Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

• Monstruo •

—Eres un monstruo.

—Los dos lo somos— cerró la puerta, alejándose por el pasillo como si nada.

—¿V-vas a dejarla ahí?

—Ya pasarán a recogerla. Vámonos. Me has hecho perder mucho tiempo.

«¿Qué me espera al lado de este hombre?».

«Si me quedo aquí, seré yo la próxima».

Fue espantoso. Todavía soy capaz de ver el rostro de esa mujer en mi cabeza.

«¿Cómo mi madre y yo no nos dimos cuenta de la clase de monstruo que era?».

«¿Cómo pudo disfrazarse de oveja durante tanto tiempo?».

«En primer lugar, si no amaba a mi madre, como le hacía creer, ¿por qué le pidió matrimonio? ¿Por qué nos trajo a vivir con él?», son preguntas a las que no encuentro respuestas.

Nunca noté en él que tuviera estos episodios de agresividad, con mi madre jamás se comportó así. Jamás la trató mal. Incluso cuando se molestó con ella por todo lo que inventé, él nunca le puso un dedo encima o le faltó el respeto. Sí levantó la voz en varias ocasiones durante sus discusiones, pero no al nivel de insultarla ni mucho menos.

Es increíble y me cuesta creer todavía que me echó la culpa por lo que hizo él con sus propias manos. Aunque, si analizo mejor las cosas, tal vez sí soy igual de culpable, porque si hubiera tenido malicia o habría intervenido al oírla gritar de aquel modo, hubiese podido salvarla.

«¿Por qué fue capaz de hacer algo tan enfermo como eso?».

«Si me hubiera quedado en esa habitación con él, habría terminado del mismo modo?». Pensar en ese hecho me aterra.

Lo miré por arriba del computador, mientras él escribía en la pizarra y todos sus estudiantes le prestaban atención a su discurso. Todo el mundo lo aprecia, lo respeta, lo idolatra, sin saber su verdadero rostro. Yo fui una de esas personas que en un momento dado lo hizo y me arrepiento tanto.

«¿Cómo un hombre que, a simple vista, luce tan amable, dulce y buena gente, puede ocultar un lado tan sádico y siniestro?».

Debo idear un plan para escapar, antes de terminar como ella. El problema es que él me prohibió moverme de dónde estoy. Me ha tenido todo el día vigilada. Cada cierto tiempo me observaba, sentía que su intensa y oscura mirada podía ver detrás de mí y leer mis pensamientos. 

En la tarde, cuando salimos de la universidad, se detuvo en un restaurante de comida china, el mismo que frecuentaba con mi madre cuando salían juntos a almorzar o a cenar, pues era el lugar favorito de mi mamá.

En la mesa, su teléfono sonó con una alerta. No sé qué tipo de notificación había recibido, solo sé que la sonrisa que se formó en sus labios era maliciosa. Supe que algo se traía entre manos, lo dejaba ver claramente.

—Mira nada más, tenemos visita en la casa— me mostró la pantalla de su teléfono y vi que en las cámaras de seguridad se apreciaba a mi padre, sentado en el bonete de su auto, al parecer, esperando.

El auto de la rectora ya no estaba. Alguien debió llevárselo mientras estuvimos en la universidad. Este hombre tiene cámaras por toda la casa. Cámaras que hasta ahora están bien ocultas, porque no se ven a simple vista.

Desde que mi madre y yo nos mudamos a su casa, él tuvo que haber estado espiando todas las cosas que hacía en mi habitación mientras no estaban. Desde traer a mis parejas y mantener relaciones, hasta todas las conversaciones que tenía con mis amigas, mi padre y demás.

Yo le escribí a mi papá del teléfono de mi madre. Se suponía que iba a quedarse tranquilo con eso y no se atrevería a venir sin avisar. Aunque claro, probablemente avisó, pero como perdí mi teléfono, por eso no estaba enterada.

—No te atrevas a hacerle daño— le advertí en un tono bajo.

—Eso depende de ti, corderito.

—Tienes cámaras por todas partes. ¿Mi madre sabía sobre esto? ¿Con qué intenciones pusiste esas cámaras en mi habitación? Es enfermo todo lo que haces.

—Es mi casa, por supuesto que debo saber todo lo que pasa en ella. Ahora bien, difiero un poco sobre tu comentario, pues si hablamos de enfermos, tú no te quedas atrás. Has estado usando mi casa como si fuera un hotel, trayendo un hombre distinto cada dos noches.

«Eso confirma lo que sospechaba… él ha visto todo eso».

—¿Por qué callas? ¿Creías que no iba a darme cuenta de tus andanzas? Debe ser bastante deprimente y decepcionante que, entre tantos hombres, ninguno te haya hecho correr ni una sola vez. Todavía recuerdo cómo debías atenderte tú misma para poder alcanzar lo que esos inútiles no pudieron lograr.

—¡Degenerado! Este no es un tema que deba discutir contigo.

—Pues te recuerdo que este degenerado es el mismo por el que te tocabas.

—Eso era antes, cuando te creí diferente y me gustabas, pero eso ya cambió. Ahora solamente me das asco.

—Repítelo todas las veces que sea necesario hasta que tú misma te lo creas—se levantó de la silla, dejando la propina sobre la mesa—. Esperaré ansioso a que te abras de nuevo a mí, tal y como esa noche.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro