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Simón

— ¿Por qué insistes tanto Magnus? No tengo ni idea de lo que me estás reclamando o pidiendo explicar.

Estoy en la oficina de Magnus, sentado frente a ese escritorio como si fuera un interrogatorio, el brujo se ha cambiado su ropa para quedarse en una liviana camisa casi transparente dejando su pelo relajarse de tanto gel, puede verse lo lacio y largo que es que está cayendo algunos mechones por su cara. He escuchado que quiere sacarse la barba y hacer que sus rasgos sean más juveniles, pero parece que eso lo mantiene de una figura sería a lo que está pasando, una de esas situaciones es conmigo quiere lograr entender el secreto que tengo, pero si lo descubre ¿Podría hacer algo malo para beneficiarse con ello? No puedo dejar que se aprovechen así, eso no es justo, sé que Jace quiere matarme pero no soy igual a ellos, yo si respeto que una vez estuve con ellos y fui como amigo, si eso logró llamar.

— Simón, sabes de lo que te estoy hablando ¿Vas a decir algo o seguirás ocultando algo que está afectando tu sangre? — Pregunta— sabes que siempre puedo ir al plan B, y no te gustara ser mi conejillo de india para ver en qué te beneficia o no eso que está en tu sangre ¿O no? Tú decides.

Me mira de una manera particular, como si le agradará más seguir su plan B que hablar, Magnus parece más de acciones que de palabras, y lo disfruta, disfruta usar su magia para cualquier cosa antes de usar sus manos para hacerlo por sí solo, el es un brujo, está acostumbrado a aquello, usar de ventaja lo que tanto le beneficia. Pero no puede hacer eso cuando no quieren contarle, no puede obligarme a contar un secreto que he prometido guardar.

— Magnus, no puedes obligarme a algo que no quiero.

— Tanto yo como Ragnor somos tus tutores Simón, yo estoy autorizado a saber todo de ti si está perjudicando o puede beneficiar tu vida vampírica— responde— ¿Acaso no tienes dudas de saber que puedes hacer o qué hay en ti?

— Es que tú le contarás a todos— me quejo— y no quiero que nadie salga herido.

La sonrisa gatuna de Magnus me hace entender que cada vez está más cerca de encontrar su respuesta, y no puedo negarlo me siento presionado por las palabras del brujo y porque ha implantado la duda de saber en verdad por su curiosidad y si eso ha traído un beneficio a mi cuerpo y a mi raza ¿Seré la primera mutación de estos hijos de la noche por beber sangre intoxicada de Jace? Eso no lo sabré si no le cuento a Magnus, él sabe más que yo sobre el submundo y puede encontrar una respuesta, pero no quiero que cuente todo a los demás, los problemas que pueden traer puede ser grandes.

— Yo no diré nada, tengo tantos secretos en mi cabeza que nunca diré, como del primer hermano silencioso con el que estuve hace muchos siglos— dice Magnus sonriendo— pero como eres polluelo de Raphael, se sentirá muy molesto si no les cuenta, ya que sabe que has estado mintiendo y para no problemas, y como su mano derecha, debes informarle.

Claro que se que nadie me cree, que saben que miento, pero es lo único que se me ha ocurrido hasta ahora es eso, algún momento le contaré, pero me cuenta confiar en personas, no solo en ellos, es que con todo lo que me ha pasado confiar en nuevas personas puede traerme problemas o problemas a ellos, aunque tiene razón, Raphael Santiago no me dio ni una semana de entrenamiento que ya me había propuesto ser su mano derecha, tengo que ser más confiable con él...

— He bebido la sangre de Jace Herondale— susurró— por favor, no le digas a nadie, escuché cuando estaba escondido en el hotel mientras hacía de sirviente que él y Clarissa tienen sangre de un ángel, fueron los experimentos de Valentine Morgenstern, como Jonathan Christopher Morgenstern, que sus cuerpos ya están bajo tierra.

— ¿Sangre pura angelical?— pregunta Magnus asombrado— Oh, Valentine, qué su alma descanse con las grandes miserias como su hijo, que su dios se apiade de sus dos experimentos que siguen viviendo.

Agarra mi brazo y mira mis venas como si acabara de descubrir algo que no podía descifrar, pero no veo avaricia en ellos si no que una pizca de diversión, como si no creyera que por mi sangre un poco de eso angelical tomado por Jace, este recorriendo mi cuerpo, cuando tengo sangre demoníaca ya en mi, si es así como Magnus dice entonces tengo tres clases de sangre recorriendo por mi cuerpo, demoníaca, angelical y humana ¿Qué distinción hará en mi cuerpo de los demás?

— ¿Sabes que significa esto? Tu cuerpo puede tener miles de posibilidades para hacerte mejor, serás el primer vampiro que se distinguirá de los demás, serás reconocido por todos— dice emocionado— por favor proveemos algo.

Asiento un poco dudando, y veo como toma un espejo, para ponerlo delante de mí, y toca con su dedo para ver como una luz cegadora llega a mis ojos, y a los minutos siento como pica mi piel, Magnus me dice que es luz del sol, una duplica de sus rayos, y entonces comienza a arder o me siento asustado por sus palabras, el sol no puede tocar a los vampiros, entonces comienzo a sentir dolor a pesar de que al ver mi cuerpo no está enrojecido.

— ¡Ay! ¡Para!— grito— ¡Magnus para!

— Aguanta un poco, tu cuerpo no tiene heridas, un vampiro ya estaría evaporado.

— ¡Raphael! ¡Raphael!

— Simón tu cuerpo no tiene heridas, es solo el miedo, piensa en otra cosa.

— ¡Raphael!

Entonces escucho el ruido de una puerta ser golpeada con fuerza, y el espejo rompiéndose, entonces todo oscurece y mi cuerpo entra en un alivio, a pesar de que al verme y tocarme no tengo nada, es la sensación que está corriendo por mi cuerpo de un dolor que no se puede explicar, es como quemarse de la peor manera, pero no tener nada en lo físico ¿Acaso eso era un beneficio de la sangre de Jace? Pues solo siento un dolor interno, pero si tocó cada parte de mi cuerpo no tengo nada.

— Polluelo ¿Estás bien?

Veo a Raphael parado al frente mío, supervisando todo mi cuerpo con su mirada, pero tanto como yo él está asombrado de que no estoy carbonizado, lo escuchó como habla entre diente con Magnus, retando por lo irresponsable que es por hacer aquellas locuras conmigo, lo veo como me toca la frente y después mis mejillas, y mira sobre adentro de la remera para ver si tengo quemaduras, toma mi brazo y no ve nada, está asombrado, pero aún la molestia sigue en él porque habla en el idioma de antes que no puedo entender y sé que por sus expresiones no es nada bueno, de seguro muchos insultos.

— Tengo miedo Raphael, sentí que iba a morir, me ardía todo el cuerpo, creí que me desvanecería.

— No seas exagerado, no tienes ninguna herida que refleje que la luz te haya hecho nada— dice Magnus molesto— estás sano.

Podría haber muerto pedazo de cabeza de nada ¿Y si tú experimento salía mal? Es mi mano derecha Imbécil, pídeme permiso a mí, no voy a perderlo por tus irresponsabilidades.

— Que yo sabía lo que hacía Raphael, no me digas nada, soy más viejo y sé lo que hago.

Veo a Ragnor en la puerta, mirando callado, una mano en su boca por el asombro de lo que ha pasado, estoy abrazado a mi cuerpo por el susto que me ha dado todo este experimento y solo quiero irme de aquí, no quiero hacerlo más no quiero estar aquí, me siento tan en peligro con ellos, con Magnus por querer usarme como su experimento, siento que moriré a pesar de que yo esté ya muerto.

— Raphael, por favor, llévame a mi habitación, no puedo moverme, estoy tan asustado.

— Ven vamos niño— murmura Raphael.

Siento como me alza, pero en su hombro, parte de mi cuerpo ha caído hacia atrás y veo como Raphael me está llevando, mis manos están agarrado a la cintura del vampiro en busca de seguridad para no caer, fue un impulso que he tenido que no me he dado cuenta que donde y como estoy puesto o como Raphael ha decidido llevarme después de mis súplicas de que me sacara de ahí ¿Esto también hacen por su mano derecha?

— Raphael...

— Disfruta el único viaje que tendrás por mí, agradece que esté haciendo esto por las locuras de Magnus, esta vez se ha sobrepasado ¿Qué le has dicho? ¿Es que aún no vez que es como un niño curioso en cosas nuevas?

Llegamos a la habitación y me deja en la puerta, para que me lo arregle solo entrar, igual creo que el susto ya se ha ido de mi cuerpo, veo a Raphael parado frente a mí, sus labios están apretados y está acomodando su chaqueta rojiza que al parecer se ha cambiado hoy una vez más, me avergüenzo por lo pasado y sonrió incomodo mientras comienzo a rascar mi brazo por los nervios.

— ¿Quieres pasar? Debo hablar contigo de algo importante, de lo que hablé con Magnus y por eso se volvió así— le digo— quiero que después de esto, de lo que sepas, yo como tu mano derecha quiero que pares a Magnus y me de mi espacio.

Observó cómo Raphael entra abriendo la puerta y sentándose en la cama para acomodarse y esperar por mí, me adentro cerrando la puerta para caminar hasta la cama sentándome a su lado, comenzando a mover las manos nervioso en mi regazo, la luz de la pieza y el silencio no están ayudando de nada, más que estoy en compañía a solas de él, quien está inmóvil en su lugar, esperando a que hable.

— Bueno lo que tenía que decirte— digo incómodo— es que te he mentido.

— Lo sé, prosigue.

— Y que en mi forma mundana bebí sangre de Jace, su sangre es angelical pura porque es uno de los experimentos del difunto Valentine— susurró— pero por favor Raphael, yo como tu mano derecha, te suplico que no uses esto para beneficio, no le cuentes a nadie y aleja a Magnus de mi.

El vampiro mayor me mira y deja escapar una carcajada que se escucha más que una burla, a veces me causa tan insoportable escucharlo así, hacerse el burlesco con temas tan serios. Pero reprocharle que deje de hacerlo

— Aún me sorprende que creas que usaremos esto para beneficiarnos, nos importas vos, no lo que ese niño Nephilim tiene— dice Raphael parándose— tienes eso en tu organismo, ahora lo sé, no te preocupes, no saldrá nada de aquí y haré que Magnus pare de una vez contigo. Ahora descansa, en una hora debes estar en el comedor, Ragnor nos ayudará a ver qué beneficios tiene en tu sangre sin usarte de experimento.

Lo veo caminar hacia la puerta para abrirla y después marcharse, me dediqué a tirarme en ella para dejar que mis huesos dejen de estar tensos, entonces la cama se hunde y veo a Fran a mi lado, no hablamos, creo que ambos no queremos hacerlo aunque me gustaría saber porque el de su comportamiento a venir a recurrir a mí, no somos tan unidos como para que tengamos está confianza de compartir cama como amigos, habíamos peleado antes, en el hotel y se había burlado de mi como todos los demás, pero ahora me trata como alguien de su nivel, con alguien que puede hablar.

— ¿Crees que soy un niño?

Me siento en la cama y lo miro, sus manos están tapando su cara y su voz es casi muy débil, como si le doliera preguntar aquello y saber una respuesta que no le gusta, pero es así, lo somos, somos el nivel más bajo de los subterráneos, somos simples niños nuevos que están preparándose para el futuro, todos los del submundo que nos vean saben cómo calificarnos, hay nuevos en todos lados, en los Nephilim, en los licántropos, en los vampiros y hay que vivir con ello, avanzar para pasar a otra categoría.

— Somos niños Fran, somos simples polluelos hasta que algún día por fin seamos vampiros.

— Lo odio tanto.

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