Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(21)

Raphael.

— ¿A qué se debe esa idiotez de hacer experimentos con el polluelo? Si, está bien que sepas Magnus, que tengas siglos de vida llena de conocimiento— le digo— pero es un niño ¡Un niño! Se ha llevado un susto de muerte.

— Oh vamos mi arándano, tampoco ha sido para mucho, el polluelo tiene algo importante corriendo por sus venas y yo solo quiero ayudarlo a mejorar.

Estamos en su habitación y Ragnor nos está haciendo compañía, Magnus está relajado como si lo que acabo de pasar no fuera nada, estaba jugando con sol en el cuerpo de un polluelo, un débil cuerpo que está en proceso para hacerse fuerte, y eso me molesta que traten de seguir haciéndolo sufrir cuando el niño está teniendo una etapa de auto desprecio hacia sí mismo, donde la inseguridad lo está torturando un poco. Me llevo la mano hacia la cara y trató de no mostrar la molestia que estás recorriendo el cuerpo, quiero golpearlo para que recapacite, pero es mi tutor, tutor desde hace décadas y no voy a arruinar una amistad por lo que se le ha implantado en la cabeza.

— Magnus, Simón es mi mano derecha, si vuelves a hacer algo con él entonces nosotros dos tendremos una gran pelea, y no será buena ¿Entendido?

— ¿Por qué tanta obsesión por el polluelo y que tenga un bienestar fuera de estrés?— me dice— aún más ¿Por qué lo has elegido como mano derecha? No tiene el potencial correspondiente para tu altura pequeño.

— Porque me salvó la vida Magnus ¿A caso te has olvidado de eso?

Ragnor se entromete entre nosotros haciéndonos callar con unas de sus frases reflexivas, diciéndonos que es mejor estar bien que siguiendo en una pelea que no llevará a nada, retando de paso a Magnus por sus malos comportamientos en algo que no debería estar entrometido, y retándome a mí por ser tan protector con el polluelo, escuchando como ambos brujos esperan la respuesta a la pregunta que ha hecho mi tutor. Y yo también todavía me lo preguntó, solo no lo sé, es como ya saberlo pero sin saber los motivos, he visto el potencial emanando de él, vi la voluntad y fuerza cuando me rescató siendo un simple mundano enfrentándose a ser perseguido por traición, y ahora luchando para ser mejor, para no caer, para no matarse, veo el potencial aún sin siquiera que ninguno lo esté notando ahora.

— Solo no molesten más al chico, por el amor de Dios no lo hagan o me molestaré, y esto también corresponde al otro polluelo— les indico— no quiero más problemas, a ambos ¿Podemos ser un grupo civilizado?

— Oye, no es mi culpa que el otro polluelo escuchara nuestra conversación.

Comienza una charla de ambos brujos donde Ragnor le explica la situación, desde el comienzo al final, Magnus parece decepcionado en un punto pero a la vez contiene una pequeña sonrisa reflejado que le parece divertido la situación, no todos los días se escucha un polluelo que se está poniendo loco por un brujo, que no sea él, y le terminen diciendo las palabras más despreciables, es un niño, ahora pensándolo bien a mí también me hubiese dolido si la primera Seelie con la que me crucé me hubiese dicho eso, pero esos son tiempos pasados y estamos hablando de dos brujos con muchos siglos de vida que ahora parecen chismear como dos mujeres mundanas en una sala y bebidas.

— Oh mi pastelito verde, eres muy malo, has roto el corazoncito de un pequeño y después se quejan de mi.

— Romper y poner en acción una destrucción es distinto Bane— le corrijo— es hora de que duermas Magnus, Ragnor debes ayudarme en algo y después podrás irte a dormir también.

— Tengo una reunión con un cliente muy importante mi querido arándano, en minutos, pero no te preocupes, la casa queda libre para ustedes por unas horas.

Al dejar de hablar, lo veo pararse de su lugar para caminar por la habitación en busca de algo que esté limpio, sea lindo, y pueda ser una vestimenta para sorprender a su cliente, la cual sospecho que es un encuentro intimo con aquel Nephilim, aunque no diré nada, la vida de Magnus es solo suya, y puede decidir todo lo que quiera, pero mientras que no influya peligro en nadie cercano, si lo hace entonces me voy a entrometer para hacerle ver por el camino que esta dirigiéndose, aunque sé que el Nephilim si ha vuelto tendrá en cuenta mis palabras que le dije la última vez, soy una persona de palabra, de eso todos están seguros. 

Se marcha después de darnos un abrazo a través de un portal, siempre hay que despedirse por si acaso, ninguno de los tres nos olvidamos de eso.

— Bueno, somos tu y yo querido amigo— dice Ragnor— ¿Permites una partida de ajedrez? como los viejos tiempos.

— Como los viejos tiempos— repito con una sonrisa un poco incómodo.

Los viejos tiempos eran cuando estaba tan colado por Ragnor que trataba de aprender todos los juegos que él jugaba solo para estar cerca de él, me alegro ahora saber que nosotros no iríamos más que a una amistad duradera, porque solo lo veo como un viejo amigo desde décadas, no tengo esos sentimientos caprichosos que revoloteaban dentro mío y sentía que no debían salir, aunque me sigo avergonzando de algunas acciones que he tenido, hasta el mismo debe haberlo supuesto, no era tan discreto que digamos. 

Ambos dejamos la habitación de Magnus para caminar a la sala donde nos acomodamos para comenzar el juego, solo se escucha el golpe de su bastón y sus zapatos, ninguno habla, pero no siento que sea un silencio incómodo sino más bien de esos silencio que nos gusta a ambos, un silencio que está entre el hilo de la compañía y la soledad, y eso termina cuando llegamos a la sala, donde acomodamos todo para que Ragnor haga aparecer el juego, y aunque no quiera decirlo, me parece tan raro que ambos polluelos no estén delante de aquel aparato tecnológico contaminando su mente.

— ¿Raphael?

Vuelvo a reaccionar viendo a mi amigo esperando, me acomodo y comenzamos la partida, creo que a veces necesito dejar de preocuparme, capaz los polluelos solo quieren estar solos un rato, no puedo prohibirle eso a pesar de que me gustaría mantenerlos bajo mi vista por si acaso, debería solo relajarme y concentrarme en este juego antes de perder contra alguien que sabe manejar cada truco, solo debería divertirme un rato hasta que aparezcan, como se lo he indicado a Simón. Entonces los minutos pasan, la partida va a favor de Ragnor y yo estoy en una crisis interna ¿Desde cuándo me gana tan así?

— Jaque Mate, Rapha.

— Bien hecho Ragnor, todos mis respeto para ti.

Veo cómo ambos polluelos entran por la puerta, Fran pasa adelante sin decirnos nada, se sienta frente a la pantalla lumínica para encenderla y hacer como si nosotros no existimos, significando que aún sigue molesto, veo como Ragnor parece un poco incómodo con la situación y se rasca el brazo mirando al polluelo, quiere decir algo ¿Pero qué? Si no debe retractarse de algo que ha pensado, Simón se sienta a mi lado, con las piernas cruzadas y la mirada al juego.

— ¿Quién ganó?

— ¿Quién te parece?— preguntó— el más viejo.

El polluelo deja escapar una risita mientras acomoda su remera después de hacer un gesto de dolor, no me pierdo de esa acción pero no digo nada, solo sigo como si nunca paso y comenzamos con ayuda de Ragnor a ver si en historias pasadas no ha existido algo igual o parecido, el brujo llena la sala de libros mientras comienza a buscar en tres a la vez, veo como Fran mira de reojo hacia nosotros, Simón también está buscando y yo también, pero no presto tanta atención, la tensión está en el aire y no es sólo Fran, sino que siento algo en Ragnor, pero el mismo había negado y dicho que era un niño.

— No encuentro nada, ya no doy más.

Después de un rato Ragnor se está dando por vencido, ya ha leído más de diez libros y parece no encontrar nada, Simón se ha entretenido con otro tema y yo solo me he dedicado a hojear unos que otros libros, Fran sigue sin hacernos caso, mira una caricatura de animales y ríe por lo bajo pero reacciona cuando escucha las palabras del brujo, dándose vuelta y mirando el montón de libro, no quiere mirarlo, pero si toma un libro pequeño que está apartado, amarillento y sucio, lo abre mientras lee la primera hoja.

— Aquí esta— dice tirando el libro a las piernas de Ragnor— busca en la página 68, la sangre de Nephilim, lo leí en el hotel, ya puedes irte a dormir, será el amanecer en unas horas.

Aprieto los labios para no reírme, Ragnor le queda mirando mientras vuelve el polluelo a su lugar, como si nunca hubiera dicho nada o hecho aquella ayuda solo para que el brujo se vaya a descansar, tomo el libro a ver qué mi amigo se ha quedado un poco confundido y medio angustiado empezando a buscar la página y leer en voz baja, Simón se arrima a mi lado para leer también, algo que me sobresalta porque invade mi espacio.

— Mira aquí, dice que la sangre angelical pura nunca ha estado en un subterráneo —dice— que puede traer cambios bruscos y llevar a la... Muerte si está en un cuerpo subterráneo.

— Por lo menos sigues vivo ¿No?— comento— pero no dice más nada aquí.

—Tendré que pedir ayuda de Tessa, ella debe saber más que yo— dice Ragnor— ahora iré a descansar, trasnochar no es algo de mi agrado.

Lo veo pararse e irse, Fran solo le dedica una mirada cuando ya ha pasado por la puerta y solo se dedica a mirar al frente, Simón se ha colocado con el libro anterior donde está leyendo una historia del antiguo submundo, entonces en la postura que está lo veo, una marca en su pecho, me llama la atención y trató de no creer lo que yo estoy pensando, una sonrisa se asoma en mis labios acercando mi mano y alejando un poco su remera para ver, Simón se sobresalta.

— ¿Lo has intentado?— pregunto.

El polluelo aleja mi mano y se hace hacia atrás mientras me acomodo de nuevo, me estoy dando cuenta que acabo de hacer y me avergüenzo, aunque fue una acción por emoción, me recordaba a lo que una vez pase yo, no pude evitarlo.

— Fran también lo hizo, nos hemos dado cuenta que estando molestos la práctica es mejor— comenta— Fran a logrado estar más de tres minutos, y yo solo uno, pero creo que hemos hecho un avance.

— Me alegro encontrar que focalicen sus enojos y preocupaciones en otras cosas.

Comenzamos con un entrenamiento dentro de casa, a lo mundano, un poco lento porque Simón no se puede el cuerpo y Fran por estar quejándose, siendo afirmado por el otro polluelo, los ejercicios de los mundanos eran básicos, no costosos por la hora que es y no meten ruido por qué Ragnor recién acaba de dormirse, solo es para no terminar un día sin haber hecho nada. Esta vez Fran no peleo conmigo, no hablo tanto, solo quejas que iban dirigidas para que Simón también la comentará, pero siempre evitando hablar conmigo solo cuando les ordenaba un nuevo ejercicio.

— Mis pimpollito tenemos visita aquí.

Paro el entrenamiento para ver cómo Magnus viene hacia donde estamos, y veo a los dos Nephilim Lightwood detrás, colocó a ambos polluelo detrás mío mientras muestro los colmillos, sospechaba que el cliente trataba de ese niño Nephilim pero no creí que lo traería a esta casa, a ambos, cuando estamos los demás aquí, además nunca le di el consentimiento a Isabelle Lightwood de venir, y ha venido por su cuenta, eso está rompiendo mis reglas y no me gusta para nada.

— ¿Isabelle?

Veo a Simón alejándose de su lugar para sobrepasar por mí, y recibe un abrazo de aquella mujer, mientras Magnus me sonríe incómodo desde su lugar.

— Que ternura— dice el brujo.

Yo solo quiero asesinarlo, tantas veces que sea posible.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro