(30)
Simón.
No creí que esto pasará, que aquel Nephilim pudiera ser capaz de asesinar a una mujer subterráneo, no importa si ha hecho cosas malas, si fue una mujer malvada o cometió algún error, no importa porque no merecía terminar así, una muerte nunca hay que desearla ni esperarla, no importa quien sea, Camille no merecía está humillación ¿Por qué Robert Lightwood sigue con esto? Sé que me quiere a mí, pero no he hecho algo tan malo para que quiera mi cabeza, solo cambie de destino, me fui de su lado y dejé de ser su sirvienta ¿Por qué no me deja en paz?
Tampoco que yo hubiese sido importante para ellos, siempre llamándome mundano, ni recordaban mi nombre, me trataban como basura, ahora me fui, si me conocen sabe que nunca hablaría de lo que he visto en el instituto ¿Acaso sabía de qué había bebido sangre de Jace? Pero si quiere matarme, no hay nada que pueda conseguir a su favor.
— Me siento tan aterrado Simón, ese hombre está loco, no está en sus cinco sentido, tengo tanto miedo de que venga al hotel y nos mate a todos.
— Fran, Simón ¿Están aquí?
Ambos vemos cómo Ragnor se asoma por la puerta, Fran sonríe un poco aliviado pero le da la espalda para que no lo vea, yo mientras tanto le dedico una sonrisa tranquilizadora al brujo que me da indicaciones de que no ha venido para ver si yo estoy bien, sino que ha venido a ver a mi compañero que está dándole la espalda, Ragnor vino en su búsqueda, como lo dije en la casa de Magnus, eso significa que le quiere, me acerco a Fran para darlo vuelta quien baja la cabeza para no ver al brujo, tendré que dar un pequeño empujón, después de toda esta desgracias tengo que firmar un arcoíris por lo menos.
— Me hace feliz que hayas llegado Ragnor, Fran y yo estábamos tan asustados, ahora ambos nos sentimos muy aliviado con tu presencia ¿O no Fran?
Este asiente despacio, y veo como Ragnor en su cuerpo de joven, en aquella cara tan jovial, ese mismo que decidió cambiar en los primeros días que vivimos juntos, muestran en sus ojos una chispa diferente, se acerca despacio como temiendo hacer daño, y yo estoy aquí sintiendo envidia por este ambiente tan hermoso que hay, porque Fran está teniendo su amor a primera vista, y está siendo aceptado, aunque el brujo no lo diga, sus ojos lo muestran ¿Pero cómo? Si hace dos semanas o más habían tenido una pelea, se veían distanciado y Fran pasaba las noches con Ragnor solo para cuidar de su enfermedad ¿Será ahí donde el brujo comenzó a ver más allá de lo pensado? Pues cada uno merece tener su amor, hasta los brujos con muchos años de vida.
— Fran ha pasado un mal momento, fue el primero quien vio aquella cabeza ¿Ragnor no notas su piel un poco más pálida de lo normal?
— ¿Estás descompuesto?
Cómo un reflejo involuntario del brujo, este deja su mano en la frente del menor, de ella sale un color verde brillante mientras que su otra mano suelta el bastón y va a la mejilla de Fran, un brujo que no usa su magia para nada pero que al primer auxilio por algo tan mínimo usa su magia sin dudarlo, si eso no es alguna sentimiento de afecto amoroso por parte de Ragnor ¿Entonces qué es? No puedo no dudar de que Ragnor siente algo por este polluelo de mi lado, nadie se resiste a Fran, ningún brujo de siglos de vida.
— Estoy bien— balbucea Fran.
Y yo no puedo evitar carcajear por esto, porque después de que Ragnor notará donde estaban sus manos y se alejara rápido cayendo de trasero por no tener su bastón, y Fran se tapa su cara de vergüenza por lo que ha sucedido, ambos aún no dejan de mirarse y perder su atención, espero que puedan aceptar sus sentimientos, se confiesen y puedan amarse, pues ambos son inmortales y pueden tener una relación larga si eso lo requiere. Yo seré su Cupido.
— ¿Y si cortamos la tensión que se ha formado con una función de un beso protagonizada por ustedes dos?
Entonces recibo dos golpes, uno por cada uno de ellos, pero no me importa, esto puede despejar mi cabeza de todo lo malo que está sucediendo a mi alrededor, me gusta darle siempre la mirada importante a lo que da felicidad, lo que da optimismo a la vida, es aquello que me hace sentir mucho más seguro, me alimento de lo bueno porque si no mis emociones me pueden jugar una mala jugada.
Me preguntó que estará diciendo Raphael abajo, debe sentirse tan feliz de poder retomar sus mandatos, hacer sus tareas como uno de los representantes del clan. Comienzo a reír porque no me he dado cuenta antes, y a pesar de la situación lo hago, sé cómo hacer a Raphael un poco más feliz, y yo puedo ser el causante de ello, puedo hacer que cumpla uno de sus objetivos como Magnus me dijo antes, el vampiro mayor siempre quiso ser el líder, estaba capacitado desde muchos años, y hizo trabajos de líder por muchos años antes de ser entregado a las manos de los Nephilim, ahora ya no está Camille.
— Simón cada vez que pasas por algo malo sonríes o ríes como un loco, tengo miedo de que pases algo súper malo y te vuelvas loco.
— Solo encuentro lo bueno de algunas situaciones malas, si no lo hago puedo explotar por mis emociones. Además haré feliz a muchas personas después de lo trágico que ha sucedido ¿No lo creen? ¡Soy un genio!
Salgo corriendo hacia la sala de abajo donde veo a pocos vampiros apoyados sobre las paredes y me pregunto dónde estarán los demás, pero me sorprendo un poco más al ver a Alexander estrechando manos con Raphael a la vista de todos, Magnus está a su lado, me gustaría saber que está pasando, pero me gusta tanto ver al vampiro mayor haciendo su trabajo, parece tan relajado, tan en su papel de líder, me acerco hacia Raphael viendo cómo están concordando trabajar juntos, la sonrisa de Magnus indica que se siente tan feliz por aquel acuerdo que se ha formado.
— Simón, lamento todo lo que está sucediendo, no creí que mi padre se iba a obsesionar tanto contigo para llegar hasta esto, iré a Alicante y cuestionarse esto con el cónsul y la inquisidor para que intervenga, y así evitemos una guerra. Tú como líder del clan puedes decidir si quieres que tome medida o puedes indicar guerra ahora mismo.
Raphael me mira esperando una respuesta, y todos lo hacen, y me doy cuenta que aunque quiera ser líder no es lo mío, nunca lo fue, desde que fui mundano quise pasar por desapercibido, cuando entre al mundo Nephilim nunca me importo ser alguien importante para ellos, y a pesar de que ahora como subterráneo tengo algo especial en mi sangre que me hace superior a todos los demás vampiros, deseo pertenecer al lado de Raphael pero no como alguien liderando, sino viendo cómo aquel vampiro que rescate de las manos de Robert Lightwood gobierna el lugar y hace lo que sabe qué hacer, cuidar de los suyos, cuidar de mí y de Fran, y yo aprender de ello.
— No debes preguntarme a mí, si no a Raphael, él es el líder ahora, y yo lo ordeno como mi primera y último mandato.
— ¿Qué haces?
Raphael se ha posicionado frente a mi tapando a Alexander de mi vista, una de sus manos va a mi hombro y se coloca muy cerca, tanto que me hace temblar, para poder hablar despacio.
— Esto es una situación delicada, una error de decisión y puede causar problemas, además Camille murió, nadie puede venir a reclamar este clan, es ahora tuyo, tú decides y yo te apoyaré, por favor acéptalo. ¡Acéptalo!
Veo una pequeña sonrisa formarse en sus labios, unas pequeñas arruguitas formándose bajo sus ojos por estar achinándolo tanto, sabe que lo quiere, sabe que yo sé que quiere proclamarse como líder pero se hace rogar para todos, su humildad se lo prohíbe, pero sé que ahora no va a imponerse, no tiene escapatoria y fue mi mandato, si me desobedece ¿Eso sería traición? Claro que él lo sabe y no lo haría. Veo como se da vuelta para mirar a Alexander Lightwood y le ordena, después de disfrutar escuchar salir de su boca la palabra "Líder del clan de vampiros de Brooklyn", que tome las medidas necesarias para llegar a los oídos del cónsul y la inquisidor, y si es requerido que se lleve a Magnus.
La felicidad que emana de él sin siquiera mostrarlo es mucho para mí, siempre mensaje más la indicación de que he hecho las cosas bien desde el principio. Veo como Alexander habla con Magnus antes de marcharse con la presencia de uno de los vampiros del hotel y con Magnus hacia la puerta trasera, iría a empacar y después se encontraría con Magnus en el Loft para que lo acompañará, después de unos minutos el brujo regresa para esperar en la búsqueda de Ragnor quien baja en la compañía de Fran, ambos parecen más relajado.
— Gracias Simón— me dice Raphael— tú has hecho mi vida mejor, te lo agradezco con mi pura sinceridad. Siempre lo diré, me alegro que los Nephilim no te hayan recibido y ahora estés aquí, siendo mi mano derecha, con tu nueva familia.
— No me agradezcas, te salve la primera vez para que llegaras hasta aquí.
— Aw, el amor está comenzando a esparcirse por los aires— interrumpe Magnus.
Entonces me separo lo más lejos posible como me acabarán de tirar un chorro de agua y fuera de una manera sorpresiva, escucho como los vampiros dejan escapar una duda que tratan de ocultar por respeto, aunque a Magnus no le importa, tampoco a Ragnor ni a Fran, que se ríen y murmurando entre sí los raros comportamientos que hemos tenido desde el principio nosotros dos, y que podría significar, que se esperará en el futuro de nuestra relación, están hablando sin vergüenza sin importarle que estemos nosotros ahí, al frente de todos y los vampiros del hotel ¿Qué pensaran de él? ¿Se creerán las bromas de Magnus?
— ¿Entonces Magnus irás con Alexander?— le interrumpo nervioso— ¿Qué se hará con Ragnor si es así?
De nuevo todo se interrumpe por risas, debo estar balbuceando y hablando muy rápido más que de costumbre dejando notar mi incomodidad, mis nervios y que toda la risa me ha dejado al descubierto de mis emociones, Raphael sacude mi pelo para que me calme y mira a los chicos amenazando de que si siguen hablando podría encerrarlos ahora mismo, les obliga a que dejen de molestarme porque se la verán con él. Después de unos segundos Magnus afirma que tratará de irse con Alexander para servir como ayuda, ya que siendo el líder de todo los subterráneos puede dar su voz, quejarse y hacer un trato si esto no se arregla, como amenazas de ir a la guerra, entonces Ragnor habla y me pide permiso de llevarse a uno de los vampiros por si acaso llega a suceder algo, ya que los vampiros están alerta en las noches y él podrá dormir, si sucede algo podrá ser avisado y no tomado por sorpresa.
— No soy el líder Ragnor, pero no creo que Raphael prohíba hacerlo ¿O no jefe?
Miro a Raphael que asiente y llama a todos los vampiros para hacer una fila frente a Ragnor, Fran también está ahí y yo también me posiciono como una orden suya, el dúo que llego tarde no sé sorprenden a saber que Raphael ahora es el líder, deben haberlo ya supuesto desde que comenzamos a hablar.
— Puedes elegir, tienes a los pocos vampiros que quedaron, están bien preparados, yo mismo los entrene y lo sabes, o si no tiene a Simón Lewis o a Fran, ya lo conoces, son aún polluelos pero sirven. Cualquiera que te lleves te cuidarán y tú lo cuidaras.
Veo como Ragnor nos mira a todos, pero le prestó más atención a Fran, parece un poco inquieto a mi lado, está mordiendo su labio con uno de sus colmillos, por alguna razón siento el ruido de la carne interna de su boca rasgarse un poco, yo sé que quiere ser el elegido, estar solo con Ragnor sería la gloria para él y más después de todo lo que siente por el brujo, algo tan puro, aunque no quiere decirlo, no quiere obligarlo a que lo elija, y sé que Ragnor lo quiere elegir, porque es a quien más mira de todo nosotros, aunque algo está pensando porque sus muecas son muy notables, algo le molesta en sus pensamientos ¿Estará pensando en cosas indebidas? Golpeo con el hombro a Fran levantando las cejas en forma de que me entienda que puedo estar pensando.
— Exige tu lugar— susurro.
Este niega, y Ragnor le dice algo al oído de Raphael, este sonríe y asiente, entonces se acerca a nosotros tomando con su mano el hombro de Fran, es el elegido.
— Es tu día de suerte, espero que no hayas desempacado, irás a cuidar a Ragnor a la casa de Magnus, has bien tu trabajo y no pelees con mi amigo, esto puede darte un gran lugar y cosas buena si lo haces bien.
Yo me imagino dos cosas que sucederán en estos días donde estarán ellos dos solos: amor y sexo, aunque sea el brujo más viejo y sabio, que cree que todos los demás son niños por la diferencia de su edad, ninguno podrá resistirse a Fran, un cuerpo joven y encantador.
— Muy bien, todos estaremos bien al parecer, vamos mis niños, Fran trae tus cosas que nos iremos— dice Magnus.
— En el cajón del mueble de Camille hay protección, llévate todos los que necesites— susurro a Fran antes de que corra avergonzado hacia arriba.
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