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Raphael.

Simón está en peligro, y el peligro está escondido en algún lugar de esta ciudad. Es la primera vez que Jace Herondale abre su boca para bien y confiesa que casi todo el instituto sabe de la sangre especial de Simón. 

Se enteraron por Camille minutos de ser asesinada por las manos de ellos, eso ha aumentado el interés a un nivel infinito en Robert Lightwood que ya no quiere matarlo, primero extraer la sangre de mi vampiro, que tiene dones muy fuerte y especiales. Todos los Nephilim sabían de esto, aún no sé si Alexander también, pero ahora me han dado información para estar preparado. Ese Nephilim no se cansará hasta tenerlo, pero yo no lo permitiré. 

Veo como la pelirroja llega a la sala, después de haber vuelto por Fran para que fuera a interrumpir aquella reunión que se armó en la cocina, me interceptaron y no pude escuchar más, quedo a la suerte de que Fran hiciera lo suyo y sacara a esa mocosa de ahí, al parecer funcionó y eso me hace sentir mucho más relajado ahora mismo.

— No me importa quien sea, no me importa el vínculo de padre e hijo que tengamos, ahora mismo yo estoy gobernando Brooklyn, y lo voy a buscar para llevarlo con la ley. La ley es dura pero es la ley.

Alexander se ve muy molesto, sus orejas y cara están rojas, parece controlado porque a pesar de cómo está posicionado, Magnus alcanza a tocarlo con las yemas de sus dedos la mano del Nephilim, es algo asombroso de ver, como pueden transmitirse cosas, como puede calmarlo, como se han hecho tan importantes para el uno y el otro solo con esto, a llegar hasta este punto de con solo tocarse ya se digan todo, me siento alucinado por aquello, y celoso de que Magnus tenga aquello y yo no, pero es algo que no puede ser, soy Raphael Santiago el vampiro jefe, un solitario, que tiene ahora a su lado a Simón.

— Alexander, es tu padre, no puedes ser así, Isabelle saldrá lastimada, tu familia se romperá, nosotros estamos aquí también, sufrimos esto también— dice Clarissa.

— La ley es dura, pero es la ley, eso me enseñaron toda la vida, llevo en esta vida muchos años más que tú, que llevas meses aquí. Quien haga una maldad lo pagará con su castigo.

Magnus parece fascinado a la postura que ha adquirido su amante, es algo que le gusta mucho, es algún tipo fetiche discreto que tiene que solo lo que llevamos mucho tiempo con él sabemos de ello, por eso desde que vive ha estado con más Nephilim que con cualquier otro subterráneo, y Alexander tiene muchas de las características que Magnus ha seleccionado desde su experiencia de vida. Chico ojiazul, con un pelo azabache, de buena contextura física, de buena estatura, con una piel para dejar marcas, y de carácter, de una personalidad ambigua, tierno y tímido, pero a la vez capaz de ser capaz de afrontar los problemas que se le cruzan de frente. 

Aprendí estos gustos cuando comencé a ver un patrón repetitivo en las personas que aparecían en la vida de Magnus, nunca fueron tan importante y pasaron tan rápido como una luz que ni el propio brujo debe acordarse de ellos, aún estoy esperando por ver cuánto dura este chico, en la vida del brujo.

— Jace, sabes cómo soy y cuanto amo mi familia, son importantes para mí, pero también sabe la importancia de que la ley se cumpla, lo aprendimos muchos años, desde nuestra infancia hasta ahora— dice Alexander— él rompió los acuerdos, sino se entrega seremos humillados todos nosotros por sus actos, los Lightwood seremos apodados de distintas maneras y seremos la burla, nuestro apellido está en juego por un mal acto.

— Además de que Isabelle, Maryse, Alexander y el pequeño Max, como tú Herondale por ser parte de la familia pueden también ser exiliados por ser cómplices de Robert— dice Magnus— ¿Acaso lo sabías? Lightwood ha puesto a todos ustedes también en riegos de seguir siendo Nephilim.

Después de un rato todo termina y los dos Nephilim, Jace y Clarissa, son acompañados por Alexander y Magnus hacia el instituto ya que Isabelle se ha ido antes con Merliot perdiéndose de esta charla, al parecer el chico Herondale ha sido convencido y ayudará a su Parabatai a saber sobre el paradero de Robert Lightwood, aunque la Nephilim no parecía agradarle mucho la idea de colaborar con subterráneos, de seguro que se le han metido tanto las ideas que le han dado en aquel instituto que se les han subido a la cabeza. 

