Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24: El viaje -Tercera Parte

¡Feliz año para todos! Siento el retraso... ¡Que sean muy felices en este 2016!

*************

Capítulo 24

HUGO (P.D.V)

Mientras me levantaba de la cama, Avalanna hizo su aparición en la habitación.

-¡Eh! –Gritó acercándose rápidamente a mí- ¿Se puede saber qué haces? El médico nos ordenó que debías mantenerte en cama durante unos días más. No puedes simplemente pasar de su recomendación.

La miré con los ojos entrecerrados.

-¿Y a qué viene esa repentina preocupación por mi bienestar?

Se cruzó de brazos y me miró fijamente.

Avalanna era sencillamente... preciosa. Era alta, debía medir alrededor de 1'80; su increíble pelo rubio le llegaba hasta la mitad de la espalda, y sus ojos eran de un verde tan profundo que robaban el sentido.

-Nos salvaste de esos matones y estoy muy agradecida por ello. Todos estamos muy agradecidos por ello.

-Sin embargo, tú eres la que está en esta habitación y no con ellos –Puntualicé.

Estaba en el hospital y hacía una media hora que me había despertado allí, solo. Me dolía muchísimo el costado, pero no podía simplemente permanecer allí acostado, tenía que encontrar a Érika y llevármela devuelta a Italia.

-Estaban cansados, llevamos aquí toda la noche contigo. Estuviste a punto de morir –Susurró mientras se sentaba en la silla que se encontraba al lado de la cama.

-¿A punto de morir? No exageres –Reí. Pero solo el hecho de soltar una risita, hizo que me encogiese. Dolía demasiado.

-Unos centímetros más arriba, y te juro que hubieses muerto. O al menos, eso fue lo que nos dijo el médico. Llegamos aquí y estabas pálido, pero un pálido de muerte. Sinceramente pensaba que no ibas a conseguirlo –Se pasó las manos por el pelo y se me quedó mirando fijamente.

Solté un suspiro.

-Pero estoy bien –Dije encogiéndome de hombros. Avalanna, por mucho que se empeñase en odiarme, se había preocupado por mí.

-No del todo, acabas de soltar una risa de nada y tu expresión se crispó de dolor. ¡Estuviste a punto de morir, y mírate, actuando como si nada! –Exclamó poniéndose en pie.

-Me he hecho cosas peores, créeme.

Me levanté y cuando me puse derecho, me llevé una mano al costado. La herida me estaba tirando y parecía que se estaba abriendo nuevamente, aunque no había ni rastro de sangre.

-¡¿Qué haces?! –Gritó- acuéstate.

-Avalanna, estoy bien. Vete preparando los papeles, quiero el alta voluntaria. Tengo cosas que hacer y no puedo simplemente quedarme aquí acostado.

-¿Cosas que hacer? ¿Cosas como cuáles? Estás en Cuba, no estás en España o Italia. Realmente me pregunto qué tienes que hacer tú aquí y después de que aparecieses en mi casa preguntado por Érika como si estuvieses poseído.

La miré alzando una ceja.

-Mis asuntos aquí no son de tu incumbencia. Aprecio tu ayuda, pero claro, esto era lo mínimo que tú y tus amigos podían hacer por mí ya que los salvé de ser asesinados o secuestrados por aquel grupito de cuarta.

Si las miradas matasen, Avalanna me hubiese enterrado en aquel momento.

-Idiota desagradecido –Rugió.

-¿Desagradecido yo? –Reí- es la verdad. Hasta hace una semana, bueno qué digo, hasta hace dos días me odiabas profundamente y ahora estás aquí actuando como si hubieses estado realmente preocupada por mí cuando la verdad es que te sientes en deuda conmigo por haberte ayudado la otra noche. No te engañes, no tengo nada que agradecerte. Es más, eres tú quien me tiene que agradecer.

Se acercó a mí a pasos agigantados y se me pegó mucho al cuerpo.

Olía de maravilla.

Céntrate, estúpido. ¿Qué cojones haces pensando en lo bien que huele? No es tiempo de estas boberías, estás aquí para encontrar a Érika. Tienes que alejarte de esta gente y seguirles para que te lleven hacia ella. No confían en ti y tú no debes fiarte de ellos. Son ingenuos pero traicioneros.

-¿Pensabas causar algún tipo de impresión en mí al acercarte de esta manera tan... "amenazante"? –Pregunté mientras hacía el gesto de las comillas con mis manos únicamente para ponerla en ridículo.

-Estúpido –Dijo con los dientes apretados. Respiraba fuertemente y eso se debía a la rabia que sentía hacia mí.

-Deberías renovar tus insultos, no me sorprendes con los que me dices –Reí mientras me alejaba de ella y me acercaba al pequeño ropero de aquella habitación para coger la ropa que había dentro. La cual, no era mía- ¿esto de quién es?

-No debería responderte.

-¿Ahora vas a actuar como una niña de siete años enfadada? Madura –Dije adoptando una postura de "me estoy cansado de ti y de esta conversación".

AVALANNA (P.D.V)

Era un estúpido insufrible y... ¡no lo soportaba!

-¡No te soporto, retrasado! –Grité fuera de mí.

Nadie jamás había conseguido sacarme tanto de mis casillas como este chico lo hacía. ¿Por qué simplemente no podía aceptar que nos habíamos preocupado por él? ¿Qué me había preocupado por él? ¿Por qué tenía que alejarnos/alejarme, de esta forma? ¿No podía ser amable por un puto momento?

-Controla esos nervios, fierecilla –Susurró con una sonrisa divertida.

Apreté mis manos formando un puño.

-No sabes el asco que te tengo. ¿Qué mierda haces en este país y por qué nos estabas siguiendo? ¿A caso te crees que me voy a creer que estabas pasando por allí de casualidad y nos viste? No soy tan tonta. Sé que estás aquí por algo o más bien, por alguien.

Me miró con una pequeña sonrisa y se dio la vuelta para comenzar a vestirse, no sin antes quitarse la bata del hospital.

La boca se me hizo agua, simple y llanamente. Tenía la mejor espalda que nunca había presenciado en primera persona: en forma de triángulo, con los músculos que se marcaban a cada movimiento que hacía. Y además, un culo estupendo, con unas piernas increíbles a juego.

Avalanna, concéntrate. Es un estúpido y tanto él como Érika están metidos en algo peligroso.

-Quiero hacerte una pregunta –Dije después de cerrar los ojos y volverlos a abrir. Sabía que Hugo era consciente del efecto que causaba en mí y eso era lo que más me jodía de todo esto.

-Soy todo oídos... la cuestión ahora es... ¿te contestaré? –Dijo tras guiñarme un ojo.

Se vestía despacio y sin hacer movimientos bruscos, el costado le tenía que estar matando.

Jódete, estúpido.

-¿Están tú y Érika metidos en la mafia? –Pregunté de sopetón sin pararme a pensar en las palabras que estaban saliendo de mi boca.

ÉRIKA (P.D.V)

Miré el arma en mis manos y solté un profundo suspiro antes de meterla en la parte de atrás de mi pantalón vaquero.

Sabía que estaba en la otra punta del mundo y que aquí nadie me encontraría jamás, sobre todo porque ninguna de las mafias de mi familia, tenían control en este lugar.

La mano derecha me temblaba fuertemente mientras cogía las llaves de la habitación. Sabía que había metido a Hugo en un profundo problema al haberme escapado así y que, posiblemente, Avalanna también estuviese en un problema... ¿pero qué podía decir? Estaba en juego mi supervivencia.

Puede que antes no quisiese tener nada que ver con la mafia, pero una cosa estaba clara: tenía que actuar como la perfecta mafiosa, para poder mantenerme alejada de todo aquello a lo que odiaba. Mataría si tendría que matar, torturaría si tenía que torturar y correría si tenía que correr. Lo importante, era estar fuera del radar de la mafia. Estar fuera de todo aquello a lo que odiaba.

Mi supervivencia, era lo primero. Al igual que había sido lo primero para mi madre cuando tuvo que huir a Estados Unidos.

Formaría una vida aquí, en Cuba. Como mismo había intentado hacerlo en España.

Nada se interpondría entre mi felicidad y yo. Ni siquiera mi familia. Estaba lista para pelear por aquello que quería.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro