. No tenían que empezar hasta la semana próxima - dijo con expresión triste -, las cosas no salen exactamente como yo me imaginaba.

- No te preocupes, Sasuke. No soy un invitado, en realidad. Vine por mi propio deseo, más o menos, y sabré entretenerme solo. Tú te sentirías a disgusto, aquí abajo, sabiendo que haces falta en el corral cercano en la cumbre. Tu tía me dirá lo que más vale la pena ver. Además, si todavía me ofreces el caballo, me ejercitaré, por qué estoy seguro de necesitar varios días para acostumbrarme de nuevo a la silla.

Sasuke se acercó más a él.

- Ya encontraremos alguna solución. Entre tanto, será mejor que me duche.

Naruto habría preferido que el no le acariciara la mejilla de aquel modo. Lo inmovilizaba, haciendo desaparecer toda su voluntad de resistencia.
Sasuke se inclinó súbitamente sobre él, y sintió sus calientes labios sobre los suyos durante un momento, antes de que el hombre saliera de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

                            Continuará...