Me quedo a solas con Ragnor una vez más disfrutando el té, el brujo está comentando de lo agradable que le parece Alexander para Magnus, y contando de cómo podría ser el que le asiente cabeza a ese brujo travieso, comenzando a recordar cada una de las travesuras que Magnus ha hecho por siglos pero al ver mí falta de interés deja de hablar y nos quedamos en silencio.

— ¿Sucede algo? ¿Qué te molesta Raphael?

— Yo, puede que sí, es complicado de hablar Ragnor.

— No puedes guardar sucesos que te molesten Raphael, eso te contaminará por dentro y cuando debas enfrentarlo capaz sea muy tarde.

— Lo sé Ragnor, nunca he negado enfrentarme a un problema, pero esta vez es diferente este problema, y difícil de sobrellevar para mi gusto, solo veré qué sucede más adelante.

Entonces se escuchan unos ruidos, golpes y nos hace sobresaltar, eso ha sido en la dirección de las habitaciones.

— ¡Raphael!

Veo como Fran viene corriendo cayendo al suelo donde yo estoy parado, después de los ruidos ambos nos hemos levantado de inmediato de nuestros lugares, el polluelo está sangrando, tiene heridas en su cuerpo y cara, y parece aterrado, muy aterrado, miro hacia todo lado ¿Dónde está Simón? No tengo rastro de su perfume, no está aquí, y Fran está lastimado.

— ¡Se llevaron a Simón! ¡Raphael Robert Lightwood se lo llevo!— grita el chico nervioso— estábamos hablando y apareció un portal, y salió ese hombre y Lilit se lo llevó, trate de evitarlo, pero no pude.

— ¿Lilit? ¿Nuestra Lilit?

— Si, ella me hirió así, ella se lo llevó, estaban acompañados de un brujo.

Le señalo a Ragnor, que parece asustado por el pequeño polluelo que ya puede curarlo, este no duda en arrodillarse a su lado para comenzar a curarlo mientras le consuela porque ha comenzado a llorar, mientras que yo me distancio para llamar a Magnus, trato de buscar el motivo de porque Lilit está cooperando con este hombre y no me di cuenta antes, pero no es el momento, desde ahora tengo poco tiempo para encontrar a Simón, y cualquiera que me conozca sabe que cuando me quitan algo que quiero no me cansare hasta encontrarlo, puedo hasta volverme loco si no lo vuelvo a tener a mi lado, Simón volverá a mi lado vivo aunque deba matar a alguien que es como una gran amiga para mí. 

Simón es más importante que considerarle la vida a una persona que me traicionó, y mataré a Robert Lightwood por todo el daño que ha hecho, y a ese brujo que coopero con ellos también, mataré a todas las malditas basuras que se atrevieron a sacar a Robert de mi lado.

— ¿Raphael?

— Trae a todos esos Nephilim aquí, necesito ayuda, Robert Lightwood se ha llevado a Simón de la casa y Fran está herido.

— ¿Qué? Espera...

La llamada se finaliza y al instante el portal aparece, Magnus es el primero en pasar mirando hacia todos lados, corre hacia Fran pero al comprobar que Ragnor era cuidando del vampiro viene hacia mí como los tres Nephilim, que tratan de pedir una explicación, aún estoy tratando de entender cómo puedo encontrarme tan calmado, cuando por dentro mío quiere ir a buscar a esas personas y matarlos, aunque sé que necesito ayuda.

— ¿Cómo fue que Lightwood entró aquí?— pregunta Magnus

— Tiene ayuda de un brujo y Lilit.

— ¿De Lilit? ¿Tú Lilit?— pregunta sorprendido.

Asiento mientras muerdo mi labio interno sintiendo como me estoy lastimando, si pierdo tiempo Simón puede estar en peligro o puede estar muriendo, tengo que hacer algo ahora, no puedo dejar que le hagan daño, que lo toquen ya sería un motivo para volverme loco, y aunque nunca he perdido mi cordura y he mostrado enserio cuando estoy molesto, dejando salir mi lado animal y asesino esta vez no lo dejaré pasar, ese chico me gusta y si alguien lo lástima será suficiente para saber que están muertos. 

Escucho a Fran gritar y correr hacia nosotros hasta agarrar a Clarissa de la chaqueta negra, Jace trata de alejarlo pero el polluelo a pesar de estar lastimado y débil se sostiene con fuerza y no se separa, no entiendo qué sucede.

— ¡Tú le dijiste donde estábamos! ¡Tú le dijiste que estaba sin protección!

— Fran, aléjate ¿De qué hablas?— pregunta Magnus usando su magia para alejarlo.

— Raphael, ella me dijo antes de dejar de hablar con Simón hace rato en la cocina "Espero que también sepas cuidar espaldas"— me dice el polluelo mirándome llorando— ¡Ella es una asesina! ¡Raphael encuentra a Simón antes de que lo maten!

— Cálmate y ve a que te curen ahora mismo, yo me encargaré de esto, lo encontraré antes de que lleguen a tocarlo ¿Lo sabes no?

El polluelo asiente y se deja llevar por Ragnor a los sillones para recibir la curación, entonces con toda la paciencia para no mostrar mi desesperación le pido una explicación a esa chica, si ella llega a estar involucrada no se lo perdonaré, la mataré también sin piedad, pero a pesar de que hasta Jace le ha preguntado diciendo lo importante que es esta situación y no por Simón sino por la masacre que puede desatar esto, ella dice la verdad no sabe nada de esto y que aquellas palabras que dijo antes nunca tuvieron ese significado, Magnus ha estado buscando con su magia junto a Alexander paraderos de rastros de Lilit, aunque aún no hay señales. Estamos perdidos en esto.

— ¿Para qué quería Robert Lightwood la sangre de Simón?— le pregunto a Jace.

Necesito saber por qué tanta obsesión por la sangre especial de Simón, porque aquel hombre ha llegado hasta este punto de no importarle nada con solo poder obtener una minúscula sangre, porque está a punto de hacer que una masacre aparezca porque romperá los acuerdos una vez más, no puede ser que no tenga alguna razón. Y sé que estos dos Nephilim saben algo acerca de ello.

— No lo...

— Porque la sangre de Simón, ser mitad demonio mitad pura, puede revivir a personas o hacer inmortal a otras, una cantidad sin matar a Simón podría ser suficiente, pero no cuando hay ambición de por medio y muchas personas queridas por revivir o ser inmortal y joven— responde Clarissa— Robert perdió a su Parabatai, perdió a sus amigos, perdió a gente querida, quien los ayuda tendrá la oportunidad de revivirlos también y por eso se necesita toda la sangre de Simón, quitar hasta lo mínimo de ella para usarla.

Ninguno dice nada, todos hemos escuchado aquello, parece tan terrorífico con solo oírlo y no puedo decir lo que siento a imaginarlo, a Simón gritando, pidiendo piedad y ayuda mientras está atado y lo están drenando, llorando mientras trata de luchar para que no lo maten, es tan joven para pasar por todo esto, es tan pequeño y tiene una vida de lujos que quiero ofrecerle, no puedo permitirlo, dejarlo morir es como matarme a mí mismo.

— Revivir a los muertos traen sus consecuencias, más si llevan años en descomposición— murmuro.

— Exactamente, los Nephilim antiguos hemos sido conocidos por tener ideas absurdas ¿No?— comenta Jace disgustado para sí mismo.

— Simón los ayudo cuando era mundano y los salvó cuando estaba en misiones donde podrían haber muerto ¿Van a ayudar a encontrarlo o no? No lo digo como salvar a un subterráneo, a mi subterráneo, sino devolver el favor que él les dio una vez.

Ambos Nephilim después de dudarlo un poco asienten, Alexander ya había dicho que si desde que comenzó a trabajar con Magnus para localizar, él no negaría buscar a alguien importante para el brujo, después de unos segundos Fran también se une gritando que quiere ayudar a buscar a Simón, y aunque sería una buena ayuda ya ambos, los Nephilim y yo estamos buscando refuerzos de nuestros hogares, para no dejarlo desilusionado le encargo junto a Ragnor ir hacia dónde están los hermanos silencioso del posible casos que van a darse, los cuerpos están con ellos, unos en el cementerio donde están los cuerpos que han cometido traiciones y otros dentro del lugar como cenizas. De igual manera podrían hacer daño a los hermanos silenciosos y no es algo agradable que suceda.

— Los encontramos Raphael— grita Magnus— están cerca de aquí, hay que darnos prisa.

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