012 : Confesión
A pasos seguros y decididos se acercó a la rubia que ahora yacía en el sofá de la casa con el pequeño caniche en brazos, que por cierto no tenía dueño y pudieron adoptarlo.
—Seo SooJin, debemos hablar —dijo decidida y sonando algo dura, por unos segundos dio la imagen de ser alguien fría y mala, pero era todo lo contrario. La rubia la miró algo nerviosa.
—Emm...¿y de qué se supone que quieres hablar? —se hizo la desentendida y la pelinegra rodó los ojos.
—Lo sabes perfectamente. —se sentó a su lado, dirigiéndole una mirada que hubiese sido capaz de sacarle el alma.
—Shu...no quiero hablar de eso. —dirigió su vista a otra parte, pero la menor la toma de la barbilla y la gira, haciéndole mirar en su dirección otra vez.
—¿Recuerdas del secreto que aún no te he dicho? —la mayor asiente. ShuHua se sentía morir por lo que estaba a punto de decir—. Bien, es hora de confesarlo, mereces saberlo... estoy enamorada de ti.
Soltó, sonando segura, sin miedo de la respuesta que podría recibir, aunque por dentro se estaba muriendo de la vergüenza por decir aquello finalmente. Seo abre la boca asombrada por lo escuchado, sus mejillas se colorean de un suave tono de rosa y cubre su boca con una mano, ocultando de paso una sonrisa. No se lo esperaba, pero era la oportunidad para confesar también.
Toma las manos de Yeh con una dulce sonrisa asomándose por sus labios. La contraria se siente confundida, ¿por qué le sonreía así y la tomaba de las manos?
—Bueno, no me esperaba que dijeras eso, pero, resulta que yo también lo estoy, Shushu. Desde hace bastante tiempo.
—¿Es en serio? ¿no estás jugando?
¿estás burlándote de mí? ¿lo haces para intentar...? —unos dulces y cálidos labios se posan en los suyos, callando todo lo que diría.
—No estoy jugando, Shushu. Realmente estoy enamorada de ti. —dice al alejar de su rostro un poco.
La pequeña nariz de la mayor roza la de la extranjera, dándole un beso esquimal, que provoca en ShuHua el típico revoloteo de mariposas en su estómago. Ambas juntan sus frentes, suspirando contentas por al fin liberar sus sentimientos, sentían que un gran peso se iba de sus hombros.
—Uhm...¿entonces puedo pedirte que seas mi novia, Jinie? —murmura y nuevamente esa resplandeciente sonrisa sale a iluminar todo.
—Claro que sí, un no jamás saldría de mis labios si se trata de ti. —sonrientes, ambas unen sus labios en un dulce beso, demostrando a la otra con un simple toque cuanto la amaba.
ShuHua no pudo estár más feliz, uno de sus más grandes sueños se cumplió. Estaba compartiendo un beso con SooJin y no podía estar mas contenta. Al fin pudo ser la novia de SooJin y sólo quería gritarlo al mundo de tan eufórica que estaba.
Y quién diría que al final del día hubieran terminado siendo algo más que amigas.
F I N
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