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(32)

Simón.

Su sonrisa, sus palabras, su miradas, sus pensamientos, su conducta que refleja para mí, no puedo no sentir nada, soy un humano que no puede evitar sentir el sentimientos cuando una persona después de mucho tiempo me da tanto afecto y comodidad, Raphael me ha dado su confianza y ha confiado en mí después de que nadie lo hizo, me sonrió y apoyo cuando me estaba cayendo, me eligió como su mano derecha aún sin saber nada y ser recién transformado, y ahora estoy a su lado como si fuera un amigo de toda su vida ¿Cómo puedo evitar no enamorarme?. Nunca he tenido preferencia sexual, después de conocer a Alexander o a Magnus vi que no debía ser cerrado y quedarme con un solo gusto de un género cuando podía conocer a más, conocer a Raphael.

Ahora mismo lo estoy observando y me da tanta paz sus facciones mientras lee, y aunque me este muriendo de dudas por saber que está pasando y cómo fue el motivo de como Raphael cayó en las manos de Isabelle no preguntaré nada, todos merecen tener en su cabeza sus propios secretos y sus propias vergüenzas, yo también poseo los mismos y prefiero mantenerlos en mi cabeza, y tampoco no quiero parecer un poco paranoico obsesionado por esto, podría ser malentendido mis actitudes y considerarse celos, y eso podría delatarme.

— ¿Quieres preguntarme algo?— pregunta él.

Tiene una percepción de su espacio muy perfecta para mi gusto, aunque esta vez no quería preguntar nada, solo observarlo, pero si le digo eso sería medio extraño, así que debo fingir que si quería hablar, pero no sé me ocurre nada, estoy en blanco, así que dejo salir lo primero que se me venga a la mente.

— ¿Te has enamorado después de lo sucedido con Isabelle, Raphael?

"Mierda, mierda ¡Santa mierda! ¿Yo dije exactamente eso?"

Quiero pegarme a mí mismo más de diez veces por aquello dicho, después de lo de Isabelle Raphael fue encerrado, cuando fue liberado no hizo más que estar encerrado en las cuatros paredes con Magnus lejos de Brooklyn, y después encerrado con dos hombres más, y Raphael no parece uno de esos chicos que le gusten las personas de su mismo sexo, ni parece que le guste alguien, pero yo sé que le gusta las chicas por esto, entonces no entiendo porque sigo preguntando estas cosas ¿Qué quiero lograr?

— Ya sabes, debiste haber conocido chicas cuando estuviste con Magnus después de tu escape— digo con rapidez inmediata.

— Si— suelta entonces.

— ¡¿Qué?! ¿Lo estás?— chillo— em, am, bueno te felicito, de seguro ella vendrá a ti pronto. Tengo que ir a hacer algo, vuelvo pronto.

"¿Quién es? ¿Como la conociste? ¿Por qué te gustó? ¿Por qué tienes esa sonrisa después de admitir que te has vuelto a enamorar? ¿Te contactas con ella? ¿Piensas que es tu persona ideal? ¿Ya tuvieron relaciones?"

Salgo de la habitación mordiendo mi labio con tanta fuerza que cuando salgo de ahí y cierro la puerta para quedarme fuera, el dolor se presenta y me quejo, toco mi labio viendo cómo de este sale sangre por la fuerza que he puesto en mis colmillos, esto es culpa de Raphael, sino fuera por él yo no estaría ahora corriendo a mi habitación para tratar de curarme y que nadie vea lo que he hecho por una palabra, "Si", si no fuera por mi gran boca no me hubiera enterado y no estaría aquí tirado en la cama como un adolescente mundano, dejando que mi grito de frustración se callen con la almohada. ¿Quién es ella? Debe ser hermosa.

 Raphael debe haber tenido un buen gusto, una chica hermosa, de ojos encantadores, sonrisa brillante, pelo suave y luminoso, alguien de una inteligencia ilimitada, sabía, humilde y con un valor puro, una chica de rasgos suaves y un aura puro e inocente, yo al lado de ella debo ser nada, porque primero soy hombre, y porque si esa chica tiene esas características o se aproximan, porque Raphael no elige cualquiera, entonces estoy acabado, no tengo nada de eso para competir.

— ¿Qué haces?

Me volteo con rapidez viendo a Raphael en el umbral de mi puerta de la habitación, me mira extrañado y yo no sé dónde meterme, necesito que mi boca esta vez no falle por nada del mundo, no puede darse cuenta que siento algo por él, después de que confesó que le gusta alguien.

— Oh, estábamos jugando con Fran un juego de línea, me distraje hoy contigo y había un torneo de plata. Llegué tarde y estamos descalificados.

— Oh... Lamento por distraerte y perder algo tan importante, volveré a nuestra "Guarida".

"Nuestra guarida."

— ¡Iré en unos minutos Rapha!— le grito.

Sonrío, sonrío sin poder evitarlo, sin poder ocultarlo, Raphael es la persona a la cual me he aferrado tanto que si no lo tuviera no sabría que hacer porque es como mi amigo más cercano, o más ¿Un crush? No importa quién sea para mí, es como mi ejemplo a seguir, es mi guía en este camino nuevo y alumbra mis días con sólo verlo, con solo escuchar su nombre y poder deletrear cada palabra en mi cabeza me hace sentir cosquilleo en todo mi cuerpo, esto es culpa de Fran y sus películas románticas, sus charlas sobre el amor, sino fuera porque eso entró a mi cabeza yo no estaría pasando por esto. 

Veo como Raphael aparece de nuevo en mi habitación y me sorprendo su nueva visita, cuando dijo que iría a la guarida.

— ¿Qué sucede?— balbuceo.

Muestra en sus manos elementos de higiene para curación, me señala el labio y como reflejo me toco, el ardor se hace presente, me olvidé que por los celos mordí con fuerza mi labio haciendo que se lastimara, de seguro que hasta tengo resto de sangre seca en mi cara y no me di cuenta, soy muy descuidado, y odio esto, me estoy exponiendo, estiro mi mano para tomar las cosas.

— Gracias, ya me voy a curar.

Pero este se sienta en la cama evitando que agarre las cosas para hacerlo el por mí, veo cada movimiento que hace y más siento envidia de aquella persona que ha enamorado a Raphael, si yo fuera chica podría competir, pero ni muriendo, por segunda vez y volviendo a vivir podría hacerlo, un chico es diferente en mucho sentidos a una chica.

— ¿Cómo es ella?— susurro.

Tomo de sorpresa a ambos, yo por decirlo en voz alta cuando lo estaba haciendo en mi mente, y a él, porque ninguno ha hablado desde hace minutos que él me está curando y limpiando, Raphael se separa y me mira confundido por mis palabras y me pide una explicación de ello, solo quiero meterme bajo la tierra por decir aquello, le estoy reclamando, queriendo saber más su privacidad cuando soy nadie.

— ¿Qué?

— Dijiste que estás enamorado, respondiste que "Si", que conociste una chica cuando estuviste con Magnus.

— Porque me interrumpiste, conocí chicas pero nada que no fuera para pasar el rato— explica— No que estoy enamorado Simón, esa palabra es tan de películas, amor es algo mucho más extenso, más significativo. Además ¿Crees que estamos de vacaciones ahora mismo? Robert Lightwood está allí afuera queriendo matarte, no pienso en nada más que protegerte ahora mismo. Haría todo lo que estuviera a mi alcance para protegerte, incluso si tengo que dejar de pensar por mí mismo.

Si tuviera un corazón que bombeara sangre en estos momentos yo estaría sufriendo, mi cara comenzaría a tomar un color rojo, comenzaría a transpirar en cantidad, el ruido de mis latidos sería muy notorio y podría hasta sangrarme la nariz, en mi vida mundana muy frecuentemente me pasaba, a veces agradezco tanto ser así y que todas esas reacciones mundanas ya no aparezcan. Raphael puede hacer cosas que ni imagina con solo hablar.

— Yo, lo siento—susurro— pero gracias por preocuparte tanto por mí, escuchar lo que dices me hace sentir que soy importante para alguien.

— Lo eres para mí desde que salvaste mi vida, por eso eres mi mano derecha, tú y yo estaremos unidos siempre, como un lazo de Parabatai.

Y otra vez siento como mis esperanzas caen, se rompen, se quiebran en miles de pedazos y se tiran a la basura, un lazo parecido al de Parabatai significa uno de hermandad sin enamoramiento, solo hermanos que comparten todo, todo de todo. Mi soga ha vuelto a estirarse a un lugar imposible de alcanzar.

— ¿Se hacen rituales?— bromeo.

"Bromeo para no llorar."

Raphael ríe y yo también lo hago casi forzosamente. Este es mi segundo enamoramiento más fuerte, y el enamoramiento es algo que nadie puede evitar, sucede sin buscarlo, solo aparece y entonces alumbra todo, comienza gustando un solo pequeño detalle de esa persona, a mi de Raphael me gusto como después de haber vivido en la nada, encerrado y viviendo en miseria se levantó como un fénix dando todo de si, después comencé a ver sus gestos y su físico, cuando se ve el atractivo físico y no vez ningún defecto, entonces ya caíste, porque su personalidad y todo de él ya estaba antes, fascina antes, y para salirse de esto es imposible, para mí lo es, porque primero dicen las reglas que se hacen muchas ridículas por amor antes de abrir los ojos de que esa persona no es para mí. 

Fran dice que cuando se llora por esa persona con mucha fuerza y en medio de ella se dice "¿Por qué no me ama?" Después de tantos intentos, entonces ahí está el fin de todo, el fin de esa soga. Espero que la mía no sea tan dolorosa, porque estamos hablando de Raphael, soy su mano derecha, dejarlo de ver después de darme cuenta que no es para mí sería imposible.

— ¿Quieres salir?— pregunta— iré a visitar a Ragnor, tengo que hablar de unos asuntos, podrías ver a Fran también.

— ¡Sí! ¡Claro que sí!

