Enfrentamientos
– Parece que solo quedamos tú y yo Rengoku san...– dijo Tanjiro levantando su espada y respirando agitadamente.
– Así es mi chico.
– Me hubiera gustado que estuvieras de mi lado Aniki... – se lamentó el de los aretes Hanafuda. Sentía su piel erizarse ante la amenaza que tenía delante, a pesar de estar en su contra, no podía dejar de admirar a su maestro, su postura era impecable y Tanjiro sabía que probablemente no podría ganarle, no estaba ni cerca del nivel de Kyojuro y aun así, no tenía otra alternativa.
– Eso es algo que no podrá ser joven Kamado, si quieres ganar vas a tener que cortarme con tu espada.
Tanjiro apretó su agarre, ¿por qué tenía que pelear contra Kyojuro?
– ¡Ven Tanjiro, demuéstrame lo que has aprendido!
La vida daba muchas vueltas, vueltas que generalmente no resultaban favorecedoras para Rengoku Kyojuro, y menos para Kamado Tanjiro, ¿cómo habían terminado así?
Realmente todo comenzó con una idea la noche anterior...
•••
Kyojuro dejó de hablar y miró a su alrededor se encontró conque solo un par de sus acompañantes seguían prestándole atención. Muichiro se había dormido sobre su regazo Inusuke usaba a Zenitsu como almohada, desparramados en el suelo y Senjuro cabeceaba junto a ellos.
La imagen era realmente tierna. Miró al que quedaba despierto de sus tsugukos, Tanjiro lo miraba con rapta atención y Kyojuro no podía más que sentirse halagado. Genya estaba pensativo, probablemente asimilando lo que les había contado. Esperaba que el chico tuviera mas confianza en sí mismo. lo mismo que su hermanito. Esos jóvenes solo necesitaban un empujoncito para crecer como hermosos arboles de glicinia. Un poco más y como sus contrapartes botánicas estarían listos para dar sus flores todo el año, letales para los monstros que merodeaban ese mundo.
– Rengoku san, creo que deberíamos llevarlos a sus habitaciones – susurró Kamado.
– ¡Es como dices mi chico! – dijo Kyojuro en el tono mas bajo que pudo emitir – llevaré a Senjuro y al joven Tokito. Ustedes repártanse a esos dos.
Genya resopló y dijo que él no iba a cargar a Inusuke.
Tanjiro se rió bajito.
– Yo llevaré a tu hermano– dijo Shinjuro apareciendo en la sala justo cuando Kyojuro iba a levantarse – encárgate del otro mocoso. ¡Si vas a entrenar a estos buenos para nada en la mañana no deberías quedarte contándoles esas tonterías toda la maldita noche!
Nezuko le gruñó, a ella si le habia gustado la historia. Shinjuro la miró con una muda advertencia, pero luego se relajó al ver a la demonio gatear hasta su caja.
Genya se quedó muy quieto, pues parecía que iba a surgir una discusión entre aquel pilar y su padre, pero el rostro del Hashira de las llamas se iluminó con una sonrisa.
– ¡Tiene razón padre! ¡Gracias por preocuparse! – dijo.
El otro Rengoku chasqueó la lengua, tomó a su hijo y lo llevó a su habitación.
– El señor Shinjuro esta mejor cada día – dijo Tanjiro con una sonrisa tan luminosa como la de su maestro. A ese paso Genya se iba a quedar ciego.
– ¡Es realmente maravilloso joven Kamado! ¡He de agradecerte por eso! – exclamó, brillando mas que el sol del medio día.
– No, Aniki, tu familia está llena de buenas personas el señor Shinjuro solo debía volver a tener un poco de motivación, y tu ejemplo seguro lo ha inspirado.
Genya estaba muy confundido en verdad. ¿Acaso estaban compitiendo a ver quién podía ser más fulgurante? Que se vallan al diablo los dos. Recogió a Zenitsu y se encaminó a las habitaciones, seguido de maestro y discípulo que no se habían cansado de elogiarse mutuamente entre susurros. Lo bueno que era el uno con la familia del otro y viceversa y lo bien que cumplían sus deberes etc... esperaba que eso no fuera lo usual todas las noches porque entonces no sabría donde meter su cabeza. En el fondo Genya hubiera querido que su persona mas importante al menos le viera a los ojos, ni siquiera tenia que decirle un cuarto de lo que esos dos se murmuraban entre sí, solo quería ser reconocido por su hermano, disculparse y ser perdonado tal vez... pero eso probablemente seria imposible. Pero Genya no se rendiría, seria un Pilar y Sanemi estaría obligado a verlo, ya no podría negar su existencia. Rengoku san había dicho que podía luchar sin técnicas de respiración, solo debía probar que su esfuerzo no era en vano.
Dejaron a los otros tres chicos en sus respectivos futones, Tanjiro también se despidió de ellos deseándoles unas buenas noches, Genya iba a hacer lo mismo, pero Rengoku habló primero:
– Joven Shinazugawa, ¿podemos hablar un momento?
El chico asintió y siguió al pilar de las llamas de vuelta a la sala. Un poco nervioso, aun no se acostumbraba a la inquietante mirada de Rengoku.
Se sentaron en los cojines una vez más, Rengoku en su perfecta postura de seiza y Genya intentando por todos los medios parecer educado.
Nadie dijo nada en varios minutos y Genya se estaba muriendo por dentro... ¿por qué no hablaba? ¿Por qué no dejaba de mirarlo con aquel aterrador ojo bicolor? El pilar de la llama y su familia parecían unos demonios sacados de los cuentos que hacían los mayores en los festivales, todos iguales, con aquel cabello y los tres con la misma cara ¿y si era cierto? El joven se puso a sudar frio... que el ojo de Rengoku no dejara de mirarlo y que su rostro no hubiese cambiado de expresión en minutos hacia la situación aún peor.
– Mi maestro le dijo lo que hago. – soltó Genya, ya no podía aguantar más, que el pilar dijera algo, lo que fuera, o que acabara de comerse su alma si quería pero que dejara de torturarlo.
– ¡Umu!
– Y va a reprenderme también – dijo con resignación Genya.
– ¿Por qué piensas eso? – preguntó el pilar.
El chico no respondió, solo miró hacia abajo. El rostro de Kyojuro se suavizó.
– Somos cazadores de demonios, joven Shinazugawa, tu elegiste este camino. Puede que no sea lo que otras personas quisieran para ti – pensó en su compañero el pilar del viento, que era como un erizo de mar, con espinas por fuera, pero con un blando y delicioso interior, bueno, la ultima parte estaba de más, pero cada vez que pensaba en comida... ya estaba perdiendo el hilo...también pensó en su hermanito, ¿cómo se sentiría él si Senjuro tuviera que exponerse al peligro? Pensó en su padre, cada cual cargaba una cruz distinta, y al mismo tiempo igual, nadie querría ver morir a sus seres queridos. ¿Cuánto dolor le causó a su familia estando al borde de la muerte? Naturalmente no se arrepentía de nada, era su deber, y sin embargo Kyojuro era egoísta, y agradecía a los dioses que Senjuro no tuviera talento con la espada, y que pudiera vivir una vida menos peligrosa, Shinazugawa debía sentirse igual, por mucho que dijera que odiaba a su hermano menor, él mismo había estado lidiando con un problema similar desde muy joven, podía reconocer los signos donde quiera – pero – continuó más animado – ¡es tu decisión al fin y al cabo! Como cazadores haremos lo que tengamos que hacer, no importa la razón, o el medio que utilices, el resultado es el mismo: estas protegiendo a las personas. ¡No puedo reprocharte nada!
Genya se quedó atónito. ¿Entonces si no era para regañarlo? ¿Para qué quería hablar con él?
– ¡Solo quería decirte que eres un buen chico, joven Shinazugawa! – le dio unas palmaditas en la cabeza, la cara de incredulidad del chico era realmente graciosa. El hermano menor de Sanemi se había quedado muy quieto con los ojos como platos y la boca abierta. Kyojuro intentó no reírse. – Himejima san esta un poco molesto, pero es porque se preocupa por ti. No le ocultes esa clase de cosas a tu maestro. Aunque eso de comer demonios no suena delicioso...a lo que iba, Kocho me pidió que te preguntara si estarías dispuesto a donar un poco de tu sangre, tu habilidad es bastante buena y ella quisiera ver si otros cazadores podrían hacer lo mismo.
– Ya veo...
– De hecho, se lo pidió a Himejima san, pero él no quería saber del tema y ya venias de camino a aquí. ¡Recibí el mensaje esta noche, por eso no te había comentado nada hasta ahora! Lo siento.
– Está bien, no tengo ningún inconveniente.
– ¡Excelente! Cuando vengan a por Muichiro kun, lo acompañarás a la mansión de las Mariposas.
– ¿La mansión de las mariposas es donde está la pilar de los insectos?
– Así es, ella, su sucesora y demás ayudantes son unas chicas muy atentas, no te preocupes, será ir y estar un par de días con ellas, Kocho no es tan aterradora como algunos la pintan.
– ¿So...son todas mujeres?
– Ah, sí. Hay enfermeras kakushi también.
– Ya veo... – Genya se puso rojo. ¿cómo iba a hablar siquiera?
Kyojuro lo miró. ¡Así que el joven Shinazugawa era tímido!
– Muy bien, mañana puedes entrenar con tus amigos y conmigo, ¡puede que hasta Senjuro se una! Ahora vamos a dormir.
Rengoku se puso de pie seguido por Genya, el chico iba a protestar diciendo que los otros tres no eran amigos suyos, pero ya Kyojuro estaba hablando de los planes para el día siguiente y él solo se calló.
•••
El otro dia resultó bastante entretenido, el pilar de las llamas se los llevó a un bosque cercano y se dividieron en varios equipos. Los hermanos Rengoku eran uno, por otra parte, estaban Tanjiro y Nezuko que pudo participar al ser un día muy nublado, le seguían Zenitsu e Inusuke y por ultimo Muichiro y Genya.
Las reglas eran pelear todos contra todos, el ultimo equipo que no hubiera sido "aniquilado" ganaba. La recompensa para los victoriosos seria su plato favorito en la cena de ese día.
Por supuesto todos llevaban espadas de madera y en el caso de Senjuro un arco con flechas con la punta de un material suave.
Las confrontaciones fueron muy divertidas, y mas cuando al pilar de la niebla se le olvidó lo que estaban haciendo y se quedó sentando mientras Genya trataba de batirse con Inusuke y Zenitsu a la vez, cosa que aprovechó Senjuro para meterles flechazos a todos los presentes. Cuando la flecha le pegó en la cabeza a Tokito, este no podía creer que había perdido en una batalla. Genya se salvó esa vez, mas cayó ante Tanjiro y Nezuko que le hicieron una emboscada, donde también cayó Senjuro, llevándose consigo a la chica demonio.
Y así fue que llegaron a ese momento.
De ambos equipos sobrevivientes solo quedaban dos personas, maestro y discípulo "enfrentados a muerte".
Ambos espadachines se lanzaron el uno contra el otro blandiendo sus espadas de madera, los otros chicos los miraban atentamente, Zenitsu incluso se reía por lo dramáticos que estaban siendo.
Tanjiro había mejorado muchísimo, apreciaba el pilar de la flama, sus movimientos eran precisos y la respiración solar era sin lugar a dudas la más fuerte de todas, si seguía avanzando a ese ritmo, en un par de años Tanjiro se alzaría como el pilar mas fuerte de toda su generación. Kyojuro no tenia ninguna duda al respecto. Pero, todavía le faltaba, el haría todo por cultivar adecuadamente a este retoño. Blandió su espada con ímpetu, mientras señalaba puntos a mejorar por su aprendiz o le decía: "bien hecho joven Kamado, casi me tienes", "esa forma de ahora fue perfecta" o "ya tienes dominada tu tercera postura" etc...
Tanjiro por otra parte no dejaba de admirar lo fuerte que era su maestro lo hermoso y fiero que se veía mientras ejecutaba sus posturas en una rítmica danza contra el filo de su espada. El pobre chico estaba rojo como un carbón ardiendo por los cumplidos que le lanzaba, aun no se acostumbraba a ser halagado y menos por alguien como Rengoku.
Inusuke, como buen tsuguko que era, no podía quedarse a solo mirar. Sus espadas de madera, que él había personalizado como sus espadas reales querían ser probadas adecuadamente.
– ¡Yo también quiero! ¡Al diablo! – gritó y se lanzó contra Rengoku, al ver que Tanjiro ya estaba contra las cuerdas. – ¡A ver si nos ganas ahora ojos de pescado!
– ¿Dos contra uno? ¡Perfecto! – exclamó Rengoku, divertido.
– ¡Que sean tres! – dijo Zenitsu uniéndose a la pelea.
Rengoku se echó a reir cuando Nezuko también se puso al lado de su hermano.
Genya miró al pilar de la niebla que seguía con la mirada el combate.
– ¿Quieres unirte también?
– ¿Contra Rengoku?
– ¿Quizás podríamos ayudarle?...
Muichiro lo miró ladeando la cabeza.
– Bien.
– ¿Bien?
– Um.
