Raphael.

No diré que al principio cuando me enteré por sorpresa me decepcione un poco, Camille ocupo un lugar en el cual lastimo a muchas personas, no pensó en nadie más que en ella misma, sus consecuencias llegaron hasta mi que tuve que pagar por acusaciones falsas, yo quería ese puesto después de sacarla, porque di lo mejor de mi siempre, de todos los años vividos como vampiro. 

Desde el comienzo fui la salvación para ellos, pude ser la barrera que frenaba todo lo malo de Camille y extinguir muchos problemas que podrían llegar a guerras, yo sé que estoy calificado para ese lugar, por eso me sentí un poco mal cuando Magnus nombró a Simón, por sus poderes, el nuevo líder, un chico recién transformado, que no sabe nada de nada, no ha vivido ni el primer año de una vida inmortal, que está bajo peligro, que no sabe pelear, que sufre de cantidades de miedo, pero después me di cuenta de algo y recapacite. 

Simón no puede ser el adecuado aún, pero si estoy a su lado puede que lo sea, nadie es bueno en lo que hace, nadie puede evitar cometer errores, nadie es perfecto, Camille fue una mala líder y nunca me permitió ayudarle, hacer el trabajo de mano derecha, pero con Simón puede ser diferente, puedo llegar a él porque confía en mí plenamente.

Últimamente las dos últimas semanas no hice más que estar ignorando, pero creo que eso no vaya a influir en esta relación, él quiso darme el puesto creyendo que podría enojarme por aquel arrebato, me pareció tan adorable en cierto sentido que me hizo reforzar mi decisión, yo sería el adiestrador de un nuevo jefe. 

Con ello también me di cuenta que Magnus ha hecho tantas cosas estúpidas que creí que estaba tratando de acabar con nosotros, tan inconsciente de sus actos y tan infantiles, ahora me doy cuenta que a pesar de todo era una minúscula ayuda para acabar mis problemas más rápido, descubrir poderes, sacar a Camille, de seguro ya sabiendo las cosas ilegales cometidas, y su bebida que hizo hacerme comportar extraño. Me he replanteado dos semanas sobre mis comportamiento con Simón después de lo que bebió, y me di cuenta que mi admiración por él, mi orgullo por sus avances tan rápidos, su personalidad adorable, no se quedaron en su límite y atravesaron sin darme cuenta, al día de hoy puedo decir con duda que puede haber un afecto un poco más grande que jefe y polluelo ¿Pero lo haré saber? Claro que no.

En solo momentos volveré al hotel, y parece tan irreal, tan repentino que causa sorpresa al saber que volveré al hotel que viví por tantas décadas, con mi gente, volverán las risas, las disciplinas, los retos por algunos comportamiento, pero volveré con mi gente y con eso me basta, sé que Simón se sentirá cómodo, ya no como la última vez que fue tratado de tan mala manera, y capaz así se sienta un poco mejor en cuanto a sus emociones, sepa controlarlo y no tenga tanto miedo de los Nephilim, ahora nadie lo puede tocar. 

Aunque estoy preocupado, con esta revelación de un vampiro especial puede traer problemas también, al saber de un nuevo subterráneo pueden surgir muchas ambiciones por querer lo mismo, y eso puede traer más peligro para Simón. Pero yo a su lado nada le sucederá.

— Ya estamos listos.

Termino de colocar el último libro en la maleta, que le he quitado a Magnus, Simón ya está en la puerta, puedo sentir sus nervios rebalsando el ambiente aunque su rostro quiera mostrar otra cosa, entiendo el sentimiento, un nuevo lugar es difícil de no sentirse así. Cierro la maleta y comenzamos a ir hacia la sala, Fran ya está ahí. Información una sonrisa, esperando por nosotros, Ragnor y Magnus también lo están, solo que estos dos parecen un poco más tristes, más serios, Ragnor no ha dejado de mirar a Fran desde nuestra llegada, creo que le duele más su ida que la de los tres, pero si no ha dicho nada para detenerlo y Simón tampoco ¿Por qué yo tendría que hacerlo? Ellos deben arreglar sus propios problemas, mientras que Magnus, el va a estar bien, vivirá como una pequeña perdida, pero tiene al Nephilim que podrá ayudarlo a que no lo parezca tanto.

