(19)
Raphael.
Fran a logrado pararse después de una curación cada veinte minutos, ahora lo estoy llevando junto a Ragnor hacia la azotea para dar los informe del día, tenemos que ir sosteniendo su cuerpo por los adormecimiento de la magia dentro de él, solo espero que los informantes no lo noten y tengamos que tener una visita no deseada de Camille con una preocupación falsa sobre un polluelo que no quiere, porque de seguro que no podré callarme y terminaré en una disputa con aquella mujer que no piensa más que en ella misma, que me dio a los Nephilim al ver que estaba teniendo más repercusión en el submundo que ella, que yo si estaba haciendo todo bien preocupándome por el clan, que trate a los polluelos como basura cuando su clasificación no es buena, tiene que pensar que vienen de una vida mundana no pueden ser la gran cosa sin entrenamiento.
— Acuérdate lo acordado Fran, esto no es por mí, esto es por las tres personas que te caen bien dentro de esta casa.
Lo veo asentir mientras subimos por la escalera y llegamos a la puerta, donde lo soltamos de aquel agarre de ayuda viendo ya dos vampiros, dos chicos que yo entrene, esperando en sus motocicleta, toda la nostalgia llega a mí, extraño mi motocicleta y la vida que llevaba con todo los adolescentes vampiro que entrene, veo como los dos chicos sonríen y se bajan de donde están sentados para venir a saludarme, un estrecho de manos y unas sonrisas diciendo que el hotel no es nada sin mi dándome un informe rápido de lo que está pasando, Camille los llevará a la adicción de sustancias químicas nuevamente de eso estoy seguro. Ragnor también puede notarlo, los niños parecen exaltados y me están contando de fiestas todas las noches en el hotel con mundanos a su disposición para beber.
— Yo quiero ir— dice Fran decepcionado— ¿Pueden preguntar a Camille si puedo ir una noche a las fiestas?
— Polluelo, tu eres pertenencia de Raphael hasta que Camille venga a buscarte, eres el informante, no puedes irte de aquí hasta que lo ordene ella.
Veo como Fran parece ansioso y decepcionado por no participar en esas fiestas, pero es mejor, una probada a esos contaminantes y ya estás atrapado en un vicio que va a crecer, como en los viejos tiempos, solo que esta vez se qué debo intervenir antes para no tener más problemas con los acuerdos de los Nephilim, si extinguen el clan de esta ciudad entonces perderé todos mis trabajos de entrenamiento que he hecho por años, perderé niños que los que me he encariñado y lo más importante, perderé el puesto que capaz logré alcanzar. Camille ya no está capacitada para su puesto de jefa, su mente ya está consumida por todos los prejuicios que tiene encima como la necesidad de estar en cosas ilegales contaminando su cuerpo y el de los chicos del clan una vez más.
— Esta bien, Fran lo entiende, ahora pregunten lo que quieran saber, el responderá— informo— y por favor chicos traten de no beber tanto, su piel está teniendo un color espantoso.
Los chicos asienten y se dedican a preguntar todo lo que ha pasado en el día, donde el polluelo responde que ha estado viendo a Simón entrenar conmigo y él se ha adjunto a esos entrenamientos para capacitarse para su puesto, algo que al parecer aún quiere conseguir, los vampiros escuchan con atención y solo hacen dos o tres preguntas más antes de acabar, pues la fiesta en el hotel está comenzando y ellos quieren llegar para tomar o eso me han dicho. Algún día yo seré el jefe y esa vida de fiesta de acabará, será solo los fines de semana en pandemónium, el lugar de Magnus. Los hijos de la noche tienen que conseguir otra categorización que la segunda raza guiada por las fiestas y el descontrol, sabiendo que los primeros son los brujos por referencia de Magnus.
— Disfrutaré la fiesta por ustedes— dice riendo uno de los vampiros— esperamos tenerte en el hotel pronto Raphael, todos extrañamos los entrenamientos.
— Nos veremos pronto niños, y haré que sus culos transpiren por todos los días que no les di entrenamiento.
Veo como los vampiros suben a sus motocicletas y después se van en dirección a unas de las orillas viendo como están vuelas, yo antes sabia hacer aquello, ir primero cuando debíamos salir, los guiaba, ahora ya no tengo nada, veo a Ragnor sostener a Fran que casi ha caído al suelo y pienso que el polluelo está haciéndolo a propósito, ya que con todas las curaciones que ha tenido ya el dolor no debería existir, y el adormecimiento tampoco, comienzo a entrar dejándolo que se arreglen como puedan para ir a la sala, que está vacía. Magnus se ha llevado a Simón para hablar en privado en su habitación de trabajo, no puedo decir nada, el brujo debe tener sus razones, lo vi cuando lo estaba revisando y sé que Simón estaba mintiendo, así que dejare que el polluelo me diga la verdad, pero no lo dejare pasar mucho tiempo, me sentiré muy molesto si nunca me cuenta la verdad y me oculta con una mala mentira.
— ¿Por qué me dejas cargando uno de tus polluelos? No vez que soy cojo Raphael, no puedo con el bastón y el niño a la vez.
— No soy un niño, soy un adolescente adulto— se queja Fran— además no soy pesado, podrías haber usado tu magia Ragnor.
Miro a Ragnor como dándole la razón al polluelo de lo dicho y los veo acomodarse en los sillones una vez más en el día, a veces se vuelve monótono y aburrido pasar encerrado, más cuando el sueño no puede atacar nuestros cuerpo, envidio que Ragnor y Magnus puedan hacerlo, porque esas horas yo y los polluelos no podemos hacer más que sentarnos en un lugar a esperar a que llegue el otro día, que el sol también nos prohíba salir como en las noches donde los Nephilim nos están vigilando para asesinarnos. Antes de que esto comenzará yo salía con mi clan a dar vuelta, a veces los apoyaba, cuando estaba de buen humor, a entrar a pandemónium mientras ellos se divertían yo tomaba algunos tragos, a veces caminaba por las calles como si fuera un mundano más y visitaba a mi hermana, la única familia que me quedaba, ahora parezco un fugitivo inocente más, que debe cuidar tanto su vida como lo que me rodean.