– ¡Entonces vamos! – dijo levantándose y tendiéndole una mano al pilar.
El otro pareció recordar algo, alguien le había tendido la mano de igual forma, su rostro era borroso, pero él estaba seguro. Muichiro tomó la mano de Genya y se unió a la pelea en defensa de Kyojuro, el pilar de la llama los recibió con alegría.
– ¡Ahora no podrás derrotarme joven Kamado! ¡Tengo dos valiosos aliados! – dijo mientras se lanzaba contra su aprendiz con la quinta forma de la respiración de la llama.
Tanjiro apenas logró parar el golpe.
Una flecha le dio justo en el pecho a Kyojuro y miró a Senjuro con una sonrisa.
– ¡Hasta mi hermano me ha traicionado!
– Aniue, ¡es hora de almorzar!
Zenitsu respiró aliviado porque Tokito estaba acabando con él y su querida Nezuko juntos, al menos morirían peleando los dos, como una trágica leyenda que según su imaginación seria cantada por los bardos hasta que la luna perdiera su brillo, Inusuke y Genya habían pasado a pelearse a los puños y se detuvieron cuando oyeron hablar de comida.
– ¿Entonces quien ganó? – preguntó Senjuro
Kyojuro los miró pensativo.
– Tanjiro fue el único al que no golpearon en algún punto vital, ¡así que ganó él! ¡Felicidades mi chico! haremos – pero se cortó – no podemos hacer Tara no me en otoño.
Tanjiro se echó a reir al ver a Rengoku tan serio.
– Está bien, Rengoku san, podemos hacer sopa de miso y batatas dulces entonces.
– ¡Pero es mi plato favorito y no el tuyo!
– Podríamos comernos un demonio como Genya. – dijo Tokito.
Todos lo miraron con diferentes expresiones.
– ¿Que tal si hacemos el plato favorito de Tokito san y Genya san entonces? – propuso Senjuro en tono conciliador.
– No se cual es...
– No hay sandías en esta época del año...
– ¡Entonces vayamos a esos lugares donde hay mucha gente y pidamos muchas cosas! – dijo Inusuke.
– ¡Umu! – exclamó entusiasmado Rengoku – ¡vayamos!
– Conozco uno muy bueno Aniki – dijo Tanjiro – Misaki san me lo mostró el otro día. Es su favorito del lado este de la ciudad.
– ¡Oh, ya se cual es, definitivamente vayamos allí!
Almorzaron en casa y luego entrenaron un poco más con Tokito supervisándolos esta vez. Al caer la noche fueron al restaurante que sugiriera el mayor de los Kamado. La cena fue divertida, Tokito admitió que le gustaba mucho el daikon con salsa de miso y Senjuro prometió prepararlo para él otro día. Tanjiro se sentía satisfecho, aunque no podía comer sus amados brotes de angélica, pudo deleitarse en los "Washoi" que su amado maestro no dejaba de repetir cada vez que probaba bocado de su platillo favorito. Inusuke tragaba cuanto le ponían delante y Zenitsu estaba tratando de mantener una conversación con el pilar de la niebla sin mucho éxito.
Genya se sentía un poco fuera de lugar, estas personas junto a él eran demasiado amables, demasiado familiares, hacían que un sentimiento largamente olvidado brotara en su pecho y calentara su cuerpo tibiamente, como cuando él era un niño aun y tenia a su madre y a Nemi... por un momento se sintió enfadado con él mismo por permitirse esta clase de cosas, él no debería estar aquí, debería estar enfocándose en ser un pilar y sin embargo...
– Genya san...
El aludido miró hacia su costado, allí lo miraba preocupado Rengoku Senjuro. Ese niño era como él, un fracaso de cazador. Como podía mantener ese semblante tan tranquilo.
– ¡El que quiere subir inventa una escalera! – dijo alegremente – o eso es lo que dice mi hermano... aunque no sea un cazador yo también daré mi mayor esfuerzo, asi que no te preocupes, ¡de seguro serás un gran pilar algún día!
Kyojuro oyó lo que decía su pequeño hermano, verlo tan decidido y animando a su amigo le hizo sentir una gran felicidad, su rostro se iluminó y miró a la persona que había influido decisivamente en qué eso ocurriera. Tanjiro charlaba ahora con Zenitsu sobre algo trivial, que podría decirle? Solo deseaba que los días felices como aquel pudieran seguir para ellos durante muchos años más. Desgraciadamente intuía que no tendrían tanto tiempo.
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