
• ¿Me perdonarías? •
—Tú me estabas entreteniendo mientras ella hacía esto, ¿verdad? Padre e hija, cortados con la misma tijera—me solté de su agarre y me volteé para enfrentarlo—. ¿Qué más quieren de mí? ¿Qué demonios les he hecho a ustedes para que quieran joderme la vida más de lo que ya la tengo?
—Yo no tengo nada que ver con esto.
—¿Realmente me cree tan estúpida como para creerle una sola palabra? Me queda bastante claro que esto es una obra de su hija. Si quieren sacarme del puto camino, ¿por qué no lo hacen de una vez? — agarré sus dos manos y las puse en mi cuello—. Anda, acabe con esto. Seguramente, luego de hacerlo, se encargarán de limpiar todo y desaparecer cualquier rastro de mí, tal y como lo hacen siempre.
—Es un ofrecimiento muy tentador, pero este no es el método correcto que emplearía para sacarte del medio, sería el que usaría para asegurarte y que no huyas a lo que tengo para darte.
Mi rostro se ruborizó sin remedio por lo que su atrevida boca había dicho. Empujé sus manos para apartarlo de mí y caminé en dirección a la cocina.
«Este hombre es un atrevido y desvergonzado».
«¿Qué se supone que haga en esta situación?».
—Llama a mi hijo para que te recoja. Despreocúpate por el desastre que ha causado mi hija. Me disculpo por todas las molestias causadas. Esto no volverá a ocurrir.
—¿Qué pasará con todo esto?
—Como bien dijiste, tengo la habilidad inata de limpiar todo rastro que pueda perjudicar directa o indirectamente a los míos. Supongo que eso es lo único que sé hacer bien— su expresión se tornó extraña de repente, no sabía descifrarla.
Para hacer venir a Fabián, primero tendré que contarle lo sucedido. Solo espero que no se moleste.
Darek
«¿Qué estoy haciendo con mi vida?». Estoy cansado de estos trotes. No sé cómo mis padres podían cargar con tanto. La fortaleza y habilidades que ellos poseían, es algo de lo que, por desgracia, carezco. No puedo igualar lo que eran. Ya no sé si a estas alturas desee hacerlo.
—Marcos, necesito que limpies todo lo que hay dentro. No te olvides de eliminar los vídeos de las cámaras de seguridad. Aquí no sucedió nada. Mañana mismo me encargaré de que alguien más tome su lugar.
Esa niña ya se fue. Extraño es que mi hijo no se haya bajado. Asumo que ella no le ha contado lo que sucedió y de mi presencia aquí.
Miré mis manos y puedo dar certeza que su aroma estaba impregnado en ellas. Me tomó desprevenido lo que hizo. Mis manos encajaban tan perfectamente bien en su cuello.
«¿Por qué me cuesta tanto sacarme a esa niña de la cabeza?».
Por más que tenga presente que ella es la mujer de mi hijo, que no es correcto verla de otra manera, mucho menos joder más la estrecha y desastrosa relación que llevo con mi hijo por una mujer, algo dentro de mí no me permite alejarme.
Ella tiene algo; algo que me vuelve loco y me vuelve incapaz de entrar en razón.
[...]
Regresé a la casa, yendo directamente a mi despacho. Fue ahí donde me encontré con Amanda.
«¿Con quién habrá venido? No vi su auto afuera.
—¿Qué haces aquí, Amanda?
—Que bueno que llegaste, papá. Llevaba rato esperándote. He venido a verte porque necesito hablar contigo.
—En estos momentos estoy algo ocupado— escondí la foto dentro del bolsillo del pantalón.
—Hay algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza y necesito que me respondas.
—¿De qué hablamos?
—¿Qué está sucediendo entre la novia de mi hermano y tú?
—¿Qué te he dicho sobre no inmiscuirte en asuntos ajenos?
—Respóndeme, papá. Necesito saberlo. ¿Es verdad que te gusta la novia de mi hermano y que la estás persiguiendo?
—No sé qué tiene que ver eso contigo. Ni siquiera sé por qué esto debe ser un tema entre mi hija y yo.
—Si eso es cierto, entonces no puedo callarme.
—¿De qué hablas?
—Mamá fue a vernos hace poco y nos contó todo lo que ha estado pasando entre ella y tú. Que la relación se ha visto afectada. Que ya ni duermen juntos. Que te pasas detrás de esa niña, porque tienes cierto interés por ella.
—¿Así que tu madre ha abierto la bocota?
—Ella le encargó a Valery que se deshiciera de esa muchacha.
—¿Por qué me dices todo esto?
—Porque yo no tengo nada que ver. No tengo nada contra esa muchacha. Además, considero injusto todo lo que ha estado pasando a tus espaldas.
—¿A mis espaldas? ¿Qué ha estado pasando?
—Amo a mamá, pero también te amo y te debo mucho a ti. Me has criado como si fuera tu sangre. Has estado en cada evento importante de mi vida por los pasados años. Me has cuidado, me has protegido, me has hecho sentir parte de la familia. Cuando he necesitado de ti, siempre dices presente. No es justo lo que mamá te hizo. No quiero que creas que estoy de su parte. Es cierto que callé en su momento, cuando supe la verdad, tal vez fue parte del miedo de perder a Valery, pues sé que ella no me perdonaría una traición, porque ella también está al tanto de que mi mamá se está viendo con alguien más. De hecho, fue ella quien engatuzó a mamá de que tuviera un romance con su mejor amigo. En estos momentos no sé si esté firmando mi sentencia, pero solo quería decírtelo, porque considero que es lo correcto.
—Ven acá.
Se acercó y la abracé contra mi pecho.
—Sabes que yo te amo mucho, ¿verdad? Que, al igual que tu hermana, eres la luz de mis ojos y mi calma en medio de la tormenta.
—Sí, papá.
—Sabes que entre nosotros siempre he tenido prohibido los secretos.
Asintió con la cabeza.
—Entonces ahora te pregunto. ¿Me perdonarías si es cierto lo que tú mamá dijo?
Se separó de mí para mirarme.
—¿De verdad te gusta?
—Tal vez.
—¿No es demasiado joven para ti?
—Entonces, ¿te impacta más la edad que el hecho de que sea la mujer de tu hermano?
—Fabián ha tenido mujeres mucho mayores que él. ¿No lo recuerdas? Una de sus exparejas tiene 63. Puede ser su abuela. De hecho, ayer por la tarde lo vi con esa señora saliendo de un hotel.
—¿Qué?
—Yo no creo que él y esa muchachita estén saliendo realmente. Si lo estuvieran, no creo que él tuviera que acudir a verse con otra. ¿No?
«¿Mi hijo viéndose con otra, teniendo semejante manjar en la casa?».
«¿Qué está pasando por su cabeza?».
—La edad no debe ser un impedimento, papá. Fabián es el mejor ejemplo de eso. En realidad, lo que te pregunté fue porque quiero saber si realmente estás seguro de que el factor de la edad no es un impedimento para ti. Y bueno, sobre esa muchacha, considero que es ella quien decide sobre a quién elegir.
—Tendré en cuenta tu consejo, pequeña— froté su cabeza—. Lo que me contaste de tu mamá, no saldrá de estas cuatro paredes. ¿Quedó claro?
—De acuerdo.
—Bien. Una última cosa. Si en algún momento dado, tu mamá sale de viaje y pierde el camino de regreso a casa, ¿me perdonarías?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro