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Raphael.

Han pasado ya una semana y todo parece tranquilo por lo menos aquí, me he mudado hace unos días junto a Simón, el se ha ocupado una de las habitaciones que están en el interior de la habitación de Camille, y yo he ocupado la de principal y la más grande por orden de Simón, así que mi antigua habitación se ha convertido una sala íntima mía y de mi mano derecha para entrenamientos o de lectura, Simón no es mucho de sociabilizar y yo tampoco, así que estos días hemos hecho esto para nosotros dos; algunos vampiros que estaban en los calabozos ya han comenzado a salir, aunque son muy pocos, esta semana han sido tres nomás, pero eso es bueno.

Magnus me ha dado información sobre lo que están haciendo allá en Alicante, la semana que viene el inquisidor vendrá a Brooklyn, exiliaran a Robert Lightwood ya que no solo el Nephilim ha estado rompiendo las reglas, ha matado a una persona que podría romper los acuerdos y hacer una guerra, también ha usado su nombre y el de sus colegas para ordenar y amenazar a subterráneos, además de amenazar a Simón y seguirlo para cortar su cabeza, cuando ya es un subterráneo y está prohibido, también dio a saber que Alexander ha estado triste por eso, y que por alguna razón tardará una semana más porque lo llevará a recorrer el mundo en una semana para que no se sienta tan triste. 

También he recibido noticias de Ragnor, solo se una cosa de todo lo que me dice, hay una tensión sexual muy grande bajo aquel techo ¿Ha hecho algo? Aún no, pero como es Fran no tardará mucho.

— Raphael, Isabelle Lightwood está afuera, quiere verme, cree que soy el líder. ¿Le dejo pasar?

— Si, diles a los vampiros que ordeno que vayan a su habitación, finge ser el líder, si ella lo cree así, Robert Lightwood también lo debe hacer, tenemos que fingir hasta que el inquisidor haga su trabajo.

— De acuerdo.

Simón desaparece, y yo me quedo en la habitación que construimos nosotros dos, estoy preparando todo para la siguiente semanas, haré que el hotel avance, seguiré el linaje de socio con el club Pandemónium, hablaré con Luke el jefe de los licántropos y haré un acuerdo para armar más refugios para sus manadas que llegan sin destino de distintos lugares y también armar pequeños clanes de vampiros ya que el hotel no es lo suficiente grande, me voy unir a mundanos y ayudaré a adolescentes en fines de recursos para que no caigan en la desgracia de que alguna noche sean transformado en polluelo, no necesito más polluelos por un tiempo, ya tengo los suficientes acá en Brooklyn.

— Jefe Raphael, Simón parece que está en problemas allá abajo, una Nephilim y una licántropo están allá con él, lo están intimidado, creo.

"¿No es que el hechizo de la bebida acabo?"

Voy hacia la sala viendo cómo el vampiro tenía razón, Simón está en una orilla del sillón casi mientras ambas mujeres parecen estar discutiendo y eso me hace molestar, hay dos cosas que están prohibidas en este hotel, y una que acabo de agregar en estos momentos mientras bajo los pocos escalones que me quedan. 

Primero es que nadie que no sea un subterráneo vampiro puede entrar aquí, deben pedir con anticipación una visita y nunca se realiza en este lugar, segundo es que si vienen para pelear entre ellos eso se debe arreglar afuera, este hotel no tolera la violencia ya que es un lugar muy antiguo donde siempre hubo paz, y tercero, el que agregué ahora mismo, es que nadie viene a tocar a Simón, confesarse o matarlo sin antes pasar por mí, estas niñas no se van a llevar lo que es mío.

— ¿Qué hacen ustedes dos aquí?— digo en un tono alto.

Simón me mira y veo una sonrisa de relajación de ellos, salta del sillón como puede y se pone a mi lado tratando de ocultarse, miro de nuevo a ambas chicas y por su mirada me indica que aún están en trance por lo pasado hace semanas, han querido contactarse con Simón tantas veces, pero después se detuvieron y creí que esto ya había finalizado, pero ahora me doy cuenta que siguen así ¿Por qué yo ya no siento eso? No es que no diga que no siento nada, pero me di cuenta del nivel de mi afecto y después de eso todo paso.

— Raphael, se están comportando raro, a Maia no la conozco, hablé con ella cuando fue a la casa de Magnus pero no la conozco, y me quiere invitar a salir, Isabelle también me invitó a salir ¿Qué sucede?

— Estos son cosas de Magnus. Está bien, déjamelo a mí— le digo a Simón para mirar a ambas chicas— entonces ¿Qué hacen ustedes dos aquí?

— Vengo a invitar a Simón a salir— responden ambas sin rodeo.

— No lo permito, ahora pido que se retiren del hotel, sus visitas no es agradable, además Isabelle Lightwood, siempre que te presentas frente a nosotros ocurren desgracias y tú Maia Roberts, alguien está esperando por ti en el bar, deberías ir y si no te gusta a quien encuentras puedes volver, y yo rechazar tu pedido una vez más.

Veo como ambas chicas cambian su postura a una de defensa, la víbora cambiante de forma que lleva Isabelle en su muñeca en forma de pulsera comienza a moverse indicando que pronto se volverá en el látigo que sabe dar su característica matutina, Maia en cambio muestra su colmillos, sin armas, sin nada, solo con sus poderes, aunque de mi parte no se quedan atrás, mis niños la han rodeado dispuesto a pelear, y no importa que sean las mejores, que Lightwood sea una de las mejores jóvenes Nephilim y Maia de la manada, mis niños han sido entrenado por mí, las vampiros de aquí tienen potencial y no dejarán que se arme pelea aquí.

— Simón no es un niño para que decidas por él, es el líder de este clan, puede decidir por sí mismo, además Simón y yo somos cercanos, compartimos el instituto por gran tiempo, muchas luchas— responde Isabelle— Clarissa, su mejor amiga, es mi Parabatai, creo que tengo todo el derecho de estar a su lado.

— Yo no vengo a meterme en problemas, sabes dónde encontrarme Simón— dice la licántropo.

Entonces veo como está se retira ignorando que muchos de mis niños la quieren intimidar y solo queda Isabelle que al parecer se ha encaprichado con Simón, aunque me parece raro que esto suceda, ella es conocida como una de las rompe corazones de toda la cuidad, ha estado con muchos subterráneos para su diversión sin importarle sus sentimientos cuando ella ya no le gustaba más y cambiaba de persona ¿Por qué ahora quiere a Simón a toda costa? 

Pudo tenerlo cuando fue mundano y estuvo con ellos en aquel lugar, o pudo buscarlo cuando recién fue transformado ¿Por qué ahora? Veo a Simón y al parecer piensa lo mismo, él la conoce mejor que yo, sabe la reputación de la Lightwood, y aunque Simón se ha vuelto mucho más guapo en su transformación y ya no es ese mundano encorvado, con lentes y medio tonto, que ahora tiene una reputación grande, no creo que a Isabelle le importe tanto lo superficial, aunque sea la mujer más liberal que quiera, para ella el amor no debe medirse en esas condiciones tan superficiales.

— No me importa quién seas Isabelle Lightwood, o quien sea tu Parabatai, tu y los Nephilim son una amenaza, y si debo evitar esta relación lo haré, ya no es el Simón que conoces, ahora es uno de los míos, y debes saberlo.

— Entonces juguemos Raphael, si gano Simón irá conmigo ahora al exterior.

Miro al menor, este está negando de que no lo haga, tampoco quiero hacerlo, no voy a bajarme a un nivel tan bajo, y más sabiendo que está dejando al descubierto de sus verdaderos objetivos de todo esto, no quiere a Simón, solo quiere sacarlo de este hotel, debe estar haciendo de nuevo el trabajo que sabe hacer para su padre, conquistar y ganar, quieren a Simón y están usando esto para lograrlo, creyendo que el menor aceptaría y yo no me iba a dar cuenta de lo que están planeando. 

Le sonrío y niego, entonces ella se molesta porque no ve respuesta de mi parte no respuesta de Simón que está casi oculto detrás de mí, mis niños me miran para que de una orden, aún sabiendo luchar saben que el interior del hotel no es para esto, pero Isabelle ya ha dejado mostrando el látigo y sus ganas de luchar, pero algo sucede, y todos nos sorprendemos, hasta yo lo hago porque nos han tomado por sorpresa, Lilit ha tirado del arma que nos regalaron las hermanas de hierro aquella trampa de hilos que está causando una descarga de electricidad, no para matar sino para inmovilizar.

— Este hotel necesita tranquilidad por los vampiros que están en abstinencia ¿Acaso no lo entienden?— dice molesta la chica— Raphael si tu mano derecha no sabe cómo evitar estos problemas, no debería ser tu mano derecha y elegir a alguien que si sabe. Tiren a esta humana al callejón de atrás, sabrá liberarse en su momento.

Vemos cómo Lilit vuelve hacia donde estaba antes, con los vampiros de abajo que están en los calabozos, ninguno de los que nos quedamos en la sala dice nada, dos de mis niños se llevan a Isabelle y hacen lo que se le ordenó después de pedir mi aprobación, pues saben que a pesar de que Lilit hablo no es de tal alto rango, estoy tan sorprendido por el comportamiento de mi compañera, no es una persona de tener un temperamento tan explosivo, desde que nos conocemos siempre fue tranquila y no mostró está faceta, siempre me hacía cargo yo, pero esta vez fue diferente. 

Miro a Simón que después de todo aquello sostiene mi brazo con fuerza, este tiene una expresión aún de sorpresa, yo estaría igual, debo estar igual, pero creo que solo ha sido el momento y no volverá a mostrarse así, debe haberle molestado que alguien estuviera interrumpiendo un trabajo suyo con ruidos, hablaré con ella después, cuando todo pase.

— Ella me da miedo— susurra Simón— todas las mujeres que he conocido últimamente me dan miedo.

— Y aún queda muchas por conocer, debes tener cuidado— le digo— ¿No te pareció raro los comportamientos de Isabelle?

Ambos comenzamos a caminar hacia las escaleras para encaminarnos hacia nuestro lugar íntimo, podremos hablar mejor, estoy esperando por tener ese momento del día donde podemos hablar nosotros dos solos, escucharlo decir sus bobadas e ideas irracionales, y verlo sonreír, hace mucho que no sonríe de manera natural. Cierro la puerta cuando estamos adentro, y Simón corre a tirarse a un sillón para acostarse en ella, sacando de abajo de la mesa ratonera un vaso con bombilla del cual comienza a tomar, su hambre no tiene límites, me siento en otro sillón mientras tomo el libro que he comenzado.

— Sabes, Isabelle no es de ser hacer esto, no ruega a ningún hombre, en cambio hace que le rueguen, es una rompe corazones por naturaleza. Al principio me sentí muy especial, y creí que había logrado lo imposible, que le había ablandado el corazón y sería su primer amor, pero ahora... Ahora me parece muy extraño.

— Es por una razón su comportamiento— susurro— es su juego, ha usado un movimiento diferente y casi no me di cuenta, pero es el mismo juego que uso conmigo hace cinco años, Robert Lightwood está usando a su hija para sacarte de aquí y entregarte.

— ¿Cómo fue que te atrapó? ¿Cómo fue que Isabelle te hizo caer en su trampa? Eres el gran Raphael Santiago, sabes cuando alguien está jugando contigo o...— dice Simón— O es solo que en verdad te enamoraste y deseabas tener a alguien a tu lado ¿Tienes sentimientos de amor reprimido?.

Lo miro y no digo nada, hace cinco años no era la misma persona que ahora, hace cinco años tenía diferentes pensamientos, mi hermana estaba viva y ella anhelaba que tuviera a alguien a mi lado, prometí hacer algo y amar a alguien, sus ideas de amor me habían invadido y esperaba cumplirlo, entonces apareció Isabelle Lightwood, con su juventud y su hermosura, estaba tan dispuesta a mí, no dejaba de decirme que yo era especial para ella, y yo le creí ¿Que podía hacer? 

Enserio necesitaba un amor, a pesar de que mi hermana me lo dijera, yo había comenzado a quererlo también, anhelaba encontrar a alguien que me quisiera, y no me importaba saber que ya en esos años Isabelle ya era una rompecorazones por naturaleza, porque ella me decía que era especial, para mí estar enamorados era dar toda la confianza y no creer en nadie más, pero al dar esa confianza, por entregarme con los ojos cerrado salí herido y traicionado, ella no me amaba, yo no era especial y había terminado en manos de Robert Lightwood, siendo su prisionero a pesar de que yo no tenía culpa de nada ¿Pero a ella le importo? Claro que no, siguió bajando a los calabozos, quiso seguir hablándome lindo como si nada hubiese pasado, solo era un subterráneo para que ella pudiera jugar. Esa mujer es una víbora.

— Simón ¿Nunca te han dicho que haces muchas preguntas?

— Uy, un movimiento defensivo, por mis grandes habilidades intelectuales puedo suponer que te capturó de la forma más ridícula, le creíste y te atrapó.

— Si sigues hablando, lo lamentaras— murmuro.

Escucho la risa de Simón, una risa burlesca pero natural, y por algunos motivos no lo detengo ¿Qué derecho tengo? Si el menor es feliz, yo también lo soy. Puede que Isabelle haya sido una mala experiencia, pero siempre de lo malo viene lo mejor, como el chico que está frente a mi vista, riendo como niño mientras está acostado en el sillón, un niño alegre, divertido, capaz y con una gran habilidad de meterse en problemas y yo ir detrás de él para salvarlo, o a veces que la situación sea al revés, que ese niño me salve a mí. Fue el destino, esto fue el destino que nos unió.

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