Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(3)

Raphael.

Llegar a Brooklyn me hace sentir fuerte y seguro de mi mismo por estar en mi territorio, en mi lugar, ya tengo todo listo para salir en el anochecer y cumplir lo que he esperado hacer desde hace tiempo, pero aún es de día y la única opción es quedarme con los dos brujos en el Loft antiguo de Magnus, quien tiene un trabajo duro con el desastre que hay el lugar, al parecer cuando nos fuimos mundanos lo tomaron como una casa abandonada para usarla como su casa personal, y no para cosas buenas, he visto jeringas en reiterados lados y puedo decir que no supieron llegar a los baños a su tiempo correspondiente.

— Mmm puedo oler a orina desde lejos y no soy ni vampiro ni un licántropo— dice Ragnor.

El brujo está tapando sus fosas nasales con un pañuelo de seda violeta, no puedo dejar verle, siempre me sucede lo mismo cuando nos reunimos, Ragnor parece de veinte años de edad pero su vestimenta esta fuera de lo que se denomina actual, un traje de terciopelo que combina con su piel verde, unos zapatos muy antiguos y un bastón decorado como en los viejos años esos de madero con un mango blanco y perlas, un pañuelo de seda que ya no se usa, pero aún así tiene su encanto, así de raro como se viste, logra conquistar con su carita aunque no se crea, pues al ser delgado, su cara esta refinada mostrando unas facciones masculinas muy notables. Magnus usa su magia para que la casa vuelva a su normalidad y tenga un perfume a frutas silvestres, para después preparar tres tragos que aparecen en nuestras manos.

— Sabes que no estoy a favor de usar magias para estas situaciones, pero te lo dejaré pasar si me presentas a tu amante.

Fui el primero en sentarse para tomar del vaso, el alcohol dentro de esta no me afecta en nada, pero sentir aquel cosquilleo en mi garganta es una sensación agradable, me quedo viendo como los dos brujos deciden establecer una charla de tratos y peleas sin sentidos que suelen tener cada década que se ven, pero yo ya sé cómo terminará esto así que me quedo esperando que el atardecer llegue pronto.

— ¿Amante? Es una palabra muy vulgar para mí—opina Magnus— llámalo amigo con beneficios.

Le miro de mala manera y sigo tomando en silencio a trago lentos viendo como muchas cartas están ubicadas de forma ordenada en una mesa lejana a nosotros, mientras escucho como los dos brujos pelean por el término amante o amigo con beneficio, me levanto de mi lugar dejando el vaso en la mesa ratonera y para acercarme a las cartas, Magnus no va a prestarle atención, nunca lo hizo y no lo hará, como inquilino y amigo del brujo puedo dar algún vistazo. La primera carta está escrito por Alexander Lightwood, la dejaré en el lugar para que Magnus después la vea o la deje morir en la suciedad, no me importa sigo con las otras una carta de la clave, una de un tal Simón Lewis y otra de Camille. Abro primero el de Simón Lewis, si no me equivoco es del mundano que me salvo la vida.

Estimado Magnus Bane:

Todo va bien a pesar de vivir en una casa de la que no puedo salir, las cartas no sé dónde llegaran pero quiero irme de aquí, se siente como si estuviera encerrado por haber hecho algo malo y los golpes fuera de casa son cada vez más molestos, creo haber escuchado la vos de Jace e Isabelle, ya saben mi localización y temo por mi vida.

Sé que no debo contarte esto, pero una amiga tuya, o así me dijo ella, apareció en casa, dijo que era de ella pero después no comento más de sus recuerdos vividos, es muy bonita y me ofreció ayudarme en esta situación con los Nephilim. Voy a ceder Magnus, si los Nephilim me agarran seré polvo o un cadáver y no de los bonitos, ella me dijo que estando a su lado estaré bien. Te manda saludo, Camille tu vieja amiga y cuando gustes, búscame en el hotel Dumont, que estaré ahí esperando para agradecerte por la ayuda.

Simón Lewis

Comienzo a preocuparme y a sentirme molesto por lo que acabo de leer, sigo con la otra carta que es la de Camille, cartas de ellas no es nada bueno, y que se haya llevado a ese mundano me parece más raro, no hace nada por amabilidad, no ayuda a personas sin algo a cambio de sus partes, no importa, ella es una víbora, miro hacia los brujos que están concentrados entre sí, riendo y contando de sus vidas.