Podré desahogarme con Fran y que me de consejos para no entrar en la locura antes de tiempo, tengo que entender las señales que me transmite Raphael y asegurarme que son solo de mano derecha y no algo más como mi cabeza está creando, pero antes de eso necesito a alguien que me escuche y me diga lo que piensa, ya que Fran ve todo de afuera y dirá la verdad, no mentira si no ve nada. Veo como Raphael hace un chasquido con su lengua, al mirarlo veo un poco de incomodidad.

— ¿Fran es muy especial para ti?

— Si, lo es, confío mucho en ese chico— digo mientras recuerdo todo lo que hemos hablado— sabemos mucho del otro, y la confianza ha sido mucho más rápida que de costumbre a conocer a una persona.

— Sabes que a él le gusta Ragnor ¿No?

— Claro que sí, lo sé desde el primer momento— respondo sin dudar— ¿Por qué me lo remarcas?

— Por nada— responde— ahora me iré primero, avisaré a nuestros niños que saldremos por un rato.

Entonces este se va, y yo ordeno todo, dejando los elementos de higiene que trajo Raphael en la mesa de luz, y pegándome un baño rápido para tener un motivo de cambiado de ropa, además debía hacerlo por el rastro de sangre del labio que ha salpicado en mi remera. Cuando estoy poniéndome la remera Raphael viene entrando de nuevo haciéndome poner nervioso por cómo me mira de arriba abajo ¿Estoy vestido mal? Llevo la ropa que Magnus nos recomendó, vestimenta negra con chaqueta de cuero y una remera que resalte de distinto color para poder servir de combinación, esto es lo que llamó como vestimenta de jóvenes vampiros ¿Se ve mal en mí? Bajo mi remera para sacudir un polvo que no existe.

— ¿Por qué me miras así? ¿Sucede algo?

— Eres tan diferente a tu yo mundano, pareciera que han pasado años ya cuando han pasado pocos meses. De todos los vampiros que conozco, eres el que ha tenido un cambio más ligero, y quien ha pasado de una jerarquía tan pequeña a algo tan grande, estás siendo perseguido por Nephilim y tienes dones inexistentes en el mundo vampírico. Y yo tengo el placer de tenerte de mi lado ¿Cómo puedo llamar a eso?

Me acuerdo lo que dijo en casa de Magnus hace más de dos semanas, cuando había dicho cosas raras y profundas como ahora, no entiendo si esto tiene algo que ver con mis dones también.

— ¿Acaso será el destino?— bromeo.

— Deja de decir idioteces, el portal de Ragnor estará pronto por llegar...

Aún no ha finalizado su oración que el portal de Ragnor se transforma frente a nuestros ojos, de un color verde diamante, soy el primero en cruzar medio incómodo porque creo que he hecho molestar a Raphael con lo que he dicho, caigo en el suelo de la casa de Magnus viendo a Ragnor frente a mi vista y a Fran con una toalla en su cintura, su pelo cae lacio sobre su cabeza con rostro de agua que cae en sus brazos y abdomen desnudo, creo que Ragnor ha querido salvarse de un momento muy íntimo, pero nos ha hecho llegar en un momento incómodo para nosotros, Raphael llega detrás de mí también viendo todo lo que está sucediendo, lo miro y este también lo hace, ambos sabemos que puede estar sucediendo y nos mete en un momento de incomodidad.

— Fran, vete a vestirte, tenemos visita— dice Ragnor después de aclarar su voz— a Raphael y a Simón no les gustaría verte así tan expuesto.

Puede notarse por la voz del brujo que está pasando un mal momento en estos días, se ve nervioso, en alerta, tenso, y puede que sea culpa de Fran que lo debe estar acosando y buscando el momento para conquistarlo con sus momentos de exponerse, no conozco lo suficiente a Fran, pero se lo suficiente que hará lo posible para conquistarlo cuando le dio esperanza al elegirlo de cuidarlo aquí, Fran no es como yo, tímido, silencioso y discreto, sino que todo lo contrario, directo, liberal con lo que piensa, dice todo sin detenerse a pensar si está bien o mal, y puede demostrar todo con sus gestos corporales, sus gestos. Puedo entender todo lo que podría estar viniendo.

— Ven Simón, acompáñame a mi habitación— dice Fran— deja a los viejos y vente con un joven, trabajado y ardiente como yo.

Estoy riendo por lo que dice, porque mientras lo hace su mano está acariciando su estómago.

— ¡No!— dicen Raphael y Ragnor.

Pero Fran ya me ha agarrado de la remera y me está arrastrando con él hacia las habitaciones, sin importar que Ragnor le está diciendo que está desnudo o Raphael le está casi ordenando que me traiga de vuelta, cuando lleguemos a la habitación podré saber bien el motivo de este secuestro y su rebeldía a no obedecer, de seguro que estaré aquí por hora escuchando sus travesuras fallidas.

— Me alegro que estés aquí— me dice.

Y entiendo que esto es lo que hacen los amigos, hacen cosas, se dejan arrastrar y escuchan a su amigo porque está en las leyes de amistad. Fran es mi mejor amigo ahora, quien ocupa el lugar de Clary, y eso significa hacer estas cosas sin saber porque él solo quiere hacerla por sus razones propias.

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