Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

37♔ • Un Pequeño Problema

—Cerré todas las casas de mujeres que estaban a mi nombre y las dejé en libertad. ¿Con eso es suficiente?

Aura retrocedió varios pasos y tuvo que tomar aire antes de hablar.

—No sabía que usted hiciera eso, casi todas eran niñas...

—No me importa, daban mucho dinero y la mayoría eran de mi padre. Pasaron a mi nombre cuando él murió.

Aura asintió, pensando en que tal vez no era del todo su culpa. Sorian Haltow no era ningún santo y ella sabía que Seth solo seguía los malos ejemplos de su padre.

—Lo siguiente ahora es darle medicina a la hermana de su esposa. La joven está muy...

—¿Hiciste lo que te pedí? Quiero que en cada rincón se hable del estado de salud de esa ramera. Que todos sepan que está en mi castillo. Geraldine vendrá al escuchar de ella, estoy seguro.

—Ya lo hice, mi señor—Aura trató de abrazarlo—. ¿Qué haremos entonces con el niño?

—¿Niño?

Seth la tumbó sobre el escritorio y levantó su vestido. Ella quería eso, por supuesto que lo quería, pero no de esa forma. Deseaba que él fuera tierno con ella, no quería que su primera vez con él fuera en un sucio despacho, hablando de otra mujer y de un niño que probablemente era su hijo.

—La joven Lesya venía con un niño y ella... —dejó de hablar por un momento al ver que Seth se bajaba los pantalones— dice que usted es el padre.

Seth se alejó de golpe y todo el deseo pareció desaparecer en un segundo. Era absurdo, una completa tontería.

—El único hijo que deseo es el que tendré con mi esposa. Esa otra criatura es un problema, no lo quiero con vida.

Aura arregló su vestido y lo tomó de la camisa, tratando de hacerlo entrar en razón.

—Es solo un niño...

—Lo haré yo, mujer inservible.

Seth salió de su despacho apretando los puños. No podía permitir que Geraldine se enterara de que esa mujer había parido un hijo de él. Eso solo complicaría las cosas.

Al llegar a la habitación del final del pasillo, varios guardias lo saludaron en silencio y permitieron su paso.

Abrió la puerta de una patada mientras sujetaba su espada. Si Lesya se resistía, correría con el mismo destino que ese pequeño bastardo.

—Hermano —dijo Fiorella, quién se encontraba junto a Allan, muy pendientes de la joven enferma—, que bueno verte...

—Aparta.

Seth no quería ver a su hermana, solo quería acabar con el pequeño problema, así que la mandó al suelo de un golpe.

—¿Qué demonios te pasa? —Allan corrió a levantar a Fiorella del suelo, al mismo tiempo que miraba su espada. Estaba en la mesa, demasiado lejos.

La actitud altanera del chico con la que se dirigió al señor de la casa tenía un castigo digno de una paliza, pero Seth estaba muy ocupado como para percatarse de cómo le hablaba su primo.

Simplemente los ignoró a ambos y comenzó a registrar la habitación, sin hacer caso a Lesya y sus balbuceos.
Sentía la sangre hirviendo y estaba más que seguro que todo era culpa de esa mujer. Geraldine se había enterado de su aventura con ella y ahora estaba en la cueva de ese dragón.

Sí, esa maldita mujer que se retorcía de dolor en la cama era la culpable de todo.

—¡Silencio! —gritó él cuando ya no pudo soportar más los balbuceos de la joven moribunda.

Fiorella corrió para cambiar el trapo que Lesya tenía en la frente y le dio un poco de brebaje espeso y de color oscuro que guardaba en un tazón.

—¿Y el niño? —preguntó Seth, tirando unos frascos y después el mueble completo. Ya había perdido la paciencia.

Fiorella y Allan intercambiaron miradas. Seth estaba como loco y temieron lo que podía hacerle al bebé. La bestia de Haltow era capaz de todo.

—Está abajo —mintió el joven.

En ese momento, un guardia tocó repetidas veces la puerta, acompañado de Aura.

La joven se apresuró a dar la noticia, no sin antes tomar aire y tragar un par de veces, le costaba hablar frente a muchas personas.

—Mi señor, la reina Lara solicita su presencia en el castillo real de inmediato.

Seth arrebató la carta de las manos temblorosas de Aura y le cerró la puerta en la cara.

Al parecer todo el reino se había enterado ya de que Lesya Slorah estaba bajo sus cuidados y la reina Lara exigía ver a su sobrina desaparecida.

—Partiré con ella hoy mismo a la capital. Que la suban a un carruaje.

No estaba muy emocionado de visitar a la reina. Para él solo era una mujer vieja que se divertía con sus bailarines y poco le importaba el resto de nobles.

—Hermano, ella está enferma —susurró Fiorella sujetando de la mano a Allan en busca de apoyo—. No creo que soporte un viaje....

—Pues entonces le llevaré el cadáver a la reina. ¿Contenta?

Seth salió de la habitación directo a destrozar el viejo cuarto de pintura de nuevo.

Allan aprovechó que los criados aún no habían llegado por Lesya y sacó al bebé de su escondite.

La joven madre alzó sus brazos desesperada y cargó por última vez a su hijo. Le dio un suave beso en su pequeña frente y Fiorella lo tuvo que cargar cuando Lesya lo dejó caer en su pecho.

—Ya sabes lo que debemos hacer —dijo Allan y limpió las mejillas regordetas del bebé.

***

El camino a la capital le resultó un completo infierno a Aura. Tuvo que soportar viajar al lado de Seth mientras este destruía unos trozos de madera del asiento de enfrente.

Suspiró un poco más tranquila cuando por fin llegaron al castillo y la reina se asomó en la puerta principal con su enorme vestido rojo y blanco de siempre.

Se separó un poco de ambos y fue a hacer su oración a los pies de la estatua de la reina. No podía dirigirle la palabra sin hacer los debidos respetos antes.

Cuando regresó al lado de Seth, fue testigo de una conversación que hizo que se le revolviera el estómago.

—Ya han pasado varios meses y damos a Geraldine por muerta —dijo la reina y movió su abanico—. Sería pertinente que volviera a casarse. Korbel aún no tiene un heredero.

No, no podía ser cierto. Aura se tambaleó y, por primera vez, sintió un odio incontrolable hacia la reina Lara.

—Jamás dejaré de buscar a mi esposa —respondió Seth— y menos ahora que sé que me dará un hijo.

Aura no supo qué pensar y permaneció escondida, muy atenta a la conversación.

—Vaya, eso es...

—Mi señora —interrumpió uno de los guardias con la cara roja de tanto correr—, varios aldeanos aseguran haber visto a un dragón en las tierras del sur. Hemos seguido su rastro y... ya sabemos dónde se esconde.

✨¡Gracias por leer!✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro