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" CAPÍTULO 14 "

El sol se ocupó de despertar antes de hora a Naruto, y este se puso ropa vieja y cómoda. Al encontrar la casa en absoluta quietud, salió de puntillas en busca de la chaqueta acolchada que había dejado en el camión. El aire cortante de la mañana la exigía.

- ¿ Ya estás levantado ? - pregunto Sasuke.

Los dos hombres procedían del establo, y por su aspecto diríase que llevaban ya varias horas de trabajo.

Naruto tuvo un desengaño.

- ¡ Oh !, ¿ He llegado tarde ? - exclamó -, no me indicasteis a qué hora debía levantarme, y ... ¡ Deseaba tanto ver los caballos !.

- Tranquilo, chiquillo, aún no hemos ido. Ayudamos a nacer a un potrillo perezoso.

- ¿ Por qué no me llamaste, Sasuke ? - protesto el doncel -, me habría gustado mucho asistir a su llegada al mundo. Incluso podría haberos ayudado.

- ¡ Caramba !, Eso significa subir de categoría - río Nagato -, dos veterinarios y una enfermera quizá hubiesen logrado que la vieja Sally se portará mejor.

Naruto abrió unos ojos muy asombrados.

- ¿ Tú eres veterinario ? - pregunto a Sasuke en tono de acusación.

- Veterinario y vaquero - admitió el, mientras sus brillantes ojos estudiaban la reacción que la inesperada novedad producía en el doncel.

- Y ahora, ¡ A desayunar ! - dijo Nagato, sin darse cuenta del pasmo del chico -, luego te dejaremos admirar al caballo bebé - añadió con expresiva sonrisa

Lo que Nagato acababa de revelar acerca de la profesión de Sasuke lleno a Naruto de júbilo. Se confesó a su mismo que había abrigado sospechas acerca de la importancia de Sasuke en el rancho, por qué no parecía probable que el invitado de un simple vaquero fuese tan bien recibido allí. Pero siendo el veterinario, la cosa cambiaba. Debía de tratarse de una hacienda enorme para que necesitarán allí permanentemente sus servicios.

Ahora, el cuadro era distinto. Sasuke le había dado la impresión de un hombre educado, desde el principio. Poseía además una seguridad y un aplomo que raramente se encontrarían en un simple vaquero.

Konan estaba ocupada en la cocina, y Naruto corrió a ayudarle. Otra sorpresa consistió en el extraordinario desayuno que lo aguardaba.
Aparte de té y whaffles cortados por la mitad y cereales calientes, había huevos y costillas de cordero, pan recién hecho y grandes cantidades de café.

Los hombres comieron con apetito, y Naruto se preguntó maravillado cómo podían conservar tan esbelta y muscula figura. Sin duda era el duro trabajo en el rancho lo que les mantenía delgados y fuertes, por muchas calorías que ingiriesen.

Konan pidió disculpas a Sasuke por haber interrumpido su sueño, y agregó :

- No tenemos la costumbre de hacer pagar la cena a nuestros invitados.

Sasuke sonrio

- No padezcas, Konan, me ha alegrado poder echarle una mano a Nagato. Me recordaba los viejos tiempos. Y no solo tuvimos tiempo de volver a épocas pasadas, sino que también hablamos del futuro.

Los dos hombres intercambiaron miradas y ligeras sonrisas. ¿ Cuáles serían los sueños de personas tan vibrantes ?, Naruto experimentó súbita pena al decirse que el nunca sabía si esas ilusiones habían llegado a realizarse.

Era como conectar el televisor y ver un episodio de cualquier serial. El desconocía el principio y no se enteraría del final, pero estaba vivamente interesado e incluso comprometido en el capítulo presente.

- No me gusta nada esto de come y largarnos - dijo Sasuke, una vez terminado el café -, el camino que nos espera es largo, pero prometí enseñarle el rancho a Naruto, así como los caballos, de manera que debemos arrancar.

Dieron una vuelta por todo lo que quedaba cerca :
Los limpios y bien cuidados edificios, las densas valladas y, finalmente, el establo donde se hallaba la yegua Sally con su hijito.

El potrillo estaba graciosísimo cuando probaba sus largas patas bajó la mirada de la madre.

- ¡ Que adorable ! - exclamó Naruto -, es el primer potro recién nacido que veo.

- En tal caso, tú tendrás que ponerle nombre - señaló Nagato.

Sasuke lo observaba divertido mientras el, con la cabeza ladeada, examinaba al tambaleante animalito.

- No elijas nada exagerado - advirtió -, temo que no se trate de un potro fuera de serie. Le costó nacer, y ahora no sabe cómo mamar.

- Entonces necesita un nombre especial, que le inspire. Vosotros ya me estáis creando un complejo de inferioridad con eso de considerarle un rezagado - protesto el doncel -, el pobrecillo está desorientado, ¿ No lo veis ?, Además tiene un aspecto raro, con esa cabeza negra como ala de cuervo y el cuerpo multicolor... ¡ Ya lo sé ! - grito, súbitamente inspirado -, le llamare Jet. ¡ Para que sea un poco más rápido !.

Los hombres soltaron sendas carcajadas, y el potrillo se asustó tanto que por poco pierde el equilibrio, ya sobradamente precario.

- Ven, Nagato - dijo Sasuke, todavía riéndose -, más valdrá que le enseñemos a mamar, si tiene que vivir con ese nombre.

Una vez descubierta la fuente del alimento, el pequeñuelo no perdió más tiempo.

Pasaron luego a un corral donde unos doce caballos comían ávidos el heno que un mozo acababa de arrojarles. Los nobles brutos levantaron sus cabezas al acercarse a ellos.

Todavía estaban poco familiarizados con su nuevo hogar.

Nagato señaló los detalles más importantes de los caballos recién comprados. Eran de tamaño algo reducido, en comparación con los que Naruto había montado en la escuela de equitación, pero había en ellos una fuerza que prometía un gran rendimiento.

El doncel se alejó un poco, dejando a los hombres entregados a sus comentarios técnicos, y siguió la valla hasta ver mejor uno de los caballos que más poderosamente había llamado su atención.

Era una potranca preciosa. Su piel, de un color dorado semejante al de sus cabellos, brillaba maravillosamente a la luz del sol. Una mancha blanca como la nieve descendía por su pecho.

- ¡ Que hermosa eres ! - exclamó Naruto, llevado por el entusiasmo -, ¡ Una auténtica princesa, forzada a compartir la vivienda con un grupo de campesinos !.

El animal alzó la cabeza altanera, y miro a Naruto con sus grandes ojos castaños vivos e inteligentes.

- ¿ Eres demasiado orgullosa para acercarte a saludarme ? - continuó Naruto con suave cantilena -, sabes que podíamos ser amigas. Ven, pequeña, y deja que te acaricie la nariz.

La potranca pateó el suelo a la vez que agitaba nerviosa la bonita cabeza, resistiéndose a hacer caso de aquella voz dulce, que la llamaba.

- Lamento no tener una manzana para ti, preciosa, pero a toda chica le gusta ser un poco mimada... ¡ Ven, pequeña, ven y verás ! - insistió Naruto.

Ahora, la potranca permanecía quieta. Los rápidos movimientos de sus orejas eran la única señal de que se había fijado en el doncel apoyado el la valla y que le tendía una mano. Un estremecimiento recorrió sus costados y después de sacudir la cabeza en un último gesto de desafío, trotó despacio hacia el, en plan de cauta investigación.

Naruto estaba emocionado ante el éxito conseguido. Nunca había tenido ocasión de hablarle a un caballo de aquella forma, y el feliz resultado le hacía temblar casi tanto como la encantadora yegua. Poco a poco, alargó los brazos y acarició la cabeza del animal con ambas manos. La potranca dio un resoplido, y después, con un suave relincho, demostró su aprobación apoyando la cabeza en el hombro de Naruto.

De pronto, aquella hermosa cabeza se alzó, y su dueña, con los ojales muy abiertos, miro temerosa a los dos hombres que se aproximaban a paso lento.

- Sigue hablándole - murmuró Nagato -, llevo algunos trozos de zanahoria, que le puedes dar.

Naruto continuó acariciando el sedoso cuello mientras ofrecía aquellas exquisiteces a la potranca. Las acepto está con delicadeza y, tras alguna vacilación, tomo también las zanahorias que le daba Nagato. Luego sacudió una vez más la cabeza y se alejó.

- ¡ Es una maravilla ! - dijo Naruto con el rostro arrebolado, mientras los tres observaban como la yegüita corría sin cesar en círculo -, creo que nos vigila.

- Te mira a ti - le corrigió Nagato -, hiciste una conquista, y es que le hablabas de manera muy acertada. Su reacción aumenta mi confianza en que se podrá sacar partido de esa potranca. Me advirtieron - prosiguió -, que durante el periodo de su doma fue objeto de malos tratos, pero a mí me gustó por su estampa y su raza, y me la quede, ¡ Lastima que no continúes aquí un poco más, porque podrías montarla con silla ! - se volvió hacia su amigo y dijo : - ¿ Verdad que forman una hermosa pareja, Sasuke ?, Y fíjate : el pelo de Naruto hace perfecto juego con la piel de la yegua. ¿ Por qué no os quedáis hasta la tarde, por lo menos ?.

El doncel miro a Sasuke en silencio, pero sus ojos expresaban anhelo.

El movió la cabeza con pesar, tocando la punta de la nariz de Naruto con un dedo.

- No nos conviene. Tenemos aún mucho camino por delante, y quisiera llegar al rancho antes del anochecer.

Sin embargo, los dos amigos aún se enzarzaron en una conversación sobre un nuevo antibiótico para caballos. Naruto aprovecho la ocasión para correr a decir un último adiós a la potranca que le había robado el corazón.

El animal lo vio acercarse, y relincho antes de acudir. Ahora ya no hacia falta hablarle. La atracción era mutua, como Nagato bien había observado.

- Toma, robe una manzana para ti - murmuró Naruto -, siento mucho tener que decirte adiós. ¡ Habría sido maravilloso cabalgar contigo contra el viento !.

Apoyó la mano en el cuello de la potranca y, aunque se consideraba un tonto, no pudo contener las lágrimas.

- Una de las primeras cosas que la mujer o doncel de un ranchero tiene que aprender es a no encariñarse demasiado con los animales - dijo Sasuke de pronto, detrás de el.

Naruto permaneció de espaldas a él, confiando en que no descubriría la expresión de sus ojos en aquel momento. Pero no tuvo esa suerte, por qué las manos de Sasuke se posaron en sus hombros y lo hicieron dar media vuelta. Al ver la lágrima que se deslizaba por la mejilla del doncel, el hombre movió la cabeza tristemente.

- ¡ Bonito ! - susurro a la vez, que le tomaba, el rostro entre sus manos y retiraba la delatora lágrima con el pulgar -, ¿ Siempre eres tan tierno de corazón ?

- Le guste por alguna razón - contesto Naruto, turbado por el hecho de que Sasuke hubiese visto su debilidad -, y no acabo de creer en lo que acabas de afirmar. Tengo la certeza de que hay algún caballo al que tú quieres especialmente.

En los ángulos de sus ojos se formaron don arruguitas.

- Acertaste - confesó, y luego tomo a Naruto de la mano -, ven : nos aguardan muchas horas de viaje.

El doncel dio un último golpecito a la yegua y se encaminó con Sasuke al camión. Él no soltó su mano hasta que llegó el momento de decir adiós al simpático matrimonio. Naruto les había tomado gran cariño a los dos, y sentía pena al pensar que nunca volvería  a verles. Ni siquiera sabría si habían tenido el ansiado varoncito.

- Abre luego la nevera, Sasuke - dijo Konan, cuando ya se despedían -, metí varios trozos de aquel pastel de coco que tanto os gustó anoche.
Creo os iría bien para el almuerzo.

Hasta el medio día no sé enteraron de que Konan les había obsequiado también con una botella de vino.

- ¡ Caramba, que picnic tan elegante ! - exclamó Naruto cuando el lleno su vaso por segunda vez.

Sasuke esbozó una risita.

- Es mi modo de conquistar te - repuso el con una mueca conspiradora -, tu deseabas vino y velas, ¿ No es así ?, Pues la luz de las velas vendrá después.

- Ya veo que habré de vigilarte - dijo Naruto, fingiendo temor al contemplar con aire dudoso su vaso vuelto a llenar - ¿ Creerías que un vaso de vino suele ser mi límite ?, Después de eso, empiezo a flotar.

Sasuke alzó una ceja.

- Tendré que registrar esa interesante información para el futuro. Pero este vino es ligero. Estoy seguro de que no te sentara mal, sobre todo después de comer.

- Mi sed es suficiente como para tentar al destino - admitió Naruto, y bebió un sorbo.

Cuando hubieron terminado el pastel, su vaso estaba vacío.

El vino sería ligero, pero Naruto no tardó en darse cuenta de que ya se le había subido a la cabeza. Luchó contra las ganas de reírse y se esforzó en dominar sus volátiles emociones.
Sería horrible que Sasuke lo viese al borde de la embriaguez. Parecía mentira que un simple vino le hiciera tanto efecto.

El sol calentaba el aire y Naruto, sudoroso, se desprendió de la chaqueta y la arrojó a la cabina. Sasuke comenzó a recoger las cosas, y el doncel le ayudo, muy concentrado en lo que hacía. Si lograba contener el leve mareo durante la hora siguiente, volvería a ser el de costumbre y Sasuke ni siquiera se enteraría del pequeño incidente.

Una súbita brisa removió sus cabellos. También encontró una servilleta suelta y la lanzó alegremente al otro lado del campo. Aquel vuelo inesperado hallo eco en Naruto, que hecho a correr tras de ella, intentando agarrarla sin fortuna, ya que el viento la llevaba cada vez más lejos.

El doncel no podía aguantarse las ganas de reir y, cuando por fin atrapó la servilleta fugitiva, se dejó caer al suelo entre carcajadas. Empezaba a darse cuenta del espectáculo ofrecido al correr como un loco detrás del papel.

Sasuke acudió junto a él con cara de asombro.

- ¡ Era verdad lo del vino ! - exclamó, riendo también.

Se inclinó sobre el doncel y lo tomo por debajo de los brazos, para ayudarlo a levantarse. Al hacer eso, sus caras se acercaron y unos ojos se hundieron en los otros. Naruto dejo de reir. Con una mano tocó la mejilla de Sasuke.

En cuanto sus labios se encontraron, el se dejó caer al suelo, al lado del doncel. Naruto se dijo que la intoxicación de su largo beso era más poderosa que la del vino, y tuvo conciencia de la terrible sensación de haber perdido algo cuando finalmente, y aunque mala gana, Sasuke se apartó de el.

- Ven acá, chico loco - murmuró con voz ronca, a la vez que lo ayudaba a ponerse definitivamente de pie -, ahora va en serio. Quiero llegar al rancho con la luz del día.

Volvieron al camión tomados de la mano. El le abrió la puerta, y el doncel tomo aciento con un suspiro. Sasuke dio la vuelta al vehículo y subió al sitio del conductor. Poco después estaban de nuevo en la carretera. Cuando Naruto le miró de reojo, le vio totalmente concentrado, fijos los ojos en la carretera que tenía delante.

Los paisajes se tornaron más impresionantes.

Las montañas parecían perforar el cielo, y en sus cumbres relucía la primera nieve del año. Las doradas manchas de los tiemblos destacaban vibrantes contra el verde obscuro de los pinos.
Sasuke señaló una espumosa cascada con una serie de arcoiris en cada uno de sus rellanos al caer montaña abajo.

Naruto le pidió que parase para obtener una fotografía.

Entraron después en un tranquilo valle con su inevitable río serpenteante, y Sasuke anuncio que pronto verían el rancho “Doble” “U”. El sereno orgullo de su voz hizo que Naruto examinará su perfil.

Habíase producido en el un sutil cambio.

Una nueva vida iluminaba sus facciones.

- ¡ Aquí la tienes ! - dijo finalmente, cuando hubieron subido una cuesta.

La montaña se alzaba poderosa delante de ellos.
A primera vista, sin embargo, no parecía distinta de los centenares que encontrarán en su ruta. Naruto tuvo que fijarse más para descubrir que formaba gradas.

- ¡ Es como una escalinata gigantesca ! - exclamó admirado

- Esto es lo que le da un carácter especial. Cada uno de esos planos es una meseta con excelentes pastos. Desde aquí puedes ver lo perfecto que eso resulta para que puedan pastar las reses. Las laderas paresen áridas, quizá, pero nuestros pastos son la envidia de muchos rancheros.

- ¿ La propiedad llega hasta el valle ? - pregunto Naruto al distinguir a varios hombres que atravesaban un campo y distribuían fardos de heno.

- Solo unos cuantos kilómetros a lo largo de la base de la montaña. Siguiendo el río hay varias haciendas. Aquí se cosechan principalmente heno y patatas.

- ¡ Ah, claro, las famosas patatas de Idaho ! - dijo Naruto.

Sasuke enfiló una carretera lateral.

Y pronto, los altos pilares de una puerta anunciaron que habían llegado a “Doble U”.

                            Continuará...

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