— Los silencio así son incómodos, y me está doliendo la panza— se queja el polluelo.
— Ve a alimentarte polluelo.
— ¡No es eso! ¿Dónde está el baño?
Le indico dónde es y sale corriendo, mostrando que no está para nada adormecido o tienes dolores, miró a Ragnor con una sonrisa como dándole a entender que estoy pensando, Fran nunca ha dicho sus gustos, pero parece fascinado por el brujo, no digo que no puede estar en lo cierto, Ragnor es un brujo guapo, antes me atraía, su camuflaje mundano lo hace ver más atractivo de lo que es, pero su forma de brujo no queda detrás, si el polluelo está comenzando a sentir atracción no está fuera de lo normal. Veo como me mira confundido y no habla, a veces es muy lerdo para entender.
— Parece que el polluelo y tú...
— ¿El polluelo y yo qué?— pregunta confundido.
— Oh vamos, no te hagas el que no entiendes, el niño se está volviendo loco por ti.
— Ni lo digas Raphael, es solo un niño, que cosas dices, parece que Simón te está afectando la cabeza.
Comenzamos a reír por los comentarios que hemos dicho, ninguno de los dos se metería con estos dos polluelos que están en casa, Ragnor lo ha dejado en claro, aún Fran es un niño, su rasgos lo hacen ver juvenil y Simón, el es solo mi mano derecha en este futuro que he planeado solo para que todos vean que ser un Nephilim no lleva más que hacerlos decidir ser de parte nuestra.
Cambiamos de tema de inmediato, Ragnor ha comenzado a contarme sus viajes que ha participado antes de que viniera a alojarse con nosotros, y las personas que ha conocido, algunas con la cual tuvo más oportunidades de tener solo una cena y compartir una noche apasionada, los libros que se ha leído y los lugares que visito, el brillo de sus ojos no era más que alegría para mí, pues yo y Magnus lo convencimos a que se largara a la aventura diez años antes, que visitará todos los países del mundo. El secreto de mi secuestro se le fue revelado hace solo un año o menos.
Una carta llega a mis manos, una runa desvaneciéndose en la parte delantera del sobre y la letra de Isabelle Lightwood una vez más enviándome algo para decir, por lo que había escuchado estaba jugando con uno de los Seelie, pero ahí estaba, con un aroma a perfume y enviado para mi, algo que me indicaba que quería tener contacto, y no por temas de los Nephilim, vi a Ragnor arrimarse como un niño curioso para yo abrir el sobre y ver la hoja que estaba dentro, entonces mis expectativas de una niña Nephilim detrás se desvanecieron.
"Raphael Santiago.
Pido ordenes para ir a visitar a Simón Lewis a donde se están alojando, como una antigua amiga de él.
Isabelle Lightwood"
— Oh eso dolió— dice riendo — parece que el polluelo ha sido guapo para una rompe corazones como un Lightwood, pude jurar que era para ti la carta, pero solo es un permiso como si fueras un padre.
— Ragnor ¿No tienes nada que hacer?
— Claro que no, estoy esperando a Fran que venga y prenda esa caja lumínica, pero ya van más de veinte minutos que se ha ido, y creo que no volverá.
Levanto mis hombros a dar entender que no me importa, arrugo la carta o mejor dicho el notificado de la Nephilim y lo tiro al jarrón que está cerca de la puerta, mientras que tanto cambio de tema escuchando para buscar una clase que coordine con lo que Ragnor debe darle, una clase de historia más profunda, los entrenamiento se me limitan al saber que salir de esta casa es un desafió por los Nephilim y tenemos que acortar todo.
— ¡Ay!
Me levanto y corro hacia donde he escuchado a Fran, en su habitación de huésped, la puerta está abierta y no demoro en entrar, lo veo de rodilla en el suelo con la cadena que le he dado entre sus manos, la sangre bajando, escucho a Ragnor detrás de mí, lo paro y camino hasta el polluelo para separar sus manos, la cual están sosteniendo con fuerza a aquel accesorio, y se lo saco, veo la marca rojiza en ambas palmas y me recuerda a mi cuando estaba en mis entrenamientos, solo que sin que nadie me pare.
— Fran, es bueno ver que has venido a entrenar.
— ¡No soy un niño! Les demostrare a ambos que están sobrestimando tanto a mí como Simón de lo que somos, ustedes no saben nada— Dice molesto— Déjenme solo, no quiero verlos, fuera de aquí antes que los mate.
Dejo la cadena en su caja para levantarme e irme de ahí con Ragnor, cerrando la puerta detrás de mí, el polluelo ha escuchado nuestra conversación, ha sido irrespetuoso al hacer de chismoso en una conversación entre amigos, pero se entiende su molestia cuando hemos hablado de él, capaz si estaba atraído un poco por Ragnor, y esto le ha lastimado un poco. Pero era mejor escucharlo ahora que tarde, cuando ya tuviera sentimientos más fuertes, Ragnor nunca le dará atención a un polluelo como él, no a un niño, el brujo tiene otros gustos.
— Hemos metido la pata— dice Ragnor— No va a querer hablarme nunca más.
— Ambos deben vivir con ello, tu por tu bocota y él por ser tan infantil.
— Pero tu...
— Vivan con ello — Digo de nuevo para irme de nuevo a la sala.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro