Un calentón muy tonto
Capítulo 2
LEXY (P.D.V)
- Realmente lo siento por todo esto -Dije una vez estabamos en mi habitación y Brian se había limpiado la sangre de la comisura del labio.
- No pasa nada, si la verdad es que me lo merecía -Dijo él con una pequeña sonrisa.
Y después de eso.. nada, silencio. Y así habían sido un poco las últimas semanas, hablabamos y de la nada, aparecía un silencio de lo más incómodo que te llevaba a soltar cualquier bobería para romper el hielo.
- Y bueno.. ¿te gusta la casa? -Pregunté.
- Pues lo que he visto me gusta -Dijo con una sonrisa- aunque parece un poco pequeña para todas las personas que hay aquí viviendo.
- Lo es.
- Y... ¿como está Dayana viviendo aquí? o sea, ¿tiene su espacio y esas cosas? -Preguntó.
- Si, al lado tiene una habitación donde se supone que debería dormir, pero como siempre duerme conmigo, allí solamente juega -Dije.
- ¿Por qué duerme contigo?
- No sé, se acostumbró desde pequeñita y ahora es un poco difícil hacer que duerma sola, pero no te preocupes, a veces lo hace -Dije encogiéndome de hombros.
Dios mío que situación más incómoda -Pensé mientras me rascaba la nuca.
- ¡Papi! -Gritó derepente Dayana entrando a la habitación.
- Todavía se me hace un poco difícil oírla llamarme de esa forma -Dijo Brian cuando la cogió y le dio un gran abrazo.
- Mami me ha dicho que te vas a quedar con nosotras todos los días -Dijo ella colocándo su cabeza entre el hueco del cuello y el hombro- ¿es verdad?
- Oye, enana, ¿por qué le preguntas si es verdad?¿acaso no dice mami siempre la verdad? -Pregunté mientras me lanzaba por ella para hacerle cosquillas.
- ¡Para! -Gritaba ella mientras se revolvía en los brazos de Brian.
- ¿Es mami una mentirosa? -Pregunté achicando los ojos.
- No, mami siempre dice la verdad -Contestó ella dandome una gran sonrisa en la cuál le faltaban bastantes dientes.
- Ah bueno -Dije.
Brian tenía una enorme sonrisa en su cara que no se le quitaba ni con una de mis miradas más amenazantes.
- ¿Se puede saber por qué sonries tanto? -Pregunté mientras él dejaba a Dayana en el suelo y ella se subía en la cama.
- Jamás imaginé verte a si con un niño pequeño, y mucho menos con tu hija -Dijo él mientras me rodeaba la cintura con sus enormes brazos.
- Ni siquiera yo imaginé verme así -Dije rodeándole el cuello- cuando me enteré de que estaba embarazada.. fue totalmente un shock.. ¿qué iba a hacer yo de madre? si no podía cuidar ni de mi misma.
- Pues para no saber cuidar de ti misma, tienes una hija bastante lista -Dijo él sonriendo mientras rozaba su nariz con mi mejilla.
- También es tu hija -Dije.
- Lo sé, pero dame tiempo, uno no se acostumbra así como así a pensar en que tiene una hija, normalmente tiene nueve meses para ir asimilándolo, hace dos semanas que me enteré de que soy padre.. necesito un poco de tiempo para acostumbrarme a utilizar el nos -Dijo él con una pequeña sonrisa.
- Lo entiendo, al principio cuando me veía con el barrigón nisiquiera pensaba en que lo que tenía dentro de mi era mi hijo.. hasta que no la tuve en brazos.. -No terminé la frase porque solté un suspiro.
Si, había sufrido como una perra y pensaba que en cualquier momento iba a morir desangrada, pero cuando tuve a Dayana en brazos fue la mejor sensación del mundo. Era como si nada a tu alrededor importase; no importaba si tenía 18 años, no importaba si iba a ser madre soltera, no importaba si tenía planes de futuro, lo único que importaba era aquella pequeña cabeza pelona entre mis brazos.
- ¿En qué piensas? -Preguntó Brian sacándome de mis pensamientos.
- En nada -Dije con una sonrisa- bueno, vamos a cenar.. me supongo que tendrás hambre ¿no?
- Si, ¿pero realmente crees que es necesario que me ponga delante de ellos? no quiero ser una molestia.
- Pues se van a tener que joder porque esta es mi casa, tu eres el padre de mi hija y ahora vives aquí, asi que se van a tener que joder.
- Mami no digas palabrotas -Gritó Dayana desde la cama mientras jugaba con las barbies.
Brian soltó una carcajada.
- Me parece muy fuerte todo esto, has pasado de estar siempre diciendo malas palabras a que tu hija no te permita decírlas -Dijo.
- Eso es porque es muy lista -Dije mientras hacia una mueca- Dayana, vamos a cenar.
- No tengo hambre -Dijo.
- A cenar, porque si no mañana no me levantaré para llevarte a la tienda -Dije mientras me cruzaba de brazos.
- ¡A cenar! -Gritó ella mientras se bajaba de la cama y corría hacia la cocina.
- ¡Te he dicho miles de veces que no corras! -Grité al tiempo que intentaba ir detrás de ella, pero Brian me agarró.
- No sabes lo que me pone verte en plan madraza -Dijo antes de colocarme la mano en la nuca y atraérme hacia él para besarme.
- ¡A cenar! -Volvió a gritar Dayana desde la cocina.
Oí las puertas de las habitaciones y como el pasillo empezaba a llenarse de voces. Aquí la reina era Dayana y todos hacían lo que ella decía.
- ¿A dónde la vas a llevar? -Preguntó después de que nos separasemos.
- Quiere.. quiere un perro -Dije con voz entrecortada.
- Pues no te preocupes, yo iré con ella a la tienda -Dijo con una sonrisa antes de agarrarme de la mano y llevarme fuera de la habitación.
Madre mía que calentón más tonto -Pensé con una sonrisa mientras ibamos hacia la cocina- esta noche.. ¡fiesta!
Solté una carcajada.
- ¿Pasa algo? -Preguntó mirándome con el ceño fruncido.
- Pues que tengo un calentón muy tonto y espero que puedas ponerle solución a esto -Dije pasándo por su lado, pero antes, le di una palmada en el culo.
Joder, si lo tiene más fuerte que el mío -Pensé todavía más cachonda mientras iba hacia la cocina.
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