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Capítulo 28: Celos -Segunda Parte


Capítulo 28

HUGO (P.D.V)

Cuando ya estaba que me subía por las paredes de la ansiedad que estaba comenzando a sentir debido a que ni Avalanna ni Alex volvían, ambos aparecieron en la habitación agarrados de la mano.

-Vaya, muchas gracias por honrarnos con su presencia. Llevamos al menos media hora buscándolos –Dije sin abandonar mi posición al lado de la ventana del balcón.

-Teníamos cosas que hablar.

Avalanna ni siquiera me miró, simplemente se sentó en el sillón individual y posó su mirada en Alex. Este, tampoco me miró. Solamente tenía ojos para ella.

¿Qué cojones había pasado entre ellos? Estaba claro que Alex estaba jodidamente enamorado de ella, había que ser ciego y estúpido para no notarlo... ¿pero qué era esa mirada que estaba viendo en ella ahora mismo? ¿Por qué ahora lo miraba de otra forma?

-Pues esta desaparición nos ha robado tiempo para encontrar a Érika.

-Podían haber empezado sin nosotros. Total, aquí el que sabe cómo encontrarla eres tú.

Ahora Avalanna si me había mirado y pude ver la profunda tristeza que transmitían sus ojos verdes. Es más, había estado llorando pues los tenía completamente rojos.

Un músculo en mi mandíbula empezó a palpitar debido a la intensidad con la que estaba apretándola. ¿Por qué cojones Avalanna había estado llorando?

Me acerqué a ella a pasos agigantados y la agarré del brazo. Al momento, Alex se acercó a nosotros.

-¿Qué haces?

-Vamos conmigo fuera de la habitación –Dije sin apartar la mirada de ella.

-Suéltala, ¿quién te crees que eres para agarrarla así? –Ni siquiera me molesté en contestarle a Dayana, solamente tenía ojos para Avalanna.

-Eh, hermano... suéltala.

Al momento, tenía a Carlos y a Dayana también detrás de mí. Todos intentando proteger a la princesita. Lo que parecían no darse cuenta era que yo no era un peligro para ella, al menos no en este momento. Únicamente quería saber por qué había estado llorando. Sólo quería saber por qué estaba tan triste.

-Necesito hablar con ella.

-Suéltala –Repitió Alex.

-Necesito hablar con ella –Grité.

El silencio se formó en la habitación y a los pocos segundos, noté el brazo de Alex en mi hombro.

-O la sueltas o te obligo a soltarla –Susurró fieramente mientras comenzaba a ejercer presión en el agarre.

Bufé.

-¿Te crees rival suficiente para mí? –Ahora si dirigí mi mirada hacia él.

-Créeme, soy más de lo que aparento.

Solté una carcajada seca sin un rastro de humor.

-Permítame que me ría.

- No, no te permito nada. Suéltala ahora mismo si no quieres vértelas conmigo.

Al momento la solté y me giré expresamente hacia él. Alex era alto, pero yo le sacaba dos cabezas. Y sí, el chico trabajaba su cuerpo en el gimnasio pero eso no implicaba que realmente tuviese fuerzas o que supiese pelear. Yo era un maestro de las artes marciales, ¿realmente creía que tenía algo que hacer contra mí?

-Tú no me conoces, estúpido. ¿Cómo te atreves a enfrentarte a mí?

- Por ella haría lo que fuese, italiano de mierda.

-Chicos, vamos a relajarnos.

Carlos intentó ponerse en medio de los dos, pero estábamos tan pegados que no cabía ni un alma entre nosotros.

-No te pases de listo, ricitos de oro ¿o es que acaso quieres que te enseñe una lección? Tengo la sensación de que voy a tener que bajarte esos humitos de niño rico que tienes.

-Salgan de la habitación. Todos. –Dijo Avalanna con voz firme.

-¿Todos? Siento recordarte que esta es mi habitación, preciosa –Dije mientras le guiñaba un ojo provocando que se sonrojase fuertemente.

- Todos menos tú, ¿no decías que querías hablar conmigo? Pues bien, hablaremos aquí dentro.

-Avi... -Comenzó a decir Alex, pero ella lo cortó.

-Alex, después hablamos –Dijo sin dirigirle una sola mirada.

No pude evitar sonreírle triunfal, en esta pequeña "lucha" que ambos habíamos mantenido por ella... estaba claro quién había ganado.

-Esto no acaba aquí –Dijo él antes de salir de la habitación seguido por Carlos y Dayana, la cual le mandó a Avalanna una mirada de confusión.

-Por supuesto que esto acaba aquí –Dijo ella según cerraron la puerta.

-¿Acabar el qué? Ni siquiera empezamos nada. Y gracias a que no lo hicimos sino tu amigo podría haber salido muy mal parado –Reí mientras colocaba mi mano en su cuello- ¿qué te pasa?

-¿Cómo que qué me pasa? Tú y Alex han estado a punto de partirse la cara –Contestó intentando alejarse de mí pero la agarré del brazo a tiempo y la atraje hacia a mi otra vez.

-No, qué te pasaba antes. ¿Por qué estás tan triste, bonita? ¿Qué te ha dicho ese estúpdio para que terminases llorando? –Pregunté mientras le quitaba un mechón de pelo delante de sus ojos.

Sí, estaba siendo de lo más cursi con ella y ¿la verdad? no podía frenarme.

-Alex no me ha dicho nada, únicamente estuvimos hablando de cosas del pasado.

-De cosas tristes.

-De cosas del pasado que nos incumben solamente a mí y a él.

Estaba claro que Avalanna era una pequeña fierecilla.

-No me gusta verte así de triste y tampoco me gusta verte así de cerca de ese chico. Entraste a la habitación y ni siquiera me miraste, únicamente tenías ojos para él –Susurré mientras colocaba mis manos en su nuca. Se sentía tan bien estar cerca de ella.

-Ahora entiendo por qué te pusiste tan machito con Alex. Hugo, tú y yo no somos nada... es más, nos acabamos de conocer ¿por qué te importa si estoy cerca de él o no?

-No me gusta que no me prestes atención –Susurré muy cerca de su boca.

-Tú y yo no somos nada –Repitió.

-No digas eso –Gruñí mirándola fijamente a los ojos- no digas eso.

-¿Qué no diga el qué? ¿La verdad? Hugo, nos acabamos de conocer. Es más, nos besamos hace poco más de una hora... ¿a qué viene todo este numerito?

-Viene a qué me encantas, Avalanna. Viene a que quiero ser el centro de tu atención. No quiero que nadie más te consuele, solo quiero hacerlo yo –Susurré muy serio.

-¿Estás loco? Nos acabamos de conocer.

-¿Y qué? Para mí es como si te conociese de toda la vida –Y joder si no era verdad eso que estaba diciendo.

-Pero para mí no –Dijo mientras quitaba mis manos de su nuca- tú y yo no somos nada... tienes que meterte eso en la cabeza. Tú acabas de salir de una relación bastante tormentosa y yo no estoy preparada para nada de esto. Lo único que nos debe importar ahora es encontrar a Érika.

-A la mierda todo, Avalanna... ahora mismo lo único que me importa eres tú. Lo único que me importa ahora mismo es no volver a verte con los ojos rojos de llorar ni con esa tristeza que tanto caracteriza tu mirada.

Vale, esto se estaba yendo de madre... ¿en serio acababa de decir eso?

-Hugo...

-Me importas más de lo que te piensas, Avalanna. Sé que estoy yendo muy rápido y que es posible que te esté agobiando pero créeme... lo que te estoy diciendo es real.

Y joder que si era real, hasta yo mismo me estaba sorprendiendo de lo que estaba diciendo. ¿De dónde había salido ese Hugo tan cariñoso y protector? Es más, ¿por qué había salido? Hasta hace una hora lo único que quería era acostarme con ella. Pero unos días atrás... había reconocido también que me gustaba más de lo que pensaba y que tenía que alejarme de ella... ¿por qué estaba cambiando todo este pensamiento así tan de repente? ¿Dónde quedaba el Hugo lógico y frío que había llegado de Italia con el firme objetivo de devolver a Érika Wayland a su casa?

-Hugo...

No la dejé terminar, simplemente la besé. La besé con toda la intensidad que era posible y ¡joder! Me volví loco de dicha al notar como ella me devolvía el beso con la misma intensidad.

AVALANNA (P.D.V.)

FLASHBACK

-¡¿Qué?! ¿De qué cojones estás hablando?

A pesar de que una parte de mí no quería contarlo y solamente quería guardarme ese momento para mí misma, se lo conté todo y sin dejar atrás ningún detalle.

-Avalanna... ¿esto que me estás contando es en serio?

-No te mentiría en algo así, Alex... es por eso que me volví a España. ¿Crees que podía seguir allí después de lo que me había pasado? vivía con miedo. No podía ni dormir. Fallé el examen final debido a que no estaba concentrada... ese suceso me arruinó mi sueño de convertirme en la mejor bailarina de ballet del mundo.

Al momento Alex se levantó y comenzó a darle golpes a la pared.

-¡Alex! –Grité- ¡para! ¡¿Qué haces?!

-Lo siento tanto Avalanna, lo siento tanto. He sido el peor amigo del mundo. Si hubiese sabido lo que estaba pasando te juro que hubiese echado esa puerta abajo y hubiera matado a ese maldito infeliz. Te juro que hubiese hecho lo impensable con ese hombre... lo siento tantísimo... si tan solo lo hubiese sabido.

-Alex... ¡no es tu culpa! ¿Cómo ibas a saberlo? Te aseguro que cualquier persona hubiera pensado lo mismo que tú pensaste en ese momento. ¿Cómo podrías haberlo sabido? Tenía la boca tapada y no podía gritar. Es más, llegó un momento en el que simplemente... me rendí y dejé que él siguiese ahí. Me rendí porque noté que si me estaba quieta, dolía menos. Así que no te culpes, Alex... no te culpes. Bastante tengo con vivir con lo que me pasó como para además vivir también con el hecho de que tú también te sientes culpable por no haber podido ayudarme.

-Lo siento tanto –Susurró abrazándome.

Me quedé tan cerca de sus labios que por primera vez, vi en Alex algo más que un simple amigo. Por primera vez, lo vi como realmente era: un chico con unos increíbles ojos azules, un increíble pelo rubio-arenoso, una increíble sonrisa y un increíble cuerpo. Por primera vez, veía en Alex el chico increíble que todas las chicas veían en él. Por eso, no pude resistirme a besarlo.

FIN DEL FLASHBACK

Hugo me levantó del suelo y me apoyó contra una pared mientras comenzaba a pasar sus manos por todo mi cuerpo y comenzaba a besarme el cuello. Y aunque se sentía increíblemente bien, el recuerdo de mi beso con Alex me hizo frenar en seco.

-Para.

-¿Qué? –Rio Hugo mientras seguía besándome el cuello.

-Para, Hugo. No quiero hacer esto.

Poco a poco se fue separando de mí y me miró a los ojos. En los suyos podía ver la confusión.

-Deberíamos comenzar a buscar a Érika –Dije antes de desprenderme de su agarre y comenzar a caminar hacia la puerta de la habitación.

¡Joder!, ¿realmente había sido tan estúpida como para seguir rechazando los besos de Hugo? Pero es que... Alex no paraba de aparecer como una luz en mi mente... ¿qué significaba eso? ¿Alex estaba comenzando a gustarme?

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