Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Memorias


Kyojuro regresó a su casa un par de semanas después cuando los tres chicos fueron llamados a distintas misiones. Zenitsu fue el primero. Daba risa verlo agarrarse a Tanjiro o a las patas de la cama para que no lo echaran fuera de la mansión. Kyojuro le puso una mano sobre el hombro diciéndole:

-Joven Agatsuma, ¡enciende tu corazón! ¡Eres el heredero de Kuwajima dono! ¡Y eres muy fuerte! Si no puedes con el demonio, haz que te persiga toda la noche hasta que salga el sol y lo mate. Eres muy rápido, probablemente no te alcance...

Diciendo esto lo giró y lo sacó de la finca. Los demás se apresuraron a cerrarle la puerta para que no volviera. Zenitsu estaba jodido, y mas cuando su gorrión le tiró de los cabellos para que se dirigieran al noroeste. No le había gustado para nada el probablemente de Rengoku.

A Inusuke no hubo que decírselo dos veces, cuando oyó que tenia una misión salió disparado, prometiendo que descuartizaría a cualquier demonio que se le pusiera por delante.

Tuvieron que detenerlo para que al menos comiera algo antes.

Un par de días después Tanjiro estaba ayudando al señor Rengoku con los vendajes de su ojo, cuando recibió el mensaje. Tenía que irse. En su corazón, él sabía que era su deber, y que no debía molestarse. ¡Pero es que estaba tan feliz! Podía entrenar con su maestro. Verlo mejorar su salud cada día lo llenaba de esperanza y el peso en su pecho se levantaba poco a poco. Ahora podía usar un par de posturas de su Kagura bastantes veces sin que le faltara el aliento. Y luego podía encargarse de pasar un cepillo por las doradas hebras de Kyojuro, mientras Nezuko descansaba en el regazo del otro y charlaban de cosas sin importancia, o de sus familias o de los otros pilares. Incluso se le había escapado que necesitaba sangre de los demonios más allegados a Kibutsuji para su plan de devolverle su humanidad a Nezuko. Al ver lo que había hecho se tapó la boca, avergonzado, y se disculpó enseguida:

-Lo siento Rengoku san, ¡no puedo decir más!

- Está bien mi chico, - dijo dándole unas palmaditas en la cabeza- todos tenemos nuestros secretos.

Y continuaron hablando de otros asuntos. Aun así, el mas joven se sentía mal, realmente no quería ocultarle algo tan importante a Rengoku.

Así que ese día Tanjiro estaba un poco molesto por el cronometraje de su cuervo. Pero al final, quizás no fue tan malo. Al despedirse en la puerta de la mansión Kyojuro se quitó la roja bufanda que estaba envuelta alrededor de su cuello y se la puso a su aprendiz mientras le decía:

- Ya está empezando a enfriar... ¡buen viaje joven Kamado! Cuando regreses estaré en mi casa, ¡por favor dirígete allí directamente si no estas herido!

- ¡Sí, Aniki! - respondió Tanjiro mucho más animado. Emprendió el viaje sin más dilación, el aire frío del otoño no lo molestaba en lo absoluto. Una tibia bufanda y una cálida sonrisa de despedida eran más que suficientes para calentar su corazón.

•••

Al llegar a casa Kyojuro vio con no poca sorpresa que no solo Senjuro lo esperaba en la entrada, ¡también su padre estaba ahí!

- ¡Aniue! - exclamó el niño yendo a abrazarlo.

- ¡Senjuro! - le correspondió el abrazo el mayor de los dos.

- Padre también quiso esperarte - le susurró el Rengoku mas joven.

- Padre, ¡me alegra que haya venido a recibirme! - dijo muy feliz Kyojuro, ¿acaso su padre estaba levantando su espíritu?

- ¡Hum! - dijo Shinjuro girando la cara - ya iba siendo hora que te portaras por aquí...

Se acercó a los otros dos y le arrancó el pequeño maletín con sus cosas a Kyojuro de las manos y dándose la vuelta se adentró en la casa lo más rápido que le permitieron sus piernas.

El mayor de los dos hermanos miró aquello con la boca abierta. ¡No podía creerlo! Su padre se había afeitado y estaba vestido correctamente, ¡tampoco olía a alcohol! ¡Le había dirigido la palabra por voluntad propia! Kyojuro hubiera saltado de alegría de no ser eso un poco irrespetuoso. Quería cargar a Senjuro y hacerlo girar como solían hacer de niños, pero sus heridas aun no cerraban, y Dios, el diablo, Buda y todas las deidades existentes sabían lo que le esperaba donde Shinobu si volvía a herirse tan rápido. Así que se conformó con abrazar mas fuerte a su hermano menor.

- ¡Yomoya, yomoya! Senjuro, ¡estoy muy feliz!

- ¡Sí hermano, yo también! Padre se esta recuperando. ¡Desde que Tanjiro san le dio ese cabezazo él se ha empezado a comportar diferente!

Ante esto Kyojuro se separó del más pequeño.

- ¿El joven Kamado le dio un cabezazo a padre?

- Ah... es...bueno...sí, ¡pero no le digas que te lo dije aniue! Tanjiro san estaba muy apenado por lo sucedido...

Kyojuro casi se atraganta de la risa.

- ¡Yomoya! ¡Ese chico sí que sabe usar la cabeza! - exclamó sin dejar de reir. Le intrigaba saber que causó ese incidente, pero lo dejaría pasar por ahora. Continuó riéndose a carcajadas por un buen rato y cada vez que recordaba las palabras de su hermanito se le escapaba una risita, quien lo viera reírse solo de la nada podría bien pensar que la luna superior contra la que se enfrentó le golpeó demasiado fuerte el cráneo. Por cosas menores la gente había perdido la cabeza...

Senjuro realmente esperaba que a su hermano no se le fuera ningún comentario al respecto, o probablemente Tanjiro le daría un cabezazo a él también por chismoso.

•••

Rengoku Shinjuro tenía un plan, su plan consistía en hacerle entender al tonto de su hijo mayor que todos ellos en esa familia eran unos fracasados sin talento, y como fracasados al fin, debían mantenerse alejados del cuerpo de cazadores de demonios, y en general de todo lo que implicara llevar una espada.

Quizás podría, dentro de un par de meses, cuando su hijo se diera cuenta de que su cuerpo no daba para más, convencerlo a él y a Senjuro de mudarse a una de sus casas en el campo y ponerse a cultivar arroz, o lo que sea que la gente cultivara esos días. El arroz era bueno, sí, de ahí venía su precioso sake... negó con la cabeza, no iba a permitir que su mente volviera por aquel camino, ¡tenía su plan! No iba a rendirse tan pronto, o quizás sí... era una mierda de padre y una escoria de hombre después de todo.

Salir a recibir al idiota de Kyojuro era el primer paso, casi se atraganta con las palabras que iba a decirle, ¡pero al menos dijo algo! Ruka lo hubiera mirado con tanta desaprobación que él hubiera querido enterrarse bien profundo. Últimamente pensaba mucho mas en su esposa. Y la tristeza volvía a invadirlo, y cuando eso sucedía volvía a querer beber. Por desgracia luego de que Kyojuro quemara sus manos, en uno de sus ataques violentos de los que no estaba muy orgulloso, Shinjuro se había desecho de casi toda su reserva de alcohol. Y lo que no había roto él, su hijo Senjuro, que ahora estaba cogiendo más valor, las había roto en su cara. Una a una. Mientras le decía calmadamente:

-Es por tu propio bien padre. - Repetía una y otra vez mientras vaciaba o destrozaba cada vasija. Shinjuro se preguntó en aquel momento si su menor hijo ya se había vuelto loco. Cuando terminó el niño sonrió dulcemente con una mirada de feliz satisfacción y se fue a preparar la cena. Shinjuro tragó en seco.

•••

Ahora era la hora de la cena. Kyojuro se veía muy feliz de comer con él y con Senjuro. Sus dos hijos hablaban animadamente de cosas sin importancia, de las travesuras de un par de cazadores y Shinjuro se preguntaba realmente que estaba pasando por la cabeza de Kagaya al dejar que un sujeto que va vestido de pieles y usa la cabeza de un jabalí muerto como mascara se una al cuerpo de cazadores... lo peor es que al parecer el imbécil de su hijo lo quería como tsuguko junto al tipo de los aretes... Shinjuro quería abrirle la cabeza a Kyojuro y ver qué diablos tenia por cerebro.

Pero hoy no era un buen día para dar voz a sus opiniones, su hijo acababa de llegar, debía estar cansado, y realmente Kyojuro se había herido también por su culpa... "pero sobre todo por culpa del desgraciado de los aretes", se dijo.

Mañana, mañana sería un buen día. Le diría a Kyojuro que no era buena idea seguir siendo parte de la organización, trataría de ser mas suave... de hecho trataría de que le salieran las palabras, palabras normales, no cargadas de resentimiento como solía decir, porque cada vez que veía la sonrisa de su hijo dirigirse inmerecidamente a él, el nudo que se formaba en su garganta le impedía emitir sonido alguno.

•••

Kyojuro se alegraba de la paz que ahora reinaba en su hogar, ese día su padre había salido con Senjuro esa mañana y él podía dedicarse a una tarea que le traía mucha curiosidad, develar los secretos del diario del 21. Pilar de la Llama.

Las hojas yacían allí en la caja en las que cuidadosamente él las había guardado. Algunas estaban prácticamente intactas, pero como nada en su vida podía ser fácil, esas eran las mas "inútiles", solo reportes de misiones y de contabilidad. Lo único interesante en aquellas paginas eran unas pocas oraciones:

"(...) encontré a un hombre mientras rastreaba a un demonio, había perdido a su familia y no se separaba del cuerpo en descomposición de su esposa (...)"

Kyojuro se compadeció de aquella persona, no era mas que otra de las incontables víctimas de los demonios a lo largo del tiempo, pero él no podía evitar sentir la punzada de la pena cada vez que oía una historia similar, y mas cuando muchas de las personas que eran queridas para él habían sufrido pérdidas semejantes.

"(...) tras mucho razonar con él, logré a que accediera a enterrar a su esposa e hijo no nato, el demonio ni siquiera los devoró completamente, a veces me pregunto cuando terminará tanto sufrimiento, pero lo único que puedo hacer es blandir mi espada y esperar por ese futuro (...)"

Ahora el joven Rengoku podía identificarse más con su ancestro, él mismo se había hecho esa pregunta muchas veces, pero cada cual debía ceñirse a su deber: uno tiene que hacer lo que tiene que hacer después de todo.

Tomó ese pedazo y lo separó poniéndolo a su derecha y alcanzó el siguiente, este parecía haber sido escrito por otra persona por la diferencia en la letra.

"(...) Mi hermano trajo a casa a dos hombres hoy, eran prácticamente iguales, excepto por sus ropas y las marcas que tenían uno no hubiera podido diferenciarlos. Michikatsu dono y Yoriichi dono, (...). sin embargo, su apariencia era lo único que tenían en común, eso y la forma en que miraban a aniue (...)"

"Ah, este debe ser el hermano menor del entonces pilar de la llama y su tsuguko", se dijo Kyojuro.

"(...) El dia transcurrió pacíficamente y fue muy divertido, al principio pensé que esas dos personas eran muy difíciles de tratar, pero resultó ser todo lo contrario, Yoriichi dono era muy amable, tanto que hasta daba un poco de lástima verlo, era como si no supiera lo básico de la interacción social, nuestros sobrinos se aprovecharon de esto no más lo descubrieron, pero al menor de los Tsugikuni no parecía importarle y mi hermano estaba encantado. Michikatsu dono, debo decir, es un maestro en el arte del té, y del juego del go, él y madre se entienden muy bien, sobre todo porque ninguno habla mucho...me alegra que mi hermano mayor pueda contar con camaradas como ellos. (...)"

Esos dos hombres eran seguramente dos pilares de antaño, ¿qué respiraciones usarían? Se preguntaba Kyojuro. Colocó el fragmento de pergamino a su izquierda. Y continuó con el siguiente.

"(...) Al parecer no le agrado para nada a Michikatsu dono... volvió a romperme las costillas en el entrenamiento de hoy... o ¿tal vez es que simplemente soy todavía muy débil? No lo sé, pero Michikatsu dono se esfuerza mucho entrenando día y noche y no se contiene para nada cuando entrenamos los dos, lo respeto y ¡quisiera que nos lleváramos bien! Pero a veces siento que me odia... aun así me hace feliz poder practicar mis formas de espada con él, el aliento lunar es majestuoso y me gusta mucho verlo en acción, me entretengo mucho cuando lo observo (...)"

Vaya, él nunca había visto el estilo que su ancestro llamaba Aliento Lunar, seguro era uno de los que se perdió con el paso del tiempo, quizás todos los sucesores perecieron o no hubo espadachines compatibles que quisieran continuar el legado. Una lástima la verdad. Al parecer esta pagina era anterior a la que había escrito el hermano del pilar pues el tal Michikatsu parecía llevarse bien con el Rengoku de aquella era después. Ese sujeto le recordaba a su amigo y compañero pilar Tomioka Giyuu. Kyojuro sonrió y tomo otro papel:
"
"(...) hoy Enzo dono y Hayate dono se pelearon nuevamente, fue muy divertido de ver, aunque no apruebo las peleas entre camaradas... ellos dos... bueno, así es como funcionan, el maestro siempre los envía juntos por algo! La cara de Yoriichi dono fue todo un espectáculo cuando le dije que eso era normal (...)"

Rengoku siguió leyendo unos cuantos fragmentos más y separándolos por orden mas o menos cronológico, en algunos aparecían fechas y con eso se iba guiando, además del orden lógico de las conversaciones, el pedazo que leía ahora por ejemplo seguía de seguro la visita de los hermanos a la casa del pilar de la llama.

"(...) Yoriichi dono se puso tan rojo como su cabello y Michikatsu dono se atragantó con la comida, ver a un caballero tan digno como él caer ante algo tan mundano fue todo un espectáculo.

- Anjuro, lo hiciste a propósito para avergonzarnos...- dijo muy seriamente el mayor de los Tsugikuni. Pero sus ojos sonreían, así que mi hermano solo le sirvió más té mientras negaba con la cabeza. (...)"

¿Qué habría hecho o dicho su ancestro? Se preguntó divertido Kyojuro. Los pergaminos chamuscados lo llenaban de melancolía, eran las memorias de alguien que junto a todos sus seres queridos y las personas de las que narraba sus historias ya no estaban mas en este mundo, era todo lo que quedaba de ellos, ¿que podría haber allí para que su padre quisiera destruir aquellos registros? Hasta ahora solo veía cosas mundanas, la recopilación inocente de vivencias de una época ya olvidada.

Debería transcribir lo que había encontrado, no es que pudiera hacer mucho mas en esos momentos, sus pulmones aun no estaban listos para usar la respiración de concentración total constante. Era una manera, se dijo, de honrar a aquellos que habían luchado y que el tiempo y la desmemoria se habían tragado, estaba seguro de que su ancestro hablaría sobre los demás pilares en su diario, Kyojuro mismo llevaba uno, era la tradición, y en él por supuesto hablaba de de sus compañeros, de su hermano, de sus jóvenes tsugukos y de su padre también por supuesto, incluso hablaba de su combate contra la tercera luna superior, ¿quizás su ancestro se había encontrado con alguna? ¿Ya existirían en aquel tiempo? Él sinceramente quería saber más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro