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Simón.

"Todo ha terminado, y estoy donde quiero estar, en mi lugar correcto."

Todo está tan tranquilo, hemos vuelto al hotel y está mucho mejor el ambiente que desde hace mucho tiempo, los vampiros ya han vuelto a su normalidad, han salido de la abstinencia de drogas y ahora caminan por el hotel con tranquilidad adaptándose al nuevo mandato de Raphael Santiago que no es tan exigente pero hay nueva reglas que respetar, aunque nada cambia, la mayoría de las reglas antiguas también de él. Muchos se sienten extraños al saber que Lilit no estará más, no se ha dicho la causa real, yo se lo pedí a Raphael de que no lo hiciera por el bien de los vampiros del hotel que la han conocido desde años, mejor dejarla como una heroína antes de una adolescente que no acepto al saber que no tendría el lugar que quería y yo le quite, Raphael acepto hacerlo por mí, y se lo agradezco por la memoria de ella.

— Simón, ven aquí.

Escucho a Raphael llamarme a la sala principal, y no demoro en dejar el libro que estaba leyendo para correr hacia donde esté me ha llamado, bajando las escaleras ya sin miedo como tenía antes, muchos de los miedos se me han acabado después de lo que pase, casi estuve en mi segunda muerte así que si salí de eso no hay más nada peor que eso, además los miedos ya no deben que estar porque Raphael prometió cuidarme de ellos y eso me hace feliz. Al bajar veo a Raphael y a todos los vampiros a su alrededor, me parece tan extraño, pero la sonrisa del vampiro mayor me calma y me invita a bajar. Fran aparece en mi vista, junto a Magnus y Ragnor desde lejos.

— Un vampiro siempre tiene su iniciación, Fran lo tuvo en su tiempo pero tú pasaste por cosas duras y te lo prohibieron, así que hoy llego tu día de ser un vampiro de Brooklyn.

Después de aquella iniciación mi sonrisa no pudo disminuirse ni un poco, porque ahora sé que los demás me respetan, me felicitaron en el momento del ritual, los vampiros del hotel me miran bien, me preguntan el sobre todo de mis actos, y cómo fue ser Nephilim, si mi valentía estuvo siempre o solo se creó hace poco, mientras establezco la conversación siento como Raphael me mira con una sonrisa, siempre diré que gracias a él soy lo que soy, aunque me encantaría ahora que me dijera, aunque sé que es imposible, que le parezco interesante, más que un vampiro amigo, o como su mano derecha, sino como hombre. En la sala hay una pequeña fiesta y todos siguen sus caminos, me acerco a los dos brujos que están tomando un trago, y estos me sonríen.

— Se siente tan lindo, es como revivir el momento de iniciación de Raphael— me dice Magnus— felicidades Simón, ya eres todo un vampiro.

— Felicidades Simón— dice también Ragnor.

Ambos brujos me dan un regalo de su parte, Magnus me regala un placar con ropa que ya está en mi habitación, justificando que un vampiro de un rango importante, siendo mano derecha de alguien, debe vestir bien y elegante para mostrar que quienes los representan son personas buenas, Ragnor un poco menos exagerado con el regalo, me regala un collar, les agradezco a ambos por sus gestos, porque me hace recordar a mi graduación, donde mi familia no pudo ir a recibirme con presentes, pero su presencia era todo, pero hoy es distinto, hoy muchas personas me recibieron con alegría.

— ¡Simsim felicidades!

Fran salta sobre mí para abrazarme, por reflejo puedo estar equilibrado y no caer, ya me he acostumbrado a sus cariños sin sentidos, porque desde que nos volvimos tan cercanos él no ha dejado de mostrar lo cariñoso que puede volverse con sus amistades íntimas, no teme en mostrar el cariño en el tacto, siempre abrazar, dar besos en las mejillas, acariciar, y si es así conmigo, con Ragnor es mucho peor, no tiene piedad, y sé que el brujo se siente un poco aliviado al saber que Fran está en el hotel y no con ellos, porque no podría vivir en paz.

— Fran, suéltame, pesas mucho.

— ¡Es que estoy tan feliz! Ahora eres un vampiro reconocido, hoy pudiste pasar la iniciación sin problemas, y tienes detrás de ti al vampiro más importante de Brooklyn. Qué envidia— dice jugando— esos Nephilim van a querer matarse por ver a quienes dejaron ir.

— ¿Envidia?— pregunta Ragnor que ha estado escuchando— ¿Tienes envidia de qué...?

— No te preocupes Rag, tú eres la persona más importante para mí— responde Fran juguetón.

— Mmm ¿Acá se huela a celos?

Magnus es quien se encarga de avergonzar a ambos chicos y hacerlos callar para cambiar de tema, hablamos del submundo, de Alexander y su nuevo puesto, hablamos de la relación del brujo con el Nephilim, su proceso de acá en adelante, hablamos de que Ragnor se quedará un tiempo largo y como Fran parece feliz de esa decisión, también de la soltura que ha tenido Raphael que ahora mismo está charlando con sus niños con una sonrisa tranquila en su cara, también les confieso de mi comodidad y de haber encontrado mi camino al fin, sale el tema de cómo fue mi camino para llegar a esto, donde Magnus me cuenta de Clarissa, quien rechazo ser Parabatai de Isabelle porque se ha metido con Merliot, pero que Jace la está tratando de sacar de esos pensamientos por el bien del instituto, ya que Alexander ha puesto nuevas reglas y su Parabatai debe respetar, y con ello la novia también, me causa felicidad a saber que ya no me duele saber de ella y sus malos actos, solo estoy en paz.

Pero como toda fiesta, está se acaba al anochecer donde los vampiros salen a hacer sus cosas, Magnus se retira porque debe visitar a Alexander, Ragnor a pesar de que quiere mantener lejos a Fran por sus comportamientos tan vulgares lo termina invitando a pasear por la ciudad y yo quedo solo en el hotel, porque no tengo las suficientes ganas de salir, solo quiero pensar en lo que acabo de vivir y disfrutar del buen momento en la guarida con el libro que estaba leyendo o solo disfrutando estar ahí. Pero Raphael está apareciendo frente a mi vista con una botella y dos copas, y todos mis planes se esfuman al saber que él estará aquí conmigo.

— ¿Qué haces? El anochecer ya está aquí, deberías salir— digo un poco nervioso.

— Acabas de vivir un momento especial y único de un vampiro ¿Por qué debería dejarte solo? Hoy es tu día y la pasaré contigo como se debe.

Sus palabras me hacen dar ganas de besarlo, es tan dulce cuando quiere, sonrío y asiento mientras lo veo sentarse a mi lado en el sillón grande, estamos los dos callados bebiendo de nuestros tragos en una habitación solos, con un anochecer afuera, y lo único que estoy pensando en estos momentos es a qué hora Raphael se da unos buenos tragos, de esos que hacen cosas sin sentidos y casi sin darse cuenta me besa, lo estoy deseando.

— ¿Qué harás a partir de ahora?— le pregunto— ya todo acabo, ya nadie quiere matarme, eres libre de hacer lo que quieras.

— Seguiré aquí, no haré más nada que protegerlos como jefe del clan— responde sin mirarme.

— Dijiste que irías en la búsqueda de un nuevo amor, acá no hay personas buenas para ti, deberías ir a otros lugares y conocer a más personas.

Estoy metiéndome en terrenos peligrosos por el lugar que estamos, ya que estamos solos, no hay nadie, estamos bebiendo y hablando de un tema complejo en el cual puedo hacer que Raphael responda con sinceridad y saber que desea o que se enoje y me golpeé por mis descaradas palabras a hablar de su privacidad, es que es imposible no hacerlo, me siento un poco agobiado al no saber qué hacer. Raphael deja escapar una carcajada y toma otro trago.

— ¿Personas buenas para mí?— pregunta— ¿Cómo crees que es mi tipo de gusto?

— Pues, debe ser una chica hermosa, de ojos encantadores, con una sonrisa brillante, pero no digo hermosa de físico, porque no eres de esos chicos, su pelo será suave y luminoso, no importa el color ni su forma, será alguien con una inteligencia ilimitada, bien sabía, pero humilde y con un valor puro, una chica de rasgos suaves y un aura puro e inocente, pero no tanto, porque creo que te gustan las que también muestran las garras.

Raphael me mira en silencio a los ojos como si estuviera tratando de volver a recordar todo lo que dije, entonces asiente mientras remoja sus labios, eso me pone los pelos de punta porque ha causado sensaciones que creí que no podrían suceder, estoy en un lugar a solas con una persona que no debería ser, quiero huir antes de perder la razón o morir de vergüenza cuando Raphael me diga que lo que dije es muy superficial, cursi o no cierta para su gusto, aunque yo espero más que diga que no quiere buscar por ahora y con eso estaré feliz.

— ¿Por qué pienso que te has descripto en lo que has dicho?

— ¿Q...qué?

"¡¿Qué?!"

— Déjalo— dice Raphael después de un silencio— tengo un regalo para ti, por tu logro.

Raphael deja a la luz un estuche pequeño que saca de su chaqueta, al abrirlo veo un anillo un poco grande con un contorno en el centro de forma cuadrada con dos iniciales, SL, mis iniciales, lo tomo fascinado porque a pesar de eso parece ser muy caro, parece haber sido construido con un material especial que no logro descifrar, sonrío y trato de colocarlo en algunos de mis dedos, me gusta mucho, parece sacado de unas de esas películas de reyes, guerreros donde tienen anillos y collares caros, el anillo entra muy bien en uno de ellos, como si fuera hecho a medida para mí, Raphael se tomo el lujo.

— Gracias ¡Me gusta mucho! es el mejor regalo que he recibido hoy— digo— me siento tan importante y tan feliz.

Nos quedamos en silencio, yo acariciando el anillo en mi dedo mientras sonrío y Raphael a mi lado, mirándome, en el sillón que estamos es uno grande así que estamos muy cerca, me causa nerviosismo ahora mismo, quiero abrazarlo para agradecer su buen regalo, pero a la vez siento que si lo hago sería inapropiado porque estaría usurpando su espacio personal.

— ¿Entonces...?— pregunto.

— Entonces...— repite.

Ambos estamos incómodos y eso me está alarmando, porque nunca nos hemos puestos tan silenciosos a estar juntos, estoy entrando en pánico porque no sé qué hacer, tengo ganas de huir ahora mismo, y mirando a Raphael tan tranquilo me hace poner más que ansioso, por mi cabeza están pasando un montón de cosas, y en lo único que pienso es que un beso podría acabar este silencio que hay aquí, pero no, no debo pensar en eso ahora mismo.

— ¿Por qué no vas detrás de la licántropo y la conquistas?

Esto me ha tomado por sorpresa, Raphael no sabe que decir que me está sacando un tema muy inoportuno y sin sentido.

— ¿Qué? ¿Maia?

— Si, ella no está en nada serio con el chico que ha venido en su búsqueda, ella vino a buscarte a ti, ahora que no hay nada que te mantenga en peligro puedes ir y buscar subterráneas para estar.

Creo que es hora de decirle, con un poco de desvíos en mi discursos, que me gusta un chico, y que voy más para ese camino que el de las mujeres, no creo que se dé cuenta que sea él y no creo que sea una de esas personas perjuiciosas para distanciarse de mí, ya que sus amigos brujos tienen gustos parecidos al mío, Magnus es un hombre bisexual sin ninguna discreción a sus gustos, estando con otro hombres, creo que nos agradamos los suficientes para que no le termine desagradado.

— Oh no, como persona bisexual y orgullosa que soy ahora iré por el otro bando, Magnus y Alec me enseñaron a no elegir, ya que nunca sabes dónde puedes encontrar a la persona indicada.

Espero ver su reacción a lo que he dicho, pero se ve tan natural como siempre, no le importa, parece acostumbrado a esto, no le desagrada saber que soy un chico con gustos amplios, aunque no quiero dar por entendido nada, si llega a enterarse que me gusta él capaz ahí si me rechace, aleje y hasta transferirme a otro hotel lejos del suyo, muchas personas no le gustan que sucedan estas cosas, y aunque no sé nada de Raphael como sus gustos, es mejor mantenerse alejado.

— Es bueno que seas abierto a buscar nuevas personas sin importar su sexo, como tu jefe y amigo te deseo suerte en quien busques.

"Yo, Simón Lewis, me siento atraído por ti Raphael Santiago."

— Gracias por tu apoyo— sonrío— ¿Y tú, que harás? ¿Buscarás al amor que no pudiste recibir hace años?

Sonríe mirándome, en sus ojos veo algo distinto, como una chispa de complicidad que yo no sé, no le voy a dar importancia, capaz sea la felicidad de tocar ese tema.

— Si, lo haré.

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