Mí querido Magnus:

Es tan descortés llevar mundanos a mi casa, nuestra casa ¿Sabes el peste de humano que había cuando llegue? Al parecer es un adolescente, le sangra mucho la nariz y su encierro ha hecho que se convierta en una cotorra andante, habla mucho, ni te imaginas ¿Cómo un mundano puede decir tantas palabras sin quedarse sin aire? Es un poco insoportable y habla de cosas mundanas, si tuviéramos que sacarle su mundanez entonces estaríamos haciendo algo imposible, lo mundano desprende de él.

Pero favores son favores y cuando leas está carta sabrás que estoy ayudándote a ti, me enteré que fue el salvador de Raphael Santiago y le has dado a cambio seguridad, pero mientras estás en aquel lugar aquí todo se ha puesto tenso y han encontrado al mundano, en el submundo se comenta que los Nephilim lo ejecutarán, así que como muestra de paz yo me haré cargo mientras tú andas por sabe dónde ¿No soy encantadora? Avísame cuando llegues cariño.

Camille Belcourt.

Paso mi mano por toda mi cara mientras dejo escapar un sonido molesto de mis labios, me llevo dos dedos al puente de mi nariz, para darme vuelta y caminar hacia los dos brujos con ambas cartas en mi otra mano, los veo como se están colocando al día con los chismes, y no me cuesta nada compararlo con chiquillos adolescentes que se juntan a decir quien está pasando la vergüenza del año o quien le estaba yendo más mal, en cambio yo era más distante de eso me considero como alguien serio, cerrado y sin una pizca de interés de comentar o escuchar conversaciones donde se trate de otra persona, así que mientras siguen hablando empiezo a contar desde la fecha de que se enviaron las cartas y cuánto tiempo lleva Simón con o como vampiro.

— ¿Quieren saber la noticia de la actualidad?— les pregunto fingiendo algún tipo de emoción.

Los dos brujos dejan de hablar, un poco confundidos por mi comentario pero asientes porque la curiosidad les gana, como fieles personas guiadas por los chismes.

— Mientras Magnus y yo estábamos encerrados en aquel lugar horrendo, y Ragnor quien sabe dónde estabas pasando tus vacaciones, Camille convirtió a Simón en un vampiro— añado con la misma emoción fingida.

Veo como Magnus comienza a reír mientras niega como si lo que acabe de decir eran inventos.

— Claro que no, Simón después de que los Nephilim quisieran matarle por traición lo dejé en una casa fuera del radar para que pudiera pasar sus días, ni la mismísima Camille podría ir ahí.

Le largo las dos cartas al centro de la mesa viendo como los dos brujos se estiran para leer el contenido que está dentro de estas.

—Auch— dice Ragnor.

—Basta de juegos, Magnus Bane abre un maldito portal al hotel Dumont, haré lo que debí hacer hace mucho tiempo— le ordeno.

Esta vez nadie dice nada para oponerse a mi orden, un portal aparece en la sala y por fin, como si la tensión se fue de mi cuerpo acomode mi chaqueta, sacare a Camille de su trono para poder yo gobernar y así hacer que el clan sea un lugar seguro y ninguno reciba órdenes de Nephilim porque la vampiro se acuesta con uno de ellos, hare respetar el nombre de clan de vampiros del hotel Dumont, porque la Era de Camille ya ha caducado, tengo que acabarla de una vez por todas.

— Nos veremos, pronto.

Paso a través del portal, cayendo de pies en el centro de la sala del hotel Dumont, aún sigue como lo recuerdo, con una decoración a las épocas antiguas, una época en la cual ella estuvo y donde los tormentos parecen haberla hecho como era, pero no tengo pena por ella, si ella mezclo el clan con asuntos personales entonces debo intervenir.

— Raphael.

Todos los del clan aparecen en la sala, detrás de Camille quien parece que ha esperado mi llegada, tiene un vestido largo de años antiguos, aún sigue aferrada en aquellos años donde al parecer habían sido felices para ella, llevaba una copa en sus manos, algo que era habitual en toda persona cercana o que fueron cercana a Magnus. Todos los demás vampiros me miran con una sonrisa en sus rostros, me extrañaban y aunque no lo diga también los extraño a cada uno de ellos.

— Camille.

Ella no es rival para mi, tengo algo que la vampiro ha perdido hace muchos años, el cariño y el respeto del clan, además puedo asegurar estar más entrenado, estar más informado, que aquella mujer.

— ¿Dónde está Simón Lewis?

Camille hace chequear sus dedos haciendo que dos chicos aparezcan arrastrando al mundano, ya no lleva lentes y su vestimenta esta arruinada, como si lo hubiesen torturado, puedo ver también la mugre rodear su cuerpo, no hace falta saber que lleva un tiempo encerrado, conozco muy bien esa sensación.