— Muy bien, es hora ¿No?— pregunta Simón— tengo mucho miedo, creo que debería decirlo. Por favor, crean en mí, teniendo a Raphael a mi lado trabajaré duro y aprenderé rápido. Haré que todos ustedes se sientan orgullosos de mí.

"Adorable, adorable, adorable."

Hay un momento de una despedida media triste, pero todo mejora cuando el portal se abre y ya nos vamos, prometen todos verse de nuevo y muchas que otras palabras que acaban cuando pasamos por el portal y este se cerro, entonces el olor del ambiente cambia a uno mucho más pesado, feo, algo que no me hace recordar a la familiaridad que había antes, dejo escapar un silbido cuando veo que aparecen todos en la sala, todos felices, a pesar de que la piel de cada uno es mucho más grisácea.

— ¡Raphael! ¡Raphael está aquí!— exclaman muchos— ¡Ahora será nuestro líder!

Todos están esperando ansiosos, están felices y yo también lo estoy, aunque no parecen enterados de las nuevas noticias, dejo la maleta en el suelo y me acerco al grupo, los saludo, acaricio con un sentimiento de paternidad a cada uno de ellos y sonrío porque estoy feliz de verlos de nuevo, entonces comienzo a explicarle cómo será todo, quien estará al mando, aunque no explico mucho las razones, solo que es un vampiro especial y de mayor jerarquía, muchos están curiosos pero le he negado seguir preguntando, todo se dirá a su tiempo, aunque les he advertido que estoy en todos los derechos en tener responsabilidad en ellos, puedo mandarlos, puedo castigarlos, puedo adiestrarlos, puedo hacer lo que quiera, ellos no niegan, hice lo mismo hace mucho. 

Aunque todos parecen incómodos por el nuevo líder, no dicen nada, se lo guardan en su pensamiento, entonces se encargan de mostrarnos nuestra habitación, Simón me ha pedido con mucha suplica tener a Fran en su habitación, el cuarto grande de Camille que tiene tres habitaciones adentro y a mí, me niego por mi porque quiero estar en mi antigua habitación, pero le dejo que Fran deje estar a su lado.

— ¿Esto es un chiste tuyo Raphael?

Veo a Lilit en mi habitación, está asentada en la pared mientras me mira sería, es una chica que va al punto, no se deja nada para guardar, si algo le molesta lo dirá, no importa la consecuencias.

— ¿Qué es un chiste pequeña?

— Que ese chico sea el jefe del clan, tiene muchos problemas, los Nephilim lo persiguen y es un polluelo—dice— ¿Estás planeando sacarlo en unos días? Esa es una buena idea ¿Qué quieres que haga?

— Ese chico salvó mi vida Lilit, siempre estaré agradecido por su ayuda.

— ¿Enserio lo dejaras al mando de nosotros? ¿Te has golpeado la cabeza?

— Sí y no.

La chica se va de la habitación, debe estar molesta y debe ser la porta voz de los demás vampiros del hotel, este cambio nuevo debe ser extraño para ellos, deben sentir curiosidad y miedo, preocupación por el que un polluelo comience a gobernar, no los culpo, si yo estuviera en su lugar y no conociera a Simón tampoco me gustaría tenerlo en el mando, pero lo conozco y eso me da confianza para seguir apoyándolo, así que sigo desempacando, hablaré con todos cuando ya esté alojado, y los convenceré de aceptar, además debo saber cuánto la droga está consumido en ellos, tendré que tenerlos en abstinencia y encerrado en los calabozos, cerraremos las puertas del hotel una vez más.

Ha pasado una hora, una hora de charla, una hora de confesiones tango de parte de los vampiros de aquí como por parte mía, hablé lo que tenía que hablar, dije todo para que confiaran en mis palabras cuando le digo que Simón será adiestrado y hará el hotel mejor, ellos confiaron en mí un poco, no dejaron de mostrar que están las dudas aún, pero se abrieron a mí al contarme lo que estuvo sucediendo en el hotel, Camille teniendo un amorío con Robert Lightwood, fiestas todas las noches con drogas forzadas a tomar, reglas y algunas muerte de algunos vampiros por sobredosis. 

Muchos de ellos se ofrecieron voluntariamente cuando le dije de la abstinencia en los calabozos, no hicieron problemas y prometieron mejorar, mientras que yo le aviso a Magnus de las noticias, si Robert Lightwood está metido con Camille de seguro que las noticias de la sangre de Simón llegará rápido a él, y hay que detenerlo, además podemos chantajearlo con el amorío que han tenido, si su familia se entera o el instituto pueden hasta exiliarlo. Ya me veo que la buena suerte esta de mi lado.

— ¡Raphael!

Levanto mi vista hacia las habitaciones de arriba, un grito por parte de Simón casi desgarrador, corro hacia donde está él como si mi vida estuviera en peligro, si a Simón le ha sucedido algo en este hotel no me lo perdonaré, entro a la habitación viendo a Fran vomitando en un jarrón que era de Camille y Simón corriendo hacia mí para colgarse en mi cuerpo mientras me abraza, puedo sentir a todos los demás vampiros detrás de mí, pero no le doy atención, porque el polluelo que está abrazándose con fuerza a mi cuerpo me susurra tres palabras "caja, cabeza, Camille", camino hacia la caja que está en la cama y sin soltar a Simón, sosteniendo con una mano su espalda, con la otra abro un poco la caja y lo veo, la cabeza de Camille está ahí, y una nota "Iré por ti Simón Lewis." Robert Lightwood se deshizo de sus problemas muy rápido para mí gusto. Miro hacia los vampiros, todos están esperando que diga que hay allí adentro, Fran está sentado en una de las esquinas mientras escucho que llama a Ragnor, Simón aún no quiere dejar de abrazarme, ha sido mucho para él.

— Camille ha sido asesinada, avisen a Magnus Bane y a Ragnor Fell.

Lilit que ha llegado al frente de todos asiente y sale de la sala para ir a avisar a los brujos sobre lo sucedido, llegarán pronto, esto puede ser un rompimiento de acuerdos de parte de los Nephilim, matar a un subterráneo está contra todos los acuerdos, le pido a otros de los vampiros que se lleven la caja y lo dejen en la sala para poder charlarlo con los brujos, y le pido que se retiren y esperen todos abajo, hago que Simón se quede en la cama y me suelte, está sollozando en silencio así que me encargo de secar sus lágrimas y le sonrío.

— Todo estará bien, si Robert es el culpable esto no pasará de aquí, nadie ofenderá a un nuevo líder y no será castigado por matar a uno de nosotros.

— ¿Crees que soy el que trae desgracia a todos?

— Claro que no, eres la persona que merece dejar de ser perseguido y tener cosas buenas—le digo— ahora te dejare con Fran, tengo que esperar por Magnus y Ragnor para hablar.

Le dejó un beso en su cabello y camino hacia afuera, sin antes darle una palmadita en el hombro a Fran, deberán pasar por muchas cosas así y deben ser fuerte, sigo hacia afuera para ver a través del balcón de la escalera a todos los vampiros en la sala alrededor de la caja, a pesar de que Camille fue una mala líder, aún sigue siendo una subterráneo, uno de nosotros, y no podemos pasar por eso, quedarnos mudos, más si los Nephilim de arriba no saben que está sucediendo en Brooklyn y lo que puede surgir por este asesinato. 

Veo como un portal se abre y por ello pasan los dos brujos y Alexander Lightwood que caminan hacia la caja, los vampiros le dejan lugar y yo voy hacia ellos también. Ragnor pregunta por los polluelos, y camina hacia la habitación sin deberse a preguntar qué sucedió con Camille.

— ¿Qué sucedió aquí?— pregunta Alexander.

Le paso la nota y veo sus expresiones, sabe que es la letra de su padre, pero nunca podrá decirlo en voz alta.

— ¿Qué más sabes?— pregunta Magnus.

— Fiestas, drogas ilegales, un amorío entre Lightwood y Camille, y peligro para Simón si no detenemos esto.

— ¡¿Un amorío?!

Me encargo de contarles todo lo que me he enterado en las pocas horas de mi llegada, y algunos que otros chicos dando sus palabras antes de irse a los sótanos, dicen todo lo que saben y no esperan que le crean, pero yo lo hago, saben que yo me encargaré de esto. Casi diez de ellos quedan conmigo, se sienten sanos, Lilit se va con los chicos a los sótanos para cuidarlos, escucho la puerta cerrarse con seguro. Me quedo con los pocos, y con los dos visitantes, entonces le pregunto al Nephilim antes de continuar.

— Después de enterarte todo lo que sabes ¿Estás con nosotros o con tu padre?