Ya me estoy calentando. Tengo una puta vida y no puedo estar todo el tiempo pendiente de subir, tengo que estudiar para examenes y si ustedes no lo entienden pues se la maman, pero tengo cosas que hacer. Si no tengo inspiración pues no pueden hacer otra cosa que esperar. Encima que hago la puta segunda parte por ustedes se me ponen de fifones, si no tienen pasiencia la borro y a tomar por culo todo dios ¿ok? relajen la puta raja. 

Lo siento a todas las que han sido paciente, pero cuando me tocan el coño, me lo tocan bien.

*********

Capítulo 5

BRIAN (P.D.V)

Entramos a la tienda y ella directamente corrió hacia donde tenían a los perros en venta.

- ¡Quiero este! -Gritó señalándo a un labrador.

La dependienta sonrió a la niña y luego se dirigió a mi.

- ¿Maria? -Pregunté con los ojos abiertos como platos.

- ¿Brian? -Dijo ella antes de correr hacia a mi y abrazarme.

La levanté en el aire y le di una vuelta, luego ella me llenó de besos.

- Joder, ¿dónde has estado todo este tiempo? hace cinco años que no se nada de ti -Dijo sin soltarme.

- Es una larga historia -Dije apretándola contra mi.

María había sido mi mejor amiga durante muchísimo tiempo y jamás podría agradecerle todo lo que había hecho por mí. La adoraba con toda mi alma.

- ¿Papi?

La voz de Dayana me sacó de la ensoñación que había estado mientras pensaba en los buenos momentos vividos con María.

- ¿Qué pasa? -Pregunté mirándola. Ella me miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

Es increíble lo que se parece a su madre -Pensé al verla de aquel modo.

- ¿Como que papi? -Dijo María con los ojos abiertos como platos mientras alternaba su vista de mi a Dayana.

- Como te dije, es una larga historia -Suspiré con una pequeña sonrisa.

- ¿Tienes una hija? -Dijo llevándose las manos a la boca. Estaba en shock, justo como yo me había quedado cuando me enteré.

- ¿Quien es esta? -Preguntó Dayana acercándose a mi y cogiéndome de la mano.

Sonreí. Era territorial como su madre.

María dirigió los ojos a la pequeña y se arrodilló delante de ella.

- Soy una antigua amiga de tu papi -Dijo mientras le acariciaba la cara- eres preciosa,¿cuántos años tienes?

- Cinco -Dijo Dayana aun sin sonreír.

Maria dirigió sus ojos hacia a mi, y en ellos pude ver la incertidumbre.

- No me lo puedo creer -Dijo después de que yo sonriese, entonces miró a la niña- ¿eres la hija de Lexy?

- Si -Dijo Dayana, y con solamente la mención de su madre, ella sonrió.

- Oh, ¿y como te llamas?

- Dayana.

María se levantó y me miró fijamente a los ojos con una pequeña sonrisa.

- No me puedo creer que hayas tenido una hija y yo no me hubiese enterado -Dijo cruzándose de brazos mientras veía como Dayana dirigía su atención hacia el perro.

- Ya ves, yo me enteré hace dos semanas. Me quedé completamente en shock.

- ¿Hace dos semanas?¿pero como es que no lo sabías? -Preguntó sorprendida.

En ese momento entró un hombre y ella se dirigió a él para atenderlo.

- Espera un momento -Dijo.

Era increíble lo poco que había cambiado Maria. En apariencia seguía igual, pero se le notaba más madura y eso de que tuviese un trabajo me había dejado sorprendido. María jamás había sabido llevar las responsabilidades. Pero por lo visto, el tiempo nos había cambiado a todos.

Cuando el hombre se fue de la tienda, ella volvió hacia a mi con una sonrisa.

- No me puedo creer que estés aquí y con una hija.. Kate se va a llevar una enorme sorpresa cuando se entere -Dijo sonriendo.

- ¿Cómo le va a Kate?¿y a ti? -Pregunté mientras me apoyaba en el mostrador.

- Estudió peluquería y ahora está trabajando en un salón de belleza. Tiene novio desde hace unos seis meses y está muy contenta con él. Dice que si todo sigue así de bien, pronto podrán irse a vivir juntos -Dijo- y bueno, de mi no hay mucho que contar. Nunca fui buena para los estudios, por lo cuál, cuando salí de allí, me saqué un cursillo y hoy estoy trabajando en esta tienda.. no sirvo para mucho,pero al menos me va bien, y en la vida sentimental también me va bien, tengo novio desde hace un par de años y vivimos juntos.

Sonreí. Me alegraba muchísimo por ellas.

- ¿Qué te trae hoy por aquí? -Preguntó María cambiando de tema- está claro que no sabías que trabajaba aquí.

- Lexy iba a traer hoy a la niña a comprarse un perrito, y decidí traerla yo. Ya sabes, para pasar más tiempo con la niña -Dije mientras le echaba un vistazo a Dayana, que tenía la cara pegada al cristal mirándo al cachorrito.

- Es igual de guapa que su madre, y se nota que ha sacado su carácter -Dijo María riéndo. Reí con ella.

- Es completamente igual que Lexy.

- Papi, quiero ese perrito -Dijo Dayana sin despegar su cara del cristal.

María y yo reímos.

- ¿Cuánto cuesta? -Pregunté.

- 350 -Dijo.

- Joder,¿tanto? -Pregunté mientras miraba al perro- ¿qué?¿hace magia o algo?

- Es un perro con pedigrí, Brian -Dijo ella sonriendo- te haría un descuento, pero en los animales no puedo.

- No te preocupes, tengo dinero de sobra para eso -Dije mientras le entragaba la tarjeta.

- No tiene las vacunas ya que llegó aquí hará unas cuatro semanas -Dijo María mientras hacia los tramites para comprarlo- es un perro y no tiene ni un mes. Está en perfectas condiciones y es genial que pueda crecer junto con la niña.

Sonreí. 

- Lexy y yo queremos ver feliz a la niña, y si eso implica un perro que cuando crezca será enorme, pues bueno, tendremos que arriesgarnos -Dije mientras María sacaba al perro y lo metía en una caja con agujeros.

Luego, decidí comprar la cesta,la comida y la correa para cuando fuese un poco más grande, poder sacarlo a pasear.

- Es un perro que necesita mucho trato, asi que espero que se lo den -Dijo María sonriendome, luego me abrazó- me alegra muchísimo haberme vuelto a encontrar contigo. No sabía cuanto te echaba de menos hasta que te he visto.

- Lo mismo digo -Dije estechándola fuertemente. Luego la solté- tienes mi número en los papeles, me gustaría quedar un día de estos contigo y con Katerina si es posible, quiero verla de nuevo y conocer a sus chicos.

- Y te aseguro que a nosotras nos encantará volver a encontrarnos con Lexy, quiero ver como le ha sentado esto de ser madre -Dijo.

Solté una carcajada.

- Está más mandona que nunca, pero sigue siendo ella -Sonreí.

Le di dos besos y con Dayana en una mano y las cosas en la otra. Me dirigí hacia el coche.

*

LEXY (P.D.V)

- Nos vemos mañana,Lexy -Dijeron Ulises y los demás.

- Chao chicos -Dije antes de subirme al coche.

Bajé las ventanas para que saliese el calor que había dentro, saqué mis gafas Raybands y puse la música. 

Aceleré dejando las marcas de mis ruedas en el parking de la universidad, y conducí hasta casa. 

*

Abrí la puerta y lo primero que oí fue la risa de Dayana y un pequeño ladrido.

Sonreí.

- Estoy en casa -Grité mientras cerraba la puerta detrás de mi.

Por el pasillo apareció Dayana gritándo ¡mami,mami! y un pequeño perro en brazos.

- Hola mi amor -Dije dándole un sonoro beso en la mejilla.

- Mira que bonito -Dijo mientras lo agarraba y me lo enseñaba.

- ¿Cómo se llama? -Dije mientras acariciaba al pequeño animalito.

- Todavía no tiene nombre, quería elegirlo contigo -Dijo sonriéndome ampliamente.

Puse al perrito en el suelo y la alzé dándole un enorme abrazo. Dayana era lo mejor que me había pasado en la vida y jamás me había arrepentido de haberla tenido.

- Te quiero mucho, pequeña -Dije abrazándola contra mi.

- Y yo mami -Gritó ella riéndo mientras yo le hacia pedorretas en la mejilla.

- ¿Dónde está papi? -Pregunté mientras la dejaba en el suelo al lado del perrito, al que enseguida cogió en brazos.

- Salió -Dijo mientras corría de nuevo por el pasillo.

- ¿Cómo que salió? -Pregunté shockeada.

En ese momento se abrió la puerta y Brian entró con unas bolsas en las manos.

- ¿Se puede saber donde estabas? -Pregunté intentando retener la ira.

- Bajé a la tienda un momento a comprar un par de cosas para la comida, ¿por qué? -Preguntó mientras se acercaba a darme un beso. Lo esquivé -¿qué pasa?

- ¿Dejaste a la niña sola? -Pregunté apretándo la mandíbula.

- La tienda está una calle más abajo, no le iba a pasar nada -Dijo él mientras dejaba las bolsas encima de la mesa.

Me apreté el puente de la nariz.

- Como si está justo debajo de esta casa, ¿cómo es que dejastes a la niña sola?¿y si hubiese pasado algo?¿estás loco?solamente tiene cinco años, Brian -Grité.

- La dejé jugando con el perro,¿qué le iba a pasar? no iba a tardar más de diez minutos -Dijo frunciendo el ceño sin entender que pasaba.

- No puedes dejar a una niña pequeña sola en casa Brian, se que enterarte así como así de que se es padre es difícil, pero no por eso puedes pretender que una niña de cinco años se quede sola. Podría haberse caído o darse un golpe, o meter los dedos en el enchufe o cualquier cosa, ¡es una niña pequeña! -Grité fuera de mis casillas.

Él me miró frunciendo el ceño.

- Lo siento, no volverá a pasar -Dijo acercándose a mi.

- Y más te vale que no vuelva a pasar, Dayana no se puede quedar sola, se podría hacer daño -Dije cogiéndo aire para calmarme- puede que sea muy lista para su edad, pero sigue siendo una niña pequeña.

Brian no me entendía porque él no la había visto caerse las primeras veces, porque él no sabía como se podía sentir un padre o una madre cuando su hijo se hace daño. Él no sabía la angustia que se pasaba, y dejar a un niño tan pequeño solo no era una opción, Dayana podría haberse hecho daño con cualquier cosa y estaría sola. Hace un tiempo atrás, yo había salido y la había dejado a cargo de Eric, este había salido un momento a la calle dejándola sola y cuando yo había vuelto me la había encontrado llorando y con un chichón en la frente. 

- Te juro que no volverá a pasar -Dijo él acercándose a mi.

Me había puesto muy nerviosa. El hecho de que ella estuviese sola me asustaba.

- Te prometo que no dejaré que se quede sola de nuevo, siento que te hayas asustado -Dijo abrazándome- lo siento.

- Está bien -Susurré abrazándole.