— Es unos de los polluelos más inútiles y mundano que he tenido, se los daré a los Nephilim para que lo maten, no quiero débiles en mi clan.

Los silbidos y aplausos a favor de Camille se escuchan en toda la sala, al parecer a nadie le agrado el muchacho, no puedo dejar de mirar una y otra vez a todos, Simón tiene la mirada baja y parece hambriento, a punto de caerse en pedazos, tengo que hacer algo, el chico me había salvado la vida. La puerta de la sala se abre mostrando a ambos brujos entrar sin importarle nada.

— ¿Sabes que es lo mejor de una pelea?— pregunta Magnus— las entradas cómo estás.

Camille aparta a todos emocionada y camina hasta Magnus, me da la oportunidad de acercarme al nuevo polluelo donde con sumo cuidado coloco un dedo índice en su mentón y levanto su vista, parece perdido, a punto de perder la conciencia, estoy tan amargado por verle así.

— ¿Simón?

No hay respuesta de su parte, aparto a los dos chicos que lo sostienen, aunque me arrepiento de haberlo hecho porque no pude sostener a Simón a tiempo y cae de cara al piso quedando está vez inconsciente, un poco irritado lo levanto entre mis brazos y no miro a los demás vampiros, éramos una familia y habían permitido que se le hicieran esto a un polluelo, no puedo estar de buenas con ellos después de esta mala acción, camino hasta donde estaban los dos brujos y Camille escuchando su conversación.

— Son parte de mi clan.

—Vamos Camille tú querías deshacerte de Raphael y ahora de Simón, no lo necesitas, lo has dicho. —dice Ragnor.

— Yo creo que ustedes harán todo esto para derribarme—opina Camille— ¿O no Magnus?

Deje escapar un sonido tipo de protesta por los comentarios de la mujer ¿Por qué aún no la mato?

— Claro que no Camille— responde Magnus— si quieres, permitiré que unos de tus niños vaya a mi casa y nos espíe, y vea que no haremos nada contra ti, solo nos llevaremos lo que tú consideras basura.

Veo como Camille mira a unos de los chicos del fondo y sonríe, el chico es unos con rizos castaños y ojos grises, un poco alto con una vestimenta informal que se acerca hacia nosotros, muy cerca de la vampiro, quien le coloca su mano en el hombro mientras no deja de sonreír.

— Sabes que confío en ti Magnus, pero hay que tomar precauciones y prevenir, no quiero que el remordimiento de personas me saquen de mi puesto, él es Fran.

— ¿Franchesco?— pregunto.

— ¿Francisco?— sigue Magnus.

— ¿Francis?— se entromete Ragnor.

Vemos como el chico sonríe y niega.

— Solo Fran.

Me siento muy desconcertado al escuchar la voz de puberto, recién es un chiquillo, debe ser aun un polluelo, se le puede escuchar un acento diferente como si fuese de otro lugar, debe ser un extranjero que tuvo la mala suerte de llevarse esta mala suerte. Estoy seguro de que Camille se quiere deshacer de él también, encontrando la oportunidad justa.

—Y Magnus ven a buscarme esta noche, iremos a cenar, por tu regreso— comenta Camille.

Para después desaparecer seguido de todo el clan excepto ese chico Fran que espera paciente a nuestro próximo movimiento, aprieto los labios con fuerza para no decir ningún comentario viendo cómo Ragnor hace un portal, ahora no solo me encargaré de un polluelo si no dos y lo único que quería era volver al hotel, no estar en aquella situación.

— ¿Qué hay para comer?—pregunta Fran.

Magnus pasa primero a través del portal.

— ¿Hace cuánto estás convertido?— le pregunto aún sosteniendo a Simón.

El chico sonríe con torpeza para después acercar su mano al portal con mera curiosidad.

—El mismo tiempo que Simón, en una competencia para saber quien se iría del clan gané por poco y este chico perdió ¿Cool no?

Empujo al chico con el pie como puedo hacia dentro del portal y después paso yo, ya me imagino a dos torpes adolescentes corriendo por el Loft mientras yo les grito a más no poder, dos niños sin ningún tipo de experiencias, un extranjero que solo había llegado en mal momento y un mundano, que iba a ser un Nephilim pero que paso a ser la presa de subterráneos.

—Pase de Raphael Santiago a Raphael niñera Santiago— me susurro.

Antes de caer en el Loft y colocar al inconsciente en un sillón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro