Me apoyé en la pared y cerré los ojos por el mareo, pues veía todo borroso. 

—¿Estás bien? — su voz se oía distante, a pesar de estar tan cerca. 

Podía oír claramente los latidos de mi corazón. 

Lo último que recuerdo es como si mi cuerpo se hubiese desvanecido como el polvo. 

Fabián

Su rostro lucía extremadamente pálido. Hasta su cuerpo lo sentí más liviano, en comparación a otras ocasiones que la he cargado. 

No podía llevarla al hospital, no mientras tuviera rastros de sangre y estuviera todavía en ese estado, pues podría abrir la boca y meternos en problemas a los dos, por lo que me vi en la obligación de traerla a la casa de mis padres y llamar al médico de la familia para que la examinara. Hay una habitación estrictamente para él, donde guarda su equipo médico y todo lo necesario para una revisión profunda. 

«¿Qué le habrá pasado? ¿Por qué se desmayó tan de repente? ¿Realmente fue por la impresión de lo que vio?». Ella se veía demasiado alterada. 

Después de lo que hice esa noche, me he sentido bien inquieto. Ojalá no sea lo que estoy pensando. No, es que no hay manera. Yo la vi tomarse la pastilla del día siguiente. 

—El desastre que dejó Valery en el apartamento de ese idiota, le tocará a ella limpiarlo. Tremenda obra de arte la que dejó. Cada día quiere parecerse más al abuelo. 

—¿Qué hizo tu hermana ahora? —cuestionó mi papá. 

—Ella tuvo que habértelo dicho, no hay necesidad de hacerte el extrañado, si ustedes se cuentan todo. Son como uña y mugre. No dudo que la hayas mandado tú mismo. Se notaba a leguas que no estabas muy contento que digamos con la presencia de Luna. 

—Estás equivocado. Tu hermana desde hace bastante tiempo ya no me cuenta sus cosas. 

—Por su culpa, Luna se puso mal. Luna tiene toda la razón para odiarla y quererla bajo tierra. 

—Hablando de esa muchacha, ¿qué crees que tenga? Estaba muy pálida cuando llegó. 

—No lo sé. Estaba muy afectada con lo que vio. Supongo que es eso.

—Espero esto no sea un problema grande— su comentario lo entendí a la perfección. 

[...]

Rodni me dejó entrar solamente a mí a la habitación. Luna todavía no había reaccionado. En sus manos traía una carpeta, con varios papeles, asumí que de los exámenes que le realizó. 

—Y bien, ¿qué le pasó? Quiero pensar que fue el impacto de lo que vio, o tal vez por la anemia. 

—La anemia es uno de los agravantes, aunque ya vi que no es el más que te preocupa. 

—Suelta la bomba, porque con tu expresión se nota que hay algo más. 

—Pues no te equivocas. Le hice varios exámenes de sangre, incluyendo el que me comentaste y salió positivo. La joven sí está embarazada. 

—¡Maldita sea, lo sospechaba!

«¿Será de ese tipo o fue por el desliz de ese día?». No sé si ellos dos llegaron a algo. Preguntarle a ella solo hará que se ponga peor. Conociéndola, no puede estar al tanto de esto y si se entera, no creo que lo tome bien. Probablemente, viéndose en esta situación, intente huir de nuevo. 

—La anemia representa un gran riesgo para su embarazo. Necesita ser monitoreada más seguido, tomar vitaminas prenatales y llevar una alimentación más sana y saludable. 

—Si despierta, no le digas nada sobre esto. 

—¿Sobre el embarazo? 

—No. Yo encontraré el momento oportuno para hacerlo. 

—Debes evitar que tenga emociones fuertes o puede presentar un riesgo de aborto. Esto que sucedió hoy, no debe volver a ocurrir. 

«Un embarazo, justo lo que quería prevenir». 

—¿Qué te dijeron ahí dentro? ¿Qué le pasó a la mocosa? — indagó mi padre, tan pronto me vio salir. 

No hizo falta abrir la boca, él lo captó todo con el silencio. 

—Grandioso. Lo que nos faltaba. ¿Qué vas a hacer? Aún estás a tiempo de proceder y que de esa habitación no salga.  

—¿De proceder? Te prohíbo que te metas en mis asuntos, papá. 

—Con lo que me contaste, esa muchacha quiere ver tres metros bajo tierra a tu hermana. ¿Por qué defiendes tanto a esa niña? Se nota que tarde o temprano tendremos que tomar cartas en el asunto por el bien tuyo y de nosotros, tu familia.  

—Valery se lo buscó. Nadie la manda a meterse en lo que no le importa. Siempre busca estropearlo todo y tú le pasas ese comportamiento por alto, porque es la favorita. Se lo pienso advertir a ella y te lo voy a advertir a ti; a Luna le sucede algo, sea lo que sea, y te aseguro que la última vez que verás a tu hija será rebanada en una bolsa. Todo esto solo me lleva a la misma conclusión; de que la mejor decisión que tomé fue mantenerme lejos de ustedes y hacer mi vida en otra parte.